viernes, 15 de junio de 2007

Cromañón, el dolor de los jóvenes hecho teatro

En La memoria de los peces, que se presenta hoy en el Pasaje Dardo Rocha, el grupo La cuarta pared trata Cromañón como una continuación histórica: la muerte de los jóvenes. Gustavo Delfino, autor y director de la obra junto a Horacio Rafart, cuenta de qué se trata

Los gritos desesperados de miles de chicos tratando de huirle a la muerte en Cromañón, la noche del 30 de diciembre de 2004, se siguen escuchando hoy. Aunque a veces vigentes, las obras teatrales suelen tomarse de hechos lejanos en el tiempo.

No es el caso de La memoria de los peces, pieza que Gustavo Delfino y Horacio Rafart (del grupo La cuarta pared) escribieron movilizados por la presencia reciente de la tragedia de Cromañón.

“La generamos en 2005, en el taller de investigación del grupo”, cuenta Delfino. “Y a partir de esas investigaciones, hicimos la obra con nuestra visión de la tragedia”.

En esa visión, Cromañón no fue un hecho aislado, sino la continuación de una constante para con los jóvenes. “Veíamos una reiteración a través del tiempo en el país: la muerte de los jóvenes. Desde los fusilamientos de Trelew, la dictadura militar y el asesinato de los luchadores sociales como Kosteki y Santillán se dio esa constante”.

Matándolos, se ha apagado la voz de los jóvenes. Y de esa manera la voz de la historia. Sin embargo, son otros jóvenes los que, anclados en esa historia, hicieron la obra y la protagonizan en la escena: los 25 actores que forman parte de la puesta pertenecen al taller de La cuarta pared, y jugaron su papel en las “distintas improvisaciones” que se fueron articulando para formar la obra, a la que Delfino le da el estatus de “creación colectiva”, y que este año recibió una mención en el concurso de la Comedia Municipal.

-¿Cómo es la estructura de la obra?

-Tiene un lenguaje fragmentado. El espectador se encuentra de pronto con una oscuridad total, suceden flasbacks. Entonces cada uno va armando su propia historia. No es una obra didáctica, sino que hay un espacio poético de abandono y dolor.

-El tema es dramático: ¿la obra lo refleja así?

-Sí, no nos corremos del dolor. Lo que tratamos de hacer fue recuperar historias mínimas. Pero no es morbosa, la hicimos pensando en un avance de la sociedad. Así como distintas generaciones de jóvenes atraviesan la historia que cuenta la obra, y como son ellos quienes la protagonizan, también el público está conformado por jóvenes. “Por lenguaje y por la historia”, dice Delfino, son ellos los más interesados.

-¿La obra despierta la misma polémica que despertó la tragedia?

-Nosotros siempre tratamos temas sociales, y creemos que hay responsables sociales de las cosas que suceden. Pero el que va a ver la obra sabe con qué se va a encontrar.

Por ahí no es una obra para ir a ver antes de comer una pizza o ir al boliche. Es en cambio, una obra contra la memoria de los peces, que todo lo olvidan.

Francisco Palazzo

Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/06/15/pdf/cuerpo.pdf

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