Paula Almerares, la protagonista
Viernes 11 de agosto de 2006 | Publicado en edición impresa LA NACION
A partir de esta noche, a las 20.30, en la Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino de La Plata, subirá a escena la hermosa ópera del repertorio francés "Romeo y Julieta", con música de Charles Gounod y libreto de Jules Barbier y Michel Carré, inspirada en la tragedia homónima de William Shakespeare.
La popularidad universal de "Fausto" probablemente haya eclipsado a la de "Romeo y Julieta", en el caso de la producción de Charles Gounod, aunque también es cierto que en el terreno de la música en general ambas obras literarias han sido motivo de inspiración de numerosas grandes creaciones en casi todos los géneros. Sin embargo, el compositor la consideró la mejor de sus producciones para el teatro cantado, porque para él, en comparación con "Fausto", era la de mayor unidad y coherencia, además de haber logrado un encanto más misterioso e inspirado sin momentos débiles e intrascendentes desde el punto de vista sonoro, como ocurre en su "Fausto".
Hay en "Romeo y Julieta" unidad del discurso musical, momentos con marcado ímpetu juvenil, elegancia y lirismo melódico que no se perjudica aun en los pasajes de gran virtuosismo vocal, como ocurre con el famoso vals de Julieta en el primer acto. También la música infunde una gravedad muy bien lograda, pero con un halo de inocencia, revelando la profunda comprensión del autor en relación con el culto del amor y de la muerte, que es precisamente el drama de Shakespeare.
Estrenada el 27 de abril de 1867, en el Theatre Lyrique de París, tuvo una entusiasta acogida por parte del público y de los principales críticos, tal el caso de Ernest Reyer, que escribió en el periódico Le Journal des Débats: "La nueva partitura de Gounod es, de todas sus obras, la que encierra mayor equilibrio y homogeneidad. Se ve claramente que el músico se ha consagrado a la creación de una pieza en la cual cada detalle, cada matiz, debe conferir al respectivo personaje esa fisonomía particular de la que todo operista debe preocuparse, si desea realmente componer y no sólo escribir partes. He aquí un trabajo poético y encantador, en el cual tanto saber como inspiración se revelan a la misma altura".
Se debe recordar que la obra se constituye en un gran dúo, más allá de las escenas de conjunto y la gran cantidad de personajes episódicos, que culmina con el gran dúo de amor del segundo acto en la escena del balcón, así como en la escena de la alcoba y el dúo final de la muerte, que son testimonios de un arte que, pese a los vaivenes del tiempo transcurrido y de la evolución de las modas, mantiene en toda su grandeza sus atractivos más destacados: inspiración melódica, refinamiento expresivo y teatralidad.
En una corta charla telefónica -cuando se encontraba en plena labor- con la soprano Paula Almerares, ideal figura para encarnar a la dulce y delicada amante de Verona, se pudo apreciar el gusto y deleite que le provoca participar de la producción.
-Me siento muy feliz porque creo haber provocado un crecimiento profesional en mi carrera; mejoré aspectos técnicos y retorné a un canto más natural, con lo cual todo me parece mejor, tanto en lo que hace a la emisión como al logro de los pasajes más sutiles. Cuando hicimos el ensayo pregeneral tuve la sensación de estar totalmente distendida.
-Realmente me agrada muchísimo, no sólo por la belleza y la calidad de la música de Gounod, tan grata y directa, sino también por las posibilidades de hacer un trabajo de actriz como corresponde cuando, como en este caso, hay un texto y una acción dramática que parte de una obra mayor de la literatura universal.
-¿Cómo se siente con la puesta de Marga Niec?
-De maravillas. Hay, es verdad, algunos cambios o agregados en relación con las versiones anteriores, porque Marga, con mucho criterio, enriqueció la parte escénica sumando un interés histórico por algunos detalles, pero basándose con fidelidad en la obra de Shakespeare. Entonces encuentro que no será una reiteración de algo visto, sino una representación que resultará muy atractiva para el público.
-¿Y cómo es la relación con el resto del equipo?
-Algo que no es frecuente. Se ha logrado un trabajo donde prima una especie de atmósfera de amistad y compañerismo muy positiva, y en ella no sólo participamos los cantantes solistas, sino cada uno de los integrantes de los diferentes sectores, como el coro y los técnicos en el escenario y, lógicamente, la orquesta desde el foso.
-¿Y con las otras figuras que interpretan personajes protagónicos?
-Fue una alegría compartir con el otro elenco un trabajo en perfecta armonía, como es la partitura de Gounod, pero además sin esas contrariedades menores que suele haber entre los seres humanos. De ahí que los ensayos fueron un placer para todos, además de enriquecedores para el futuro de nuestras carreras.
-¿Cómo ha sido el trabajo con el director de orquesta Javier Logioia Orbe?
-Fue un encuentro muy interesante a partir de amables conversaciones, en el que le di a entender lo que yo siento actualmente como un crecimiento artístico de mi evolución, lógicamente cimentada en experiencias en el exterior. A partir de ahí, encontré de su parte comprensión y un gran apoyo, aun cuando estuvo presente prácticamente en todos los ensayos de escena. Es decir, se hizo un trabajo muy profundo para respetar al autor y al público, como debe ser siempre en esta intrincada y apasionante profesión.
Por Juan Carlos Montero
De la Redacción de LA NACION
Junto con la dirección musical de Javier Logioia Orbe y la puesta en escena de Marga Niec, intervendrá un elenco compuesto por Carlos Vittori (11, 13 y 20) y Gerardo Marandino (12) como Romeo; Paula Almerares (11, 13 y 20) y María Soledad de la Rosa (12) como Julieta; Leonardo Estévez (11, 13 y 20) y Alejandro Meerapfel (12) como Capuleto; Sebastián Sorarrain (11, 13 y 20) y Mirko Tomas (12) como Mercucio; Carlos Natale (11, 13 y 20) y Arnaldo Quiroga (12) como Teobaldo. Participan también el Coro Estable del Teatro Argentino, con la preparación de su titular, Miguel Martínez; la escenografía es de Daniel Feijoo; el vestuario del Teatro Colón, adaptado por Eduardo Caldirola, y la iluminación, de Gabriel Lorenti.
Las entradas tienen un valor que oscila entre $ 20 y $ 45, con un 50 por ciento de descuento para jubilados y estudiantes. Podrán adquirirse en las boleterías del teatro, de martes a domingo, de 10 a 20, o a través de Ticketek, a los teléfonos 4477200 (La Plata) y 52377200 (Capital Federal).
Los espectadores de Capital Federal contarán con un servicio de ómnibus que partirán de la Casa de la Provincia de Buenos Aires, Callao 237, dos horas y media antes del horario de cada función. El costo de los pasajes de ida y vuelta será de $ 15 y los interesados pueden efectuar su reserva al teléfono de la boletería (0221-4291732).
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