Albergó a grandes personalidades del arte y la cultura, pero su reconstrucción generó polémicas en toda la ciudad.
El viejo Teatro
En 1885, un grupo de vecinos notables, conscientes de la necesidad de un teatro para la incipiente ciudad, formó la Sociedad Anónima Teatro Argentino y adquirió la manzana comprendida entre 51, 53, 9 y 10, para construir allí una sala.
Inspirado en los grandes coliseos europeos, el teatro comenzó a construirse en 1887 según el proyecto del arquitecto italiano Leopoldo Rochi.
La sala levantó por primera vez su telón el 19 de noviembre de 1890, con una versión de “Otello” de Verdi. Las temporadas fueron de gran jerarquía y en su escenario brillaron los artistas más destacados de la época, como el compositor Richard Strauss, el pianista Arthur Rubinstein, y la bailarina Ana Pavlova, entre otros.
Pero el 18 de octubre de 1977 comenzó el ocaso de la sala: un incendio, que se sospechado de intencional, devoró el teatro. Ante las llamas cedió la arquitectura renacentista, y la fuerte tradición que había establecido la sala lírica quedó a la intemperie en cuestión de horas. La reconstrucción se hizo esperar más de dos décadas y demandó un costo elevado, para que La Plata volviera a contar con las puertas abiertas de un Teatro Argentino que dista mucho de la grandeza de la sala original.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2003/10/24/pdf/24.pdf
El viejo Teatro
En 1885, un grupo de vecinos notables, conscientes de la necesidad de un teatro para la incipiente ciudad, formó la Sociedad Anónima Teatro Argentino y adquirió la manzana comprendida entre 51, 53, 9 y 10, para construir allí una sala.
Inspirado en los grandes coliseos europeos, el teatro comenzó a construirse en 1887 según el proyecto del arquitecto italiano Leopoldo Rochi.
La sala levantó por primera vez su telón el 19 de noviembre de 1890, con una versión de “Otello” de Verdi. Las temporadas fueron de gran jerarquía y en su escenario brillaron los artistas más destacados de la época, como el compositor Richard Strauss, el pianista Arthur Rubinstein, y la bailarina Ana Pavlova, entre otros.
Pero el 18 de octubre de 1977 comenzó el ocaso de la sala: un incendio, que se sospechado de intencional, devoró el teatro. Ante las llamas cedió la arquitectura renacentista, y la fuerte tradición que había establecido la sala lírica quedó a la intemperie en cuestión de horas. La reconstrucción se hizo esperar más de dos décadas y demandó un costo elevado, para que La Plata volviera a contar con las puertas abiertas de un Teatro Argentino que dista mucho de la grandeza de la sala original.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2003/10/24/pdf/24.pdf
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