TEATRO- CRITICA / MEDEA, LA QUE RIE
A pedido del público que colmó la sala en las distintas funciones, se realizan en el Viejo Almacén El Obrero (13 y 71) nuevas presentaciones de la obra basada en Medea
Por Ana M. Tótoro
Especial para Hoy
Eurípides (484-406 a.C.) es cronológicamente el tercero de los grandes dramaturgos griegos de la época clásica (Esquilo, Sófocles) y ha escrito más de setenta tragedias, de las cuales sólo se conservan diecisiete. Su teatro se caracteriza por abordar con libertad el tratamiento de la materia mítica, desacralizar a los héroes y a los dioses, desnudar la violencia y combatir la guerra.
Eurípides es hijo del movimiento Sofístico y, por lo tanto, un escéptico y un crítico frente al mundo y ante los convencionalismos del arte trágico, que habían aceptado sus grandes predecesores.
Compone tragedias porque tiene un mensaje para enviar y quiere transmitirlo a los auditorios multitudinarios. Aborda sus obras desde el ángulo del hombre, con una amplia visión y un penetrante conocimiento de la condición humana, porque allí se radica su interés de artista psicólogo. Considera a los dioses como poderes ciegos e irracionales de la naturaleza y no se detiene en los seres excepcionales sino en la humanidad toda y, por ello repara en caracteres hasta entonces desdeñados.
La compasión y la comprensión intuitiva forman parte de su arte. Medea, su obra, comienza con la aparición de un narrador que sintetiza la historia de la maga Medea, hija del rey de Cólquide y nieta del Sol. Usando sus dotes de hechicera y enamorada del griego Jasón, enemigo de su patria, Medea lo ayuda a conquistar el vellocino de oro, y luego huye con los Argonautas hacia Grecia.
Para darle la victoria a su amado, ella no duda en traicionar a su pueblo y a su padre y matar a su hermano. Cuando el rey Creonte quiere casar a la princesa con Jasón, Medea usa sus artes mágicas para destruir a la novia y al rey y, como si esto fuera poco, mata también a sus hijos como forma de vengar el desamor del padre.
Una tarima en forma de cruz y una silla como trono, junto a un cántaro con agua, son los elementos escenográficos en los que se desarrolla la acción. La actriz vestida de negro y con un largo chal que maneja magistralmente para las distintas caracterizaciones, es el eje fundamental del espectáculo.
Con una técnica actoral que recuerda al Odín Teatret de Eugenio Barba, presenta la visión de la mujer sobre los distintos acontecimientos que entretejen el mito. Textos en diferentes idiomas no dificultan la comprensión de lo que se transmite a través del cuerpo y de la gestualidad de una muy buena intérprete. La música en vivo se ensambla a la perfección con los gestos, movimientos y palabras y contribuye a dar énfasis y claridad al mensaje que se universaliza, trascendiendo los límites del tiempo y del espacio.
En síntesis: un espectáculo apoyado esencialmente en el generoso trabajo de Livia Koppmann y en su despliegue actoral arriba del escenario.
Ficha técnica:
Obra: Medea, la que ríe
Autor: Eurípides (versión libre).
Intérprete: Livia Koppmann.
Música: Ariel Radeland.
Director: Edgar De Santo.
Lugar: Viejo Almacén El Obrero (13 y 71).
Ultima función: domingo 9 a las 21.30 hs.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2001/09/04/pdf/20.pdf
A pedido del público que colmó la sala en las distintas funciones, se realizan en el Viejo Almacén El Obrero (13 y 71) nuevas presentaciones de la obra basada en Medea
Por Ana M. Tótoro
Especial para Hoy
Eurípides (484-406 a.C.) es cronológicamente el tercero de los grandes dramaturgos griegos de la época clásica (Esquilo, Sófocles) y ha escrito más de setenta tragedias, de las cuales sólo se conservan diecisiete. Su teatro se caracteriza por abordar con libertad el tratamiento de la materia mítica, desacralizar a los héroes y a los dioses, desnudar la violencia y combatir la guerra.
Eurípides es hijo del movimiento Sofístico y, por lo tanto, un escéptico y un crítico frente al mundo y ante los convencionalismos del arte trágico, que habían aceptado sus grandes predecesores.
Compone tragedias porque tiene un mensaje para enviar y quiere transmitirlo a los auditorios multitudinarios. Aborda sus obras desde el ángulo del hombre, con una amplia visión y un penetrante conocimiento de la condición humana, porque allí se radica su interés de artista psicólogo. Considera a los dioses como poderes ciegos e irracionales de la naturaleza y no se detiene en los seres excepcionales sino en la humanidad toda y, por ello repara en caracteres hasta entonces desdeñados.
La compasión y la comprensión intuitiva forman parte de su arte. Medea, su obra, comienza con la aparición de un narrador que sintetiza la historia de la maga Medea, hija del rey de Cólquide y nieta del Sol. Usando sus dotes de hechicera y enamorada del griego Jasón, enemigo de su patria, Medea lo ayuda a conquistar el vellocino de oro, y luego huye con los Argonautas hacia Grecia.
Para darle la victoria a su amado, ella no duda en traicionar a su pueblo y a su padre y matar a su hermano. Cuando el rey Creonte quiere casar a la princesa con Jasón, Medea usa sus artes mágicas para destruir a la novia y al rey y, como si esto fuera poco, mata también a sus hijos como forma de vengar el desamor del padre.
Una tarima en forma de cruz y una silla como trono, junto a un cántaro con agua, son los elementos escenográficos en los que se desarrolla la acción. La actriz vestida de negro y con un largo chal que maneja magistralmente para las distintas caracterizaciones, es el eje fundamental del espectáculo.
Con una técnica actoral que recuerda al Odín Teatret de Eugenio Barba, presenta la visión de la mujer sobre los distintos acontecimientos que entretejen el mito. Textos en diferentes idiomas no dificultan la comprensión de lo que se transmite a través del cuerpo y de la gestualidad de una muy buena intérprete. La música en vivo se ensambla a la perfección con los gestos, movimientos y palabras y contribuye a dar énfasis y claridad al mensaje que se universaliza, trascendiendo los límites del tiempo y del espacio.
En síntesis: un espectáculo apoyado esencialmente en el generoso trabajo de Livia Koppmann y en su despliegue actoral arriba del escenario.
Ficha técnica:
Obra: Medea, la que ríe
Autor: Eurípides (versión libre).
Intérprete: Livia Koppmann.
Música: Ariel Radeland.
Director: Edgar De Santo.
Lugar: Viejo Almacén El Obrero (13 y 71).
Ultima función: domingo 9 a las 21.30 hs.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2001/09/04/pdf/20.pdf
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