Septiembre, el mes del teatro
Según se anunció, variedad y calidad serán las premisas de la tercera edición del Festival Internacional de Buenos Aires
Viernes 23 de marzo de 2001 | Publicado en edición impresa LA NACION
Analizada en bloque, la temporada actual del pomposo Complejo Teatral de Buenos Aires pinta como poco tentadora. En medio de ese panorama, para ver algo realmente inquietante habrá que esperar hasta el 12 de septiembre.Ese día, el gobierno porteño inaugurará la tercera edición del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA),que ayer fue presentado en el Teatro San Martín por Jorge Telerman, secretario de Cultura de la Ciudad; Ricardo Manetti, subsecretario de Industrias Culturales; Kive Staiff, anfitrión; Gabriela Casabé, directora del encuentro, y el dramaturgo Mauricio Kartun, uno de sus dos curadores internacionales junto al director y autor teatral Daniel Veronese, actualmente en el extranjero.
Si el primer encuentro escénico dedicado al teatro, la danza, la música y las artes visuales significó instalar el festival en la ciudad, el segundo sirvió para dar a conocer a algunas figuras fundamentales de las artes escénicas, como Peter Brook y Robert Wilson.
-¿Cuál será el eje del próximo?
Casabé: -Por una parte, queremos abrir el festival a toda la ciudad. O sea, hacer que se viva mucho más allá de lo que suceda en las salas. Y desde la programación, la intención es la de traer a compañías que nunca se hayan presentado en Buenos Aires.
Kartun:- Partimos de la premisa de insistir en la variedad, de investigar nuevos caminos. Todo esto, sosteniendo los parámetros de calidad, algo fundamental, y de variedad. Con lo que traeremos se cumple con esos parámetros.
Casabé: -Hoy, Christoph Marthaler (el director de "Murx, una velada patriótica") ya es conocido aquí. El mismo trabajo queremos darnos con un director como Josef Nadj, un artista muy importante en Europa pero nuevo para nosotros. Tenemos que presentar al público local nuevos directores, nuevas puestas.
Si en las ediciones anteriores algunos espectáculos fueron seleccionados a partir de un video, esto no pasará en la que se desarrollará del 12 al 30 de septiembre. Por ello, los curadores salieron a otros festivales buscando nuevos montajes. ¿El resultado? El 90 por ciento de las obras seleccionadas fueron vistas en vivo por uno de los curadores. "A partir de esa recomendación apasionada, los demás lo veíamos en video", apunta Kartun.
-¿Qué otras experiencias recogieron de las ediciones anteriores?
Kartun: -Se nos reafirmó muchísimo la necesidad de volver a invitar a programadores culturales internacionales. Eso dio muy buenos resultados, porque luego se llevaron obras locales. Una vez más apostaremos a ese intercambio.
-La presencia de esos programadores implicó que una cantidad de grupos argentinos viajara a otros encuentros. Pero lo que no se consiguió, y entiendo que excede al festival, es que la Cancillería o las secretarías de Cultura aportaran los pasajes para que esos grupos viajaran. Faltó un real compromiso.
Casabé: -Como vos decís, excede a la política del FIBA. Yeso se nos viene en contra, porque nosotros conseguimos que algunas compañías vinieran con pasajes pagos, pero cuando los otros necesitan que nosotros paguemos, la plata no está. Es una falla que quiero creer que se va a ir solucionando, pero no tengo garantías.
Kartun: -No hubo un plan complementario. Esperemos que después de esta edición se abran los ojos para que eso no vuelva a suceder. Sobre todo porque no todos los países organizadores de un festival consiguen que otros programadores se entusiasmen con la producción local. Debería entenderse que el teatro puede ser un gran embajador.
-Los curadores internacionales ponen especialmente el ojo en lo que se genera en Buenos Aires. ¿Ustedes repararon en lo que se produce en alguna región en particular?
Casabé: -Si bien no fue una premisa, hay una importante programación de espectáculos de Europa del Este. Pero fue algo casual: en diferentes viajes nos empezamos a encontrar con excelentes producciones de Lituania, Rusa, Hungría...
Kartun: -Muchas veces los festivales se organizan no por el criterio estéticos de quienes seleccionan, sino por las posibilidades económicas que brinda la oferta. O sea: qué hay y qué puede venir, qué está cerca. Nosotros, en realidad, cuando nos entusiasmamos con un espectáculo, peleamos hasta poder traerlo.
Casabé: -Y como a veces no podemos traer un grupo nosotros solos, buscamos pares, como el Festival de Porto Alegre. Eso hace que amorticemos los costos. Con orgullo podemos decir que la programación es muy buena. Traemos lo que quisimos dentro de todo lo que vimos.
Kartun: -Tampoco hay algún espectáculo de compromiso, ni golpes de efecto.
-¿La inauguración del segundo Festival con Vittorio Gassman fue un recurso efectista, de prensa?
Casabe: -Absolutamente.
-¿Habrá algo de eso en esta nueva edición?
Casabe : -No lo hay. Y fue una decisión difícil de tomar. Estuvimos buscando un nombre que a la gente le atraiga, como fue Gassman en su oportunidad, pero lo descartamos.
El IIIFestival Internacional de Buenos Aires se abrirá con el maestro Goran Bregovich y su banda de 40 músicos que interpretará los temas más famosos que compuso para las películas "Tiempo de gitanos", "Sueños en Arizona" y "Underground", del gran Emir Kusturica. Cada espectáculo hará como mínimo tres funciones, en vez de dos, como fue anteriormente. Los organizadores piensan estrenar un montaje por noche para que cada grupo internacional pueda tener la bienvenida que se merece.
El mayor encuentro escénico con que cuenta el país tendrá lugar en todas las salas del Gobierno de la Ciudad y en el Teatro Cervantes, que depende del gobierno nacional. De todos modos, la movida se abrirá también a la calle con dos espectáculos internacionales: el franco-argentino "Las tentaciones de lo atípico", por la Compañía Ilotopie, y los holandeses de Dogtroep, con "Onno", todavía sin confirmar. El cierre será con un gran montaje a cargo de Jorge Pastorino y Edgardo Rudnitzky, que tendrá lugar en el puente viejo de La Boca.
La programación nacional todavía no está definida. Los 20 espectáculos locales harán dos funciones cada uno en distintas semanas para que puedan ser vistos por los programadores internacionales.
Pero no todo pasará por los escenarios. Entre la serie paralela se destaca la realización del Primer Seminario Internacional de Maestros de Teatro Contemporáneo. "La idea es armar un seminario -explica Kartun, autor de la idea- en el cual unas diez grandes personalidades del teatro den clases sobre distintos temas. Sería en una sala teatral en la que pueda presentarse la mayor cantidad de alumnos".
No se tratará de ninguno de los directores que muestren su trabajo y, aunque los organizadores prefieran no dar nombres porque no está confirmado el fixture definitivo, barajan puestistas de la talla de Peter Brook, Robert Wilson, Frank Castorf o Christoph Marthaler.
Para convencer a los grupos o a los directores, Casabé cuenta con un as en la manga:"Que tenga lugar en Buenos Aires es bueno a la hora de negociar, porque las compañías quieren venir".
-¿Sienten que está instalado el Festival?
Casabé: -En un país como el nuestro se pueden asegurar pocas cosas.
Kartun: -Si no sigue será por cuestiones políticas, no por otro motivo.
Más allá de esas cuestiones siempre turbias, el Festival Internacional de Buenos Aires se ha convertido en uno de los acontecimientos teatrales más importantes del país. Su tercera edición se puso en marcha. La gran escena del mundo promete hacerse una escapada por Buenos Aires. La mesa para la fiesta está servida.
Alejandro Cruz
El costo total del encuentro. Según Telerman, el Estado porteño invertirá de 200 a 700 mil pesos, en el peor de los casos.
Serán las obras extranjeras. Los elencos harán por lo menos tres funciones durante los 18 días.
Las piezas nacionales. 20 serán seleccionadas por el comité curador hasta abril y la otra cerrará el encuentro escénico.
El número total de invitados extranjeros. Esa cifra no incluye los programadores ni los maestros internacionales.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=57062
Será el costo de los abonos. Ellos servirán para presenciar a dos grupos extranjeros.
Un programa que recorre el mundo
Abarca también la música y la danza
* Alemania: "Körpe" ("El cuerpo" o "Los cuerpos") y "Zweiland" ("Doble paisaje"), dirección y coreografías de Sasha Waltz, a cargo de la compañía Schaubühne am Lehniner Platz, de Berlín.
* Alemania: Roger Hanschel y Auryn Quartett, obras compuestas para cuarteto y saxofón.
* Bélgica: "Iets op Bach"("Algo sobre Bach"), dirección de Alain Platel, por la Compañía Les Ballets C. de la B. Espectáculo de danza-teatro que toma como base la música barroca de Johann Sebastian Bach, ejecutada por la Baroque Ens emble, que dirige Roel Dieltiens.
* Canadá: "La historia de la oca", espectáculo dirigido por Daniel Meilleur por la Compañía Les Deux Mondes. La obra explora el problema de la violencia infantil.
* Chile: "Hechos consumados", por el grupo Teatro La Memoria, de Alfredo Castro. Pieza de Juan Radrigán estrenada en 1981.
* España: "Conocer gente, comer m...", por La Carnicería Teatro, que dirige el argentino Rodrígo García. El montaje propone una mirada satírica sobre la desorientación y el tedio de la vida moderna.
* Estados Unidos: "Drácula", por Philip Glass Ensemble. Este renovador de la música experimental compuso la música para una versión de "Drácula" en video y estará en Buenos Aires.
* Estados Unidos: "House", obra dirigida por el dramaturgo y puestista Richard Maxwell. Este maestro de los silencios ofrece una historia atravesada por el humor y el desparpajo.
* Europa del Este: Goran Bregovic Funeral & Wedding Band and Orchestra vienen a tocar los temas que compuso para las películas "Tiempo de gitanos", "Sueños en Arizona" y "Underground", de Emir Kusturica.
* Francia: "Les veilleurs" ("Los serenos"), obra dirigida por Josef Nadj sobre la base de la música de Mauricio Kagel, interpretada por el Centro Chorégraphique National d´ Orleans. La obra se basa en el universo de Kafka usándolo c omo caja de resonancia.
* Francia-Argentina: "Tentations d´atypismes" ("Las tentaciones de lo atípico"), por la Compañía Llotopie. La compañía ofrecerá una intervención teatral compuesta por un espectáculo nocturno y otro basado en performances diurnas.
* Holanda: "Onno", por la Compañía Dogtroep. Espectáculo al aire libre que se adapta y reelabora en relación con el sitio donde se presente.
* Inglaterra: "Fix y rush" ("Fijo y apuro"), por Akram Khan Company, con coreografía de Akram Khan. Montaje que fusiona sonido, movimiento y luces.
* Italia-Holanda: "Extra dry", por la Compañía Emio Greco & PC, coreografía de Emio Greco y dirección de Pieter C. Scholten. La pieza forma parte de un tríptico que expresa el deseo de una sincronizada manifestación al unísino del cuerpo y la mente.
* Lituania: "Ugnies veidas" ("Cara quemada"), por la compañía Oskaras Korsunovas Theater, que dirige el mismo Korsunovas. Su teatro busca reunir artistas jóvenes y generar las condiciones favorables para poner en marcha sus pro yectos.
* Lituania: "Hamlet", con dirección de Eimuntas Nekrosius, por la Compañía Menofortas. Para el papel de Hamlet el director convocó a la estrella de rock lituana Andrius Mamotovas. Con este contraste, enfatiza la caracterización de Hamlet como un bruto salvaje e inocente enfrentado con el mundo que lo rodea.
* Rusia: "The white cabin", por la Compañía Axe, teatro ruso de ingeniería. Autor y dirección: Massim Issaev yPavel Semtchenko. El montaje combina el espacio, la música y las actuaciones hasta construir una nueva dimensión.
* Uruguay: "El cerdo", por la Compañía Trenes y Lunas. Dirección y puesta en escena a cargo de Alberto Rivero. Adaptación de la novela "Strategie pour deux jambons", de Raymond Cousse. En este unipersonal, el protagonista, desde su óptica porcina, argumenta sobre los conflictos, situaciones y actitudes.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=57063
Sasha Waltz, alemana y renovadora
La talentosa coreógrafa dirige la compañía Schaubühne, que llegará con dos obras
En las dos ediciones del Festival Internacional de Buenos Aires, la presencia de los grupos alemanes se convirtió en unas de las más inquietantes. En la primera oportunidad, los organizadores, junto al Instituto Goethe, trajeron por primera vez al Berliner Ensemble con una versión de "La resistible ascensión de Arturo Ui", de Bertolt Brecht, con puesta de Heiner Müller. El resultado fue una verdadera ovación.
Hace dos años, fue el turno de "Murx, una velada patriótica", por la compañía Volksbühne, según puesta del director suizo Christoph Marthaler y dramaturgia de Matthias Lilienthal. Para muchos, ese montaje fue el punto culminante de un encuentro que reunió trabajos de puestistas de la talla de Robert Wilson y Peter Brook.
Con semejantes antecedentes, seleccionar a un nuevo grupo germano no debe haber sido tarea fácil. Finalmente, la decisión recayó en la compañía Schaubühne que traerá dos obras: "Körpe" ("Los cuerpos" o "El cuerpo") y "Zweiland" ("Doble paisaje" o "Doble terruño"), obras de la talentosa coreógrafa Sasha Waltz.
En perspectiva, el público porteño tendrá así la posibilidad de tener un inquietante pantallazo de la escena berlinesa, la más vanguardista y activa de toda Alemania. El movimiento escénico berlinés está básicamente dominado por cuatro salas oficiales dedicadas al teatro de prosa: el Berliner Ensamble, el Deutsches Theater, la Volksbühne y la Schaubühne. El primero intenta resurgir de sus ruinas y de la pátina museística que muchos le critican. El Deutsches, comandado por Thomas Langhoff, se debate con el pasado.
Cuando el dramaturgista Matthias Lilientahl visitó por primera Buenos Aires, en 1999, dio su visión del asunto: "El Berliner prácticamente no existe después de la muerte de su director, Heiner Müller. El Deutsches es una sala donde se hace teatro risueño para odontólogos. Por eso, nosotros les prohibimos la entrada a los dentistas". Claro que su visión puede tildarse de subjetiva ya que, para ese entonces, Lilienthal se desempeñaba con dramaturgista en jefe de la Volksbühne.
Esa sala, que desde 1992 dirige Frank Castorf, se convirtió en una especie de cantera de la vanguardia alemana. "El teatro que hacemos está dirigido a perturbar los mundos emocionales de los espectadores", apuntaba Lilienthal, actual director del festival Theater der Welt, que tendrá lugar el año próximo.
Esa sala emblemática del este berlinés actualmente está atravesando por serios problemas económicos, y directores de la talla del suizo Marthaler o el mismo Lilienthal abandonaron sus puestos. El viejo acorazado Potemkin, como muchos la denominan, parece estar redefiniendo su rumbo. En contraposición, quien parece tomar la posta es su enemiga : la Schaubühne.
La pica tiene su explicación: la primera, "teatro del pueblo" en castellano, se alza orgullosa de su pertenencia al Este. Ubicada frente a la plaza de Rosa de Luxemburgo, todas las noches enciende un gran cartel de neón que dice "ost" ("Oeste") en medio de grandes banderas rojas. Por su parte, la Schaubühne, "teatro de espectáculos", está ubicada sobre la paqueta avenida de Ku Damm, lugar en el cual están las mejores tiendas de marca y uno de los sitios turísticos más transitados de la fascinante Berlín.
La sala, un antiguo cine, tuvo su período de esplendor durante la gestión del director Peter Stein, cuya premisa de programación fue el rescate los autores clásicos y el trabajo con autores emergentes. Allí, en plena década del 70, Luc Bondy, Botho Strauss y Klaus Michael Grüber desarrollaron la teoría de actualización de los griegos.
Pero los tiempos cambian. "Si hoy llamaran a Peter Stein para dirigir una obra, seguramente no vendría", afirmaba Jens Hillje, uno de los directivos de la Schaubühne en una entrevista publicada en la revista Brecha, de Montevideo. Y debe tener razón, porque el cambio de rumbo fue verdaderamente abrupto. Cuando las autoridades de cultura designaron al frente de la sala a la talentosa Sasha Waltz, juntamente con el dramaturgo Thomas Ostermeier, el "barrio" teatral berlinés estalló en llamas. Es de imaginar: la mítica Schaubühne pasaba a manos de una mujer de apenas 30 años que, para colmo, era una coreógrafa.
La nueva gestión se inauguró con "Körpe" un espectáculo que, por elevación, sirvió para sentar las bases de la nueva dirección.
Para el momento de su estreno, la revista del Festival Internacional de Edimburgo sostuvo que con ese montaje,"Waltz también desnuda a la Schaubühne, limpiándola de los inmensos decorados de los que hacía gala la generación anterior. Si existe una metáfora para el hecho de regresar al origen evitando el artificio, eso está encarnado en "Körpe", que vuelve a lo esencial desnudando la escena de los objetos superficiales".
En una especie de manifiesto, Waltz, para varios críticos la nueva Pina Bauch, sostiene:"En un contexto de claros frentes ideológicos, el pensamiento alternativo es una de las grandes pérdidas. Vivimos en un medio difuso, sin conocimiento. Debemos empezar por el principio".
En medio de esa profunda reelaboración conceptual, Buenos Aires tendrá la posibilidad de ver a dos de sus montajes más elogiados. Simplemente un lujo.
A.C.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=57064
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