viernes, 9 de octubre de 2009

Teatro Independiente en Buenos Aires


 Clubs&Countries N° 191 - CULTURA - Teatro off en Buenos Aires

El arte de ser independiente. Los barrios de Abasto y Almagro sorprendieron en los útimos años por ser el centro de un movimiento que se había gestado con fuerza en San Telmo, un circuito alternativo que le dio la posibilidad de expresión a nuevos artistas y también a grandes figuras que encontraron el espacio que muchas veces no les daba la radiante calle Corrientes. Primero como novedad, luego como resistencia y finalmente como una auténtica expresión de arte, en este número, Clubs & Countries recorre el teatro más artesanal de todos: El Off de Buenos Aires.

Txt: José Medrano
Fotos: Karen Vinueza


En New York los teatros están claramente divididos entre aquellos que ofrecen sus obras sobre la calle Broadway y aquellos que lo hacen por fuera de ella. La diferencia es tan notoria que se ofrecen como “On Broadway” y “Off Broadway” y en Buenos Aires pasa un poco lo mismo. Se tomó ese modo y todo aquello que quedó fuera del circuito comercial ubicado en la avenida Corrientes pasó a ser el “Circuito Off”, aunque muchos prefieran llamarlo, simplemente, teatro independiente. 

Walter Duche, junto a su socio Alejandro Zárate, son posiblemente dos de los referentes más destacados de este tipo de teatro. No porque sean artistas ellos, sino porque a través de su agencia de prensa desde hace veinte años que se dedican a promocionarlo. Para Walter las terminologías solamente responden a modas del momento y el teatro independiente, como prefiere llamarlo, tiene un crecimiento continuo y sólido que escapa a cualquier moda y lo ubica, hoy en día, como una de las escenas culturales más fuertes de la ciudad. 

“En estos últimos diez años, el teatro alternativo o independiente fue una respuesta a la crisis económica y a la necesidad de expresión que tuvieron los artistas. De hecho es también algo que muchos actores consagrados todavía conservan, ya que muchas veces no tienen otro lugar para expresarse”, comienza Walter mientras agrega: “En el circuito comercial está todo más estanco y es mucho más difícil mostrar una obra propia. Por eso muchos están volviendo al teatro independiente”. 

En Buenos Aires, los orígenes de este teatro pueden ubicarse cerca de la década del 30, cuando primero con el teatro La Campana y luego con lo que es hoy el Teatro del Pueblo, muchos artistas escaparon de los cánones más tradicionales para mostrar diferentes facetas dentro del mismo arte sobre tablas: “El circuito independiente tiene una tradición muy antigua en Argentina y desde entonces fue buscando su lugar y se fue amoldando a los distintos vaivenes hasta llegar al teatro abierto que crea una conciencia mucho más activa, una búsqueda del lenguaje, una forma de expresión y resistencia. Esto ocurre a principios de los 80 y fue uno de los primeros grupos que abiertamente se puso en contra de la dictadura”, detalla Walter Duche desde sus oficinas en Villa Urquiza. 

En el ocaso del proceso militar, surge entonces una camada de dramaturguistas y directores que, muchas veces encabezados por Tito Cossa, logran hacer resurgir al teatro independiente, lo hacen más visible y popular, al punto de convertirse en el pujante “circuito off” que hoy queremos destacar. Pero para quienes se dedicaron a seguir de cerca este movimiento, el verdadero cambio en los últimos veinte años fue la llegada del profesionalismo al teatro independiente: “Una vez que empezó la actual democracia, hubo toda una movida en torno al teatro alternativo que hizo que ya no sólo se tratase de una forma de resistencia, sino de una forma de expresión mucho más abierta, el cual propició más espacios culturales, más obras y que además se empezaran a valorizar desde el Estado”, se explaya Walter que cuenta que gracias a esta explosión y al trabajo ya más ordenado de quienes construyeron el circuito se lograron triunfos como el derecho cultural para los dramaturgos y jóvenes actores, la creación de Proteatro, reforzar el Instituto Nacional del Teatro y lograr el apoyo del Fondo Nacional de las Artes. 

“Todo este crecimiento hizo que se pudieran abrir más salas, que se profesionalizara más la forma de trabajo y creo que llegamos a un punto que, no te digo que pelea de igual a igual al circuito comercial (porque para eso falta muchísimo), pero si que hay muchas obras que tienen una estructura muy bien armada desde el principio, con cada rol bien dividido y técnicamente tan equipadas como cualquiera de la calle Corrientes”, señala Walter casi orgulloso. 

GEOGRAFÍA DEL OFF.

El circuito independiente no sólo mutó y se profesionalizó, también se fue mudando de barrio. Lo que originalmente se ubicaba en San Telmo, hoy tiene su corazón entre Almagro y el Abasto que juntan más de 25 salas en un recorrido que no hay que dejar de hacer. También barrios como Boedo, Palermo y Chacarita crecieron en salas y calidad. El circuito off tiene su geografía y es bueno conocerla: “Geográficamente creo que se han armado dos circuitos muy fuertes, uno es en Almagro, sin ninguna duda, que tiene un recorrido de gente muy fiel. Igualmente hay algunas salas en San Telmo, Palermo y en la zona de Boedo, como Timbre 4, que también tienen un crecimiento muy grande. De hecho ahora está ampliando su teatro y pronto allí tendremos un pequeño complejo con dos salas, un restaurant y un bar. De todas maneras creo que la gente no se fija tanto dónde quedan los lugares, sino qué es lo que se está mostrando”, señala Duche. 

A pesar de esto, si hubiera que plantear un direccionario por barrios, en la zona del Abasto las salas más conocidas serían “El Camarín de las Musas” (Mario Bravo 960); “Abasto Social Club” (Humahuaca 3649); “El Teatro del Abasto” (Humahuaca 3549); “Espacio Callejón”(Humahuaca 3759); “El Cubo” (Zelaya 3053); “Espacio Beckett” (Guardia Vieja 3556) y la célebre Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131), para quienes Walter tiene un párrafo aparte: “El Konex tiene una filosofía más especial, como que estarían dentro del teatro independiente, pero de una manera muy particular, con otra visión del circuito que los acerca mucho al teatro tradicional. Desde el edificio nunca se terminó de definir si es súper comercial o si sigue siendo un lugar más under, tipo un Parakultural de hoy”.

Pero ya fuera del epicentro de Almagro y volviendo al antiguo San Telmo, “La Carbonera” (Balcarce 998) es sin dudas el referente el ese barrio; en Palermo, “Chacarerean Teatre” (Nicaragua 5565), “Sportivo Teatral” (Thames 1426) y “Piccolino” (Fitz Roy 2056); en Colegiales está “Gargantúa” (Jorge Newbery 3563) y “Timbre 4” de Claudio Tolcachir (Boedo 640) en el barrio de Boedo. 

“Todas son salas que llevan mucho público, les va muy bien y esto tiene que ver con las obras que eligen y con apostar a la continuidad. Entonces hay un apoyo de parte de las salas para que esto se haya logrado. Si bien nadie se va a hacer millonario con esto necesitan también apoyarlo e incentivarlo. 

BOOM DEL TEATRO INDEPENDIENTE.


Aunque Walter Duche evite decirlo, su contribución con este circuito puede verse cada vez más en páginas de Internet, guías turísticas y revistas de todo tipo. A tal punto es así que son muchas las empresas de turismo que recomiendan a los extranjeros que no dejen de visitar las obras del circuito off de Buenos Aires casi como un recorrido obligado: “Este crecimiento del teatro independiente hizo que los medios lo hayan visto y le hayan prestado más atención. Quizás acá pueda entrar nuestra pequeña contribución, porque estamos todo el tiempo buscando donde publicar, llevamos entradas y sabemos lo que recomendamos, tenemos claro que lo que se está mostrando es muy buen material. También porque se ven dentro del circuito a actores y directores muy conocidos”, explica Walter y detalla: “Claudio Tolcachir es una persona consagrada que dirige en teatro independiente y que además ha llevado su obra por todo el mundo en giras que duraron años enteros, Javier Daulte también viene del mismo circuito y tuvo Baraka en Calle Corrientes con un éxito inédito y acaba de estrenar Caperucita en el circuito comercial. Daniel Veronese también es el mismo caso, es gente que viene del under y luego monta su obra en calle Corrientes, aunque sin retirarse del todo. Y bueno, la gente tampoco es tonta, ve que el circuito está creciendo y se fijan en eso”.

El off de Buenos Aires ha ganado en tamaño y calidad, en nombres y en ofertas, y la onda expansiva de este boom continúa en crecimiento. Desde el viejo Teatro del Pueblo a la explosión de movimientos como el Parakultural que ha dejado un tendal de artistas que hoy triunfan en todos los circuitos, desde las pequeñas salas que se reproducen con ganas de mostrar nuevas facetas y mejores obras.

“Se han abierto en este último tiempo muchas salas y la verdad que muchas aún no las terminé de conocer, aunque en su mayoría son gratas sorpresas”, cuenta Walter que agrega: “aunque no todas abren con todo puesto, siempre están con la intención de equiparla bien y ponerle talento a todo lo que hacen. Además hoy tienen el apoyo del Estado que es algo que antes no existía y que ayuda a que la oferta sea cada vez más variada y mejor”. 

Lo cierto es que el futuro del teatro independiente es por lo menos muy auspicioso, lo antecede una fuerte tradición de artistas, directores y dramaturgos, y al día de hoy lo continúan jóvenes con la misma fuerza creadora. Walter, además, sabe que es un movimiento que tolera las crisis y las embestidas financieras sin mayores problemas, gente acostumbrada a pagar caro su derecho de piso y a dejar su huella en la historia del arte argentino. Según cuenta, esto se ve porque su trabajo nunca decae, porque las obras se siguen exhibiendo y porque si uno se pasea distraídamente por alguno de los barrios porteños del “nuevo off”, seguramente y casi sin proponérselo, se encontrará con alguna obra que lo cautive. Finalmente, de eso se trata todo: de cautivar almas y mostrar aquello que no tiene lugar entre las marquesinas del centro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

  Balance de teatro 2024 En un año con fuerte retracción del consumo y un ataque inusitado al campo de la cultura, la caída de la actividad ...