viernes, 6 de marzo de 2009

"Me tiré al vacío porque me sentía…vacía"

Edición 1680 | 6 de marzo de 2009

Personajes | Jazmín Stuart (36)

Actriz, guionista y directora, es alérgica a internet y a las tiras televisivas. El achatamiento cultural y la generación audiovisual.

Por Fernanda Sandez


Pese a tener una de esas caras que las cámaras adoran, es el reverso perfecto del “bicho de televisión”. Escribe teatro, dirige cine y hace del perfil bajísimo un modo de vida. “Hay mil actores que no son mediáticos y que no paran de trabajar”, se ¿justifica?, pero su cara viene viajando desde el fondo del tiempo. Jazmín Stuart, la ex chica bonita de la tira “Verano del 98”, es idéntica a Elizabeth Siddal, la musa de un movimiento artístico que hace doscientos años propuso algo así como la abolición del futuro. Según ellos, nada valioso se había hecho en materia de pintura después de Rafael. De allí su nombre (los prerrafaelistas), y su fijación con mirar hacia atrás. A su modo, también Jazmín tiene una cierta nostalgia por lo antiguo, por las cosas hechas a la vieja usanza.

Habla en voz muy baja, es alérgica a internet y se toma todo el tiempo del mundo para elegir lo que hace. Así fue como, por ejemplo, terminó actuando en “Los paranoicos”, una película que ya le ha traído un par de alegrías: “Ahora estamos nominados a los Premios Cóndor tanto el director, Pablo Medina, como yo. Medina como mejor director de ópera prima, y yo, como revelación femenina”.

Noticias: Pero, ¿cómo “revelación”? ¿No se “reveló” hace rato?


Jazmín Stuart: (risas) Y…sí. Pero si para los cronistas de cine soy una revelación, bienvenido sea.

Noticias: ¿Antes de “Los Paranoicos” en qué andaba? Estaba algo desaparecida…

Stuart: Estaba haciendo teatro. Dirigía “La mujer que al amor no se asoma”, que estuvo dos años en cartel. Yo la escribí, la dirigí y además actuaba, junto a cinco actores. La obra hablaba sobre la dificultad de las mujeres de lograr una relación equilibrada y sana con un hombre.

Noticias: Deprimente panorama…

Stuart: No, porque todo era dicho con mucho humor y autocrítica. Además, al final cerraban con la idea de que hay que confiar y entregarse. Tenía su cierre positivo, digamos.

Noticias: ¿Era en plan “un canto a la vida”?

Stuart: (risas) No, más que un canto a la vida era: “Bajá un poco la guardia, nena”. “Relajémonos, chicas”.

Noticias: ¿Cómo sobrevive alguien tan zen como usted en un estudio de televisión?

Stuart: Yo hice seis años ininterrumpidos de tira diaria. Hice “Verano del 98”, “Los buscas”, “22, el loco”, “Kachorra”, “Son Amores”, en Pol-ka, y ahí me planté. Fue un golpe de timón muy fuerte, pero me tiré al vacío porque me sentía…vacía, justamente. Estaba como en automático. He llegado a grabar dieciocho horas por día. ¡Una vez grabé veintitrés horas!

Noticias: Y en la hora que le sobró, ¿qué hizo?


Stuart: ¡Me morí! (risas) Me han propuesto muchísimas veces hacer tiras diarias. Pero eso te consume diez meses de veinticuatro horas al día. Y en este momento tengo otras prioridades. Estoy trabajando como directora en Doble A, una productora de cine y publicidad donde somos muchos directores que hacemos publicidad para Argentina y para afuera.

Noticias: ¿Cómo “somos directores”? ¿Usted no era actriz?

Stuart: Sí…y no. Yo estudié dirección de cine en la Universidad del Cine, durante tres años y medio. Trabajar como actriz nunca estuvo en mis planes. Pero cuando egresé y vi que la industria del cine estaba parada, no tuve problema en adaptarme y ser actriz.

Noticias: ¿Le gusta lo que hay en televisión?

Stuart: La verdad es que he visto muy poquito. Sí vi algunos capítulos de “Lalola”, algunos de “Todos contra Juan” (y me pareció muy divertido), vi “Socias” y me pareció que estaba bien… Lo único es que “Socias” es para otra generación, ¿no?

Noticias: ¿Por qué? ¿A la gente de su generación qué le interesa?

Stuart: Mirá, hace muy poco, al enterarme qué fue de la vida de muchos compañeros míos del colegio, me di cuenta de que estamos todos muy orientados hacia lo artístico y a lo visual. Nuestra generación se tiró muy para ese lado. Hay directores, diseñadores, fotógrafos…

Noticias: Ustedes son los bebés de la dictadura.

Stuart: Sí, pero los de treinta, más que los bebés de la dictadura somos los adolescentes del menemismo. Y te digo que no sé qué es peor, porque realmente yo recuerdo la adolescencia, en lo que a la cultura se refiere, como el arribo de una chatura importantísima. Que creativamente hayamos sobrevivido a eso, es un milagro.

Noticias: ¿Se siente afortunada en ese sentido?

Stuart: No (risas). Estoy agradecida, pero siento que aún no estoy donde querría estar. A nivel oficio, todavía no le encontré la vuelta. Yo admiro mucho a quienes ya van por su segunda o tercera película, estructuraron un lenguaje y ya tienen su personalidad artística definida.

Noticias: Pero, ¿eso no lo trae el tiempo?


Stuart: Es verdad. Pero cuando yo escribí mi primera obra, lo hice de un saque. Me parecía tan remota la posibilidad de concretar ese proyecto, que eso me dio libertad. Pero una vez que llevaste a cabo un proyecto, y funcionó, ¿cómo hacés para llevar a cabo el próximo sin tener miedo?

Noticias: Claro, es el síndrome de Salinger: una obra exitosa y después, el desierto…

Stuart: ¡Y a mí esas cosas me parecen trágicas! Quizá es mejor que no te vaya demasiado bien con nada, así seguís intentando. Igual, ahora tengo la energía puesta en varios frentes: estoy trabajando en la productora, estoy con un proyecto de una película, estoy escribiendo una obra de teatro, cada tanto trabajo como actriz…

Noticias: O como modelo…

Stuart: No, yo nunca fui modelo. Hice un laburo puntual para una marca, pero no lo haría indiscriminadamente.

Noticias: ¿Al menos se divirtió?

Stuart: Más o menos. Digamos que medio lo padecí.

Noticias: Google dice otra cosa…

Stuart: Ay, sí, alguna vez me googlé. ¡Y es un horror googlearse! Es un espanto, no se lo recomiendo a nadie. Internet es maravilloso, pero también es una democratización exagerada de las personas y de los temas. Entonces, al abrir internet ya no sos una persona; sos un ícono carente de tridimensionalidad. Sos un objeto. Y, para peor, está el archivo. Entonces quedan registrados los hechos, pero además todas las opiniones de todos sobre esos hechos. Y eso es algo que puede resultar muy desestabilizador. Tengo colegas actrices a las que les pasó lo mismo: después de la primera vez, nunca más se asomaron a Google. Porque la exposición siempre es fea. Y cuando la persona que está ahí expuesta sos vos, es duro.

Fuente: http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.php?art=1900&ed=1680

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