viernes, 20 de marzo de 2009

Manadas

20 de marzo de 2009

Un hombre recibe un llamado y le dicen que ganó un inesperado concurso: un viaje. ¿Qué le sucede? No puede decidir qué quiere, o, no puede decir que no. Se enferma. Y, solo en las rutinas necesarias para recuperarse de la enfermedad, encuentra una aproximación a la felicidad. Esta narración, a través de una expresión impasible, una ingenuidad dolorosa va generando una hilaridad casi involuntaria, una extraña ironía.

Nos dice Catani, “los presupuestos formales de la indagación en el taller con los actores pasaron por un “estar” desdramatizado, una expresión impasible, una teatralidad en grado cero.

Me interesaba trabajar una desconexión entre sentido, emoción y expresividad.

Sostenerse en la conexión con una realidad interna en la idea de producir una inexpresividad, quizás hermética, pero intensa. Dejándose entrever en la aparente no-vitalidad de esa configuración

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

  Balance de teatro 2024 En un año con fuerte retracción del consumo y un ataque inusitado al campo de la cultura, la caída de la actividad ...