Martes 27 de mayo de 2008 | Publicado en edición impresa
Sofía Gala Castiglione
La actriz, de 23 años y embarazada de su primer hijo, estrenará pasado mañana La ronda, una comedia romántica dirigida por la debutante Inés Braun
Sofía Gala Castiglione no anda con vueltas. Es muy jovencita, e incluso por su rostro aniñado podría pasar por menos de los 23 años que acredita su DNI. Esa cualidad, sumada a su actitud, desafiante para los más estrictos y prejuiciosos, algo áspera al hablar de temas como el sexo y la religión, por ejemplo, y el hecho de que protagonizara un desnudo de adolescente, junto con su madre, Moria Casán y, más recientemente, otro en un espectáculo de Fernando Peña, ayudaron en la tarea de crear un halo perverso que la acompaña noche y día, e hipnotiza a más de uno.
Sofía Gala es, nadie puede ponerlo en duda, bonita e inteligente, terminante y concreta a la hora de las decisiones o de poner los puntos sobre las íes. Por eso, poco antes de la conferencia de prensa organizada para la presentación de su última película ( La ronda, de la debutante Inés Braun, que pasado mañana estrenará Primer Plano) en un restó de Palermo Valley , la actriz supo dar la nota. Ante una pregunta inoportuna, de esas que nunca faltan de parte de algún cronista acreditado por un semanario amarillo, se le escuchó, a viva voz, una respuesta muy cercana a aquel "rajá, turrito, rajá" con que el farmacéutico Ergueta puso el broche final a un diálogo con Erdosain en Los siete locos . Fue un textual "¡Tomatelás, s...!", que sonó como un latigazo del Zorro en medio de la conferencia. Sin embargo, unos segundos después, la joven está repuesta: Sofía Gala sonríe y se hace cómplice de una veintena de cámaras.
Era lógico: no se trata de un personaje sacado de la fauna decadente de Roberto Arlt, ni mucho menos, sino nada más ni nada menos que de la hija de una pareja de figuras de la revista porteña, en particular de una vedette que fue y sigue siendo tan graciosa como polémica cada vez que abre la boca, y que vivió una infancia y adolescencia a todo vértigo en medio de idas y venidas bastante singulares que templaron su carácter. Hace poco más de una semana, su embarazo, confirmado por su mamá en Almorzando con Mirtha Legrand, fue tema de conversación nacional. Y lo seguirá siendo.
Sofía Gala compone uno de los seis personajes centrales de la ópera prima de Braun, acerca de hombres y mujeres solitarios, seres que necesitan amar y ser amados; algunos, con mejor suerte; otros, con peor suerte. Entre los primeros se anota el que le tocó a ella, una amable, entradora y siempre optimista mesera de bar que intercambia mensajitos de amor con su novio, hasta que, sorpresivamente, éste la abandona. El es un asesor inmobiliario que no sabe muy bien lo que quiere (interpretado por Fernán Mirás), que se relacionará con una potencial clienta (encarnada por Mercedes Morán). Son los tres primeros eslabones de una cadena que terminará cerrándose, o al menos eso parece. Los otros están a cargo de Walter Jakob, Leonora Balcarce y Rafael Spregelburd.
EN ASCENSO
Quienes hayan leído el reportaje a Sofía Gala publicado por la revista Rolling Stone en 2005, imaginarán que la actriz, en ascenso desde que fue figura principal de El resultado del amor , la película de Eliseo Subiela por la que fue premiada en Huelva, que acaba de hacer en teatro Secreto entre mujeres , junto a Norma Pons y Silvia Pérez, y que es una de las elegidas por Francis Ford Coppola para la enigmática Tetro , es una transgresora pura y dura. Sin embargo, los hechos parecen demostrar todo lo contrario, que la transgresión existe, pero sólo cuando le viene en gana, en especial cuando la disgustan. Desde los 18, es decir, hace cinco años, vive en pareja con Diego Tuñón (tecladista del grupo Babasónicos), disfruta de un embarazo de cuatro meses y pico, confiesa que vive "un momento de felicidad", pero que está dispuesta a defender su intimidad a cualquier precio. Por eso prefiere concentrarse en la película.
Esta, explica Inés Braun, "es una película coral, pero lo principal siempre fue mantener lo de las relaciones de pareja y el amor; dos personas muy distintas que se encuentran y que a partir de ahí puede surgir el amor o no. Hay historias truncas, felices o menos felices, pero toda la trama gira en torno al personaje de Sofía, aunque todos los personajes, que son tres hombres y tres mujeres que no pegan por disparatados o por clase social, tengan más o menos la misma cantidad de tiempo dentro de la historia, pero digo que tiene cierta relevancia porque es la única que tiene un desenlace en la que se concreta el amor. Como si para conocer a la persona indicada tuviera que hacer un casting de otras relaciones que no han podido ser", dice la cineasta, que insiste: "Es una película fresca, en tono de comedia, que trata de no perder la liviandad ni la gracia, aunque algunas historias sean más dramáticas". Interviene Mirás: "Todos deseamos alguien y todos somos deseados por alguien, pero no lo sabemos". "A Sofía y a Fernán no los conocía, y fue realmente un placer encontrarme con tan buenos actores, con tan buena onda", dice Braun. "La impronta de Sofía en la película es impactante. La de ella es una carrera espectacular", dice Braun.
Sofía Gala había rodado poco antes la todavía inédita Rodney , a las órdenes de Diego Rafecas, y una vez terminada La ronda se incorporó al equipo del director de El padrino para ser uno de los personajes de Tetro . "Ya filmé unas cuantas escenas, pero tengo unas cuantas más todavía, hasta julio", dice la actriz.
"No había visto la película de Subiela. Todavía no la vi", dice Mirás, que acaba de participar en Horizontal/Vertical , de Nicolás Tuozzo. "Soy medio colgado. Toda una sorpresa: fui a trabajar y me encontré con una actriz experimentada. Para mí, fue un encuentro muy bueno y muy placentero abandonarla en la escena que compartimos , obviamente Le veía la carita y se me hacía difícil, pero la abandoné igual", dice entre risas.
Sofía Gala, cuando le llega su turno, no se guarda nada a la hora de responder.
-¿Qué significó tu papel en la película de Subiela?
-Me encantó hacerlo y, la verdad, creo que los que estuvimos en ella pusimos todo de nosotros para que saliera bien. Lo que piensen los demás no me importa; sí lo que me queda a mí, al director, a mis compañeros: ahí está la esencia de si estás haciendo algo lindo o feo, lo que sentís que estás dando. Y la verdad es que yo di todo para que fuera algo reconocido.
-TRABAJAR CON COPPOLA...
-Todos los directores tienen su forma de trabajo; no hay ninguna película que sea igual. La de Tetro es una experiencia más, distinta de la que tuve con Inés, como también lo fue la de Eliseo o la de Diego. Todas son hermosas.
- TUS RESPUESTAS SON DURAS, CORTANTES... ¿SOS REALMENTE ASÍ?
-Soy como puedo ser: trato de decir la verdad. A veces, la verdad es pesada, pero es la única manera que tengo yo de vivir. A mí me parece que hay notas en las que vos decís cierta cantidad de cosas que sentís, que son mucho más interesantes que lo que recuadran en enorme. Tengo una manera de hablar por la que te voy a putear o te voy a decir un montón de cosas. Me parece que eso no es lo pesado. Digo lo que pienso, y siempre hay que hacerlo, porque, si no, sos un hipócrita de mierda, y si a los demás les molesta, problema de ellos. Mi manera de ser es una sola; que capten o no mi esencia es otra cosa.
-¿Hay cosas de las que no te gustaría que te preguntaran?
-Me da lo mismo: siempre contesto lo que quiero. Así como los demás pueden hacer lo que quieran, yo también. A la gente que lee diarios y revistas habría que contarles acerca de tu trabajo y no de cuando te cambiaste la bombacha del mes. Son los periodistas los que buscan que hables de lo que a la gente, en realidad, no le interesa. Si cualquier persona dice "hice la película" y "me compré un vestido nuevo", sale publicado lo segundo. No es lo más lindo, pero bueno... Es así. .
Por Claudio D. Minghetti
De la Redacción de LA NACION
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