miércoles, 14 de mayo de 2008

Ajustada reposición de Don Pasquale

Paula Almerares y Ricardo Ortale, dúctiles cantantes e intérpretes para sus Norina y Don Pasquale, respectivamente Foto: Teatro Argentino

Hasta el domingo estará en escena esta recomendable versión de la ópera de Gaetano Donizetti

Miércoles 14 de mayo de 2008 | Publicado en edición impresa LA NACION

Opera Don Pasquale
, de Gaetano Donizetti, con libreto de Giovanni Ruffini (firmado por Michele Accursi). Elenco: Paula Almerares (Norina), Ricardo Ortale (Don Pasquale), Víctor Torres (Doctor Malatesta), Carlos Natale (Ernesto), Carlos Iaquinta (Notario), María Alejandra Figueroa (Vieja servidora). Director de coro: Sergio Giai. Dirección escénica: Alberto Félix Alberto. Escenografía e iluminación: Raúl Bongiorno. Vestuario: Sergio Massa. Coro y Orquesta Estables del Teatro Argentino. Director musical: Javier Logioia Orbe. Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino de La Plata.

Nuestra opinión: Muy buena

La reposición de la producción 2006 de Don Pasquale, de Gaetano Donizetti, ratifica que en el teatro platense se está trabajando con acertado criterio de conducción, no sólo en lo referente a mantener en desarrollo una temporada lírica y de conciertos planificada en concordancia con las posibilidades existentes, sino también por el aprovechamiento del los recursos materiales atesorados en la institución. Se desprende entonces que la exhumación de una puesta que ya se había conocido en la temporada 2006 provoca una oportuna reducción de costos en lo referente al rubro montaje escénico.

Por otra parte, la elección del título para reiterar fue acertada, teniendo en cuenta la concepción de un espectáculo visual vistoso y grandilocuente que permite el lucimiento de todos los recursos técnicos de montaje, acaso, traicionando el concepto más intimista con que con mayor frecuencia se enfocaba a la joya bufa del autor bergamasco. Como además en esta exhumación se advirtió la inclusión de mayores detalles de gestos y desplazamientos por parte del régisseur Alberto Félix Alberto y de todo su equipo escenotécnico, la movilidad del espectáculo, la audacia de los coloridos y los efectos lumínicos se trasformaron en los elementos protagónicos, que, en verdad, materializan un espectáculo deslumbrante.

Claro está que, como había ocurrido en la producción anterior, Ricardo Ortale (se lo escuchó con voz algo apagada) y Carlos Natale (segura musicalidad y grato color de voz lírica) reiteraron una buena labor. Por su parte, Paula Almerares, a quien se había apreciado en el mismo rol en la temporada de 1992, volvió a manifestarse con segura musicalidad y dúctiles condiciones de actriz. El siempre sobrio Víctor Torres fue esta vez Malatesta, un rol que acaso no sea el más adecuado a sus condiciones, pero que gracias a su grato timbre y segura entonación causa placer auditivo.

Por fin, ahora sí, se incluyó en el programa el nombre de María Alejandra Figueroa para un papel agregado por el puestista, como el de la vieja servidora. Pero esta vez hubo, además, excelentes niños y jóvenes que actuaron con gracia y disciplina. Carlos Iaquinta fue un desenvuelto notario.

Calidad habitual

La versión de Javier Logioia Orbe y la actuación de la Orquesta Estable fueron correctas en cuanto a elección de las dinámicas y matices, más allá de algunas máculas en instrumentos a soplo, en tanto que el coro se destacó por sobre su habitual calidad y una más que evidente vocación para servir al espectáculo desde el aspecto escénico. Todos sus integrantes fueron actores y con ello sumaron otro aspecto positivo para un organismo inmerso en el terreno del mundo lírico. El público se manifestó agradecido porque, en definitiva, se había concretado un espectáculo vistoso y grato. El objetivo que sin duda impulsó al autor.

Juan Carlos Montero

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1012204

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