LA OPERA DE VERDI SE DIO EN EL ARGENTINO DE LA PLATA
19.05.2007 | "La traviata", ópera en tres actos. Libreto: Francesco Maria Piave. Música: Giuseppe Verdi. Director de orquesta: Dante Anzolini. Director del coro: Sergio Giai. Régisseur: Oscar Barney Finn. Escenografía: Maria Julia Bertotto. Vestuario: Eduardo Lerchundi. Cantantes: Paula Almerares, Carlos Vittori, Luis Gaeta, Vanesa Tomas, Arnaldo Quiroga y otros. Orquesta y coro estables del teatro Argentino de La Plata, el jueves 17.
Es una de las óperas mas frecuentadas del repertorio de los teatros líricos, que superó los avatares de su inesperado fracaso inicial. Así fue como Giuseppe Verdi, a los cuarenta años, vivió esta experiencia al presentar "La traviata" (La extraviada) en el teatro La Fenice de Venecia en 1853. Una temática que junto con su libretista Francesco Maria Piave había extraído de la exitosa obra "La dama de las camelias" de Alejandro Dumas, hijo. Tras el estreno escribió lacónicamente Verdi: ""La traviata" anoche fue un fracaso... El tiempo lo dirá"". Y efectivamente, enseguida demostró ser esa obra maestra y favorita del publico, que llegó mucho mas allá, al cine y tantos otros ámbitos. Su argumento constituía un desafió social: Violeta Valery, belleza del ambiente cortesano del París de mediados del siglo XIX, enferma de tuberculosis, inicia un romance con Alfredo, cuyo padre no acepta esa vinculación. El presionará a la mujer a abandonarlo y ella sacrificará su amor, lo que origina el repudio público de Alfredo, quien se arrepiente tardíamente, asistiendo con angustia a su muerte.
BELLEZA MELODICA
Bellas arias , "duetti", concertantes y melodías del mejor cuño verdiano, se encadenan en esta admirable partitura, siempre recurrente en su largo siglo y medio de vida. Y el teatro Argentino de La Plata también la programó en esta temporada sobre la base de la versión efectuada hace un par de años. Se repuso en tal sentido la producción escénica de Oscar Barney Finn con escenografía de Maria Julia Bertotto y vestuario de Eduardo Lerchundi que, como se asentó entonces en estas columnas, responden a una tipología tradicional de "mise en scéne" para esta ópera y que muestra innegable eficacia en el manejo de escenas, con algún detalle agregado a la acción teatral con cierto simbolismo..También la iluminación de Roberto Traferri contribuyó a la eficcaz visualidad de la acción. En el escenario, un amplio lucimiento recayó en su protagonista, la soprano platense Paula Almerares, que mostró su crecimiento en la composición del papel de Violeta, expuesto con bella voz y seductores filados, y una sensible expresividad que desde el aria del acto primero y su vibrante "caballetta" "Sempre libera" con lucido manejo de la coloratura, hasta las frases sensibles como "Dite alla giovine" o "Amami, Alfredo", en el segundo acto y un cautivante "Addio del passato" en el final, resumen una trabajo de notable solidez y virtuosismo vocal. El público adhirió con su entusiasmo y aplauso reiteradas veces.
DOMINIO DE GERMONT
También el barítono Luis Gaeta mostró su experiencia y dominio de la parte de Germont padre, con línea verdiana sólida y dominio del personaje, luciéndose ampliamente en la célebre romanza "Di provenza il mar", en tanto el tenor Carlos Vittori, en empeñoso cometido, trazó un correcto Alfredo, aunque su linea emisiva apareció algo comprometida en pasajes de exigencia como el final de la escena de Alfredo "Lunge da Lei...". Actoralmente tuvo presencia y dignidad, lo mismo que los restantes personajes, como Vanesa Tomas como una efectiva Flora, Arnaldo Quiroga, Mauricio Thibaud, Alberto Jáuregui Lorda, Mario de Salvo y Shirley Ocampos entre otros, en una labor de equipo consistente. Desde el podio la dirección de Dante Anzolini, maestro distinguido recientemente por la Asociación de Críticos Musicales, fue un pilar de la representación, que a partir de los compases iniciales del preludio expuso el lenguaje verdiano con una solvente respuesta de la orquesta estable del Argentino, en tanto el coro preparado por Sergio Giai cumplió un logrado cometido en sus intervenciones. Eficaz tarea también la del Ballet estable .en una coreografía de Claudio González algo desarticulada en el contexto tradicional de la puesta. En suma, el vigente carisma de esta bella ópera verdiana volvió reanudar con lucimiento, su convocante relación con el público .
Néstor Echevarría
Fuente: http://www.laprensa.com.ar/303790-Vigente-carisma-de-La-traviata.note.aspx
19.05.2007 | "La traviata", ópera en tres actos. Libreto: Francesco Maria Piave. Música: Giuseppe Verdi. Director de orquesta: Dante Anzolini. Director del coro: Sergio Giai. Régisseur: Oscar Barney Finn. Escenografía: Maria Julia Bertotto. Vestuario: Eduardo Lerchundi. Cantantes: Paula Almerares, Carlos Vittori, Luis Gaeta, Vanesa Tomas, Arnaldo Quiroga y otros. Orquesta y coro estables del teatro Argentino de La Plata, el jueves 17.
Es una de las óperas mas frecuentadas del repertorio de los teatros líricos, que superó los avatares de su inesperado fracaso inicial. Así fue como Giuseppe Verdi, a los cuarenta años, vivió esta experiencia al presentar "La traviata" (La extraviada) en el teatro La Fenice de Venecia en 1853. Una temática que junto con su libretista Francesco Maria Piave había extraído de la exitosa obra "La dama de las camelias" de Alejandro Dumas, hijo. Tras el estreno escribió lacónicamente Verdi: ""La traviata" anoche fue un fracaso... El tiempo lo dirá"". Y efectivamente, enseguida demostró ser esa obra maestra y favorita del publico, que llegó mucho mas allá, al cine y tantos otros ámbitos. Su argumento constituía un desafió social: Violeta Valery, belleza del ambiente cortesano del París de mediados del siglo XIX, enferma de tuberculosis, inicia un romance con Alfredo, cuyo padre no acepta esa vinculación. El presionará a la mujer a abandonarlo y ella sacrificará su amor, lo que origina el repudio público de Alfredo, quien se arrepiente tardíamente, asistiendo con angustia a su muerte.
BELLEZA MELODICA
Bellas arias , "duetti", concertantes y melodías del mejor cuño verdiano, se encadenan en esta admirable partitura, siempre recurrente en su largo siglo y medio de vida. Y el teatro Argentino de La Plata también la programó en esta temporada sobre la base de la versión efectuada hace un par de años. Se repuso en tal sentido la producción escénica de Oscar Barney Finn con escenografía de Maria Julia Bertotto y vestuario de Eduardo Lerchundi que, como se asentó entonces en estas columnas, responden a una tipología tradicional de "mise en scéne" para esta ópera y que muestra innegable eficacia en el manejo de escenas, con algún detalle agregado a la acción teatral con cierto simbolismo..También la iluminación de Roberto Traferri contribuyó a la eficcaz visualidad de la acción. En el escenario, un amplio lucimiento recayó en su protagonista, la soprano platense Paula Almerares, que mostró su crecimiento en la composición del papel de Violeta, expuesto con bella voz y seductores filados, y una sensible expresividad que desde el aria del acto primero y su vibrante "caballetta" "Sempre libera" con lucido manejo de la coloratura, hasta las frases sensibles como "Dite alla giovine" o "Amami, Alfredo", en el segundo acto y un cautivante "Addio del passato" en el final, resumen una trabajo de notable solidez y virtuosismo vocal. El público adhirió con su entusiasmo y aplauso reiteradas veces.
DOMINIO DE GERMONT
También el barítono Luis Gaeta mostró su experiencia y dominio de la parte de Germont padre, con línea verdiana sólida y dominio del personaje, luciéndose ampliamente en la célebre romanza "Di provenza il mar", en tanto el tenor Carlos Vittori, en empeñoso cometido, trazó un correcto Alfredo, aunque su linea emisiva apareció algo comprometida en pasajes de exigencia como el final de la escena de Alfredo "Lunge da Lei...". Actoralmente tuvo presencia y dignidad, lo mismo que los restantes personajes, como Vanesa Tomas como una efectiva Flora, Arnaldo Quiroga, Mauricio Thibaud, Alberto Jáuregui Lorda, Mario de Salvo y Shirley Ocampos entre otros, en una labor de equipo consistente. Desde el podio la dirección de Dante Anzolini, maestro distinguido recientemente por la Asociación de Críticos Musicales, fue un pilar de la representación, que a partir de los compases iniciales del preludio expuso el lenguaje verdiano con una solvente respuesta de la orquesta estable del Argentino, en tanto el coro preparado por Sergio Giai cumplió un logrado cometido en sus intervenciones. Eficaz tarea también la del Ballet estable .en una coreografía de Claudio González algo desarticulada en el contexto tradicional de la puesta. En suma, el vigente carisma de esta bella ópera verdiana volvió reanudar con lucimiento, su convocante relación con el público .
Néstor Echevarría
Fuente: http://www.laprensa.com.ar/303790-Vigente-carisma-de-La-traviata.note.aspx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario