sábado, 19 de mayo de 2007

La traviata, en su mejor expresión

Carlos Vittori y Paula Almerares, en los papeles de Alfredo y Violetta

Sábado 19 de mayo de 2007 | Publicado en edición impresa LA NACION

Presentación de La traviata , melodrama en tres actos, con música de Giuseppe Verdi, y libreto de Francesco Maria Piave sobre la novela y drama La dame aux camélias , de Alejandro Dumas (h), por el Coro (dirigido por Sergio Giai), integrantes del Ballet y de la Orquesta Estable del Teatro Argentino con la dirección general de Dante Anzolini. Dirección escénica: Oscar Barney Finn. Diseño escenográfico: María Julia Bertotto. Vestuario: Eduardo Lerchundi. Iluminación: Roberto Traferri. Cantantes: Paula Almerares, Carlos Vittori, Luis Gaeta, Vanesa Tomas, Arnaldo Quiroga, Mauricio Thibaud; Alberto Jáuregui Lorda, Mario De Salvo, Shirley Ocampos, Carlos Iaquinta, Leonardo Palma y Marcos Nicastro. En la Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino de La Plata.
Nuestra opinión: Excelente

Tiene la representación que acaba de ofrecerse en el Teatro Argentino el incuestionable mérito de haber alcanzado en nuestro medio, con artistas locales, la expresión integral más cabal de la ópera de Verdi, con niveles memorables por la conjunción armónica de sus voces protagónicas, una orquesta que literalmente encarnó el verbo musical del compositor, gracias a la batuta de Dante Anzolini -artífice de una noche de excepción-, y una dirección escénica que se amalgamó a la perfección con los recursos escenográficos, de sobria suntuosidad y elegancia desplegados a lo largo de los tres actos.

Muy pocas veces fue dable apreciar una realización tan cuidada de la esencia dramática distintiva de La traviata , que requiere de la protagonista un progresivo ahondamiento de su propio drama personal para insertarlo en una unidad ininterrumpida, desde el carácter inicial lírico, ligero, de su vocalidad hasta el acentuado dramatismo de los siguientes actos y el desenlace final. Con metódico realismo, la dirección escénica llevó la acción hacia momentos culminantes en los que la fugacidad de los vínculos sentimentales son llevados a una dimensión atemporal por la música. La acción, entonces, parece detenerse en el mutuo descubrimiento de Violetta y Alfredo en medio del clima festivo que da lugar a la escena del brindis ofrecido por éste (Carlos Vittori). La prestancia escénica y buena voz del tenor fueron correspondidos por una Paula Almerares que hizo gala de genuino virtuosismo vocal, con fáciles coloraturas y un protagonismo que dominó la escena, con penetración psicológica, que mostró en sus movimientos y gestos el perfil exacto de Violetta, de bella presencia, dubitativa en el umbral de su azoramiento sentimental primero, y decidida luego en su "Sempre libera".

Su depurada emisión pulsaría la riqueza melódica de Verdi, con cuidada preparación de la dinámica en cada frase, finos matices de color y sinceros acentos expresivos que se tornarían luego apasionado intimismo en su dúo con Alfredo. Este tuvo, asimismo, convincente expresión dramática.

Por supuesto, el drama verdiano requería contar con una tercera voz que la veteranía, el buen timbre y la sólida línea de canto del barítono Luis Gaeta (Giorgio Germont) aportaría sin fisuras, en un papel que cubrió con ajustados tonos actorales, para el que tuvo acentos dominantes, y también matices de hondo dramatismo en su desgarrante diálogo con Violetta, así como de comprensiva ternura hacia ella ("Piange...") y hacia Alfredo ("Di Provenza, il mar, il suol").

Realismo

El colorido y el brillo de la escena, con improvisados toreros y bailaoras, campeó asimismo en el segundo acto en la casa de Flora Bervoix (Vanesa Tomás), quien exhibió desenvoltura y agradable voz. Las escenas del juego y la afrenta que sufre Violetta tuvieron acusado realismo, y éste fue más patético aún en el tercero, donde se creó la elocuente escena del despojo y el trágico desenlace. Todo ello fue precedido por un preludio orquestal concebido con maestría y ejecutado por la Estable de manera ejemplar, como lo había sido la obertura. Fue eficaz el coro en todo momento y también los papeles secundarios, entre los que se destacaron Mauricio Thibaud (Barón Douphol), Arnaldo Quiroga (Gastón) y Alberto Jáuregui Lorda (Marqués d Obigny). El resto del elenco cumplió con corrección.

Héctor Coda

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=909789

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