viernes, 19 de mayo de 2006

Detrás de la escena

Esperanza Duch y Carlos Palacios son la escenógrafa y el règisseur del ballet y la ópera que se presentan este fin de semana en el Teatro Argentino

Carlos Palacios y Esperanza Duch son quienes están detrás del colorido de las escenografías y coreografías, y de las historias que cantantes y bailarines contarán este fin de semana en el Teatro Argentino.

El es el règisseur de la ópera Marianita Limeña, y ella la escenógrafa del ballet El amor brujo. Ambas obras compartirán el programa del Teatro Argentino este fin de semana. Carlos Palacios ha realizado una extensa labor como maestro de arte dramático, autor, régisseur, director teatral y escenógrafo. Estudió y trabajó en teatros de Italia, Alemania, España, Venezuela, Uruguay y Argentina.

-¿Cuál es el trabajo del règisseur?

-Hay dos directores en la ópera: el director musical y el règisseur o director escénico. El director musical dirige a la orquesta, a los cantantes, al coro; tanto en las funciones como en la preparación previa. El director escénico (o règisseur) crea la puesta en escena en conjunto con el escenógrafo, el vestuarista, el iluminador. Podría decirse que es un director teatral con preparación musical.

Bailarina del Colón durante 26 años (con varas actuaciones como solista y primera bailarina), Esperanza Duch fue contratada por el Colón en 1975 para poner en escena la zarzuela Luisa Fernanda, y volvió a trabajar en el primer teatro del país en 1984 como coreógrafa y coreógrafa repositora. Estuvo ligada al Teatro Argentino en distintas presentaciones en los años ‘88, ‘89, y más tarde en el ‘99, mientras que en 2000 trabajó en Río de Janeiro.

-¿Cómo se trabaja la coreografía?

-Uno se inspira a través de la música, a medida que uno va escuchando dice: me gustaría tal cosa o tal otra. Primero te tiene que gustar la música, y la de Falla es una música divina. Cuando me contrataron primero me gustó la música y después la trama, la obra ya tenía un argumento.


“Asocié la historia de la ópera con América, donde se instaló una cultura encima de otra”, dijo Carlos Palacios

Ambos vienen trabajando desde hace varios meses en las obras que darán vida mañana a la Sala Ginastera. “Esta coreografía es mía -dice Duch-, no copié nada. Acá el cuerpo de baile es muy dúctil, con la base clásica se puede hacer todo, y el cuerpo de baile captó todas mis intenciones”. También Palacios tiene palabras elogiosas para el Argentino: “Este sigue siendo un teatro humano”, destaca.

Los dos se muestran apasionados por su trabajo. Y con esa pasión el règisseur devela cómo pensó la ópera.

“Asocié la historia de la ópera con América, donde se instaló una cultura encima de otra. Estaba la cultura del inca y se instaló la cultura europea, les guste o no les guste”.

“Lo mismo le pasaba a Marianita: le gustara o no le gustara, se tenía que casar”. En Marianita Limeña, la protagonista se ve obligada a casarse con un conde por dinero, pero se da cuenta de que, aunque lo intenta, no quiere a ese hombre. “Entonces tomé este concepto para la puesta en escena, e inventé muchos personajes, unos indios ornamentados que resguardan esta cosa mágica de la cultura americana.

Relacioné el deseo de libertad de Marianita con el deseo de libertad de América, que quedó debajo de otra cultura”

“El amor brujo -reseña Esperanza Duch- trata de una mujer que perdió a su marido en una pelea en una aldea gitana. Entonces se le aparece a ella como una luz, un desconocido, un espectro, que cuando aparece cambia la escena; ella se posesiona, se pone triste, se enloquece, se angustia”.

“Ambas tienen final feliz”, anuncian casi a coro antes de las fotos sobre el escenario, que ya tiene la escenografía para el último ensayo general.


Programa de ópera y ballet

MARIANITA LIMEÑA Y EL AMOR BRUJO

La ópera Marianita limeña y el ballet El amor brujo se presentarán hoy y mañana a las 20.30 y el domingo a las 17, en la sala Ginastera del Teatro Argentino. La música de Marianita Limeña es del compositor argentino Valdo Sciamarella, con textos de Francisco Javier basados en capítulos de la obra Tradiciones peruanas, de Ricardo Palma. Transcurre en Lima, y trata sobre una niña que es obligada a casarse por dinero, pero se da cuenta que no puede amar a ese hombre. La obra fue estrenada en 1957 en el Colón y presentada en el Argentino en 1961.

El amor brujo es una obra inspirada en los cantos y las danzas de los gitanos andaluces, compuesta por el español Manuel de Falla. Trata sobre una mujer cuyo marido murió en una pelea, y se le aparece de forma fantasmal. Ambas obras tienen como director musical a Carlos Calleja.

Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2006/05/19/pdf/s01-sup.pdf

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