jueves, 23 de mayo de 2002

A la medida de una heroína juguetona

Edición Jueves 23.05.2002 » Espectáculos

NATALIA OREIRO ESTRENO KACHORRA, POR TELEFE

Como en Muñeca Brava, esta telenovela con mucho de comedia encuentra a la protagonista en dos personajes. Abundan mohínes y disfraces.


© Telefe Contenidos - Argentina

ADRIANA BRUNO

Una actriz se adapta a distintos personajes. Cuando esa actriz es, además, una estrella de telenovela, son los personajes los que deberán adaptarse para que la dama siga siendo siempre, básicamente, ella misma. Porque la que gusta es ella. Esta Kachorra (Telefé, a las 13) que acaba de estrenar Natalia Oreiro sigue decididamente por ese camino.

Más volcado por ahora a la comedia de situaciones que a la telenovela clásica, el producto, aunque previsible, resulta tan ágil y simpático como la propia heroína. Aquí ella es Kachorra, una chica de barrio humilde y afectos sólidos, inculta pero muy avispada. Encarcelada por un crimen que por supuesto no cometió, escapa de la cárcel y —usurpando la identidad de una psicopedagoga— termina trabajando y viviendo en la mansión de los Moravia. En esa casa ella será Rosario Achával, una mujer excéntrica, de más edad y mucho más peso, cuya ropa obligará a nuestra arriesgada Kachorra a vivir casi disfrazada. Así Natalia apuesta otra vez las dos personalidades, como ya lo hizo en Muñeca brava, cuando Cholito se transformaba en Milagros, o viceversa.

El galán ahora es Pablo Rago, a cargo de la empresa familiar y de dos hermanos a los que la temprana orfandad llevó a "inconductas" varias. A falta de conocimientos, Kachorra-Rosario, como tantas "niñeras" de la TV, los conquistará con el afecto y la autenticidad que les falta. No todo será sencillo. Es fácil imaginarla, en breve, tironeada entre el amor incondicional de Germán (Pepe Monje), su novio del barrio, y el que vaya naciendo, teñido de imposible, hacia el dueño de casa. Que, además, tiene una novia tan bonita como frívola (Betina O''Connell) y una tía distinguida y amargada (Verónica Llinás).

El elenco, todavía con poco lucimiento, se completa, entre otros, con María Rosa Gallo —en una dupla que promete con Gino Renni como empleados de la mansión—, Osvaldo Santoro y María Rosa Fugazot (los padres de Kachorra), Jazmín Stuart (la amiga), Peto Menahem como el gerente de la empresa Moravia y María Leal como la monjita buena que atiende el hogar para chicos carenciados que tampoco faltó en Muñeca brava.

La historia, de Gustavo Barrios y Diana Segovia (Campeones) deja lugar para los apuntes sociales y de coyuntura: una amenaza de despidos, una huelga, o frases del estilo: "¿Importar de Malasia? ¿No tenemos arroz acá?" o "Tenemos que ayudarnos entre todos. Hoy en día es la única manera de salir adelante".

No muy lejos de Muñeca brava, que debutó en noviembre del 98 con 19,8 puntos de rating, el estreno de Kachorra marcó 16,3 puntos y subió a 17,1 el martes. Con 11, 6, El noticiero de Santo no tuvo una fuga de espectadores significativa. Es que las novelas de la 1 son para seguir soñando.

Fuente: http://edant.clarin.com/diario/2002/05/23/c-00401.htm

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