domingo, 17 de mayo de 2015

La primavera del teatro

El boom de las salas teatrales llenas en la Argentina. Un reconocimiento en la apertura de la Feria del Libro. El fenómeno en La Plata. Qué busca la gente cuando va a ver un espectáculo. Testimonios.


Por MARCELO ORTALE

Hace muchas décadas se hablaba de la agonía del teatro en la Argentina. Las salas se veían vacías, los grupos teatrales raleaban, el póstumo auge había sido el de los sainetes y de las revistas en la calle Corrientes, en los albores y hasta mediados del siglo pasado. Pero en las últimas cinco décadas, el teatro renació. Primero en forma gradual. Luego se convirtió en el boom que es ahora. Buenos Aires es considerada una de las capitales mundiales del teatro, junto a Nueva York, Londres, París y Tokio. El teatro argentino se encuentra en una larga primavera, con escenarios en donde crecen los aplausos.

Es bueno aludir a una reciente polémica entre dos grandes del teatro argentino. Ellos son dos autores muy conocidos. En realidad, lo que ocurrió fue que, por primera vez en sus 41 ediciones, la Feria del Libro que concluyó el lunes pasado le concedió el discurso inaugural a un dramaturgo, Roberto “Tito” Cossa, que en la sala Jorge Luis Borges casi presentó una suerte de excusa o de pedido de disculpas: “Los dramaturgos somos escritores con capacidades diferentes”, dijo. El autor de tantos éxitos habló de la diferencia entre un dramaturgo y un novelista o ensayista.

¿Qué es el teatro? Se podría ir a la cumbre y pedir auxilio allí: “El mundo es un tablado y todos los hombres y mujeres, unos pobres actores”, fue una respuesta que dio William Shakespeare.

“Estar acá siempre es potestad de narradores o poetas, por eso me pregunté si los dramaturgos somos escritores, porque hay diferencias. El escritor sueña con el lector, nosotros con el espectador. Y le entregamos la obra al actor, que lleva la palabra”, dijo Cossa.

Esto merecería, pocas horas después, una respuesta amable y controversial por parte de otro patriarca del teatro argentino, Carlos Gorostiza (95): “No, no coincido en algo que dijo Tito en el discurso inaugural. Él dijo que el “dramaturgo tiene capacidades diferentes”, eso es decir que tiene una discapacidad, pero los autores de teatro somos escritores. Escribimos. Cuando me preguntan “de qué trabaja usted?”, contesto “de escritor”. Causó gracia lo que dijo Tito, sobre todo a los que no escriben teatro. Se lo voy a marcar a Tito cuando lo vea. Somos escritores. Autores son todos: un músico, es un autor; pero el que escribe es escritor”.

Pero lo que queda como principal contexto es que la dramaturgia presidió el encuentro literario más importante de Latinoamérica y que ello no fue sino un espaldarazo a la gravitación que el teatro viene ejerciendo sobre la propia vida de la sociedad.

¿Qué es el teatro? Se podría ir a la cumbre y pedir auxilio allí: “ El mundo es un tablado y todos los hombres y mujeres, unos pobres actores”, fue una respuesta que dio William Shakespeare.

Y agregó esta otra: “Todo el mundo es teatro, y todos los hombres y mujeres no son sino personajes. Tienen sus entradas y sus salidas de escena, y cada uno de ellos interpreta diversos papeles en la vida, que no es otra cosa que un drama en siete actos…”

Todos representamos un rol. El libreto ya está escrito, la humanidad cambiante lo representa. Lo que dice el dramaturgo inglés lo habían anticipado filósofos y pensadores de la Antigüedad, que consideraban al teatro como un espejo en el que los hombres representan sus papeles en la vida real. Calderón de la Barca habló del “gran teatro del mundo” y mucho más acá, el genio de García Lorca le dio contenido sociológico: “El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su descenso”.

PALUMBO

Nada de lo que es teatro le es ajeno al platense César Palumbo, actor, dramaturgo, director del taller “El altillo del Sur” y actual consejero provincial de teatro independiente. En nuestra ciudad, anticipa, hay unos 60 grupos de teatro independiente, en el interior hay ciudades que se destacan como Mar del Plata, con más de treinta grupos y en el Conurbano se estima en 200 el número de esos elencos. “En total en la Provincia superan los 500 grupos”, dice.

Acepta que existe un auge teatral –“sobre todo en lo que se refiere a la gente que estudia, los talleres no dan abasto, hay alumnos de 4 ó 5 años de edad, aunque no se lo crea, hasta muy mayores”- pero advierte que el crecimiento comenzó en la década del 60: “ya entonces teníamos casi veinte grupos de teatro independiente en La Plata”.

Pone de relieve que “si tan solo los que estudian teatro fueran a ver teatro…todas las salas estarían llenas…pero claro, los alumnos tienen otras prioridades. Al teatro va el que está tratando de encontrar algo, y el que estudia teatro ya lo encontró. En realidad todos los espectadores buscan distintas cosas, aún cuando yo diría que la edad promedio de la gente que va al teatro es de 30 años para arriba”.

Palumbo, que lleva más de medio siglo habitando las tablas, no cuestiona al teatro comercial, “hecho por actores, como nosotros. Pero los independientes no pueden llegar a ese nivel, no disponen de promotores que financien”. Para este hombre dedicado, que hasta llegada la noche tiene cerca de cien bulliciosos alumnos en El Altillo, “el teatro es una enfermedad incurable. Hay una magia especial en su luz y en su sombra. Y muchos que sólo van como espectadores sienten esa magia y esa atracción”.

BIANCHI

Actriz, directora, crítica teatral, Irene Bianchi asegura que el teatro ofrece todos los fines de semana un “abanico enorme de propuestas, para todos los gustos y bolsillos” y que “año tras año, las producciones de las salas independientes se han ido esmerando y ampliando, convocando a muchos espectadores del así llamado teatro comercial”.

Sostiene que también crecieron las ofertas de cursos, talleres y seminarios, para quienes desean estudiar teatro, mimo, clown, narración, improvisación, producción, escenografía, maquillaje o dramaturgia: “a fuerza de pulmón, de auto-gestión, se abren nuevos espacios, con todo el entusiasmo y fervor que implica aventurarse en una empresa azarosa y a la vez fascinante”.

¿Qué significa para Bianchi esa atracción del teatro sobre el público? “Creo que es un buen síntoma. Que no todo está perdido si esto sucede. Habla bien de la salud espiritual de un pueblo, que sigue persiguiendo utopías, contra viento y marea. Que sigue apostando a la fantasía, a la imaginación, a la creatividad, al trabajo mancomunado, en equipo, con un fin común”.

“...en las últimas cinco décadas, el teatro renació. Primero en forma gradual. Luego se convirtió en el boom que es ahora. Buenos Aires es considerada una de las capitales mundiales del teatro, junto a Nueva York, Londres, París y Tokio. El teatro argentino se encuentra en una larga primavera, con escenarios en donde crecen los aplausos.”

En cuanto al fenómeno teatral en La Plata sostuvo que “nada tiene que envidiarle la cartelera platense a la de Buenos Aires, en términos comparativos. Contamos con gente muy talentosa en nuestra ciudad, que merece ser reconocida y apoyada. Aludió luego a las implicancias sociopolíticas del teatro y afirmó que “debe recordarse el extraordinario fenómeno de Teatro Abierto, que le dio voz a un pueblo amordazado en plena dictadura. Un acto verdaderamente revolucionario, audaz, sanador. Porque es indiscutible que el arte, en todas sus expresiones, sana, cura, alivia las aflicciones del alma, además de entretener y divertir”. Concluyó afirmando que “mientras el teatro siga vivito y coleando, hay esperanza. Sin lugar a dudas”e

CARASSALE

Juan Carlos Carassale apostó fuerte: construyó un teatro en City Bell. Y logró que mucha gente conociera y se hiciera adicta a la sala. Creó un público que no falla y que, en los espectáculos teatrales ocupa todas las butacas, con gente afuera que pugna por entrar. “El teatro como género ha respondido muy bien. También lo hicieron la música y otros espectáculos artísticos” dice quien administra el Teatro de Cámara.

Ofrece un dato indicativo. Hace unos cinco años se presentaron obras de grandes autores teatrales –como Cocteau o Sartre- y “costó mucho que fueran más de cincuenta personas por funciones”. La sala tiene capacidad para 180 espectadores y ahora se llena, especialmente con comedias populares. Carassale también cree en la gravitación de las tendencias, de las rachas. Hay tiempos para la música clásica, para el rock, para el tango. Y las tendencias se han vuelto cada vez más tornadizas, más cambiantes. Debe recordarse que en City Bell funcionan otros grupos de teatro, uno de ellos “La Caterva” con creciente éxito de público en sus presentaciones.

“CAPITAL MUNDIAL”

En julio de 2014 el diario El País de España habló de Buenos Aires, a la que calificó como “capital mundial del teatro”. Entre otros conceptos dice allí que “no hay sitio como Buenos Aires, donde el público esté tan profundamente comprometido con los inabarcables teatros y creadores de esa ciudad, cuantitativa y cualitativamente”.

García Lorca le dio contenido sociológico: “El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su descenso”.

“En casi todos los países las personas con hábitos teatrales van a un espectáculo (sobre todo si es musical), convirtiendo el hecho en una actividad social que incorporan a sus vidas, por diferentes razones, incluida la lúdica o la del consumo cultural. En Buenos Aires no. Los bonaerenses incorporan el teatro a sus necesidades psicológicas y casi fisiológicas; es un hábito, una regla común y habitual como la de ducharse o lavarse los dientes. Simplemente van; sin plantearse nada, no hay reflexión en ese hecho, sin embargo sí la hay, y mucha, en las consecuencias de haber ido, en el sentido de que esa reflexión aparece y la convierten en otro placer más, con una intensidad que varía en función de lo que se haya ido a ver”.

¿Hasta cuándo se extenderá esta primavera?

Fuente: http://www.eldia.com/septimo-dia/la-primavera-del-teatro-56873#

miércoles, 6 de mayo de 2015

"La Escuela de Teatro de La Plata es única en el país“


En una vieja casona de dos plantas, ubicada en la calle 51 entre 3 y 4,   funciona desde el año 1960 la Escuela de Teatro de La Plata. Fundada por Norberto Manzano, Milagros de la Vega y Carlos Perelli, por esas aulas han transitado miles de alumnos, algunos de los cuales hoy son destacados artistas a nivel local y nacional. Con sólo googlear a Orcar Mulet, Luis Longhi, Alberto Negrín, Daniel Dalmaroni, Juan Palomino, Quique Cáceres, Omar Sánchez, María Ibarlin,  Alicia Durán, o Marcelo Demarchi, queda demostrado que la Escuela de Teatro ha sido y es cuna de grandes artistas y profesores.

Pisando el mes de mayo, El Fandango se propuso una extensa y profunda charla con Marcelo Demarchi uno de los profesores con más trayectoria en la institución, actual docente de la carrera de Actuación. A continuación repasamos, a través de la mirada del “Colo” Demarchi,  la vigencia de ésta particular escuela…

 ¿Cuáles son las particularidades que hacen especial la Escuela de Teatro de La Plata? 

Hay un estudio, un relevamiento que se hizo en Argentina, e inclusive afuera, y aunque no me animaría a decirlo en el caso del exterior,  si en nuestro país te diría que no hay ninguna escuela con las características de ésta Escuela de Teatro. Ni siquiera las otras escuelas artísticas, porque no tienen todas las carreras juntas, o porque en los lugares que si las tienen son carreras independientes unas de otras. Inclusive la Universidad Nacional de las Artes (el ex IUNA), tiene las carreras de Escenografía, Actuación, Dirección, Profesorado, pero no se relacionan entre sí, no hacen que se junten todas las carreras y que el objeto de estudio sea bien definido. Lo que tiene históricamente la Escuela de Teatro de La Plata es bien definido el objeto de Estudio que es el teatro. Eso le dio una identidad a la escuela que la hace única.  No estudias actuación , estudias actuación en teatro, no estudias escenografía, sino escenografía de teatro. Después podes si querés hacer un desarrollo en otra disciplina, tenés las herramientas y podes hacerlo. Ni siquiera hago un juicio de valor, pero creo que debemos mantener esa identidad, que viene de su origen. Perelli y De la Vega eran actores netamente del teatro,  si bien hicieron cine, vienen del teatro, de ahí salió la idea fundacional de esta escuela. Lo que sumaria a ésta idea es lo que viene trabajando el Consejo Académico Institucional de la Escuela: las otras miradas, la dramaturgia, la dirección y la especialidad en las carreras de Escenografía. Deberíamos tener especialistas, son cada vez más necesarios, en iluminación, utilería, vestuario… Mantener lo tradicional de la escuela y sumarle las nuevas miradas, porque ha pasado el tiempo, y hay que adaptarse a lo nuevo.

Siendo docente de Actuación en el último año de la carrera ¿Cómo es la dinámica de las clases con tus alumnos? 

Es un proceso muy difícil, en cada cátedra dentro de la institución hay libertad. Si yo tengo que hacer una obra, un espectáculo.  Sostengo un perfil de egresado, trabajo sobre el teatro independiente de autogestión, una cooperativa de trabajo, sin roles, los roles vienen después. Primero decidimos qué hacer y luego cómo lo hacemos. La decisión de qué hacer esta en los alumnos, con la obligación si o si de que sea seria la argumentación. Luego les propongo al resto de las disciplinas este material. Todo esto lleva una discusión y un aprendizaje. Es fundamental que el artista esté creando en la escuela, en cualquier disciplina.  Es un intelectual, debe saber el por qué, tiene que saber indagar su por qué. Luego el asumir la responsabilidad. Es importante la práctica profesional, ahí apunta la cátedra a la práctica profesionalizante.

¿Podés mencionar algunas de las producciones que más te impactaron?

Todas las puestas me dejaron algo, no podría nombrar una sola. En realidad puedo nombrar algo de cada una. La primera fue romper el teatro a la italiana, la destrucción del escenario como único escenario. Mandamos  hacer unas tarimas que unificaba todo el espacio. Fue la primera obra que se hizo en la escuela sin el escenario a la italiana, la obra era¨ Raspando la Cruz¨, de Spregelburd. Luego me toco una bien tradicional, como fue ¨La Moral de la Sra Dulska¨, una obra bien naturalista y al año siguiente ¨Maquina Hamlet ¨ una ruptura total, una cuestión escenografíca muy innovadora.  Después a pasar a  utilizar toda la escuela con ¨Información para extranjero¨, que no fue ningún gran invento nuestro, Gámbaro dice de hacerla en lo ideal una casa antigua de dos plantas, era como que la había escrito para éste edificio, en el año 71!

(se ríe Marcelo un poco festejando la coincidencia de la locación propuesta por Gambaro en el texto con el histórico edificio de la escuela). Y continúa:

En estos últimos años, las obras vienen siendo muy interesantes, al ver las nuevas propuestas, ahora vienen muchos actores con mucha más dramaturgia propias. No es mejor ni peor, digo que se va modificando. Ahora viene una generación de docentes nuevos. A mi surgió: cambio o te vas! y es que estoy en el último año de la carrera, recibía alumnos con una formación en una época que fue variando a otra formación y que ahora varían a otra formación, porque todos los colegas que están en los años anteriores son relativamente jóvenes y vienen con nuevas propuestas y nuevas dudas, porque como decía  (Paulo) Freire: nosotros tenemos que enseñar más que con certeza tenemos que enseñar a dudar, sobre todo en lo que es arte. Constantemente es la duda, la crisis de la creación. Con un grupo que ahora ya se jubilo, trabajamos e hicimos mucho en esto de trabajar en la crisis, porque la creación es crisis, si hay mucha tranquilidad yo dudo. Antes había una cosa como de esconder la crisis, patearla y vinimos con un grupo de gente  y dijimos; vamos a exponer la crisis, que genera, pelea, discusión, conclusión y finalmente realización. Pusimos muchas cosas de esas en la disciplina. Yo viví muchos cambios generacionales, pase de ser el profesor más joven a ser de los más antiguos. Viví varias generaciones de docentes. Viví la etapa tradicional, de lo que venía marcado como escuela, lo que bajaban desde Educación Artística, que era todo cuadradito, tal cual se hacía. Hasta empezar a generar determinado disturbio,  empezar a darle un sello más personal de acá, de la escuela de teatro.

Tantos años en la Escuela y tantos años en la vida cultural de nuestro país. ¿Cómo te tocó vivir esos cambios culturales ?

Hace 25 años que estoy en la escuela, salvo una colega, soy el docente más antiguo. Soy el representante de la generación de los 90, vengo de una década difícil, donde el teatro argentino fue importantísimo en lo político. Yo entré a la escuela en el 81, teatro abierto, el teatro como expresión social frente a una de las dictadura más terribles que tuvimos. Me crié en esa historia, vino la democracia, el teatro, salir, fui a Buenos Aires a estudiar con (Raúl) Serrano, viví el Parakultural, el sin límite, el desborde total, de la creación y viví toda esa efervescencia como formación. Luego vienen los 90, años duros para todo lo institucional y educativo. Vino la reforma de la ley universitaria, justo en ese momento ingreso como docente en la escuela. Fui viviendo determinadas etapas, el nacimiento de la dramaturgia porteña que se expande a toda la Argentina. Spregelburd, Veronese,  el explotar de grandes directores, como Bartis, Pompeyo Audivert  que han explorado y siguen explorando situaciones nuevas. Viví toda una época muy revolucionada.

¿Qué consideras que falta actualmente a nivel educativo?

En los últimos años en educación ha habido un crecimiento enorme, siempre va a haber algo para laburar, pero se cumplen sueños o ideales que uno no pensaba en tener. Siempre fuimos en defensa de las universidades populares, de las universidades en todos los lugares, de romper con la hegemonía de las  grandes capitales, como ejes de la educación universitaria, esto traía  posibilidades e imposibilidades a muchos. Hay tanta cantidad de universidades en el país , cada municipio casi tiene su universidad, a través de mi otro trabajo como docente en la Universidad empiezo a tener contacto con otras universidades, la Universidad de La Matanza y la de Moreno. En esas nuevas universidades el 70 % de los egresados universitarios son los primeros universitarios de sus familias. Cuesta la cascada, cuesta bajarlo, pero hay una intención que yo no puedo obviarla. Paso por primera vez, un reclamos muy viejo nuestro que es que Cultura fuera un ministerio, no una secretaria. Ahora Cultura es un ministerio, Tendrá que adecuarse, pero  pasar a ministerio no es menor, no es menos porque tiene representación  en el gabinete, no es menor porque su propio presupuesto, no es menor porque se lo reconoce estructuralmente y presupuestalmente de otra manera, mayor aumento del porcentaje de producto destinado a cultura, después hay desgranamientos y cosas que faltaran, yo veo que en la Provincia estamos atrasados en estas cosas con respecto a Nación , todavía tenemos estas escuelas superiores, no pueden romper como rompen las escuelas nacionales a una cosa superadora a tener determinado grado de independencia , en el manejo presupuestario por ejemplo, como lo tiene la universidad, nosotros seguimos manejándonos acá con régimen de escuela primaria , la provincia en artística está muy atrasada. Cuando yo entre, imagínate en el año 81, era el mismo régimen que ahora, no podemos decidir, no podemos ver, no podemos leer, no podemos cambiar, no podemos nada nosotros,  tenemos que ir a un  listado, tenemos que ir a un reglamento  que hace que sea una escuelita, que no nos permite el crecimiento profesional  y poder manejar, o para bien o para mal y hacerse cargo de su propia institución  y sus propios egresados, como son las universidades.

Para modificar una materia, Para pedir un cargo, como ahora por ejemplo, porque la matricula creció, tenemos que hacer papeles, llevar, venir, tenemos aulas de determinadas manera y te dicen no podes abrir un curso con menos de 35 personas  que son una barbaridad,  porque ,no se puede poner un docente para menos de no sé..,Provincia está muy desactualizada,  es muy burocrático proponer cualquier cambio.

En esto que viene solicitando el Cai, que tiene que ver con incorporar esta dos patas que nos faltan, dirección y dramaturgia, y se que va a venir toda una cosa  porque lo cambias acá y lo tenes que cambiar en toda la provincia, porque? La realidad inserta en toda la ciudad de la Plata no es la misma realidad de la escuela de teatro de Moreno, Bahía Blanca, Madariaga, nos tienen que permitir libertades y respetar las idiosincrasias. Los cambios se producen 30 años después, y cuando se producen ya son viejos, están desactualizados. Esa es la gran deuda que tiene la provincia con Artística.  

Para Agendar:

La Escuela de Teatro realiza las funciones abiertas a todo público, en una producción integral del último año las carreras de Actuación, Maquillaje, Vestuario y Escenografía durante los meses de Agosto, Septiembre y Octubre del corriente año.

Sobre la obra  a representar este año, del grupo de alumnos de Actuación del Turno Noche de Marcelo demarchi, nos contaba:

 ¨En cuanto a la elección del texto a representar depende mucho el grupo, me gusta indagar, soy el docente más barrilete..En ese estilo. Me adapto al grupo. No está en juego mi rol como director, el que me quiere ver como director tiene que hacerlo afuera, acá soy docente, me debo en otro sentido a eso.

Este año  me toco un grupo que quería un teatro bien claro, Sacco y Vanzetti, de Mauricio Kartun realmente va hacer muy interesante ¨

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

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