Trinidad Ladrón de Guevara Cuevas (11 de mayo de 1798, Santo Domingo Soriano, Banda Oriental del Virreinato del Río de la Plata - 24 de julio de 1873, Buenos Aires) fue una actriz uruguaya de teatro que tuvo una extensa carrera artística.
Biografía
Trinidad Ladrón de Guevara Cuevas |
Nació en la casa de los Marfetán ubicada en Villa Soriano, en calle Ituzaingó y Lavalleja. Era hija del actor y archivero de la Compañía Cómica de Montevideo, Joaquín Ladrón de Guevara y de la criolla Dominga Cuevas. Vinculada al arte escénico desde su más temprana juventud, hizo debut a los 13 años como actriz secundaria en la Casa de Comedias de Montevideo, bajo la dirección de Bartolomé Hidalgo. A los 17 años realizó el primer papel protagónico.
Fue madre soltera al tener a su hija Carolina a los 18, pero eso no hizo que interrumpiera su carrera. En 1817 entró al elenco del Teatro Coliseo de Buenos Aires y a los 19 años fue la favorita del público porteño. A los 21 años tuvo a su segundo hijo, al que llamó Caupolicán. Ya convertida en actriz de respeto y que ejercía una especie de profesorado entre los actores, lideró la compañía del Coliseo.
Mujer de gran belleza física, de atractivos rasgos mestizos heredados de su madre, cautivó a varios hombres que la conocieron.
Trinidad Guevara continúa su carrera y también interpreta roles masculinos como otras actrices de la época; en 1826 actúa como el joven Pablo en la tragedia Virginia de Alfieri, donde según Arturo Capdevila, «hacía un Pablo “que era para comérselo”». Hizo otros obras como El amor y la intriga. El buen éxito fue casi siempre compañero inseparable de Trinidad. Actuaba sin gazmoñerías, humanizando sus personajes con un estilo que le era propio, con hermosa voz y dicción perfecta. En 1832, coinciden en un mismo escenario Trinidad Guevara y Juan Aurelio Casacuberta, luego de que él hiciera una brillante carrera en la que no creía la actriz, que lo consideraba bailarín y no comediante.
Los chismes de ella acerca de sus amoríos siguen surgiendo, y para colmo se envenena al tomar como remedio veneno para ratas del que la salva un médico de la policía. Esto la convierte en tema obligado de tertulias más o menos ociosas. Como no le gustaba el escándalo abandonó el país. Renunció a todo: aplausos, admiración, dinero; a todo menos a su portarretrato. Actuó en Montevideo, Córdoba, Mendoza y numerosas ciudades de Chile.1
Volvió a Buenos Aires en 1856, hizo su última función en su beneficio en el Teatro El Porvenir y tres días más tarde anunció su retiro de las tablas a través de un comunicado de prensa.1 Trabajó durante 46 años en las tablas.
Murió el 24 de julio de 1873, a los 75 años, olvidada, sin ningún comentario en los diarios porteños por su deceso. Una calle de Buenos Aires lleva su nombre en su homenaje.
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