22/06/14 - 09:00hs
El prestigioso bailarín, que recorrió el mundo con la danza, regresó a Buenos Aires para presentar Dios se lo pague, un espectáculo con coreografía propia. En diálogo con Hoy, recordó sus comienzos en la ciudad y dijo que nunca imaginó lo que vendría después: “De chico sólo querés bailar, la gente especula cuando se pone grande”
Hace 39 años, Iñaki Urlezaga nacía en La Plata y hace 30 despertaba su interés por la danza. Hijo de un médico pediatra, de una madre bailarina de folclore y sobrino de una tía integrante del ballet del Teatro Argentino, la rama femenina de su árbol genealógico fue determinante para que, a los nueve años, estuviera dispuesto a levantarse a las 5.30 de la madrugada y recorrer la distancia que lo separaba desde la Plaza Paso de nuestra ciudad hasta Buenos Aires, para estudiar ballet en el Teatro Colón.
“Yo empecé con mi tía Lilián, que aún sigue al lado mío y me acompaña en algunas giras. Con ella hice mis primeros pasos y luego ya quise estudiar en el Colón, fue un momento muy hermoso de mi vida. Pero después viajé por el mundo y terminó mi etapa local”, recuerda Iñaki en diálogo exclusivo con Hoy.
En sus palabras está la aceptación del devenir de su destino, porque él no perseguía “ningún sueño. Los chicos no especulan, si hay algo que los niños tienen es que son genuinos en su sentir y vivir. La gente especula cuando se pone grande, el artista dimensiona lo que sucede con el tiempo, pero de chico querés bailar y nada más”, asegura.
En otras palabras, Iñaki confía que nunca imaginó que un día, a los 15 años, iba a ingresar al American Ballet de Estados Unidos; que dos años más tarde se iba a incorporar al prestigioso Royal Ballet de Londres, donde fue primera figura al igual que en el Colón. Así, el mundo se convirtió en la nueva patria de este muchacho platense que con sus giras recorrió el planeta, bailando incluso ante príncipes y princesas.
No obstante, él aclara: “Uno siempre se queda con los afectos y quiere conquistar al público argentino. Yo siempre estoy volviendo al lugar donde crecí, sobre la avenida 13, cercano a la Plaza Paso. Ahí estudié y estuve con mi familia. Viajar por el mundo diría que es hasta un trabajo profesional, pero no tiene comparativo con el lugar de donde uno es”.
Dicho en esos términos, las presentaciones que Urlezaga hará hasta el miércoles en el Teatro Coliseo de Buenos Aires (Marcelo T. de Alvear 1125) pueden leerse como un regreso a su “etapa más local”. Allí, junto a Gabriela Alberti y con un gran despliegue de producción, presenta Dios se lo pague, basado en el clásico del cine nacional (Ver aparte) que por primera vez tiene su versión en ballet.
“A mí me gusta mucho la película -continúa el bailarín- y me parecía muy inteligente hacerla para bailar. Me siento más cómodo contando una historia que algo totalmente abstracto. Hay cosas que me dan mucho placer, como en este caso, y cuando me sucede algo así, en general lo encaro artísticamente y lo llevo a la concreción de algo”, confía a este diario el artista que, una vez más, es el coréografo de su propio espectáculo, tarea en la que se desempeña desde hace 20 años con su compañía Ballet Concierto, con la que realizó obras como Sylvia con música de Delibes, Danzaria con música de Vivaldi, Cascanueces y La Traviata con música de Verdi, entre otras.
“En la práctica -relata- uno va depurándose, porque una obra siempre sucede a la otra. Creo que uno vuelve a tomar el lugar creativo desde el lugar donde dejó el anterior, mejora y, por lo general, no vuelve a hacer lo que ya hizo”.
En la segunda mitad de su carrera, Iñaki refiere que la “experiencia acumulada lleva a uno a no repetirse, a avanzar”, pero también, en una actividad finita como la danza, en la que el cuerpo está en exposición permanente, asegura que “siempre se piensa en el tiempo. Es una profesión cronológica y eso es inevitable”.
Dios se lo pague
El espectáculo que Iñaki Urlezaga decidió versionar en ballet está basado en la película argentina de 1947 que dirigió Luis César Amadori, con protagónicos de Zully Moreno y Arturo de Córdova. A su vez, fue una adaptación de la obra teatral Dios se lo pague de Joracy Camargo.
Además, cuenta con el honor de haber sido el primer filme nacional elegido por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood para optar por el galardón a Mejor película extranjera en los Oscar.
En el Teatro Coliseo, la versión de Urlezaga estará hasta el miércoles 25, con acompañamiento musical de la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires. Hoy y el martes, la pareja protagonista estará conformada por Urlezaga y Alberti, mientras que mañana y el miércoles lo harán Matías Iacoianni y Celeste Losa. La entrada es libre y gratuita.
Fuente: http://diariohoy.net/espectaculos/inaki-urlezaga-un-platense-de-exportacion-30065
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