Sábado 08 de junio de 2013 | Publicado en edición impresa
Clásica
Por Verónica Pagés | LA NACION
El Argentino de La Plata está que arde y, lamentablemente, no por el alto nivel de producciones que supo tener hasta no hace tanto tiempo atrás. Ya la temporada pasada hubo un serio problema económico que desembocó en que gran parte del personal contratado no cobrara nada a lo largo del año y que la programación resultara irremediablemente trunca. En el camino quedaron el director artístico del teatro, Marcelo Lombardero, y el director de la Orquesta Estable, Alejo Pérez, primeros fusibles de un conflicto que no sólo continúa sino que se ha profundizado.
Con Leandro Iglesias a la cabeza -también parte de la conducción anterior-, el año 2013 comenzó pobremente (en más de un sentido), tratando de salvar la deuda con los contratados y con una programación que mantiene apenas en actividad a algunos cuerpos estables (coro y orquesta) y que promete algo más para el segundo semestre. Hasta ahora, hubo algunos conciertos sinfónicos en los que los músicos aprovecharon para leer comunicados que tienden a hacer visible la situación del teatro, que ya suma nuevas y profundas deudas, otra vez, con los contratados.
El método es, al menos, llamativo: antes del comienzo de cada función suben al escenario sólo los músicos que están cobrando al día y lo que les corresponde por cargo (apenas superan los veinte), luego se lee el texto en el que se le explica al público la situación, y recién ahí sube el resto de la orquesta que -según sea el programa a tocar- puede llegar a ser de 90 músicos o de 120. Y claro que queda realmente visible la situación. Ahora, lo ideal sería que además de visible, se pueda solucionar. Desde el teatro o desde la provincia.
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