Sábado 16 de febrero de 2013 | Publicado en edición impresa
Teatro
Por Carlos Pacheco | LA NACION
En el marco de ciclo Colombia Cultural en Buenos Aires, el Ministerio de Cultura de la Ciudad realizó un homenaje a la actriz argentina, residente en Colombia, Fanny Mikey, fallecida en 2008.
Salida de las filas del teatro independiente argentino, Fanny Mikey viajó a aquel país en los años sesenta y, al poco tiempo de instalarse allí, comenzó a desarrollar una movida cultural impresionante. Creó grupos y espacios teatrales y le dio entidad al Festival Iberoamericano de Teatro, convertido sin duda en uno de los más prestigiosos de América latina.
Durante el acto, que se desarrolló en la Usina del Arte, una de las oradoras, la actriz y cantante Susana Rinaldi, no tuvo más que palabras de afecto para recordar a quien fuera su amiga y, en más de una oportunidad, una compañera de ruta.
Fanny ha sido una de las gestoras más lúcidas que ha tenido el teatro contemporáneo latinoamericano. En la Argentina se la recuerda poco, es una lástima. Pero desde Colombia se proyectó al mundo. Les dio a los colombianos el valor para hacer del arte una potente arma de trabajo, aun en las crisis sociopolíticas más fuertes por las que pasó ese país. El lema con el que alguna vez calificó a su Festival, "Un acto de fe en Colombia", es el que, seguramente, signó toda su vida.
Su hijo Daniel fue el encargado de recibir esa noche la merecida distinción otorgada a su madre: "Esa mujer de pelo colorado, como encendido, que nunca dejó de manifestar que era argentina", explicó Susana Rinaldi.
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