lunes, 10 de enero de 2005

Yo chancho y glamoroso de Fernando Peña


Polémico desnudo de Sofía Gala 

La obra cuenta la historia de una familia constituida por una pareja homosexual y sus dos hijos que, tras caer en una difícil situación económica, se ven atraídos por un productor de televisión para instalar en su propia casa un canal. A partir de entonces, las relaciones entre esta familia se verán afectadas. 

El rating, el poder, serán las razones más importantes por las cuales continuar juntos y entonces, un delgado hilo separará la ficción y la realidad. 

El espectáculo que Fernando Peña escribió, dirigió y protagoniza es, entre otras cosas, una reflexión sobre la sociedad y la televisión, sobre la morbosidad del espectador, reflejo de lo que la pantalla nos muestra todos los días. 

Ahora bien, sucede que para quienes ya han hecho la reflexión a la que invita Fernando Peña, para quienes saben que aunque sea una caja alienante y muestre lo peor y lo mejor de nosotros es un aparato atrapante, un medio interesante y divertido también, para quienes se hacen cargo de sus costados morbosos y no cambian de canal si ven a alguien lamentarse por su última desgracia, el espectáculo puede resultar un tanto obvio.

Sin embargo, Yo chancho y glamoroso, no resulta aburrido por el tema que trata, ni por la reflexión a la que conlleva sino por cómo está desarrollado.
El espectáculo muestra una puesta en escena un tanto caótica que si lo que quiere mostrar es la vorágine de la televisión es válida aunque no justifica que los actores se choquen o se lleven por delante las escenografías.

Hay algunos diálogos o consignas en off a las que los actores responden que no coinciden en ritmo con las respuestas de los mismos o que los actores repiten con sus labios adelantándose a la acción. Por momentos se hace difícil entender algunos parlamentos ya que se ríen entre ellos de chistes internos dificultando sus dicciones.

Sofía Gala Castiglione, alcanza niveles de concentración y entonces uno se olvida de quien es en la vida y logra momentos verdaderamente intensos pero luego algún movimiento altera la puesta y su actuación se diluye, lo mismo sucede con Matías Quinn y Juan Pablo Mirabelli, los otros dos actores que componen la pieza.

De cualquier forma, los actores exponen su cuerpo y tratan de desarrollar sus personajes, tarea difícil a la hora de sostener y acompañar el histrionismo y talento de Peña.

Fernando Peña, por otro lado, desarrolla un gran despliegue de personajes, maneja climas emocionales, entra y sale de situaciones, se viste y desviste rápidamente, sosteniendo todo el tiempo la tensión. 

Aunque no terminen de cerrar algunas cosas de ésta obra en cuanto a la puesta en escena y el libro, luego de verla no caven dudas de que Fernando Peña se apasiona con lo que hace y deja su corazón en el escenario, que después de todo, es lo más valioso que un artista puede ofrecer.

Yo chancho y glamoroso.De Fernando Peña.Con: Fernando Peña, Sofía Gala Castiglione,Juan Pablo Mirabelli y Matías Quinn.Dir: Fernando Peña.Teatro Lorange.

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