martes, 1 de julio de 1997

Reabrió la Sala 420 después de tres años

La Plata, martes 1º de julio de 1997

Nacido para albergar “ambiciosos proyectos”, el reducto platense erigido en 6 Nº 420 se convirtió en un lugar ideal para el teatro independiente


Por Ana M. Tótoro y Germán Zaupa
Especial para “Hoy”

A primera vista es difícil discernir si Rubén Monreal, director y productor platense, es una persona que tiene la gracia incorporada como gesto permanente, o si, simplemente, es un comediante. Contesta las preguntas con un tono en el que se confunden la pasión por el teatro y
ese estilo profesional que revela un conocimiento académico. La música es su otra gran afición: “Cuando terminé la secundaria, me dedique más a la música que al teatro pero, a fines del ‘76, ésta me abandonó...me sacó tarjeta roja”, lamentó.

-¿Cómo nació el grupo de teatro de la Sala 420?.

-Este es un grupo a pesar suyo. Nunca nos propusimos ser un grupo, somos una manga de pelafustanes traídos de todos lados. Pero es cierto, hace mucho tiempo que estamos juntos o amontonados, que no es lo mismo. En febrero de 1988 Monreal alquiló una sala que está ubicada en 6 Nº 420 y, después de algunas refacciones, se inauguró la Sala 420 con un seminario de
actuación. En el 89, el lugar funcionaba a dos puntas: por un lado teatro y, por el otro, viernes de
jazz.

-¿Cómo elige las obras? ¿Respeta un estilo preestablecido?

-Todas las obras que quiero hacer las tengo en mi cajoncito mental; todas están relacionadas con el género cómico. En el 90 dirigí “Burbujas de radio” y, a mediados del ‘91, se daba simultáneamente en Buenos Aires y La Plata, después traduje la única obra de Henry Miller Locos por Harry”, y en diciembre de ese mismo año la mostré al público. Actualmente, en la Sala 420, se está representando una obra de Ray Bradbury, “La Pradera”, que Monreal conoce muy bien: “Encontré el texto escrito en inglés por el año 1976 en una casa de compra y venta de libros; la pusimos en escena y fue un éxito. En el 78 la volvimos a repetir”, recordó. Durante el 79 la tradujo y poco tiempo después, fue representada nuevamente; en 1980 la llevaron a Buenos Aires. La siguiente puesta fue en el 89, en la Sala 420. Llegado el 96, además de dirigir una obra llamada “Karina”, Monreal trató de conseguir los derechos de “La Pradera” para ponerla en escena en Buenos Aires; a fines de ese año lo consiguió pero, como el proyecto no se pudo hacer en Capital Federal, decidió hacerla en La Plata. Empezaron a ensayarla sin tener sala porque: “A pesar de tener muchas satisfacciones artísticas en la Sala 420, no fue así económicamente.
Es bastante difícil, para el teatro independiente, mantenerse en la ciudad de La Plata si no se tiene algún apoyo económico. Por esta razón, en el 93, tuve que cerrarla”, explicó. A fines del ‘96, volvió a alquilar el lugar y el 31 de diciembre se reinauguró con la “sexta”, Pradera. El grupo está formado por: Ana María Ferreyra, Jorge Guillén, Alejandra Fabini, Fernando Sansiveri, Miguel Desierri, Gustavo Rufo, Miguel Martín, Silvia Durante. Soelí Naveyra, Mercedes Santacruz, Gustavo Tenuta, Francisco Castelli y Juan José Losino, entre otros, “Hay un pedazo de talento acá, dando vueltas; espero que algún día pueda emerger y hacerse notorio... realmente lo vale”, señaló. Con un ensayo sobre “La Pradera” ganó una beca que le dio la posibilidad de hacer un master en dirección teatral en Estados Unidos durante tres años en la State University of New York.

- ¿Nunca pensó en quedarse en Estados Unidos?.

-No, me encanta, creo que es un país lleno de oportunidades, pero no viviría allí. Yo tengo ganas de hacer cosas en Argentina.


Teatro en la televisión


-¿Como nació el proyecto de hacer El Ascensor?

-A fines del 93, cuando todavía estábamos haciendo “Verdurita”, un ensayo basado en una obra de Bradbury, tuvimos una propuesta de Open TV, pero finalmente no se dio. Después de este intento fallido, empezamos a trabajar en el piloto de lo que después sería “El Ascensor”. Durante todo el 94, después de haber desmantelado la Sala 420, trabajé para la aprobación del proyecto por las autoridades de Dardo Rocha Cable Visión. La admisión llegó en julio del 94.

-¿Cómo tomó la nominación para el Martín Fierro?.

- Llegó en el momento oportuno, a principios del 96, cuando “El Ascensor” no estaba anímicamente bien... entonces pasamos de ser una basura a estar convencidos de ser una maravilla. También estuvimos ternados este año.

-¿Cuales son sus proyectos?.

-Queremos entrar en un canal de aire; es un proyecto que ya está encaminado, sólo queda discutir algunos detalles. Todos mis proyectos son ambiciosos, siempre mi imaginación va más allá de las posibilidades reales, en realidad soy bastante soñador... a pesar de la edad.

Fuente: http://pdf.diariohoy.net/1997/07/010797CU.PDF

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

  Balance de teatro 2024 En un año con fuerte retracción del consumo y un ataque inusitado al campo de la cultura, la caída de la actividad ...