UNA USINA EN EXPANSIÓN
De ser considerada una actividad marginal a ocupar un rol central en el entretenimiento local, la escena autogestiva florece a pesar de las trabas económicas y políticas
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La Compañía de Teatro de Arte Crudo presenta los domingos en Espacio 44 "Rey Lear o la Locura de este Mundo" |
Agobiados por la suba de las tarifas de los servicios, y dando pelea a las nuevas políticas públicas que inclinaron aún más la cuesta para el desarrollo de las disciplinas culturales, el teatro independiente de La Plata es sin embargo “uno de los puntos neurálgicos” de la escena autogestiva a nivel nacional, según aseguran teatristas locales. El “esfuerzo” y la “pasión” de sus hacedores, el famoso “amor por el arte”, y la necesidad de sostener un espacio de resistencia colectiva en tiempos difíciles lo hacen posible.
Todos los fines de semana, los telones se levantan con propuestas que van desde opciones clásicas, en versiones tradicionales, hasta proyectos contemporáneos e infantiles.
De hecho, diferentes espacios darán sala hoy con alternativas que van desde el musical (en El Escape se puede ver la recién estrenada “Felicitas” sobre la vida de Felicitas Guerrero) hasta títulos clásicos pero aggiornados (los domingos de octubre en Espacio 44 se puede ver la versión de Rafael Garzanitti sobre “Rey Lear” de William Shakespeare que vio la luz “tras años de laboratorio”).
“La cantidad de espacios que realizan funciones es innumerable”, asegura César Palumbo, dueño de El Altillo del Sur y miembro de la Asociación de Teatristas del Plata (Atepla), entidad no gubernamental que nuclea a las salas independientes de la región.
Además de las salas teatrales específicas, se transforman en escenarios otros espacios como clubes, centros culturales, bibliotecas y hasta casas particulares.
Con funciones de jueves a domingos, en La Plata hay teatro a lo largo y ancho de la ciudad. Hay actividad en el centro (La Nonna, Teatro de la UNLP, Espacio 44, La Lechuza, Teatro Abierto, etc.); pero también en los barrios, desde Meridiano V (Estación Provincial, El Obrero, El Galpón de las Artes) hasta La Loma (El Escape, Doble T, Escenario 40), pasando por Barrio Norte (Teatro Estudio, Casa Compás), Barrio Hipódromo (Área Chica), El Mondongo (El Altillo del Sur), y llegando hasta Tolosa, City Bell (Teatro Comunitario, Teatro de Cámara) y Villa Elisa (Maga, Pido Gancho).
El teatro: una
vidriera para
visualizarnos en
el otro
Daniel Gismondi (*)
Pude ver, desde hace ya muchos años,
que el teatro independiente dejó de
ser una actividad marginal y pasó a
ocupar una centralidad entre las
actividades culturales, como lugares
de entretenimiento, de formación a
través de talleres y de encuentro entre personas.
Desde hace años, las políticas públicas
impulsadas desde el estado a través de
organismos como el Instituto Nacional del
Teatro, el Consejo Provincial de Teatro
Independiente o el Fondo Nacional de la Artes,
dieron sus frutos brindando ayudas y eso
redundó en una mayor cantidad y calidad en las
producciones. También en la multiplicación de
los espacios teatrales, haciéndolos más
confortables y con mejor equipamiento y una
mayor corriente de público hacia las salas.
En el presente se nos presenta un desafío
importante para sostener la actividad, en medio
de una situación de precios y tarifas
devastadoras para nuestra actividad, siendo que
en los teatros independientes los ingresos son
exiguos, porque sostenemos precios populares
en las entradas y las tarifas de los talleres. Vivimos un contexto en donde muchas familias y
los estudiantes están sufriendo dificultades
económicas graves, muchos no están pudiendo
alimentarse o no están llegando a fin de mes y
somos conscientes de ello a la hora de establecer
nuestras prioridades.
El cambio radical en el enfoque del gobierno
nacional con respecto a las actividades
culturales, el desfinanciamiento de la cultura, de
la educación y ahora de las universidades,
indudablemente agravan mucho más el cuadro.
Pese a todo, todavía la actividad continúa con la
misma energía de siempre y las salas están
funcionando con el esfuerzo y el aporte diario de
los que las sostenemos porque amamos la
actividad teatral. Las actividades culturales
siempre nos ayudaron a sobrellevar la vida en
tiempos difíciles. Más el teatro, que crea una
vidriera donde nos podemos visualizar en el otro
y construir una red que no es virtual, que es real
y presencial, donde nos encontramos tal cual
somos y vemos que no estamos solos.
(*) Actor, director, teatrista y presidente de la
Asociación de Teatristas del Plata
Fuente: EL DIA
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