miércoles, 30 de diciembre de 2020

Balance de teatro 2020 en CABA: un arte en emergencia por la pandemia

Recién en noviembre reabrieron unas pocas salas

Al igual que en otros países, la escena local sufre las consecuencias de una paralización que atraviesa a la comunidad artística y al conjunto de sus circuitos.

Por Candela Gomes Diez

En el sector plantean que 2021 será parecido al año que termina, más allá de la vacuna. 

Balance atípico el de 2020 para las artes escénicas de la Argentina y del mundo. Primera actividad en cerrar, y casi la última en reabrir, el teatro local sufre las consecuencias de una paralización que atraviesa a la comunidad artística y al conjunto de sus circuitos.

“Debut y despedida”. Así calificaba el empresario Carlos Rottemberg a la temporada teatral 2020 cuando a mediados de marzo se había decretado el comienzo del aislamiento social, preventivo y obligatorio, y la bajada de telón por tiempo indeterminado era ineludible. “El año está perdido”, opinó en esa ocasión el productor en un audio compartido con colegas que se viralizó de inmediato. Y lo que parecía un pronóstico pesimista terminó siendo un diagnóstico acertado de lo que finalmente ocurrió, porque el teatro pudo activar una progresiva reapertura, con programación y aforos reducidos, recién el 13 de noviembre.

“Reabrir las salas fue sobre todo un gesto de resistencia cultural, porque abrir con un aforo del 30 por ciento es oneroso y no se puede sostener. Nosotros abrimos una sola sala, donde estrenamos la obra El acompañamiento, de Carlos Gorostiza, y esa es la sala en la que más pérdida tuvimos”, comenta el productor teatral y miembro de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET).

“Primavera define verano”, fue el lema que él mismo instaló para trazar el camino a seguir de cara al 2021. “Nosotros en octubre tendríamos que haber empezado a trabajar y así habríamos llegado mejor a una programación del verano, con más contratos de trabajo. Pero al reabrir en noviembre hubo más gente que se quedó fuera del circuito”, analiza Rottemberg, que ya prepara sus estrenos en las plazas de Buenos Aires y Mar del Plata en las que trabaja hace más de cuatro décadas, con algunos platos fuertes como Cartas de amor y el regreso de Brujas.

En este sentido, el valor simbólico de la reapertura sirvió de antesala para lo que se espera a partir de enero. “En marzo dije que esto iba a ser un proceso lento y que no iba a llevarnos menos de tres meses recuperar la confianza del público. Cada semana se va a vender un poquito más de entradas, porque se van a ir sumando más testigos, entre artistas, trabajadores y espectadores, que podrán ver que los teatros son lugares seguros. De hecho, hace más de un mes que se abrió y quedó demostrado que las salas que han abierto cuidando los protocolos no tuvieron problemas sanitarios”.

La cartelera veraniega promete un principio de revancha, pero las noticias de rebrotes en distintas partes del mundo provocan incertidumbre. “Nuestro teatro independiente está dado vuelta y los teatros públicos están más cerrados que abiertos. La situación es muy complicada. Y esto es mundial, porque el teatro en Nueva York seguirá cerrado como mínimo hasta el 30 de mayo, en Londres no abrirá hasta que allá sea verano, y en Montevideo acaban de cerrar el teatro El Galpón durante todo enero. Esto desnudó la situación de fragilidad de los artistas y de los músicos, porque la mayoría no tienen un trabajo en relación de dependencia”.

“Es el año más duro de los últimos 100 años, y todavía no podemos terminar de visibilizar cuál es el verdadero daño. Creo que habrá muchas más salas cerradas, y más gente que se dedicaba a la actividad artística que ya no va a poder dedicarse”, aporta por su lado Sebastián Blutrach, productor teatral y también integrante de AADET. La crisis puso a los teatristas ante la necesidad de reinventarse. Y el Teatro Picadero, del cual es dueño, fue uno de los espacios que llevó la delantera en ese proceso ofreciendo espectáculos por streaming y que pudo cerrar también el año con algunas funciones presenciales.

“Abrimos para público en noviembre y ese fue el mes de mayor pérdida”, cuenta Blutrach. Y la paradoja viene dada por el elevado costo económico que implica acondicionar las salas a los protocolos exigidos. “Cuanto más trabajamos, más perdemos”, subraya el productor. “Yo tengo una estructura con la que necesito hacer doce funciones por semana y estoy haciendo cuatro, porque es muy difícil hacer doble función. Y eso nos da la idea de que 2021 también va a ser un año muy parecido a este, por más que haya vacuna”.

Con las expectativas puestas en el futuro inmediato de la actividad, analiza lo que aconteció en las últimas semanas. “Es muy importante resaltar que después de este tiempo con obras en vivo ningún elenco tuvo que suspender las funciones por la aparición de contagios. Eso nos da una luz de esperanza. Y si bien hubo alguna dificultad para convocar espectadores en este final de año, eso tuvo que ver con la falta de estrenos. Pero a medida que vayamos estrenando contenidos interesantes eso va a ir cambiando”.

Precisamente, en El Picadero subirá a escena una de las propuestas más esperadas del año, que iba a estrenarse a finales de marzo: Jauría, que -como ya es tradición en ese espacio- convivirá con reestrenos de clásicos del teatro independiente. “Creo que Jauría va a funcionar muy bien, porque va a generar una renovación en la cartelera que se va a sentir. Y esperamos que desde el Gobierno de la Ciudad puedan habilitarnos el 50 por ciento de aforo, porque eso va a indicar que la pandemia evoluciona bien. Sería muy terrible para la sociedad argentina que todo vuelva a cerrarse, por lo laboral y lo emocional. Quienes hacemos teatro no tenemos margen para que eso ocurra y estamos al límite del aguante. Por eso es fundamental que nos sigamos cuidando”.

Lo que sucedió al interior del circuito comercial se replicó en el oficial, con salas vacías y el desafío de seguir manteniendo viva la llama. Así lo hizo el Teatro Nacional Cervantes, en el año en el que el mismo Blutrach asumió la nueva conducción como asesor de contenidos, programación artística y producción. A la altura de las circunstancias, el Cervantes lanzó Nuestro Teatro, un concurso de obras cortas inéditas con el objetivo de estimular el trabajo de autoras y autores argentinos y a la vez producir nuevos contenidos. Como resultado, 21 obras se filmaron en la emblemática sala María Guerrero, y algunos títulos ya pueden verse en el canal de YouTube del teatro.

“Estoy muy satisfecho con este proyecto, porque me encontré con un equipo de gente muy valiosa que ama lo que hace y que mostró un gran nivel de compromiso profesional. Y por eso pudimos terminar el trabajo con un nivel de excelencia que estuvo por encima de mis expectativas”, sostiene el productor a un año de su gestión, al mismo tiempo que anticipa que algunas de esas obras podrán verse en vivo durante el verano en la Biblioteca Nacional.

En esa línea de trabajar con las nuevas tecnologías también incursionó el Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA), que llevó a cabo el ciclo Modos Híbridos, con el que se propuso producir un abordaje audiovisual de las obras que estaban programadas para la temporada 2020. “Creemos en lo esencial del espectáculo en vivo y de ese vínculo irrepetible e imprescindible que hay entre el artista y el público pero, frente a la dificultad de que eso sucediera, el diálogo con otros lenguajes nos dio nuevos resultados que no solamente sirvieron para que el Complejo Teatral siguiera presente, sino para que continuara con su trabajo de experimentación, que es una de las funciones del teatro público”, afirma Jorge Telerman, director general y artístico del CTBA que este año celebró 20 años a la par del 60º aniversario del Teatro San Martín.

“Estamos muy contentos con el resultado, y la devolución de la crítica y el público nos confirman que este es un trabajo que hay que seguir explorando. Por eso, más allá de que podamos volver con el cien por ciento del aforo para desplegar toda nuestra actividad, nuestra idea es mantener una línea de producción de contenidos con este lenguaje híbrido que no es teatro, ni es cine ni teatro filmado sino un lenguaje nuevo y muy interesante”, agrega.

El fenómeno de las artes escénicas llevadas al campo virtual se expandió durante el aislamiento y parece haber llegado para quedarse. En ese marco, proliferaron desde obras filmadas hasta nuevas producciones realizadas en vivo para plataformas como Zoom, y la posibilidad de llegar a lugares y a públicos impensados compensó la ausencia de la ceremonia teatral. “Las artes escénicas son en vivo. Eso está fuera de discusión. Pero esto nos vino a recordar que la tecnología bien usada también facilita el derecho de acceso a la cultura que, por razones geográficas o económicas, no siempre se garantiza. Por eso el uso de nuevas herramientas no sustituye al arte en vivo, pero sí amplía derechos y permite llegar a todo el país y proyectar lo que se hace aquí a otras comunidades internacionales interesadas en nuestro teatro que es tan rico”.

El próximo será un año en el que Modos Híbridos estrenará nuevas producciones, pero también en el que el CTBA, según informa Telerman, buscará tender puentes para acompañar al sector de la cultura independiente que atraviesa una situación dramática. “Estamos evaluando las condiciones de las distintas salas (Regio, Sarmiento y De la Ribera), para ver cuáles son las pequeñas modificaciones que hay que hacer al sistema de ventilación para cumplir con el estricto protocolo. Porque vamos a tener mucha tarea en el verano con compañías independientes que puedan eventualmente usar alguna de nuestras salas en este tiempo”.

Reconocido por su diversidad de estéticas y formatos, el teatro independiente es el más golpeado. Desde que se habilitaron las funciones presenciales, apenas un puñado de espacios (Espacio Callejón, El Método Kairós y El Extranjero) pudo volver a “dar sala”. “Ya sabíamos que la mayoría no iba a poder reabrir porque hacer una actividad en vivo, y adaptar la sala a lo que pide el protocolo, es muy complicado. Por eso, y a pesar de que el Gobierno de la Ciudad intentó promocionar que volvía el teatro, nosotros nos acogimos a la consigna de que 'el teatro independiente no volvió'”, revela Liliana Weimer, Presidenta de la Asociación Argentina del Teatro Independiente (Artei) que representa a 111 espacios de la Ciudad.

Con una actividad en emergencia, desde marzo los artistas del off se concentraron en la difusión de obras filmadas con modalidad de gorra virtual y organizaron festivales virtuales para recaudar fondos. Pero en su casi totalidad no pudieron siquiera llevar a cabo funciones por streaming cuando el protocolo así lo habilitó. “Muy pocos pudieron hacerlo porque es un sistema caro y había que adaptarse a condiciones bastante difíciles de llevar a cabo”, comenta la actriz, quien asegura que han recibido ayuda por parte del Estado, aunque remarca diferencias entre las gestiones de cultura de Ciudad y Nación. “Hemos podido acceder a un diálogo con el Ministerio de Cultura nacional y el Instituto Nacional del Teatro (INT). Y en este momento ambos ya están pensando en acciones y estrategias para el primer semestre de 2021. En cambio, por parte de Ciudad hemos recibido una ayuda que hubo que pelear muchísimo para que saliera, pero luego argumentan que no hay más recursos y no nos dan respuestas a nuestros reclamos”.

El principal reclamo es, justamente, la declaración de Emergencia Cultural para un circuito en el que ya se contabilizan más de 20 espacios cerrados (entre centros culturales y salas teatrales) según el relevamiento realizado entre Artei, Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (Meca) y Espacios Escénicos Autónomos (Escena). “Eso es solo la punta del iceberg”, advierte Andy Vertone, presidenta de Escena, agrupación que este año cumplió 10 años y duplicó su número de representados llegando a 50 espacios. “La necesidad nos llevó a juntarnos. Y las asociaciones estamos haciendo el trabajo que debería hacer el Estado”, agrega.

“El panorama es absolutamente desolador. El Gobierno Nacional ha lanzado algunas medidas extraordinarias y aceitadas. Y los artistas que sobrevivieron lo hicieron gracias a las ayudas del INT. Y el Ministerio de Cultura porteño lo único que hizo fue aumentar por única vez los subsidios regulares anuales de Proteatro. Pero ese dinero llegó sólo a los espacios que ya venían recibiendo ayudas, y en muchos casos se cobró tarde. Habitualmente se empieza a cobrar en abril y mayo, y se empezó a pagar en julio, agosto y septiembre. Y hay quienes todavía no cobraron”, detalla la actriz, en línea con la información proporcionada por Weimer.

La perspectiva para el futuro no es auspiciosa. El pasado 14 de diciembre, diversas agrupaciones de la cultura independiente -entre ellas Escena- alertaron que el presupuesto de 2021 contemplado para el área de cultura está 16,7 puntos por debajo de la inflación estimada para ese año que alcanza un 29%. Y que del porcentaje total de la partida presupuestaria, a la cultura independiente sólo se destinará el 1,98%.

“El presupuesto no alcanza”, aseguran. Desde la Nación, hasta el momento, llegaron ayudas extraordinarias como el Plan Podestá, Desarrollar, Sostener I y II, Fortalecer y Reactivar. Y también ayudas ordinarias que el INT garantiza desde hace tiempo. Pero la contención del Gobierno de la Ciudad también es clave para la continuidad de un sector que se ha ganado un lugar de referencia para el teatro del mundo por su alto nivel artístico.

“No hay una comprensión de nuestra problemática. El streaming nunca fue una solución para nosotros. Y los protocolos de reapertura tampoco ayudan, porque un aforo del 30 por ciento para una sala de 50 butacas implica ir a pérdida”, menciona Vertone, quien dirige El Piso - Cultura escénica, en el barrio de Caballito. “Muchas salas han buscado alternativas de funcionamiento. En nuestro caso, como la sala cuenta con un bar dentro de la habilitación, abrimos un delivery de comida vegetariana para poder subsistir. Y también damos clases por Zoom, porque casi todos los espacios de teatro independiente viven de las clases, además de las funciones”.

Por ese motivo, en abril nació la agrupación Profesorxs Independientes de Teatro (PIT), que con la consigna “todo empieza en las clases” buscó concientizar acerca de la función de la docencia en la creación de proyectos culturales. “Éramos un sector completamente invisibilizado, y es alucinante el trabajo que se generó porque pudimos trabajar en red”, dice Mariana Rodrigo, actriz, profesora e integrante de PIT donde confluyen docentes de todo el país.

Las clases de teatro también siguen sin volver. “La situación es crítica en todo el país. Los protocolos son impracticables, porque los aforos son sumamente reducidos, y eso hace que sea imposible dar las clases en espacios cerrados, y que sólo puedan trabajar los pocos lugares que cuentan con un espacio propio al aire libre. Por otro lado, tampoco es una opción trabajar en plazas o veredas porque la especificidad de nuestra tarea no puede convivir con otras actividades”, señala Rodrigo, quien brinda números que permiten dimensionar la gravedad de la crisis. “El 97% del sector no pudo ejercer, y en noviembre de 2020 la tarea docente tuvo un 47% de actividad en relación a noviembre de 2019”.

Por este motivo, PIT se suma al pedido de Emergencia Cultural a nivel nacional. “Reclamamos recursos y ayudas sin concurso ni contraprestación para paliar la crisis. Que se nos brinden espacios que cumplan con los protocolos que el gobierno impone, y subsidios para compensar la disminución tan drástica de la matrícula aun en el caso de les profes que pudieron modificar su propuesta pedagógica para dar clases online. Queremos que se nos reconozca como trabajadores y trabajadoras de la cultura”. 

sábado, 12 de diciembre de 2020

“Mi parte es todo”: una obra posible, invisible y silenciosa

 IDEADA, ESCRITA Y DIRIGIDA POR BRAIAN KOBLA

En una plaza, espectadores distanciados son parte de una experiencia con la que el teatro recupera su esencia: la presencialidad 



Por: María Virginia Bruno 

Un sábado más. Una plaza. Gente que va, gente que viene, gente que se detiene, gente que charla. Animales. Chicos. Hamacas en movimiento. La frenada de un micro. El sol que pega fuerte en la cara. Algunos se cobijan en la sombra de frondosos árboles. Otros hacen gimnasia. Un grupo de personas, paradas frente a un monumento, parecen ser parte de algo que el resto no puede descifrar: tienen auriculares, se mueven en simultáneo, parecen buscar algo o alguien pero no saben qué ni a quién. Están ahí siendo parte de algo. Están devolviendo al teatro su esencia: la presencialidad. 

Braian Kobla creó y dirige “Mi parte es todo”, una experiencia que se desarrolla en un espacio público de la Ciudad y que podría definirse con tres palabras: posible, silenciosa e invisible. Diremos posible porque se desarrolla al aire libre. Sin asumir riesgos innecesarios de contagio de COVID-19, actores y espectadores se mantienen a raya, respetando el distanciamiento social preventivo y obligatorio, convergiendo en una propuesta escénica que, también podría decirse, es lo más cercano al ritual teatral que se pudo observar a lo largo de los últimos nueve meses. Público y artistas celebran la comunión, se emocionan por esta posibilidad de empezar a volver a sentir el arte sin pantallas de por medio. 

Por otro lado, se trata de una experiencia silenciosa porque los intérpretes no hablan durante la performance. En realidad, sí, pero ya lo hicieron. Cuando un espectador adquiere una entrada, a su WhatsApp se le enviará un audio de 28 minutos que deberá guardar en sus archivos que, para una mejor experiencia, se recomienda no escuchar hasta el día de la función, a la que deberán acudir con auriculares. ¿Por qué? Porque el sonido de la obra la escuchará cada uno, desde su propio teléfono, con sus propios auriculares. Por lo que la gente que normalmente habita la plaza ese día no escuchará de qué va eso que mantiene a ese grupo, al parecer, enajenado. 

En un año en que la realidad mereció ser una ficción, esta ficción se funde con la realidad, en una experiencia que desafía a los espectadores a intentar descifrar qué de lo que escuchan, qué de lo que ven es parte de la obra y qué no lo es. Y ahí la tercera palabra: la invisibilidad. Kobla, que es dramaturgo, director, actor y docente teatral, cuenta que la hipótesis a partir de la cual nació este proyecto en medio de la cuarentena tuvo que ver con “cómo encriptar una ficción en la vía pública que sea indiscernible a simple vista para el ojo humano”. Y la respuesta que encontraron, “mágica e inverosímil”, fue hacerla “invisible”. 

 Una “hipótesis extraordinaria” necesaria para abordar un “contexto extraordinario” en el que la actividad artística frenó de mano y el teatro sufrió el robo de su esencia con la virtualidad. 

ES TEATRO 

Inherentemente, “Mi parte del todo” está atravesada por este presente pandémico y todo lo que supuso para el arte, con el surgimiento de nuevos formatos y las nuevas formas de abordar lo teatral, algo en lo que la pieza busca indagar. A la hora de ponerle un nombre a este proyecto, Kobla no duda: teatro.

“Esta decisión viene a partir de reflexionar sobre la dimensión del lenguaje teatral, poder corrernos y poner en crisis las lógicas de producción con las que veníamos trabajando. Nuestro lenguaje, el teatro, se realiza en un edificio que lleva el mismo nombre, y es así que muchas veces se reproduce y se sabe que el teatro se hace en el teatro. Pero en este momento que las salas están cerradas, que no hay edificio que nos contenga: ¿qué sucede con el teatro? ¿si no hay teatros no hay teatro? ¿un edificio puede condicionar al lenguaje? Deseamos y apoyamos las aperturas de salas, pero ante la inoperancia y falta de decisión política para que esto suceda, nos resultó urgente pensar en formas que respondan a las complejidades de este contexto para que nuestro lenguaje no se extinga. La voluntad colectiva fue convertir las restricciones en procedimientos, que los obstáculos devengan en medios”, cuenta Kobla. 

Este proyecto no sólo les permitió sobrevivir a estos meses desoladores, sino nutrirse. “Percibimos esto como una acción directa que opera sobre el tejido social, político y afectivo de todxs lxs que estamos en ese mismo lugar y a esa misma hora -admite el director-. También percibimos que el público se torna más diverso. No hace falta saber dónde sea hace o quiénes hacen obras de teatro. El teatro está ahí, mientras se fuman un cigarrillo y algunos niñes se hamacan. Aprendimos mucho y encontramos nuevas preguntas para potenciar nuestras futuras creaciones”. 

Con las actuaciones de Alejandro Santucci, Ilenia Contin, Ana Belén Recabarren, Manuela Villanueva Fernández, Mariel Santiago, Denisse Van der Ploeg, Valentin Prioretti, Juan Castiglione y Agustin Recondo, diseño sonoro de Francisco Raposeiras y Francisco Villar, asistencia de dirección de Rafael Gigena y producción ejecutiva de Carolina Sueta, las entradas para “Mi parte es todo” -hay dos funciones los sábados- se pueden reservar en la cuenta de Instagram @miparteestodo. 

viernes, 20 de noviembre de 2020

La Plata festejó los 138 años con el Teatro del Lago como escenario

LA CIUDAD | UNA CELEBRACIÓN ESPECIAL

Artistas platenses participaron de la propuesta que se transmitió a través de las redes sociales desde el coliseo del Bosque. Fue una jornada atípica, sin feriado, asueto ni eventos masivos


Con el magnífico anfiteatro Martín Fierro como escenografía, en el marco del emblemático Paseo del Bosque, artistas platenses llevaron adelante un espectáculo para celebrar los 138 años de vida de la Ciudad, que se cumplieron ayer.

La jornada en que se cumplió un nuevo aniversario de la Ciudad fue diferente a las que los platenses, por lo general, están acostumbrados a vivir. No sólo porque se enmarcó en contexto de pandemia, con homenajes a la fecha más de modo virtual que presencial, sino porque además, contrariamente a lo sucedido en años anteriores, no fue un día declarado feriado sino “no laborable. Entonces, mientras que la administración pública no trabajó, el sector privado, comercial y fabril, mantuvo la actividad igual que cualquier otro día hábil. Todos los negocios con las puertas abiertas y atendiendo público pincelaron un cuadro muy particular para un 19 de Noviembre.

En tanto, la propuesta municipal, encuadrada en la histórica sala escénica al aire libre rodeada del lago del Bosque y el espléndido arbolado del principal pulmón verde platense, restaurada luego de casi una década de abandono, pudo seguirse en vivo, como otras alternativas de los festejos por el cumpleaños de La Plata, a través del streaming oficial.

Así, se concretó el broche de oro de una serie de ofertas culturales y artísticas pensadas desde el Municipio para celebrar este nuevo aniversario de la capital provincial. El show contó con la participación de más de 120 artistas platenses en escena.

“Creíamos que este 19 de noviembre tan especial era una gran oportunidad para los platenses de poder recuperar este espacio y, tras iniciar su puesta en valor, tomamos a este aniversario como el puntapié inicial para generar una programación multidisciplinar, donde las distintas áreas de la cultura local puedan manifestarse y los vecinos reencontrarse”, dijo el intendente Julio Garro durante los festejos.

El espectáculo que, según se aseguró desde la Comuna, contó “con una impronta 100 por ciento local”, se desarrolló por una plataforma virtual en cumplimiento de los protocolos sanitarios requeridos por las autoridades para este tipo de eventos.

El espectáculo comenzó pasadas las 18.30 con la puesta en escena del grupo musical “La Fanfarria”. Tras ello, el evento le dio lugar a más de 40 bailarines representantes de distintos estudios de danzas de la ciudad, quienes interpretarán distintas coreografías musicales.

En otra instancia del show, el escenario del icónico y renovado teatro platense recibió a artistas locales que interpretaron grandes éxitos del rock nacional, grupos de cumbia y emergentes de diversos géneros, artistas visuales y clásicos de renombre internacional.

La celebración continuó con la presencia virtual de emblemas deportivos, artísticos y personalidades destacadas de La Plata, quienes irrumpieron en los festejos para desearle un feliz cumpleaños a su ciudad natal. Entre otras, se destacaron las presencias de Iñaki Urlezaga, Agustín Creevy, Celia Millán, Guillermo Barros Schelotto, Benjamín Rojas, Alejandro Zuccarelli Benoit, Marcelo Moura, Alejandro Gardinetti, Diego Cremonesi, Tomás Bond Rocha y Andrés Compagnucci.

El festejo se desplegó, asimismo, en distintos espacios municipales, con representantes de la cultura y el arte local.

Finalmente, el secretario de Cultura y Educación municipal, Martiniano Ferrer Picado, afirmó que “estamos felices de que un espacio tan emblemático de La Plata haya vuelto a brillar en una fecha tan especial para todos los platenses”; y agregó que “es un orgullo que muchas familias se sumen de forma virtual a este espectáculo inolvidable con bailarines, músicos, artistas y personalidades destacadas que nacieron en esta ciudad”.

El colorido festejo también contó con la participación del artista visual Matías Re, quien realizó una obra en tiza del Teatro del Lago que será donada al Hospital de Niños de La Plata para realizar una subasta y recaudar fondos para el nosocomio.

Con el paso de la tarde noche, el homenaje continuó en el Teatro Coliseo Podestá con la presentación de bandas emergentes del rock y el folklore local, quienes fueron ganadoras de un concurso convocado por la Secretaría de Cultura y Educación.

Para el cierre, el evento contó con la exhibición del tenor platense, Rubén Darío Martínez; junto a la soprano de nivel internacional, Paula Almerares, quienes brindaron un emotivo show acompañados por dos parejas de bailarines clásicos.

EL ANIVERSARIO EN LAS REDES

También las redes sociales fueron ayer una caja de resonancia del aniversario, con videos, fotos y mensajes que circularon durante toda la jornada entre los platenses.

Fuente: Diario El Dia de La Plata

viernes, 13 de noviembre de 2020

Un teatro posible

 

Otra puesta original producto de la pandemia

Las restricciones se vuelven procedimientos y el teatro parece un dispositivo invisible en Mi parte es todo, una salida para la ficción. 

Por Alejandra Varela


Nadie diría que esas personas dispuestas en una plaza en la ciudad de La Plata, a una distancia aceptable y que se mueven apenas para identificar los rastros encriptados de una narración, están asistiendo al desarrollo de una obra de teatro. Hay una serie de claves antes de llegar al día de la función. Un mensaje por WhatsApp donde se dan las coordenadas puntuales del encuentro y un audio que será conveniente no escuchar hasta el momento que la ficción ocurra. 

Allí, cada espectador, revive la instancia de estar en grupo en el devenir de un espectáculo pero la guía para no perderse entre las personas que vuelven a una plaza como si allí se recuperara un tiempo interrumpido, está concentrada en ese audio que escuchan desde sus teléfonos celulares. Hay algo íntimo, casi de una imaginación estimulada por lxs narradorxs que se suceden en esta historia encapsulada que hace de Mi parte es todo una variante del teatro invisible. 

Las voces que nos cuentan el devenir de algunxs jóvenes en la ciudad de La Plata, atrapadxs en trabajos precarios y en deseos tan fabulosos como posibles, nos llevan a identificar a actores y actrices disimuladxs entre las chicas que improvisan un picnic o lxs niñxs que arden por un poco de juego y de sol. Lxs integrantes de este elenco disperso podrían ser cualquier persona que se propone habitar la plaza por una tarde, solo nosotrxs, lxs que aceptamos ser espectadorxs de esta obra escrita y dirigida por Braian Kobla sabemos que allí sucede algo del orden de lo dramático y también de lo novelesco porque Mi parte es todo podría ser un libro que leemos y que nos impulsa a fantasear con sus personajes, un soporte dramático que se transforma en un experimento de lectura donde descubrimos a otras personas participando de una ficción que solo parecía suceder en nuestra cabeza, o la voz en off de una película que no podemos olvidar y que nos lleva a ver a sus criaturas en todas partes. 

Así el director y su grupo de artistas rescatan un trabajo sobre el espacio, sobre la puesta en escena invadida por lo impredecible de un entorno que también se integra como un elemento dramático. En el recorte que nosotrxs hacemos gracias a esa narración que tiene una belleza irónica, la melancolía de un presente que no entiende muy bien lo que va a venir, se genera otra manera de mirar lo cercano como si se construyera un híper realismo casi fotográfico que, a la vez, es alterado al extremo por una ficción imperceptible. 

Hacer del teatro un tiempo y un espacio paralelo es el gran hallazgo de este dispositivo brillante ideado por Kobla, una herramienta para que las restricciones se conviertan en procedimientos. No hace falta aquí hablar de la peste porque la escena que vemos tiene ese candor, esa herida que surge después de la catástrofe, como esa chica que lo único que quiere es bailar al sol.El mundo de los trabajos y las actividades permitidas durante el aislamiento surgen como relatos breves que se pulverizan. Como ocurre con algunos cuentos de Raymond Carver en la sucesión de episodios ínfimos se construye una trama con lo que es factible hacer ¿Cómo destrabar ese límite? Mi parte es todo entiende que el teatro no podrá volver a ser el mismo. Su título, que entraña una pequeña filosofía, habla de una manera de operar como comunidad al entender que el distanciamiento es una nueva versión de nuestra singularidad.Mi parte es todo es, también, una alternativa desde la acción en una época donde se corre el riesgo que el cuerpo sea percibido solo como un lugar de peligro. Aquí la presencia de actores y actrices viene a imantar esa cercanía. 

Para participar de esta obra comunicarse con el Instagram Miparteestodo.  

Fuente: Página 12

domingo, 8 de noviembre de 2020

A los 96 años, Élida evoca la fascinante experiencia de crecer en un circo criollo

 

LA CIUDAD| EL MUNDO PROPIO DE UNA PLATENSE EN LOS ESPECTÁCULOS CIRCENSES DE ANTAÑO

En plena pandemia, presentó un libro plagado de mágicos recuerdos y anécdotas sobre su infancia
de pueblo en pueblo


ÉLIDA, JUNTO A LOS SOBRINOS, FAMILIARES Y AMIGOS QUE LA APOYARON
PARA EDITAR 100 NÚMEROS DEL LIBRO / EL DIA


Por: Mónica Pérez
mperez@eldia.com

8 de Noviembre de 2020 | Edición impresa

El circo criollo dejó en Élida Salomé Carpenzano una huella tan marcada como la que quedaba en el campo cuando la troupe de artistas desmontaba las lonas para partir a otros pueblos. Ahora, con nueve décadas haciendo malabares en su vida, decidió reflotar sus recuerdos en “Mi infancia en el circo criollo”, un libro que refleja su niñez, la vida de su familia y la de un puñado de artistas trashumantes.

Hasta los 12 años vivió de pueblo en pueblo, con el ferrocarril como guía del itinerario, cambiando de techo, de escuela y de geografía, semana tras semana. “Es el relato de nuestra vida y de la alegría que llegaba a los pueblos cuando en las calles la banda anunciaba el espectáculo y venía la gente de todos los campos en carros para vernos”, evoca la autora mientras aclara que el texto también rinde homenaje a los Hermanos Podestá, precursores del circo criollo.

En noviembre de 2018 Salomé, como le gusta que la llamen en su faceta artística, comenzó un viaje hacia su historia y salió a la caza de imágenes cotidianas de su infancia para homenajear a la memoria de sus padres y a la de su tío Demetrio, quien introdujo a su familia en el circo criollo. Con el auxilio de una regla pudo burlar sus problemasde visión y guiar su escritura en el manuscrito.

Así la escritora revivió las vicisitudes de humildes artistas que durante años recorrieron los caminos del país para llevar alegría y emociones, pero también cultura a través de obras de autores argentinos que se ponían en escena bajo la lona circense o en pequeñas salas pueblerinas. Todo en épocas en las que no había radio, ni cine, ni televisión, ni siquiera teatro.

“El libro me permitió recrear los momentos felicesde mi infancia y entrelazarlos con las vivencias del circo criollo”, afirma la autora que ya a los 5 años hacía sus primeras interpretaciones o se animaba a ser apuntadora de los artistas.

Antes de la llegada del circo, un representante visitaba los pueblos y solicitaba permiso a las autoridades. Luego, un grupo de peones contratados en el lugar hacía el montaje de la carpa, mientras los artistas buscaban alojamiento en hoteles o en casas de familia, “no se vivía en carromatos”, aclara Salomé y agrega que por logeneral se quedaban en esos lugares entre 15 y 20 días.

Con el ritmo de una obra teatral, esboza pinceladas costumbristas y otras de tragedia, como las obras que se interpretaban en la segunda parte del espectáculo, luego de las actuaciones de payasos y malabaristas.

Entre las vivencias más dramáticas Salomé recuerda la muerte de su tío Demetrio Carpenzano, conocido como el payaso Beroldo. El artista interpretaba la última escena del drama “La muerte civil”, debía tomar veneno y desplomarse, uno de los momentos de mayor tensión en la obra. El guión se cumplió con rigor y el nerviosismo de los espectadores fue “in crescendo” cuando, pese al cerrado aplauso, el artista nunca se levantó. Había muerto de un infarto, pero la policía intervino hasta que constató que no había sido un envenenamiento real.

Con sus recuerdos de infancia, Salomé trae a la memoria de la cultura popular la vida de esos artistas y hace un homenaje a Pepe Podestá, impulsor del circo criollo. “Antes había trapecistas, animales, se hacía reír a la gente con pantomimas, pero Podestá se inspiró para que un escritor argentino volcara en forma de teatro el famoso Juan Moreira y lo llevó por todo el país”, cuenta la autora para referirse a los orígenes del circocriollo- ver aparte-.

Atrapante como una novela, el libro también evoca una mañana en la que la niña se despertó con el grito: “Beroldito- como llamaban a su padre-, es el fin del mundo” y al abrir la puerta sólo vio una espesa niebla rojiza. Las cenizas de un volcán de Mendoza habían hundido la carpa del circo.

Su vida fueron malabares y actuaciones, pero también momentos de angustia como cuando su madre se enfermó de escarlatina, días después de que naciera uno de sus hermanos. “En la mayoría de los pueblos no había médicos y hubo que internarla en Rosario”, recuerda.

En esas páginas se revelan historias de familias sin casas, cuyo mundo era una habitación en el que armaban dormitorio, cocina y comedor, siempre con un baño a compartir.

“Mamá era muy celosa de mi educación, a los 6 o 7 años ya me enseñó a leer y escribir, en cada pueblo que estábamos yo iba dos semanas a la escuela y era la atracción porque leía a primera vista, incluso algunos le pedían permiso a mis padres para que yo fuera a recitar”, apunta la artista que recién completó sus estudios de manera oficial a los 12 años, cuando la familia se radicó en La Plata.

El texto también se enriquece con datos como los $138 que se recaudaron en una función y con los que tenían que pagarse sueldos, los gastos de las instalaciones, los de propaganda y, además, separar la ganancia para el dueño.

El circo, que en algún momento se llamó Olimpo, mantuvo por 10 años la carpa, luego ofreció el espectáculo en tinglados o salones. En su época de esplendor llegó a tener 25 personajes en escena que interpretaron obras como "El puñal de los troveros" o "Juan Moreira".

Sin embargo, la crisis del 30 los golpeó como un latigazo, algunos artistas comenzaron a emigrar en busca de mayor estabilidad económica y, en 1936,la familia Carpenzano se radicó en La Plata. 

“Antes de irnos he pasado por el lugar donde estuvo el circo y vi la huella circular del contorno de la carpa y la más chica de la pista que pronto estarán cubiertos por la maleza. Recién tomó dimensión de lo que significa su presencia”, expresa la autora en una de las páginas que reconstruyen su vida en el circo criollo. Entre sus tesoros aún conserva fotos, manuscritos de época y el traje con el que en 1927 su padre personificó al payaso Beroldito.

SOBRE EL CIRCO CRIOLLO

El Circo criollo, origen del teatro argentino, se inició a mediados del siglo XVIII en Argentina y Uruguay para exhibir en carpas espectáculos que iban de pueblo en pueblo.

Las funciones constaban de dos partes, la primera de habilidades y la segunda de representación de un drama criollo. El primero y más famoso fue "Juan Moreira", que representa la historia del gaucho perseguido por la ley.

Este género marcó la identidad del teatrorio platense y una de sus páginas más relevantes fue escrita por los Hermanos Podestá, hacia finales del siglo XIX. Ellos empezaron con la actividad circense en Argentina y le anexaron el sainete criollo. Las obras contaban con personajes definidos como, por ejemplo, los payasos que hacían críticas sociales y políticas. Además se representaban danzas folclóricas argentinas.

En el libro también hace un homenajea Pepe Podestá, impulsor del circo criollo

lunes, 26 de octubre de 2020

Cerró el Teatro Práctico


Tras nueve años de trabajo, cerró sus puertas de 65 entre 3 y 4, al no recibir auxilio del estado y la imposibilidad de trabajar en el contexto del aislamiento social. Alejandro Orduña, uno de los socios de Teatro Práctico, habló de la difícil situación que atraviesan los artistas independientes, que se quedan con un lugar menos en la Ciudad. La semana próxima realizarán un "veredazo".

Fuente: La Redonda

Artistas independientes en situación dramática: bajó el telón un teatro local

 

AYER CERRARON EL ESPACIO TEATRO PRÁCTICO / DEMIAN ALDAY

Los artistas independientes tienen un espacio menos en la ciudad de La Plata. Ayer, tras nueve años de trabajo, cerró sus puertas el Tepe, Teatro Práctico, de 65 entre 3 y 4, al no recibir auxilio del Municipio y la Provincia y la imposibilidad de generar recursos en el contexto del aislamiento social preventivo y obligatorio, explicaron fuentes del espacio cultural multidisciplinario. Agostina Zazaglia, socia del espacio cultural autogestivo, que integraba música , teatro, exposiciones, talleres y espectáculos, dijo que “los espacios culturales organizamos un veredazo para exponer lo que hacemos, pero se suspendió por la lluvia para el próximo 31 de octubre. 

Si pudimos hacer una actividad por el cierre del Teatro Práctico, donde no hay forma de continuar con el emprendimiento”. Alejandro Orduna, otro socio del Teatro Práctico, dijo que “por falta de mantenimiento para sostener el espacio y la total desatención de la intendencia y la Provincia perdemos 9 años de trabajo”. 

Ayer, en la calle 65 hubo escenas de emoción, tristeza y desasosiego por el fin de una etapa en la que hubo distintos emprendimientos artísticos desarrollados. Con miras al futuro, el colectivo de espacios culturales Paea anunció que el “veredazo”, con estrictos protocolos sanitarios, se realizará el próximo sábado para exponer la actividad que realizan diversos artistas independientes de la ciudad y la situación que atraviesan en la actualidad sin la posibilidad de generar recursos. 

sábado, 3 de octubre de 2020

Luis Machín: “Uno trata de ponerle poesía a algo que no tiene”

 

La pandemia lo llevó a descubrir a su otro yo, ese que se escondía detrás del actor con el que convivió durante más de la mitad de su vida. Aceptó rápido que no volvería a actuar durante un tiempo y conectó con su profesión desde otro lugar. Hoy debuta en streaming

María Virginia Bruno
3 de Octubre de 2020
“La gesta heroica” cuando pase la pesadilla en el Cervantes / Sportivo teatral

A Luis Machín le duele enormemente tener una visión tan desesperanzada sobre el mundo post pandemia. Su pensamiento está en las antípodas de aquellos que idealizan la crisis creyendo que algo positivo puede emerger. “El que era bueno seguirá siendo bueno, y el que era malo, no cambiará”, afirma, no sin dolor, pensando en las nuevas generaciones, en sus hijos, a quienes le gustaría poder dejarles un futuro prometedor y por quienes, aún a sabiendas de este “pronóstico reservado”, no bajará los brazos.

Por eso, dice en diálogo con EL DIA, “uno trata de ponerle poesía a algo que no tiene”, apelando a ese instinto propio de los seres humanos que nos lleva a romantizar algún acontecimiento desgraciado, como la muerte, para poder soportarlo.

“Yo me quedo con las últimas palabras de mi madre, cuando me despedí de ella, hace un año. Como campo poético recuerdo eso, sus palabras, para tratar de soportar lo que fue el deterioro y la caída final”, reflexiona con profundidad el actor santafesino que en cuarentena ha atravesado otro duelo, el de su profesión.

“Lo digo sin ningún problema: el teatro murió. La expresión teatral murió. Va a resucitar, por supuesto. Es como la segunda parte de una película malísima en donde el protagonista resucita pero habrá que ver cómo, con qué condimentos, cuáles habrán sido los costos”.

Así y solo así, Machín acepta la existencia de otras posibilidades, como las virtuales, en tanto sirven para seguir “generando recursos” para una actividad sentenciada.

Durante la charla, este intérprete de cine, teatro y televisión, que ha sido parte de más de 40 ficciones, entre las que se destacan “Mujeres Asesinas”, “Padre Coraje”, “Viuda e Hijas del Rock & Roll” y “Sandro de América”, repetirá la palabra “experimento” para definir a estas nuevas formas de expresión que florecieron con la pandemia.

Un universo, el streaming, en el que debutará esta noche como protagonista, junto a su mujer Gilda Scarpetta y su hijo Lorenzo, del cuarto capítulo de “En Casa-Miento”, un proyecto coral de Nün Teatro que, escrito y dirigido por Nacho De Santis y Sebastián Suñé, se emite en vivo, desde la casa de los actores, a través de YouTube. Las entradas se consiguen por Alternativa Teatral.

“Es un experimento que no deja de ser válido para un momento excepcional que, lamentablemente, va a durar mucho tiempo”, advierte Machín, sobre esta “forma de subsistencia” que sirve para hacerle frente a “una encrucijada muy compleja” que “dejará a muchos en el camino, literalmente, porque la pandemia los ha matado”.

El actor reconoce que “es lindo” el fenómeno que se genera alrededor de esta propuesta -tras cada función, los espectadores virtuales se conectan a un Zoom en el que pueden conversar con el elenco- pero, aclara, “lindo para esta época”, dejando en claro que “no lo cambia” por el teatro presencial bajo ninguna circunstancia.

Desde que empezó a actuar a los 16 años, en su Rosario natal -habiendo nacido en el seno de una familia en la que no encontró rastro alguno de inclinación artística-, hasta los 52, cuando su esencia se vio cercenada, los procesos creativos en los que se vio involucrado Machín fueron presenciales. Por eso estas formas le resultan tan ajenas.

“El padre, su familia y el champagne” es el nombre de la historia que los Machín protagonizarán desde las 21, y durante los restantes sábados de octubre. En este capítulo, Luis es el padre “tacaño” de la novia que acaba de festejar su boda; su familia es su nueva familia; y el champagne es de los temas más debatidos de este proyecto contado por entregas mensuales.

Con Gilda, que también es actriz, habían compartido elenco en una serie que se llamó “Las palomas y las bombas”, sobre el Bombardeo en Plaza de Mayo en el 55. Con Lorenzo, el mayor de sus dos hijos -también son papás de Aurora-, y que heredó de sus padres la curiosidad artística, Luis había filmado una película en Rosario, en la que Gilda también había tenido una pequeña participación.

“La experiencia de actuar en familia es muy curiosa, es extraño. Nunca había ensayado en el living de mi casa. Había estudiado letra, en mi habitación, pero de repente uno se encuentra haciendo un acto creativo en un lugar que estaba un poco ajeno al proceso real de construcción. Pero ahora el living de la casa de uno es el núcleo principal del acto creativo”, cuenta Machín, azorado por las insólitas escenas de la vida real que le está tocando protagonizar.

“Es una experiencia que ni siquiera nunca la pensé, como la mayor cantidad de habitantes de este planeta, que nos vemos en situaciones que nunca nos hubiéramos imaginado, ni siquiera en el peor guión de película de clase Z”, admite el actor inmortalizado para muchos por la publicidad de cerveza “la tapa a gosca”.

FLORECIÓ EL EGOÍSMO

Cuenta Machín que apenas comenzó la cuarentena lo llamaron de diferentes radios, programas de tevé y medios digitales para pedirle contenidos para llenar espacios propios a costa de esfuerzo ajeno, reacciones que define como de “profundo egoísmo”, lo que lo lleva a seguir fortaleciendo su mirada pesimista sobre el mundo.

“Por eso siempre digo que no creo que cambiemos para bien, como se pensaba los primeros días de pandemia. Lo que primero surgió no fue la solidaridad, fue el egoísmo”, analiza el actor, y pone otro ejemplo, en la misma línea: “Ni siquiera creo que los aplausos para los trabajadores de la salud hayan sido solidarios, porque no se mantuvieron, sólo se hicieron durante 20 ó 30 días”.

Para el actor, se trataron de “acciones mediáticas” con las que no comulga. Como hermano de enfermera, su forma de celebrar a los trabajadores de la salud, no ahora sino “de toda la vida”, fue y será siempre a través de la urna, poniendo “el voto en territorios donde sé que se la va a defender como actividad esencial”.

Por eso, cuando tomó conciencia de que por mucho tiempo no volvería a actuar (estima dos años) se sentó a pensar qué hacer e ideó un proyecto de charlas que, en su presupuesto, no sólo incluyó sus servicios como moderador/entrevistador sino además el de sus invitados/entrevistados.

“A mí se me hubiera caído la cara de vergüenza de invitar a una persona al programa donde yo desplegaba mi conocimiento, mi interés y curiosidad y lo retenía una hora y media, o dos, consumiendo tiempo de su vida, para completar un espacio mío. Lo hice con la condición de que también el invitado tenga la posibilidad de generar recurso”, revela Machín.

Estas charlas, que durante la cuarentena lo mantuvieron ocupado, fueron parte de programas culturales de Santa Fe y Córdoba, en los que Machín conversó por vivos de Instagram -se pueden ver en su perfil- con personalidades relevantes de la cultura. Una propuesta similar encabezó para los socios y socias de SAGAI, que tuvo esta semana el cierre de su primera parte, con Graciela Borges como invitada.

Estos proyectos, que Machín llamó “Procesos creativos”, nacieron a partir de una necesidad: la de hablar de los temas que sentía se fueron dejando de lado en las diferentes entrevistas que le hacían.

“No se discutía lenguaje, no se hablaba de movimiento, de las problemáticas de los actores; sentí que no podía hablar de actuación, de lo que se pone en juego con lo que se actúa”, confiesa Machín, entusiasmado por haber podido concretar esta faceta con la que pudo conectarse con su profesión desde otro costado. Fue, no duda en señalar, “una de las cosas positivas que me pasaron en todo este tiempo”, además de lo que tiene que ver con la “vinculación familiar, por supuesto”.

LA POSTERGACIÓN DE UN SUEÑO

“Asteroide. Fin de un mundo imposible”, escrita por María Zubiri y dirigida por Cecilia Meijide, fue una de las obras seleccionadas en el marco del concurso “Nuestro teatro”, organizado por el Teatro Nacional Cervantes, que eligió espectáculos para representar en la sala María Guerrero, sin público y a los efectos de ser filmadas para su posterior subida al canal Cervantes Online.

Machín, junto a Carlos Belloso, Eugenia Guerty, Julián Larquier Tellarini y Camila Peralta, participó de este proyecto con el que, siguiendo un protocolo especialmente diseñado para ese espacio, volvió a los ensayos presenciales.

Vuelve apelar al término “extraño” para definir este reencuentro con sus compañeros máscara a máscara. “Fue algo nuevo porque fue presencial pero a la distancia. Estamos todos con máscaras, con protectores, pasándonos alcohol a cada rato, no nos podemos acercar, uno se saluda a la distancia, no se comparte más mate, ni una galletita, nada”, enumera con pesar cómo fue esta experiencia que fue grabada el jueves.

Lo más paradójico de esta situación es cómo terminó debutando en el Cervantes, con una propuesta híbrida de manera “presencial pero virtual”. Todo muy raro.

Porque en este año de pérdidas, a Machín le robaron la ilusión de debutar en la sala María Guerrero a horas nomás del que muchos aventuraban sería el estreno del año.

“Hicimos el ensayo general y se cerró el mundo”, lamenta en referencia a “La gesta heroica”, una adaptación argentina de “Rey Lear”, escrita y dirigida por Ricardo Bartís.

“La pesca” había sido lo último que Machín había hecho con Bartís, un espectáculo ofrecido hace doce años y basado en un club de pescadores que se llamaba “La gesta heroica”, nombre que, como un guiño, el creador del Sportivo Teatral que abrazó a un jovencísimo Machín cuando dejó Santa Fe para radicarse en Buenos Aires, le puso a su nuevo espectáculo.

“Bartís usa en sus obras elementos escenográficos que son elementos de otras, que se van resignificando. De hecho, en ‘La gesta heroica’, hay cosas de ‘El pecado que no se puede nombrar’, hace veinte años, y que después fueron pasando por otros espectáculos como ‘Por donde más duele’ o ‘De mal en peor’”, revela Machín.

Esta versión del clásico shakesperiano, en la que compartirá escenario con Facundo Cardosi, Clara Seckel y Martin Mir, está ubicada en Santa Teresita, “en un parque de diversiones paupérrimo, que otrora tuvo alguna gloria, en la que una familia muy decadente, afronta la división de tierras”, explica sobre esta historia que “como en todas las obras de Bartís, uno encuentra campos de resonancia en lo político, en lo social, en lo cultural”.

Siente tristeza por la frustración de esta pieza de cámara -solo admitirá 130 espectadores- que, como un acto de rebeldía tal vez, se animaba a darle “la espalda a la María Guerrero, con la gente sobre el escenario con nosotros”.

Por eso, como escribiera hace unas semanas en su cuenta de Instagram, cuando volvió al Cervantes para ensayar “Asteroide” y se topó con el cartel promocional de este proyecto por ahora trunco, “será más gesta y más heroica cuando esta pesadilla pase y la podamos hacer”.

Estima que será recién en 2022 porque no hay protocolo que valga, al menos, para esta puesta, imposible de hacer para la virtualidad. “Es una obra que se ensayó en la vieja normalidad, y se iba a estrenar en la vieja normalidad. No es un teatro que acepte así, tan rápidamente, un cambio de distancia, de fricción, de choque, de acción. Lo que se puede hacer ahora es con alcohol en gel y a la distancia. Algo que, dicho así, también acentúa un poco el carácter de la época: ausencia, distancia y soledad”, cierra el actor con palabras que resuenan a la dramática poesía que interpretaba su personaje en el elogiado unipersonal “El mar de noche”.

Fuente: EL DIA

domingo, 27 de septiembre de 2020

Mil formas de buscar puertas al callejón sin salida del teatro

SÉPTIMO DÍA | “TODOS QUEREMOS LO QUE NO SE PUEDE” (MARIO BENEDETTI)

Desde marzo pasado la pandemia canceló funciones en todos los escenarios. La importancia del contacto directo entre los artistas y el público. Testimonio de dos mujeres de la cultura: Mariana Pace y Beatriz Catani

Marcelo Ortale
MARIANA PACE 

“El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre. Han de ser tan humanos, tan horrorosamente trágicos y ligados a la vida y al día con una fuerza tal, que muestren sus traiciones, que se aprecien sus olores y que salga a los labios toda la valentía de sus palabras llenas de amor o de ascos...”, dijo alguna vez el poeta y dramaturgo Federico García Lorca, el siempre enamorado de la vida y del arte.

La pandemia que detonó en el planeta impide que se cumpla desde hace más de seis meses con la definición lorquiana. Los cantantes, actores o bailarines no aparecen en escena frente al público y quién sabe por cuánto tiempo más. No muestran sus traiciones, no se aprecian sus olores ni llega a las plateas vacías la valentía de sus actos de absoluta entrega. Escenarios, fosos, vestuarios, palcos, galerías, todo despoblado. Los decorados inmóviles, cansados de esperar el latido del arte. Hay recientes permisos precarios para habilitar salas en ensayos, pero nada de funciones en vista.

A Julio Cortázar se le ocurrió la palabra “cronopio” en un teatro de París. Estaba por actuar Louis Armstrong y el escritor dice que antes de la función flotaban globos verdes en la sala semivacía, en ese mismo teatro donde Nijinsky había descubierto una vez “que en el aire hay columpios secretos y escaleras que llevan a la alegría”. Como se sabe, los cronopios son humanos llenos de méritos inclasificables. Cortázar vio que el teatro era uno, sumando artistas en el escenario y cronopios en las butacas o ubicados en cualquier rincón esperando al trompetista.

Más de ciento ochenta días sin subir los telones, sin que se vendan entradas, sin aplausos, sin que el cantante, actor o bailarín pueda cobrar un peso: un completo ostracismo para ellos. Pero sin actores en las tablas, sin música, el mundo no podría subsistir y, mientras tanto, los artistas salieron a buscarle una salida al callejón.

Exploran senderos digitales en las pantallas de internet y se juntan para cantar por zoom, para recitar ante plateas digitales y los profesores de teatro o de música componen esos mosaicos, se zambullen en la casa de cada intérprete y se multiplican, omnipresentes, en las nuevas formas de comunicación.

Ya se sabe desde hace mucho lo que ocurre cuando le cierran puertas al arte. De esto pueden hablar dos mujeres platenses. Una de ellas, Mariana Pace, define así el panorama: “Nuestra actividad ha sido catalogada como no esencial. ¿Acaso el alma no necesita también de salud? ¿No necesitamos soñar para nutrirnos?...El teatro ha sido una de las actividades más golpeadas por la pandemia. El teatro se encuentra viviendo con sólo una de sus máscaras, la tragedia, y aunque los autores, actores, bailarines, cantantes, músicos, utileros, escenógrafos, magos, técnicos, etc., todos los que conformamos la casa de un teatro, nos coloquemos la otra máscara, la de la comedia, para seguir hacia adelante, estamos sin escenarios en los que puedan nacer y vivir los duendes de nuestras ideas”.

Otra platense, Beatriz Catani, reflexiona: “La situación del teatro en términos de trabajadores culturales es de emergencia. Y no es sólo por la actualidad, el virus viene a poner en evidencia de una manera rotunda la precarización de nuestro trabajo...La imagen de un teatro vacío que puedo recrear es la de los minutos previos al ingreso del público y artistas, los preparativos, la expectación, esa monstruosa tensión de nervios. En algún punto un teatro es siempre un espacio vacío a punto de estallar. Eso que ahora se extraña tanto”.

PACE

Mariana Pace es platense, abogada, profesora de italiano y de historia del Arte, artista visual y docente de dirección escénica. ¿Algo más? Si, es una regie con decenas de puestas teatrales, escenografías y vestuarios en obras presentadas en el Teatro Argentino y otras salas porteñas y del país, como El Barbero de Sevilla, Pierrot Lunaire Op.21, Madama Butterfly, El Rapto del Serrallo, Flauta Mágica, Cavallería Rusticana, Pagliacci, Don Pasquale, Sansón y Dalila, L´Amico Fritz, Nabucco, La Boheme, y muchas otras. Detallar los galardones obtenidos por Pace demandaría un espacio que no se dispone. Pero sí corresponde señalar que es hija y nieta de destacados artistas que trabajaron en el Teatro Argentino. El árbol genealógico de los Pace sube con barítonos y sopranos a discreción.

Pues bien, Pace ahora está haciendo explotar a Instagram con su denominado “Teatro della Pace” (obviamente, juega con su nombre y cuya dirección es @marianapatriciapace), que surgió como una necesidad de expresión en esta cuarentena. En síntesis, consiste en representaciones de grandes obras musicales –óperas, conciertos- resumidas por videos, con la presentación a su cargo y la participación de artistas y cantantes líricos destacados.

Explica que se trata de un programa que en cada episodio recorre de manera lúdica argumentos de la lírica, de los conciertos, del ballet o del teatro, con una estética propia basada en maquetas especialmente creadas por Pace. “La semilla fue puesta en la cuarentena. El primer episodio grabado fue en abril de 2010, teniendo como invitada a la soprano Laura Delgado en un “Bel di vedremo”, de la ópera Madama Butterfly” dice. Le siguió otro video con un concierto de la violonchelista Viviana Almerares, pero la lista sigue y es larga.

“Es mucha la gente que no escuchaba ópera y que se acercó”, dice ahora. “Era un desafío, ya que este confinamiento limita algunos recursos pero nos da otros. Por medio de imágenes plásticas, dibujando y armando mis escenografías en las maquetas, creadas especialmente para cada aria, mostrando algo del vestuario que diseño, convocando a algún artista plástico para que bocetara sobre la obra o tema, y por medio del uso de colores intensos en la ropa que nos ponemos y /o las imágenes proyectadas tanto históricas como abstractas; se trata de mostrar ese gran rompecabezas que es una ópera, o una obra de teatro y así abrazar lo musical en el final del video”, agregó.

“Reinventarnos día a día, reinventar el Teatro. Ya no será el mismo, pero seguirá haciéndonos soñar. Porque la utopía y los sueños, nos sirven para caminar, para seguir”, dice Pace, que reflexiona unos segundos y añade: “...no es bueno que por miedo a la muerte dejemos de vivir”.

CATANI

“¿Se hace sólo teatro en el teatro? Llama la atención que nuestra actividad se denomine de la misma forma que su ámbito... Sin embargo se hace teatro en las calles, en la casas, se hace teatro desde los diversos dispositivos tecnológicos que tenemos a disposición, desde las múltiples maneras que vamos encontrando...En definitiva pienso que se hace teatro desde nuestra imaginación y desde la posibilidad de invitar, convocar a otras personas a compartir esos mundos. Son tiempos para no dejar de imaginar, de convocarnos, de estar, de emocionarnos, pero ahora también extrañamos”, dice Beatriz Catani.

Catani trabajó sobre las tablas como actriz, para inclinarse después hacia la dirección y más tarde convertirse en autora, hasta completar la saga como profesora de dramaturgia en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad Nacional del Arte. Cuatro actividades para una misma pasión. Ella actuó, dirigió, enseñó y además escribió en los últimos años obras como “Cuerpos abanderados”, “Ojos de ciervo rumanos”, “Finales”, con presentaciones exitosas en los principales teatros de Buenos Aires , del interior del país y con similar suceso en teatros de Caracas, Barcelona, Viena, Bonn, Bilbao, Hannover, Montreal, Lisboa, Bruselas, Essen, Madrid, Río de Janeiro, Hannover y otras ciudades del mundo. En ese derrotero obtuvo premios de festivales muy conocidos, a los que concurrió especialmente invitada.

Habla luego de la “botánica de los fantasmas”, esto es, explica, “la botánica de la muerte: las cosas mueren cuando no hay sobre ellas una mirada viva, como dice Chris Marker”, para concluir que “en la mirada es el espacio del teatro”.

Están cerrados los teatros. “La situación del teatro en términos de trabajadores culturales es de emergencia. Y no es sólo por la actualidad, el virus viene a poner en evidencia de una manera rotunda la precarización de nuestro trabajo. El teatro y todas las expresiones que involucra son esenciales a la vida humana. También estas circunstancias desdichadas lo ponen en manifiesto: ¿quién no ha buscado un refugio en alguna lectura, una película, una narración, etc. en alguno de los diversos formatos que se publican?”

Hoy vemos una vasta circulación de propuestas en diversas plataformas, como YouTube, las cuales se expanden bajo una lógica empresarial, “mientras se sigue naturalizando la gratuidad de nuestro trabajo. Esto también queda cada vez más expuesto”, añade Catani.

Pese a todo “se está dando un interesante movimiento de diálogo interno, de reflexión. Nadie del mundo del teatro debe haber parado y el teatro tiene que volver. Estamos buscando formas, se ha recurrido al teleteatro tecnológico, siempre la que define es la imaginación”.

FINAL

La entrevista con estas mujeres debe ser necesariamente rápida porque las están esperando arlequines, bufones, reyes locos, muchachas extraviadas que agonizan, pero también los antihéroes de nuestra época, los decorados que hay que correr de aquí para allá, los artistas que siempre protestan.

Desde que llegó la pandemia hubo un retén imposible de franquear para el teatro, pero ya lo advirtió Mario Benedetti: “Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido”. Por eso es que las funciones van a continuar.

“Nuestra actividad ha sido catalogada como no esencial. ¿Acaso el alma no necesita de salud?

Fuente: Diario El Dia de La Plata

jueves, 24 de septiembre de 2020

En La Plata: autorizan la reapertura de las salas teatrales

 

TRAS LA HABILITACIÓN DE PROVINCIA

Se informó ayer que será para shows vía streaming, sin público. Estudian implementar “escenarios itinerantes” al aire libre


La Municipalidad de La Plata informó ayer que, tras la habilitación de la Provincia, los teatros de la Ciudad podrán retomar la presentación de obras, recitales o distintas producciones artísticas. Las mismas deberán ser sin público y para ofrecer a través de streaming. Estudian implementar “escenarios itinerantes” a cielo abierto.

El Municipio hizo lugar a la resolución provincial 2322/2020 que dispone habilitar durante la fase 3 del ASPO, la producción y/o grabación de contenido para la transmisión a través de medios digitales o plataformas web. Con esta medida, además, los espacios culturales podrán albergar ensayos bajo rigurosos protocolos de seguridad sanitaria.

“Desde el Municipio ya habíamos elevado en el mes de mayo los protocolos de funcionamiento para las presentaciones vía streaming, por lo que tenemos todo preparado para ofrecer propuestas virtuales en distintos espacios culturales, atendiendo a los protocolos sanitarios requeridos”, aseguró el secretario de Cultura y Educación local, Martiniano Ferrer Picado.

En ese sentido, dijo que “venimos trabajando hace meses en adaptarnos a los tiempos que corren, con el objetivo de reactivar el sector cultural y artístico de la ciudad, pero sin dejar de cuidar la salud de los vecinos”; y agregó que “desde la Comuna hemos trabajado con la Asociación de Teatristas de La Plata; como así también con productores, bandas musicales y solistas de la ciudad para poder arrancar una vez que estuviesen los permisos correspondientes por parte de Provincia y Nación”.

Asimismo, el funcionario adelantó que “a futuro, la idea también es poder generar escenarios itinerantes a cielo abierto, algo que se podría materializar en espacios como el Teatro del Lago, un emblema platense que actualmente estamos poniendo en valor”.

Para habilitar la actividad en la fase 3, se estableció un protocolo que debe cumplirse estrictamente. El mismo contempla –entre otras medidas- respetar la distancia; usar tapaboca-nariz; tomar la temperatura a cada persona que ingrese al espacio; disponer un felpudo o trapo de piso en los accesos con desinfectante para limpiar los zapatos; contar con los elementos de limpieza necesarios; proveerse de alcohol en gel o al 70%; desinfectar los elementos de trabajo; y usar barbijo hasta subirse al escenario, entre otras.

El reglamento determina que se debe trabajar con el personal mínimo y organizando turnos rotativos. En tanto, los trabajadores deberán trasladarse a cumplir funciones en transporte privado y, en caso de utilizar micrófonos durante las presentaciones, no podrán compartirlos.

Finalmente, se determinó que deberá garantizarse la permanente desinfección de camarines, butacas, barandas, picaportes, consolas, equipos e instrumentos que formen parte del mobiliario artístico.

Fuente: EL DIA

viernes, 18 de septiembre de 2020

Apertura 6to ciclo Teatro X la Identidad La Plata, edición virtual 2020


Teatro X la Identidad La Plata nació en el año 2015, como una iniciativa de un grupo de artistas platenses, movilizadxs por el deseo de aportar a la lucha incansable y amorosa de las Abuelas de Plaza de Mayo en la búsqueda de lxs nietxs secuestrados por la última dictadura cívico militar. 

Si tenés dudas sobre tu identidad, comunicate con Abuelas de Plaza de Mayo. "Desde la distancia te buscamos" Estarán presentes: León Gieco, Ana Prada, Bersuit, Agarrate Catalina, Julieta Vallina. 

Agradecemos a Pirca Producciones Con la colaboración de la cátedra Realización Cuatro (DAA, FdA, UNLP) 

 Fuente: Teatroxla Identidad La Plata

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Paula Guzzo: “Volver al escenario fue un mimo cultural”

ESPECTÁCULOS | FUE PARTE DEL FESTIVAL DE GIRONA JUNTO A LA COMPAÑÍA KARMATE

Joven actriz platense radicada en Barcelona, cuenta sus sensaciones tras haber regresado al
teatro presencial

María Virginia Bruno

PAULA GUZZO EN “DALL’ALTRA”

A finales de agosto, y luego de haber convivido durante varias semanas con el fantasma de la cancelación, finalmente se realizó el Festival Internacional de Teatro Amateur de Girona, que marcó la vuelta al ruedo del teatro en medio de la pandemia. De esta “celebración”, porque fue así como se vivió el reencuentro de energías entre actores actuando sobre un escenario y el público observando desde la platea, fue parte la joven intérprete platense Paula Guzzo (30), quien, desde Barcelona, donde está radicada desde hace dos años y medio, cuenta cómo fue volver a conectar con lo más profundo de su profesión: lo presencial, lo vivo.

“La experiencia fue preciosa y muy valiosa”, asegura Paula en diálogo con EL DIA y, desde el otro lado del Atlántico, admite que la posibilidad de volver a estar en el lugar del que la pandemia la había corrido, el escenario, fue “un mimo cultural en medio de estas circunstancias”.

Junto a la compañía Karmate, que Paula conforma junto a las también argentinas Julieta Moras -Puerto Madryn- y Natalia S. Castrege -Mar del Plata-, presentó “Dall’altra (parte del mar)”, una puesta original que combina el teatro físico, el relato y la poesía, con dramaturgia y dirección compartida. Partiendo de la inmigración de sus abuelos y bisabuelos hacia Argentina, las actrices propusieron un viaje de vuelta a sus raíces, en Europa, la tierra donde ellos nacieron.

El festival logró realizarse porque presentó un riguroso protocolo de medidas preventivas. Además de alcohol en gel y control de fiebre para todos, las salas (estrictamente desinfectadas) abrieron con su capacidad reducida a un 50 % o más, guardando una distancia de uno o hasta dos espacios vacíos entre los espectadores. El gran cambio, advierte la actriz, tanto para el público como para los intérpretes, es la “demanda de paciencia”. Ahora todo lleva más tiempo en pos de la seguridad. “Arrancaban a dar sala media hora antes o más para organizar el ingreso evitando las proximidades y que se acumule gente”, cuenta Paula, y agrega que los organizadores le indicaban a los espectadores “que no podían levantarse de sus asientos ni saludar ni tocar a nadie, y pedían usar la mascarilla todo el tiempo, sin quitársela ni bajársela”. La salida, al igual que la entrada, “también era muy organizada”.

Paula destaca la fluidez de esta experiencia presencial aunque reconoce lo difícil que fue “dominar los impulsos” propios de las costumbres teatrales, “como los abrazos espontáneos y genuinos de darnos antes y luego de una función”, lo que las llevó a ingeniárselas: “Tuvimos que aprender a abrazamos con sonrisas de ojos”. Aún así, dice, “todo fue hermoso”.

Las funciones post pandemia tuvieron “la misma calidad que antes” pero las llegaron a sentir incluso “hasta más intensas, al ser consciente que esto estaba siendo real y presente”, sin pantallas de por medio, sin miedo a que se corte el WIFI. “En cada función pude percibir el calor del público, su silencio, su atención, todo llega al escenario, es una comunicación”.

Para la actriz, “con estas medidas se puede conservar la calidad artística, aunque se exija más paciencia y respeto por las nuevas normas. Es una manera de defender la cultura con mucha responsabilidad”.

Paula, que atravesó los meses más complicados de la pandemia compartiendo un piso con amigas y amigos, entre ellos dos médicos, se mantuvo siempre informada de la delicada situación en España y en el mundo. “Nos fuimos acompañando mucho, aprendiendo a convivir en estas circunstancias, a respetar las medidas para cuidarnos, pensando mucho, hablando, escribiendo”, revela y cuenta que aprovechó este “detonante” para cuestionarse sobre cómo quería vivir de ahora en más, y evaluar las posibilidades para llevarlo adelante.

Los amigos y la familia (mitad en La Plata, mitad en Los Toldos) estuvieron más presentes que nunca gracias a la virtualidad, a quienes le fue compartiendo “los datos, consejos y procedimientos que acá se estaban llevando adelante para prevenir, cuidarse o llevarlo de la mejor manera posible”.

Aunque en un principio consideró Italia, fue España, más precisamente Barcelona, lo que le hizo inclinar la balanza y su decisión de dejar La Plata y mudarse al suelo europeo. Enamorada de su mar pero sobre todo de su oferta cultural, recorre en bicicleta las callecitas barcelonesas desde febrero de 2018 cuando se fue de Argentina persiguiendo sus sueños con las mismas ilusiones con las que sus abuelos habían venido de allá. De eso, precisamente, trata “Dall’altra”.

Nacida y criada en La Plata, de muy niña conectó con el teatro por primera vez cuando, junto a sus hermanos, se encontró de pronto haciendo “actitos”, como le decían a aquellas pequeñas escenas improvisadas con las que se entretenían sanamente y que, sin saberlo en ese momento, terminarían por marcar su camino.

Mercedes Montagnaro, su “segunda madre”, la inició en esta carrera en 1998 en el Coliseo Podestá y, desde entonces, no ha dejado de soñar con actuar. Egresada de la Licenciatura en Actuación de la UNA, donde se desempeñó durante tres años en el cuerpo docente, siguió formándose en paralelo con otros maestros. Como actriz le puso el cuerpo a espectáculos y compañías escénicas, aunque también se animó a construir “sentido y discursos desde el otro lado” del escenario, como directora.

“Al principio, actuar era una diversión, otra manera de inventar historias y vivirlas como propias con el resguardo del juego. Pero en algún momento, imperceptible, lo elegí como forma de vida”, reflexiona Paula, quien entiende “la actuación, el teatro y el arte también como una actitud”.

Y lo argumenta: “Ponemos el cuerpo, la voz, un espacio y proponemos ese encuentro donde compartirlo. Invitamos a pensar, a sentir, a estar presentes. Esta es la actitud que elijo como artista para mi vida”.

Fuente: Diario El Dia de La Plata

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