Con una estructura lúdica, “Sinapsis/sinopsis” lo desafía semana a semana a enfrentarse a los caprichos del público
4 de Mayo de 2018
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Juan Pablo Pereira en “Sinapsis/sinopsis” |
Mañana a las 21.30 en Sala 420, 42 entre 6 y 7, Juan Pablo Pereira, uno de los grandes referentes de la improvisación en La Plata, presentará su unipersonal “Sinapsis/sinopsis”, un espectáculo impredecible porque su protagonista, función a función, se somete a los pícaros caprichos del público.
La cosa es más o menos así: al entrar a la sala, que es del tipo café concert, los espectadores escriben en un papelito un título y, en otro, una frase. Esos papelitos, después, terminarán en los bolsillos de Pereira, que, entre segmento y segmento, los irá sacando al azar para hilvanar las situaciones que, en el escenario, con la escenografía imaginaria que el público también creará, interpretará.
Sin guiones, con la única seguridad que su paso por la improvisación desde hace casi dos décadas le ha dado, el actor batalla mano a mano con la incertidumbre del no saber qué pasará en cada función. Eso mismo, dijo, en diálogo con EL DÍA, es lo que más le gusta de este desafío, con el que volvió a la actuación tras casi dos años.
Productor y director de la segunda etapa del Match de Improvisación, Pereira manifestó que en su propuesta, que estrenó el año pasado, el público “genera, con su imaginación, desde el espacio en el que se desarrollan las situaciones, hasta las conductas, estados de ánimo, nacionalidades y todas las características que pueda tener un personaje dentro de una estructura dramática”.
En general, la gente no duda en exponerlo a delirantes contextos como una “Mamushka de verdades”, un “Delivery de mentiras” o, entre mil y un disparates, un “Misterio del ministerio”: aquel hombre que, cada vez que lo ascendían, bajaba de peso, hasta convertirse en un director minúsculo.
En el escenario, Pereira puede convertirse en todo lo que los demás puedan llegar a imaginar: ese es su límite. Las formas de entrar a esas improvisaciones son variadas y van cambiando, también de función a función. Puede haber participación en escena del público, con juegos basados en hechos reales, y, también, puede haber finales a pura rima con todo los delirios que se tejieron durante esa hora y media que dura, aproximadamente, el show.
En “Sinapsis/sinopsis”, un título que se transforma en una invitación a aplaudir y gritar que generará caos entre los espectadores, también hay divertidas intervenciones de “una dirección externa” -La Chili, una voz en off muy molesta para el protagonista- que le indicará qué hacer y cómo hacer con todos esos datos que va tirando la gente. Por ejemplo: después de hacer un desarrollo con varios condimentos y situaciones, la directora le puede pedir que repita toda la historia sin palabras, sólo con acciones, o que haga una especie de videoclip, de atrás para adelante, con todo que leyó en esos papelitos...
“Es una estructura de juego, que en el momento vas viendo cómo se ejecuta, pero que está abierto a lo que sea. Me gusta que sea difícil porque estaba buscando un desafío personal en relación a eso”, aseguró el actor, sobre la dinámica de su unipersonal, con la que logra carcajadas sostenidas a lo largo de la presentación.
Es grande la satisfacción que este proyecto le está dando a Pereira que, acostumbrado a trabajar en grupo, afronta sobre sus espaldas, esta vez, “todo lo bueno y todo lo malo” que vaya surgiendo.
“Vivo de esto hace un montón de tiempo y a veces no pega al toque. Por suerte hay como un ángel de la guarda que me salva”, reflexionó el actor, en relación a lo angelado que parece estar este espectáculo que nació sin más expectativas que la de “despuntar el vicio del actor”, algo que no hacía desde su salida del elenco del espectáculo de improvisación, humor y deporte, que sigue coordinando junto a Federico Marotta desde hace once años.
Sobre el Match de Improvisación, que tendrá una función esta noche a las 23.30 también en Sala 420, contó que tomó la posta del Cabe Mallo, que fue quien lo trajo a la Ciudad. “Yo lo que hice, a mi criterio, fue darle una vuelta de rosca desde lo teatral, porque mi formación es actoral”, reveló Pereira, quien, con el tiempo, se fue aburriendo del teatro tradicional, un género que ahora atesora como un “lugar afectivo”. Así fue como, a fines de la década del 80, empezó a indagar en la improvisación, un rubro al que, a pesar de sus diferentes actividades, siempre eligió regresar.
“Creo que la impro tiene sus cosas maravillosas, y tiene también los cuestionamientos profesionales que uno tiene en relación a la visión general que hay sobre la disciplina. De hecho, en muchos casos hasta puede ser una palabra despectiva. Te dicen ‘es un improvisado’ como algo negativo, pero veamos primero cómo improvisa porque si saca el mismo resultado que el que proyecta durante meses, no sé si es tan improvisado”, analizó Juan Pablo, cultor de que en este mundo, el suyo, “todo se relativiza”.
En paralelo al Match y a su unipersonal, el actor, a quien en teatro infantil hemos visto en el multipremiado musical “Tanguito Mío” y luego en “Wunderkindz”, ultima los detalles para volver a filmar para el INCAA, en el marco de su proyecto “Historias Mínimas”, mientras espera el rodaje de nuevas publicidades para la tevé, cuya última participación, para la marca de galletitas Ópera, alcanzó una nominación al Martín Fierro.
Fuente: EL DIA
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