lunes, 16 de mayo de 2016

Pateando todos los esquemas

ESPECTÁCULOS | TEATRO EN LA PLATA

El eterno cruce entre ficción y realidad marca “The Good”, la exitosa pieza de Braian Kobla que va por su segunda temporada.

Por María Virginia Bruno.

EL ETERNO CRUCE ENTRE FICCIÓN Y REALIDAD MARCA “THE GOOD”

La trilladísima frase “nada es lo que parece” podría aplicar a la perfección en “The Good”, la anticonvencional pieza escrita y dirigida por Braian Kobla que acaba de estrenar en la cartelera local su segunda temporada.

Con un relato sencillo, la obra se complejiza con una estructura que mezcla diferentes procedimientos y lenguajes estéticos con los que se busca demostrar que “somos todos parte de una totalidad”, y que la realidad y la ficción es una dupla indisolublemente manoseada.

Así, espectadores y actores son protagonistas de un juego de equilibrios que se enmarca en una gran caja contenedora de otras cajas, un dispositivo escenográfico metafórico que incluye signos que buscan, permanentemente, una o varias lecturas paralelas.

Protagonizada por Gustavo Parola, Julieta Ranno, Alicia Durán, Agustín Tellechea y Lautaro Luna, “The Good” -un nombre que llega como un guiño al filme de Sergio Leone “The good, the bad and the ugly”- es un producto que toma elementos del western pero, vale aclarar, su espíritu anda por otros carriles. “Tenía muchas ideas en relación a conceptos muy barrocos, muchas ideas superpuestas, y me pareció una buena obra para poder fusionar la música, el audiovisual y la plástica. Una fusión o mezcla en la ya venía practicando en obras anteriores, experimentando de qué manera podían convivir todas esas áreas en una misma pieza”, explicó el dramaturgo y director Braian Kobla.

Responsable de anteriores producciones como “Yo fui Sofía” y “Ofelia se ahoga”, Kobla dialogó con EL DÍA sobre su criatura, sorprendido por el éxito de convocatoria de una pieza que doblegó el prejuicio sobre el público y lo no convencional, un miedo que muchas veces lleva a la autocensura artística y que aquí se presenta como una gran fortaleza del relato.

-¿Con qué idea nace “The Good”?

-Cuando decidí convocar a los actores, ya tenía una idea bastante cerrada. La obra, desde su origen, estaba conferida a la idea de fusionar varios lenguajes. Ya desde la escritura, la totalidad del lenguaje estaba dispuesto. Después lo que hicimos con el elenco fue ver cómo funcionaba la obra en sí misma, en la traducción escénica, y a partir de ahí se hicieron algunas modificaciones.

-¿De qué va la trama?

-La obra tiene un relato muy sencillo: es la vida de un personaje que en los 90 fue actor, protagonista de un western que se filmó en Argentina y que se convirtió en una película de culto, y que ahora en la actualidad trabaja como agente de correos (entrega paquetes a domicilio). Su vida rutinaria se empieza a trastocar con la introducción de diferentes personas que, de forma caprichosa y arbitraria, empiezan a modificar su vida privada. La idea es que la obra se va direccionando de manera caprichosa, en una metáfora de la vida misma, en la que todo, en algún momento, tiende a ir hacia un mismo lugar para que algo suceda.

-¿Qué rol ocupa el afuera en la obra?

-Desde el ensayo se trabajó el tema del afuera, de tener muy presente al espectador, ya que los actores tienen un contacto permanente con ellos. Tanto público como ficción están iluminados de la misma manera, en un intento por igualar, y ejemplificar que estamos todos dentro de una misma totalidad. Esto hace que la obra los integre de una manera mucho más cercana. Los actores tienen una conexión con la mirada todo el tiempo con los espectadores, y es una idea que se va desintegrando hacia el final de la obra cuando el protagonista termina desmantelando el código teatral y termina interactuando con los espectadores, dentro de la platea, porque comprende cómo es la “realidad”.

-Es una obra en la que se patean todos los establecidos del teatro…

-Hay ciertas convenciones o lógicas teatrales que uno ya las tiene sabidas y que la obra empieza a trastocar. El público de repente se encuentra esperando que suceda algo, porque sucedió tal cosa, y se sorprende cuando pasa lo contrario. Es ir en contra de esas causas y efectos esperables.
-Pensar o entretener, ¿qué te importa más a la hora de idear un espectáculo?

-Creo que van de la mano. Hay una idea, que no está tan buena, que dice que lo intelectual es aburrido, y lo superficial es divertido. Me parece que uno como creador puede complementar la profundidad y la diversión, son cosas que van de la mano. La idea es encontrar un lenguaje que posibilite esa lógica. En la obra hay mucho contenido intelectual, filosófico, pero que no deja de estar atravesado por la actuación y una manera de decir y un contexto que hace que eso sea gracioso. La gente se termina riendo de textos muy complejos que quizás ni siquiera se preguntan si los entienden o si llegan a ese nivel de reflexión, pero los incorporan a través del lenguaje, que es un código que está muy cercano a ellos.

Estrenada en abril del año pasado, la obra tuvo en 2015 una larga temporada y este año retomó sus rotaciones por la salas platenses con una función especial en el Coliseo Podestá, en el marco del ciclo “La ciudad en escena”. Ahora, durante los restantes sábados de mayo, pondrá en marcha su mecanismo anticonvencional en Teatro Estudio, 3 entre 39 y 40, a partir de las 21:00.

ENLACE: EL DIA

Se presentó la Fiesta Nacional del Teatro - Tucumán 2016

LA NACION > Espectáculos > Teatro

La 31° edición se realizará en Tucumán desde el 27 de este mes 16 de mayo de 2016

PARA LA NACION
Leni González


"Ojalá esta fiesta sea una muestra del mejor teatro de todo el país. Pero también sabemos que pondrá de manifiesto muchas desigualdades entre las regiones que esperamos se igualen pronto. Ésa es nuestra intención, y que éste sea el mejor encuentro de los últimos años", dijo ayer el director del Instituto Nacional del Teatro (INT), el santafecino Marcelo Allasino, en la presentación de la 31» edición de la Fiesta Nacional del Teatro, que se realizará en San Miguel de Tucumán del 27 de mayo al 5 de junio.

En el hall de entrada del Teatro Nacional Cervantes, acompañado por el secretario de Cultura y Creatividad, Enrique Avogadro; el representante del Ministerio de Cultura Nacional en el Consejo Directivo del INT (y director del Festival Internacional de Teatro, FIBA), Federico Irazábal, y, por último, José Ramallo, representante del INT en Tucumán, los funcionarios hablaron sobre la fiesta que reunirá 33 espectáculos nacionales para adultos, chicos y teatro-danza, que se presentarán en el marco de la celebración del Bicentenario de la Independencia y con el apoyo de la provincia y la capital anfitrionas.

Casi la totalidad de la programación está integrada por producciones de autores nacionales de las nuevas generaciones. Entre las 33 obras seleccionadas por los jurados regionales podrán verse, por la ciudad de Buenos Aires, Constanza muere, de Ariel Farace; La Pilarcita, de María Marull, y Todo piola, de Mariano Blatt, Eddy García y Gustavo Tarrío. La provincia bonaerense lleva La vuelta al mundo en 80 días, de Fernán Cardama; Los amantes trágicos, dirigida por Gabriel Beck, y Orégano, de Sergio Lobo.

La noche de la inauguración, el viernes 27, subirá a escena la producción mendocina Tus excesos y mi corazón atrapado en la noche, de Manuel García Migani. Por Córdoba, entre otras, se exhibirá Nazario, el gurí del monte, creación de cuatro bailarines nacidos en distintos puntos del país (Sofía Piñero Gallo, Ana Lucía Molina, Roberto Delgado y Rocío Gozalvez), y por Santa Fe, Malversión de amor, será tu sonrisa, de Julieta Vigo, y Representación nocturna del Marqués de Sebregondi, por el grupo Sociedad Secreta de Actuación, basada en el universo del poeta Osvalgo Lamborghini. Desde Misiones se verá la obra de Patricio Elizalde Breve relato dominical; por Tucumán, La lechera, de Carlos Correa. Y mucho más: todo la programación puede consultarse en la página inteatro.gob.ar.

"La fiesta permite salir del capullo del teatro porteño, una mirada hacia adentro para poder mirar hacia afuera. Por lo tanto, una prioridad de gestión absoluta. En diciembre nos encontramos con un INT paralizado donde lo primero para Allasino fue apagar incendios: había sobre la mesa 500 expedientes que esperaban soluciones. Y se llegó con enorme alegría a esta fiesta con la intención de transparentar y dejar de lado la etapa de oscurantismo", dijo Irazábal sobre los objetivos del nuevo período inaugurado en diciembre.

Además de las 33 seleccionadas habrá tres obras invitadas: Señorita Julia, de August Strindberg, con dirección de Cristina Banegas; ADN, del grupo La Arena, que dirige Gerardo Hochman, y Cantata Calchaquí, dirigida por Rafael Nofal, que se presentará en Amaicha del Valle el sábado 28, en el terreno de la comunidad originaria. También se ofrecerá una programación paralela, sólo con espectáculos tucumanos. Los premios a la trayectoria serán, a nivel nacional, para la dramaturga Griselda Gambaro, y a nivel regional, para varios creadores, entre ellos el director Rubén Szuchmacher, por la ciudad de Buenos Aires. Entre otras actividades habrá presentaciones de libros, mesas de diálogo, espacios de devoluciones con periodistas y críticos, charlas y propuestas de capacitación con referentes especializados. Algunos espectáculos serán con entrada gratuita y el resto, a un precio accesible: 50 pesos.

Fuente: LA NACCION

sábado, 14 de mayo de 2016

Braian Kobla: “El teatro es la última reserva que queda para generar planos poéticos”

 

PERIODISMO CON PULSO, La Plata.
14 de Mayo de 2016

Braian Kobla / teatroestudio

Dramaturgo platense, actor, y profesor de teatro, en un Mano a Mano con Periodismo con pulso nos introduce en el mundo de “The Good“, la obra de teatro que hace dos años está en cartelera y continúa llenando las salas platenses.

Un empleado postal repite mecánicamente hábitos de la vida diaria: se levanta, se cambia, fuma, se masturba, se vuelve a acostar. Es en ese contexto donde transcurre “The Good“, dirigida y escrita por Braian Kobla, una puesta en escena que rompe con los límites y se anima a fusionar varios lenguajes.

“Comencé escribiendo secuencias de acciones que no tenían texto, como una especie de coreografía de acciones cotidianas”, afirma Braian, cuando recuerda como fue trazar las primeras líneas del texto y detalla: “La obra tiene un formato de personaje principal y un montón de personajes periféricos que empiezan a ingresar a la vida privada de este hombre en ese monoambiente. Como una especie de condición que me puse, es que cada personaje que aparezca sea acumulativo y nunca salga de la obra y de la escena”.

Circunscribir a “The Good” bajo algún género sería difícil. En esa característica reside posiblemente la popularidad de la obra, porque se anima a poner en cuestión el teatro realista, género que ha si elegido por excelencia los últimos tiempos en las puestas teatrales. Entre las características generales del realismo se encuentra la presentación objetiva de la realidad, la observación de las costumbres, el carácter psicológico de los personajes y la identificación del espectador con temáticas que sienten cercanas como conflictos matrimoniales o la defensa de ideales, las mismas representadas a través de un lenguaje coloquial que los sitúa en un ambiente “real”.

“The Good” demuestra que ya no se tiene que sentir para poder actuar. Así lo explica Braian: “La obra atenta contra todas las convenciones de un teatro clásico, desde la dramaturgia y la actuación. Trabajamos con un procedimiento que es que los actores hablan rápido y de una manera monocorde. La actuación no es histriónica, o realista en donde genera empatía, sino que actúan con las reglas del lenguaje que va desde textos con determinada velocidad, una actuación semi neutral, y donde los actores buscan generar estados que sean para adentro”.

La puesta en escena plantea una estructura aparentemente reconocible, como si fuese un realismo, de un hombre que se levanta para ir a trabajar, come, fuma, mira tele pero, como bien lo explica el dramaturgo,  se atenta contra ello: “El realismo tiene la causa y el efecto lineal, si yo te pego vos, llorás. Esta plantada totalmente fragmentaria, como si fuese una película que tiene cortes de edición, en donde también manipulamos el tiempo porque no sabemos que tiempo está pasando, si es de noche o de día, es un tiempo teatral, de convención”.

-¿Cómo fue fusionar esta idea con la propuesta de los actores?

–Fui con mi idea y eso se vio intervenido por la propuesta del actor. Los actores son todos de La Plata, y trate de elegirlos dispares en cuanto a la formación de cada uno. Mi idea era hacer convivir esas partes. Yo también soy una persona que se está formando y soy más joven que algunos de ellos. Acá no nos conocíamos casi nada y eso generó una experiencia muy interesante al ver como convivíamos entre todos. Sucedían cosas que ponían en evidencia diferentes cuestiones, que estaban buenas, y que ayudaba a que se muevan algunas lógicas que aveces están establecidas.

-¿Era lo que te imaginabas?

–Sí, y creo que mejor, porque me llevé sorpresas. La obra se terminó de constituir entre todo: la escena, los actores, la música, la idea plástica. Súper barroco. Me sorprendió la cantidad de gente que vino y la repercusión que tuvo. Soy bastante inseguro y siempre pienso lo peor.

-¿Por qué creés que el público se enganchó con la propuesta?

–El espectador de teatro es difícil porque hay mucha cosas que se hacen que no se piensa en él. Hay algo de eso que las compañías de teatro deberíamos empezar a ver.

Si vos te preocupas en darle cosas al espectador, caminos para que ingrese en la obra, el espectador te va a recomendar y va a seguir viniendo gente.
Pensé en darle muchas llaves a ellos para que eso suceda: que se diviertan, que vean que hay diferentes signos y que haya cosas que ellos mismo deban reelaborar.

-¿Qué tiene de vos “The Good”?

–Tiene de todo. Me interesa hacer una búsqueda que tenga lógica literaria. Yo leo mucho y cuándo término de escribir, las obras tienen resonancia con todo lo que leí y con lo que pienso. Hay reflexiones referidas al mundo personal que están muy presentes, textos barrocos, contenidos y reflexiones, si se quieren complejas y están ahí.

Es inevitable no trabajar con lo que a uno le pasa. Porque además, creo que el teatro es la última reserva que queda para general planos poéticos y que no está contaminado.
-¿Cómo ves la posibilidad de hacer teatro en este contexto político y social?

–La cultura se está devastando, desde las instituciones, o lo que está pasando ahora en las salas independientes. Algunas tuvieron que cerrar por la factura de luz y los ajustes que hay. A  la vez, los referentes que se han puesto no ayudan. Hay que repudiarlo, porque nosotros veníamos gozando de años donde se respetaba la ley de sala de teatro independiente, había subsidios para obras. Hoy más que nunca el teatro resiste como resisten todas estas adversidades.

Fuente: periodismoconpulso.com 

lunes, 9 de mayo de 2016

Volvió la nieve a La Plata

 

“La Bohème”

A 120 años de su estreno en el Teatro Regio de Turín, “La Bohème” se estrenó en La Plata definitivamente luego de los pequeños highlights y actos entrecortados presentados el año pasado, a 11 años de su última representación en el Teatro Argentino

9 de Mayo de 2016 
“La Bohème” tendrá sus tres últimas funciones

“La Bohème”, con música de Giacomo Puccini y libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica. Dirección musical: Carlos Vieu. Puesta en escena: Mario Pontiggia. Con Daniela Tabernig (6, 8, 13 y 15) y Marina Silva (7 y 14) como Mimí, Gustavo López Manzitti (6, 8, 13 y 15) y Juan Carlos Vassallo (7 y 14) como Rodolfo, Ricardo Crampton (6, 8, 13 y 15) y Gustavo Gibert (7 y 14) como Marcello, Yaritza Véliz (6, 8, 13 y 15) y Constanza Díaz Falú (7 y 14) como Musetta, Mario De Salvo (6, 8, 13 y 15) y Alberto Jáuregui Lorda (7 y 14) como Schaunard y Emiliano Bulacios como Colline.
 
Por NICOLÁS ISASI

La obra en sus inicios no tuvo una buena acogida, en primer lugar porque otro compositor italiano llamado Ruggero Leoncavallo (creador de “Pagliacci”) acusó a Puccini de haberle robado la historia en la que venía trabajando. Aún así, ambos compositores siguieron con sus composiciones y “La Bohème” de Puccini se estrenó el 1 de febrero de 1896 en el Teatro Regio, mientras que la obra homónima de Leoncavallo fue un año después, el 6 de mayo de 1897 en el Teatro la Fenice de Venecia. La realidad es que con el pasar de los años, solo se recuerda la versión de Puccini, quizás por la fuerza melódica de una partitura emocionante y conmovedora. Otro de los episodios complicados fue al otro día de su estreno en Turín, cuando un diario italiano escribió “aunque deja cierta impresión en las mentes del público, La Bohème no dejará una gran huella en la historia de la ópera”. Quien lo haya escrito probablemente nunca se enteró de lo erróneo de su predicción, porque afortunadamente “La Bohème” figura como la cuarta ópera más representada en todo el mundo y ha sido llevada al cine en varias oportunidades. Al igual que inspiró múltiples obras paralelas como por ejemplo el musical “Rent” de Jonathan Larson, presentado en Buenos Aires hace algunos años.

Ubicada en el París de 1830, en este caso la puesta se adaptó probablemente un siglo más tarde en el bohemio Barrio Latino, donde el poeta Rodolfo, el pintor Marcello, el filósofo Colline y el Músico Schaunard, sobreviven y hacen de las suyas junto a Mimí y Musetta. Compuesta por Giacomo Puccini (es la cuarta de sus 12 óperas) a lo largo de dos años junto a los libretistas Illica y Giacosa quienes ya habían trabajado en “Manon Lescaut” y que a pesar de la tensa relación que los unía, luego trabajarían en las exitosas “Tosca” o “Madama Butterfly”.

El fresco del comienzo hizo más lenta la conexión entre los artistas y la audiencia. La entrada de Mimí llenó de color y calor a la escena. La voz de Marina Silva, fue sutil y espontánea, tanto en lo vocal como en lo actoral. En la batuta se encontraba Carlos Vieu, director estable de la orquesta desde 2013 y en la dirección escénica, Mario Pontiggia, quien regresó al país luego de años dirigiendo en el exterior.

El exceso de iluminación que había, hacía perder colores y volúmenes. Pero el mayor problema se presentó en el momento en que literalmente se corta la luz por una cuestión diegética y seguimos viendo todo absolutamente claro, sobre todo cuando esa oscuridad es tan importante para la historia. De hecho, es el pie para la entrada del aria “Che gélida manina” (que mano fría) que le canta Rodolfo a Mimí una vez que encuentra su mano en la oscuridad.

Interpretada por Juan Carlos Vasallo, comenzó algo forzada, como un extracto impuesto respecto a lo anterior. Presentó una intensidad profunda aunque con cierta dificultad para los agudos. Un detalle raro pero no menor es que los personajes mencionan y señalan la luna mientras cantan hacia la platea, cuando todas las ventanas se encuentran a sus espaldas. Alberto Jauregui Lorda como Schaunard presentó un fraseo entusiasta por momentos perdido entre la orquesta. Gustavo Gibert, como Marcello, fue uno de los más histriónicos y destacó en su cuerda con buena sonoridad. Emiliano Bulacios, como Colline fue una de las revelaciones de la noche. Es además el único protagonista que interpreta al famoso filósofo en todas las funciones. Extraño fue su primera aparición con una barba tupida, mientras que en la escena siguiente aparecía completamente afeitado.

El segundo acto es uno de los más pintorescos por excelencia al tratarse de una escena multitudinaria, donde confluyen todos los miembros estables del coro, los protagonistas y personajes secundarios, el coro de niños y algún que otro figurante bailando, haciendo mímica o caminando en zancos. La escenografía nos muestra un café desde adentro, con un arco de luces bien característico del café concert parisino, algunos edificios en el fondo y mesas repartidas por doquier. La presencia de tanta gente amontonada en escena resultó algo desprolija. Los chicos del coro, bien dirigidos vocal y actoralmente, siempre con la mirada atenta en la batuta del maestro. Es un placer ver ese amor por la música que dejan los pequeños en escena.

La entrada de Musetta logró romper con esa estructura y comenzaron a delimitarse ciertas zonas actorales que se presentaban en simultáneo. Constanza Díaz Falú tuvo buena presencia actoral y mostró ligereza en sus agudos, dejando en claro su talento como una de las protagonistas más jóvenes de la velada. La marcha militar al son de trompetas y flautas sorprendió en el momento más multitudinario de toda la ópera.

En el tercer cuadro, la nieve es protagonista de cada suceso, incluso dentro del cabaret. El descubrimiento de Mimí por parte de Rodolfo a causa de su tos, produce un encuentro inesperado donde le confiesa que sigue queriéndola. Y ella se despide con el aria “Donde lieta uscì”, acompañada por la flauta, de una forma desgarradora que cualquiera que haya vivido la separación de un amor solo puede entender. La interpretación de Marina Silva fue impecable. La expresión de cada cosa que pide le guarde para llevarse, parece ser una lágrima más que cae y sale desde su boca en forma de canto. Una partida sutil pero bella que logró una de las ovaciones más grandes de la función.

El último cuadro vuelve a la buhardilla pero esta vez con algunos cambios en la iluminación, está más ordenado y con algunas flores. Emiliano Bulacios dejó en claro la presencia de un cantante con todas las letras, preciso y bien timbrado que deslumbró con su interpretación. El golpe de la percusión seguido de la entrada de Musetta desata el final trágico de esta historia de amor. El movimiento de los cuerpos, sus giros, sus pausas, y las actuaciones que acompañan los últimos compases de la partitura demuestran un gran trabajo de dirección actoral y uno entiende la expresión “voy a llorar como un niño” que dijo Puccini luego de haber compuesto la última escena del cuarto acto.

PARA RECORDAR
La Bohème: Teatro Argentino. Viernes 13 y sábado 14 a las 20.30hs. Domingo 15 de mayo a las 17hs. Entradas desde $70. Descuentos y promociones para jubilados, pensionados, jóvenes, estudiantes, docentes y personas con discapacidad.

Fuente: EL DIA

miércoles, 4 de mayo de 2016

El teatro Princesa sigue esperando el salvataje

 

El histórico edificio todavía está en venta

Pese a las movidas vecinales y a las promesas oficiales, avanza el deterioro

4 de Mayo de 2016 
El deterioro avanza en el teatro de diagonal 74 entre 3

Tres años después de su ingreso en el mercado inmobiliario, y cuatro de la muerte de quien le diera nueva vida a inicios de los años ‘90, el histórico Teatro Princesa sigue languideciendo a pesar de las movidas vecinales en procura de devolverle parte de su esplendor y las promesas oficiales de impulsar su reactivación.

Sin oferentes que quieran hacerse cargo de desembolsar la abultada suma en que está valuado el centenario inmueble de diagonal 74 entre 3 y 4 que albergó sucesivamente una mutual italiana pionera, un cine popular, un astillero y un espacio cultural experimental, su estructura monumental se sigue deteriorando.

“Lo seguimos usando como espacio de ensayo, presentamos obras de teatro en los meses mas ‘amigables’ desde el punto de vista del clima, y proyectamos cortos y películas” explica la autora y directora teatral Beatriz Catani, quien mantiene viva la llama artística en el interior del gigante masónico erigido en 1889.

Catani fue pareja del dramaturgo platense Francisco Mario García Alvarez, “Quico”, quien desembarcó en el entonces abandonado Princesa en los tempranos ’90 y frenó su decadencia con el impulso creativo de un grupo de colegas que bautizó “La Hermandad”.

Días atrás, precisamente, la proyección de “Maluco”, obra emblemática de García, lo homenajeó a cuatro años de su muerte. “Seguimos haciendo todo a pulmón, es un esfuerzo grande”, admite Catani: “de los proyectos de salvataje oficial, no avanzó nada, y las movidas y expresiones de apoyo no se tradujeron hasta ahora en nada concreto”.

Catalogado con grado de “protección estructural” por el área de Planeamiento de la Comuna, el edificio enclavado en un lote de 1.300 metros cuadrados, con accesos por la diagonal 74 -a la altura del número 817- y por calle 4, puede ser vendido pero no demolido, y cada intervención a la que se lo someta debe ser estudiada y autorizada o denegada expresamente por el municipio.

En ese sentido, a fines de 2004 los concejales platenses sancionaron una ordenanza declarando el teatro “de interés histórico” por su “valor testimonial”.

La norma prevé que “toda intervención a realizar en el edificio, cualquiera sea su magnitud y/o destino, deberá ser evaluada previamente por la Comisión del Sitio” y atenerse a “conservar sus características y preservación, así como tender a la puesta en valor de sus particularidades arquitectónicas”.

VENTA Y reacciones
En mayo de 2013, la colocación de un cartel ofreciendo la propiedad como lote para edificar generó revuelo en las redes sociales, y diferentes protagonistas de la cultura y la política local propusieron instancia de salvataje. En la Legislatura bonaerense incluso se barajó un proyecto de expropiación y entrega al municipio, que nunca llegó a ser tratado en el recinto de sesiones.

El teatro Princesa nació como sede de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Unione e Fratellanza”, primera entidad que nucleó a inmigrantes peninsulares en nuestra ciudad. Se fundó el 3 de junio de 1883, pero la construcción de su ambiciosa casa -una mole neoclásica cuyo vestíbulo estaba ornamentado con esculturas barrocas de ángeles y princesas- demoró seis años más.

Su fachada es una especie de Partenón con columnas corintias flanqueado por sendas balaustradas “ciegas”; su herrería, sus alturas y proporciones, sus escaleras de madera y cielorrasos con molduras esmaltadas, su simbología masónica, lo convierten en un espacio único en la Ciudad.

127
Son los años que tiene el Princesa, levantado en 1889. Fue sucesivamente club social, teatro, cine, astillero y espacio teatral experimental. Su futuro sigue siendo un misterio

Fuente: EL DIA

Convocatoria obras para las infancias

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