ESPECTÁCULOS | DESTACADOS DE LA CARTELERA PLATENSEBORRAR
Desde hoy y hasta el próximo viernes, los
personajes del Princesa cuentan la historia de
la emblemática sala
En boca de los personajes de las obras que entre
sus muros se interpretaron, la rica historia del
Princesa vuelve a ser contada para quién la
quiera escuchar. Desde hoy y hasta el próximo
viernes, todos los días a las 21, se ofrecerá “Nos,
el Princesa. Volumen II”, un ciclo de recorridos
(cinco, el público elige cuál tomar en una especie
de elige tu propia aventura) por las entrañas del
teatro desde 1889 a nuestros días.
Bajo un concepto y dirección de Beatriz Catani,
esta propuesta surgió a colación del gran
protagonismo que tomó el legendario teatro de
diagonal 74 el año pasado, en relación a su
futuro inmediato. Palabras como “abandono” o
“destrucción” se repetían una y otra vez en los
medios, y la llaga de la gente que entre sus
muros todavía trabaja se hacía más y más
grande y dolorosa, también.
Por eso sus actores, técnicos y directores
tomaron la decisión de salir a gritar que están
vivos, como la sala, a pesar de encontrarse en
medio de especulaciones sobre venta y
expropiación.
En diálogo con EL DIA, la dramaturga, directora
y docente platense se refirió al presente del
Princesa y este ciclo que, durante los próximos
siete días, recorrerá más de treinta obras
dirigidas por Beatriz Catani y Quico García y
que, desde fines de los 80 hasta la actualidad,
han tenido reconocimiento y repercusión a nivel
nacional e internacional.
-¿En qué situación está el Princesa?
-El teatro está en funcionamiento. El teatro
sigue siendo nuestro lugar de encuentro y
laboratorio de propuestas. Venimos de hacer
una temporada con “Paraíso”, una obra con siete
niños del barrio de Los Hornos, mostrándonos
su pensamiento, su barrio, su vida cotidiana,
llevados por una fabulación derivada de “La
Divina Comedia”. Fue un trabajo muy singular,
parte de una investigación académica-práctica,
que nos ha dejado muy contentos.
-¿Por qué la historia contada por los
personajes?
-Creo que la voz que faltaba en todo el
tratamiento que largamente viene teniendo en
los medios el Princesa, y que es precisamente, a
mi entender, la central cuando se habla de
teatro, es la de los actores, las de sus personajes
que sea cual fuere el futuro del teatro de algún
modo van a seguir estando presente siempre.
Por eso la voz es de ellos. Ellos que muestran el
teatro contando sus propios recuerdos en el
lugar (la historia tejida entre las obras, el
espacio y la historia del Teatro), y al hacerlo se
muestran a sí mismos. Aliento esa exposición
genuina, desde la emoción verdadera, el
ejercicio de abrirse en la mirada, que sigue
siendo para mí el aspecto más revolucionario de
la actuación.
-El ciclo muestra el teatro como está, sin
remodelaciones, ni reacondicionamiento,
es algo diferente. ¿Por qué decidieron
hacerlo así?
-Este teatro nos ha dado la posibilidad tanto a
Quico como a mí de trabajar desde un lugar muy
distinto a lo escenográfico, trabajar con la
materialidad. El espacio asfixiante de “Ritual
Mecánico” lo mismo que las paredes
descascaradas de “Finales”, son parte de la obra.
Hay una a poética poderosa en esos espacios, un
concepto diferente de lo escenográfico. Algo
sucede cuando la emoción de actores y público
transita por espacios vividos. Casi como la
contrapropuesta a los no espacios, los espacios
no diferenciados.
-Hacer un ciclo durante toda una semana,
todos los días, también es algo novedoso
en La Plata. ¿Cómo se preparan los
actores?
-Efectivamente es poner un poco en límite
algunas cuestiones. El grupo con el que trabajo
nos conocemos hace mucho, y hay afinidad y
confianza para desarrollar en ese sentido.
Precisamente en este teatro estrenamos una
obra, -que hizo luego funciones en Alemania-,
con una duración de toda la noche. Tal vez haya
reminiscencias del concepto artaudiano del
actor como atleta afectivo. En este caso, la forma
del ciclo, creo genera, por un lado, para el actor,
un contacto diferente, en la cotidianeidad con el
trabajo; y para el público creo es interesante
pensar en alternativas durante todos los días de
la semana, no ceñirse únicamente al fin de
semana (que a veces esta ya más cargado, o
dedicado a cuestiones familiares o personales).
Si hay fútbol todos los días (cosa que me
entusiasma) por qué no teatro.
Fuente: EL DIA
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