CULTURA / La propuesta del Taller de Teatro de la UNLP dirigida por Norberto Barruti –pieza original de Armando Discépolo- inicia una nueva temporada. Una soberbia puesta en escena, que debe verse (y disfrutarse).
08.08.2012 | 18.05
Babilonia, una hora entre criados
El Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) reiniciará el sábado a las 21 la tercera temporada de Babilonia, una hora entre criados –pieza original de Armando Discépolo–, dirigida por Norberto Barruti, que ya fue vista por cientos de espectadores en la sala de 10 entre 54 y 55.
Después de estrenarla con producción de la Comedia de la Provincia de Buenos Aires, Barruti propuso al equipo de trabajo del Teatro de la UNLP realizar un nuevo montaje para el cual en julio de 2009 se convocó a una audición pública para la conformación de elenco. El segundo montaje de la obra nació como una necesidad de profundizar en el género nacional por excelencia: el grotesco criollo.
Babilonia es una obra que tiene elementos del sainete, el grotesco y el melodrama y es considerada como un texto de transición dentro de la dramaturgia de Discépolo. Históricamente fue representada como un sainete. Incluso las puestas actuales privilegian ese tono de comedia.
El sainete clásico, como “El conventillo de la Paloma”, transcurre siempre en un espacio público y aunque sus personajes sufren conflictos –porque esa es la esencia del teatro– siempre tiene un
final de fiesta, dos elementos que no hay en Babilonia.
El director platense prefirió trabajar a partir del análisis que hace David Viñas en su ibro Grotesco, inmigración y fracaso, donde afirma que Babilonia es una obra de encierro y la describe como el
“infierno del sainete”.
Según Barruti, se trata del texto “más particular y complejo del género. Sencillamente porque esta obra de Armando Discépolo, influenciada de manera desequilibrante por su hermano menor, actor y poeta Enrique Santos, elige un espacio cuasi–público para desarrollar su drama, ni patio ni pieza, ahora es un sótano venido a cocina de una casa de nuevos ricos, donde los criados viven, conviven y trabajan. Es decididamente un lugar de trabajo. No es la intimidad de la familia como en ‘Stéfano’ o ‘Mateo’ o ‘El Organito’ y otras tantas, ahora es un grupo humano disímil, en lengua y conducta, descompuesto, desequilibrado. Es la tragedia del ‘sálvese quien pueda’ o la similar ‘del todos contra todos’”.
“Babilonia –afirma Barruti– nos abre siempre la posibilidad de contar nuestra compleja historia política cultural y social con una identidad formal definitivamente argentina”, algo similar a lo que ocurre con el tango, donde también conviven el melodrama, el sainete y grotesco, “tres géneros que bien podemos llamar nuestros, definitivamente aprobados, aplaudidos y queridos por nuestro público de ayer y de hoy”.
Para la conformación del nuevo elenco, el taller de teatro realizó una convocatoria pública, hizo casi doscientas entrevistas y audicionó, evaluó y seleccionó a los actores para cubrir los 15 personajes.
Finalmente, llegó el ensayo inaugural, el primero de los 40 previstos para llegar al estreno, y Barruti saludó al equipo con su habitual “buenas noches la compañía”. Aquel día, se leyó el libreto y se
transmitieron algunos criterios para abordar la pieza.
En los ensayos, el elenco asimiló la dinámica de la obra a través de su propia experiencia y de las notas que pasaba el director. Al principio, la escenografía fue apenas unos trastos que organizaban el recorrido de los actores, mientras que probaban el vestuario en escena.
Al principio algunos muletos (dispositivos escénicos que aun no son la escenografía pero que ya organizan el recorrido en el escenario) y utilería junto a las pruebas de vestuario acompañaron el encuentro de los actores con el texto y las situaciones dramáticas de la obra.
El discurso sonoro y la escenografía estuvieron listos para la última etapa de ensayos. La iluminación también empezó a probarse en esta etapa final donde todos los lenguajes se ensamblaron en vistas al encuentro con el público.
Finalmente, se realizaron los ensayos generales con público invitado y en noviembre de 2009 se hicieron tres funciones a sala completa. En abril de 2010 se inició la primera de las tres temporadas de la obra que desde este sábado vuelve a la cartelera platense.
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