Con la actuación de Juan Palomino en el papel del gaucho Juan Moreira, y con un formato multimedia, el Instituto Cultural provincial puso en escena la obra de Eva Halac en las calles de distintos pueblos bonaerenses. Chivilcoy fue la última escala de la representación, ante una multitud
El gaucho Juan Moreira recorrió los pueblos bonaerenses escapando de la Policía provincial allá por 1870. Con el siglo XXI entrado en años, el Instituto Cultural rescató su historia en la obra itinerante Juan Moreira, una leyenda argentina.
Chivilcoy, ciudad donde doce décadas atrás se presentaba la primera representación del teatro nacional, con una versión de circo criollo de Juan Moreira, fue el viernes la última parada de esta puesta que había girado antes por Carlos Tejedor, Olavarría, Benito Juárez y Coronel Vidal.
Con el frente colonial del colegio José Hernández como escenografía, el público llenó las gradas y sillas dispuestas a lo largo de la cuadra. La avenida Calixto Calderón tapada de arena y la vereda del colegio conformaban el escenario por el que desfilaría la esperada actuación de Juan Palomino -en el rudo papel de Moreira arrancó suspiros femeninos-, actores de la Comedia de la Provincia y otros locales (en cada ciudad donde se presentó, la obra incorporó gente del lugar), y unos cuantos caballos.
“Más allá de que hablara de nuestra historia, en la que el gaucho no encontraba su lugar y no era contemplado -explicaría después Eva Halac, autora de la adaptación y directora-, mi idea era hablar de esto como algo entretenido, que mantuviera un discurso con muchas verdades”.
Así, perpetró un espectáculo dinámico (un “western trágico”, como lo definió por su lenguaje cinematográfico), que combinó teatro con proyecciones en una pantalla gigante, y la musicalización en vivo de Me darás mil hijos. Sonido, luces y efectos no faltaron en ese sentido.
Pero, a su vez, la representación delrecorrido de Moreira por distintos pueblos, cargado de muertes, no buscó mensajes moralistas. “Queríamos exponer los hechos como lo que son, un hombre que se hace cargo de su destino”, dijo Halac.
Una vez finalizada la puesta, Palomino y la multitud de actores que participaron (se destacó un expresivo Luis Rende en el papel de maestro de pista) saludaron con sus camisas “ensangrentadas” con tinta roja, exhaustos
por la acción, y felices por el recibimiento de un público que agradeció la llegada de esa historia que sucedió tan cerca de allí.
Un gaucho legendario en tiempos de Alsina y Mitre
Juan Moreira y sus hazañas en años de disputas entre Alsina y Mitre (tiempos de la llamada Organización nacional, marcada por el caos y la anarquía) varían considerablemente. Durante su existencia, el gaucho suscitó, a la vez, pánico y admiración por su temeridad sin par y su audacia. Con un elevado precio por su cabeza, logró eludir a la Policía de Buenos Aires durante meses hasta que fue abatido en Lobos, el 30 de abril de 1874.
Poco después fue popularizado por Eduardo Gutiérrez, que primero escribió su historia en la revista La Patria Argentina, y después en una novela.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2007/03/05/pdf/19-c.pdf
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