sábado, 23 de marzo de 2002

"Paternoster": Moral y buenas costumbres

23 de Marzo de 2002

Paternoster", de Jacobo Langsner, interpretado por Javier Cardini, Héctor Grimberg y Mónica Calcagno. Voz en off: María Inés Portillo. Operación técnica: Osvaldo Sagastibelza. Asistencia de dirección: Lucas Unanúa. Diseño escenográfico, puesta de luces, puesta en escena y dirección general: Gastón Marioni. Espacio Teatral del Juglar.

Néstor alquila una habitación del sórdido departamentito en el que vive. Respondiendo al aviso, Bernardo llega para echarle un vistazo. El cuarto es chico y oscuro, pero por $ 150 no se puede pretender mucho más. Se instala con su mujer, Amalia, y su pesado y siniestro baúl.

El contraste entre el dueño de casa y los inquilinos salta a la vista y presagia no pocos roces de convivencia. Néstor es homosexual y no hace nada para ocultarlo ni disimularlo. Muy por el contrario: hace gala de su condición. Además, vive en medio de la mugre, compartiendo su hábitat con cucarachas y ratas. Se pasa el día entero tirado en la cama y se alimenta de pan y leche. Actor de profesión, no hay propuesta laboral que le venga bien y que lo saque de su letargo. De noche se acicala y sale o recibe visitas.

Bernardo, en cambio, es un señor prolijo, meticuloso, de buenos modales, con vocación de samaritano. Tanto él como Amalia, su solícita esposa, se empeñan con un esfuerzo digno de mejor causa en "reformar" a Néstor, en mejorar sus hábitos alimenticios, emprolijar la covacha en la que vive, en hacerlo abandonar esa vida promiscua disoluta para convertirlo en una persona "de bien", como ellos.

Desde el vamos, se entabla una suerte de puja de poder, de lucha por el territorio. Al principio es el dueño de casa quien domina la situación. Más lenta y gradualmente, los inquilinos van tomando posesión del lugar y de su propietario; siempre -claro está- con las mejores intenciones, hasta erigirse en amos y señores, en los "padres" que Néstor tanto necesita, aunque no lo admita abiertamente.

Néstor sabe que está "durmiendo con el enemigo". Escucha secretos inconfesables de esta pareja de "buena gente", y -sin embargo- se queda, corriendo todos los riesgos que eso implica.

El uruguayo Jacobo Langsner es autor nada menos que del inolvidable grotesco "Esperando la carroza" (llevada al cine por Alejandro Doria), todo un clásico rioplatense. Otras piezas más recientes en su haber: "Locos de contentos" y "Otros paraísos". Sus temas recurrentes: la hipocresía, el fascismo latente en las relaciones interpersonales, los vicios y las virtudes urbanas. Sus personajes son más bien perdedores, tipos asfixiados por una realidad que los agobia, impotentes o estériles (en sentido literal y figurado), individuos frustrados en cuerpo y alma, sin ideales ni horizontes.

Gastón Marioni resuelve con ingenio la ambientación de "Paternoster", dándole a la pieza el tratamiento realista que reclama. En su marcación actoral, apunta acertadamente a la pincelada caricaturesca, que torna a los personajes en patéticas criaturas que provocan hilaridad, lástima, repulsión y temor.

La interpretación es lograda y homogénea. Resultan especialmente interesantes ciertas transiciones, particularmente en el personaje de la esposa frígida y sumisa (Calcagno), cuyo rol termina siendo inesperadamente espeluznante.

"Paternoster": una reflexión sobre la intolerancia, la doble moral y el autoritarismo, en clave de humor negro.

Fuente: http://www.eldia.com.ar/ediciones/20020323/espectaculos3.asp

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