EL RODAJE DE "SIETE AÑOS EN EL TIBET"
Los comerciantes quieren cobrar una indemnización por tapar el frente de sus negocios · La terminal ferroviaria de la capital bonaerense tendrá que parecer una estación austríaca con símbolos nazis
(La Plata. Corresponsal).- Como en los viejos westerns norteamericanos, el actor Brad Pitt encontrará en La Plata un pueblo maldito: en menos de una semana la estación ferroviaria de la capital bonaerense debería quedar ambientada para el rodaje de Siete años en el Tíbet, pero los comerciantes de la zona quieren una indemnización -de entre 3 mil y 30 mil pesos- para cambiar la fachada de los negocios frente a la terminal.
El lugar fue elegido para la filmación por el productor David Nichols. Con unos lígeros retoques, el edificio se transformará en la estación austríaca desde donde Heinrich Harrer -el alpinista que interpretará Pitt- partía (en 1939) a la conquista deportiva del Himalaya. El guión marca que al regreso es tomado prisionero por los ingleses, en medio de la Segunda Guerra Mundial. Pero ese obstáculo de la ficción parece menos peligroso que la presión de los comerciantes platenses, arrinconados por la recesión económica.
Los comerciantes consideran razonable que un mínimo porcentaje de los 60 millones de pesos de la producción se destinen a sus cajas registradoras. Un resarcimiento por soportar, del 20 al 23 de enero, cortes de calles y que los carteles con anuncios de ropa deportiva, ofertas de muebles y menús de restaurantes serán tapados con lienzos previstos por el director de arte Pierre Queffelean.
Por Tita, gratis
El viejo propietario de un negocio de la zona tiene, además, una explicación sentimental: "Si estuviéramos hablando de una película con Tita Merello yo mismo bajaría los carteles. Pero estos señores hacen la filmación para ganar plata y es justo que nosotros salvemos la nuestra".
Queffelean entendió razones pero advirtió: "No crean que el cine es un mundo mágico lleno de dólares. Nos arreglaremos con algún cambio de toma si los comerciantes hacen pedidos extravagantes".
Mientras tanto, Pitt continúa con el rodaje en Mendoza. Allí, el paisaje de Uspallata se transformó en un armazón de yeso parecido a la ciudad de Lhasa, imaginada en lo alto del Tíbet. El actor está custodiado por gendarmes contra el asedio de las adolescentes mendocinas.
Ayer, en el interior de la estación platense una cuadrilla comenzó a pintar de verde oscuro las columnas de hierro de los andenes. El jefe de la producción de decorados, Hugo Guzzo -quien ambientó varias escenas de Evita, protagonizada por Madonna- transformará los quioscos interiores en boleterías y el 18 de enero colgará las banderas rojas y negras, con los símbolos nazis, en las oxidadas mamparas de la estación. Con ese ambiente hitleriano ingresará una locomotora de vapor, con doce vagones, que trasladarán desde la localidad de Pablo Podestá.
Dos días después, Pitt ingresará al comercio ubicado en la esquina de 1 y 43, antes de subir al tren que lo llevará a la ciudad prohibida del Tíbet. Claro está, el actor deberá pasar por dos boleterías.
Fuente: http://edant.clarin.com/diario/1997/01/09/e-04001d.htm
Los comerciantes quieren cobrar una indemnización por tapar el frente de sus negocios · La terminal ferroviaria de la capital bonaerense tendrá que parecer una estación austríaca con símbolos nazis
(La Plata. Corresponsal).- Como en los viejos westerns norteamericanos, el actor Brad Pitt encontrará en La Plata un pueblo maldito: en menos de una semana la estación ferroviaria de la capital bonaerense debería quedar ambientada para el rodaje de Siete años en el Tíbet, pero los comerciantes de la zona quieren una indemnización -de entre 3 mil y 30 mil pesos- para cambiar la fachada de los negocios frente a la terminal.
El lugar fue elegido para la filmación por el productor David Nichols. Con unos lígeros retoques, el edificio se transformará en la estación austríaca desde donde Heinrich Harrer -el alpinista que interpretará Pitt- partía (en 1939) a la conquista deportiva del Himalaya. El guión marca que al regreso es tomado prisionero por los ingleses, en medio de la Segunda Guerra Mundial. Pero ese obstáculo de la ficción parece menos peligroso que la presión de los comerciantes platenses, arrinconados por la recesión económica.
Los comerciantes consideran razonable que un mínimo porcentaje de los 60 millones de pesos de la producción se destinen a sus cajas registradoras. Un resarcimiento por soportar, del 20 al 23 de enero, cortes de calles y que los carteles con anuncios de ropa deportiva, ofertas de muebles y menús de restaurantes serán tapados con lienzos previstos por el director de arte Pierre Queffelean.
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El viejo propietario de un negocio de la zona tiene, además, una explicación sentimental: "Si estuviéramos hablando de una película con Tita Merello yo mismo bajaría los carteles. Pero estos señores hacen la filmación para ganar plata y es justo que nosotros salvemos la nuestra".
Queffelean entendió razones pero advirtió: "No crean que el cine es un mundo mágico lleno de dólares. Nos arreglaremos con algún cambio de toma si los comerciantes hacen pedidos extravagantes".
Mientras tanto, Pitt continúa con el rodaje en Mendoza. Allí, el paisaje de Uspallata se transformó en un armazón de yeso parecido a la ciudad de Lhasa, imaginada en lo alto del Tíbet. El actor está custodiado por gendarmes contra el asedio de las adolescentes mendocinas.
Ayer, en el interior de la estación platense una cuadrilla comenzó a pintar de verde oscuro las columnas de hierro de los andenes. El jefe de la producción de decorados, Hugo Guzzo -quien ambientó varias escenas de Evita, protagonizada por Madonna- transformará los quioscos interiores en boleterías y el 18 de enero colgará las banderas rojas y negras, con los símbolos nazis, en las oxidadas mamparas de la estación. Con ese ambiente hitleriano ingresará una locomotora de vapor, con doce vagones, que trasladarán desde la localidad de Pablo Podestá.
Dos días después, Pitt ingresará al comercio ubicado en la esquina de 1 y 43, antes de subir al tren que lo llevará a la ciudad prohibida del Tíbet. Claro está, el actor deberá pasar por dos boleterías.
Fuente: http://edant.clarin.com/diario/1997/01/09/e-04001d.htm
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