domingo, 19 de noviembre de 2023

El Teatro Argentino, la pérdida irreparable

EL DIA | LA CIUDAD | EL EDIFICIO CONSTRUIDO EN EL MISMO LUGAR NO LE HACE SOMBRA A SU RECUERDO, AUNQUE SOBREVIVE EN SUS CUERPOS ESTABLES EL ESPÍRITU DEL ARTE

Fue una de las mejores joyas arquitectónicas de La Plata y una de las principales salas líricas de América Latina, en la que se presentaron músicos y artistas de la más alta elite internacional. Murió bajo las llamas

EL PRIMER EDIFICIO DEL TEATRO ARGENTINO DE LA PLATA

Una cosa es haberlo visto en fotos y algo muy distinto es haber disfrutado de un concierto en su bellísima sala de formidable acústica o paseado por el increíble Jardín de la Paz que lo circundaba con elegante verdor.

¿Se habrán imaginado, por caso, Richard Strauss en 1923, Vittorio Gassman en 1951 o Marcel Marceau en 1972, que la extraordinaria sala platense en la que se presentaron en esas ocasiones terminaría sucumbiendo en 1977 por un incendio de neblinosas causas? Y peor aún, ¿que nada se haría para intentar salvar al Teatro Argentino de La Plata de su ulterior demolición? Decididamente no.

“El alma no muere”, repetía el polifacético Dr. Rodolfo Cosentino (1920-2005) en aquellas lejanas mañanas en las que, ya jubilado después de una brillante trayectoria médica, salía a caminar y pasaba por el diario un rato a conversar.

Hablaba del “alma” del Teatro Argentino. 

“El alma del viejo teatro”, precisamente, denominó a la enorme escultura que realizó entre 1982 y 1983 empleando hierros que obtuvo de la demolición del complejo y, con la cual, según dijo siempre, simbolizó el “entrelazamiento” del viejo edificio con el nuevo, manteniendo “ardiente” la llama del arte desde el pasado y hacia el futuro.

 El hecho de que la escultura hubiese sido instalada y descubierta en el sector de la plaza seca del Teatro que da hacia calle 9 recién en ¡diciembre de 2021! no es meramente anecdótico.

UN NACIMIENTO ICÓNICO

El oficialmente denominado Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino, situado en la manzana comprendida por las calles 51, 53, 9 y 10 de nuestra ciudad, nació puramente de una fuerte iniciativa de los primeros vecinos de la recién nacida urbe platense, quienes motorizaron el anhelo de contar con una gran sala lírica y teatral creando en 1885 la Sociedad Anónima Teatro Argentino que adquirió aquella céntrica manzana.

Los trabajos de construcción comenzaron en 1887, con un tiempo estimado de tres años. No obstante, la edificación se prolongó durante cinco años y fue oficialmente inaugurada en 1892. 

El proyecto del Teatro fue llevado a cabo por el arquitecto italiano Leopoldo Rocchi, quien diseñó una estructura de estilo renacentista, a la usanza europea de la época, contemplando una sala de cinco niveles, con palcos y galerías, con una capacidad de hasta 2.200 espectadores.

En medio de la obra en construcción, en la sala lírica se llevó a cabo la primera representación artística el 19 de noviembre de 1890, con la puesta en escena de la ópera Otello de Giuseppe Verdi, interpretada por la soprano Elvira Colonnese y el tenor uruguayo José Oxilia.

Durante las siguientes dos décadas se presentaron en el Teatro Argentino de La Plata numerosos artistas de fama internacional como Ana Pavlova y María Guerrero, entre otros; además de una importante cantidad de figuras argentinas.

UNA IMPENSADA PAUSA

Durante los primeros cinco lustros de vida del Argentino la actividad se desarrolló con todo éxito. Sin embargo, al promediar la primera década del siglo pasado, comenzaron a evidenciarse desacertados manejos que terminaron por causar la quiebra de la sociedad anónima propietaria del complejo.&&&& 

Todo ese proceso de descalabro financiero derivó en el remate de la sala en 1910; pero a la subasta le siguió un complicado y prolongado juicio por cuestiones fiscales, que provocó que el teatro permaneciera cerrado un tiempo.

La sala reabrió luego bajo la intervención estatal mientras todavía se sustanciaba la controversia judicial planteada, aunque con pocas pero muy recordadas funciones. El intrincado litigio terminó recién en 1937 y, como consecuencia de ello, el Estado provincial tomó posesión definitiva de los bienes de la sociedad anónima.

Una de las funciones de aquella época fue la del 7 de agosto de 1923 cuando se concretó una de las más recordadas veladas del Teatro Argentino con la presentación de uno de los mayores talentos musicales de ese tiempo como Richard Strauss junto a la célebre Orquesta Filarmónica de Viena.

En la historia oficial del Teatro se cuenta que “el largo período de inactividad causó serios daños a la estructura edilicia, lo que demandó que se hiciera una profunda refacción que dio un nuevo aspecto a la sala durante las siguientes cuatro décadas. Esta reforma dotó al teatro de una estructura tal, que le permitió montar sus propios espectáculos, creando los talleres necesarios para esas tareas como escenografía, sastrería y peluquería y maquillaje”. 

CUERPOS ESTABLES

En 1938, se crearon la orquesta y el coro estable, cuya primera presentación fue con la ópera La Bohème, de Giacomo Puccini. En 1946, se creó la compañía de Ballet Estable, cuya primera directora fuera la recordada Giselle Bohn.

En 1951, el actor y director teatral italiano Vittorio Gassman, con 29 años de edad y un prestigio que iba en permanente ascenso, se presentó como una de las principales figuras de la compañía artística italiana que encabezaba la famosa Diana Torrieri y que representó tres obras distintas en otras tantas noches seguidas. 

La actividad artística en el Argentino prosiguió durante años en un nivel de excelencia; así, se recuerda la presentación del cantante británico Matt Monro en 1970 y la del brillante mimo francés Marcel Marceau en 1972. 

Una imagen del incendio que sufrió el Teatro Argentino. El edificio fue demolido

EL INCENDIO

El 18 de octubre de 1977, y durante un habitual ensayo del ballet estable, sospechosamente se desató un incendio que consumió la sala principal y otras dependencias, mientras una parte no menor de la estructura pudo ser salvada de las llamas.

No obstante, el gobierno militar optó por demoler todo y llamar a un concurso público para la construcción de un nuevo teatro, pese a la fuerte oposición de los vecinos, instituciones platenses y numerosas figuras artísticas argentinas y del exterior.
 
El proyecto seleccionado por las autoridades castrenses fue, de entre 71 presentaciones, el elaborado por los arquitectos Tomás Oscar García, Enrique Bares, Roberto Germani, Inés Rubio, Alberto Sbarra y Carlos Ucar. 

En 1980, comenzaron las obras del nuevo complejo, las que por distintos motivos sufrieron paralizaciones y retrasos.

Mientras tanto, los integrantes de las distintas compañías estables del teatro comenzaron un derrotero por diversos escenarios de la ciudad, de tal manera que las celebraciones del centenario del Teatro Argentino, en 1990, fueron llevadas a cabo en las instalaciones del Cine Gran Rocha, alquilado a mediados de 1987 por las autoridades gubernamentales para dar cabida a los espectáculos que nunca dejaron de realizarse. 

INAUGURACIÓN

La habilitación del nuevo Teatro Argentino se fue produciendo en etapas y así, el 12 de octubre de 1999, se inauguró provisoriamente la sala lírica “Alberto Ginastera” con el ballet “Tango en Gris”, del coreógrafo argentino Oscar Araiz y música de Atilio Stampone. El 22 de mayo del año siguiente fue el turno de la Sala Astor Piazzolla con un concierto de música de cámara.

Pocos meses después, el 31 de octubre de 2000 se inauguró oficialmente el complejo habilitándose la sala “Alberto Ginastera” con la representación de la ópera “Tosca” de Giacomo Puccini. Desde aquel momento hasta la actualidad, el Teatro Argentino no ha logrado reverdecer el esplendor de antaño y parte de sus instalaciones han sido objeto de distintos deterioros y hasta de vandalizaciones.

Los gobiernos provinciales que se han sucedido en lo que va de este siglo no le han prestado al Teatro Argentino la atención ni los presupuestos que un complejo de esa envergadura demanda para un funcionamiento acorde a su historia.

No obstante, se recuerda que el martes 23 de agosto de 2016 se presentó el célebre Zubin Mehta dirigiendo la famosa Orquesta Filarmónica de Israel y que en otras ocasiones cantó el español Serrat; pero lo cierto es que durante los últimos 23 años en el Teatro Argentino se han celebrado más actos políticos partidarios que espectáculos artísticos de la más alta calidad.

Fuente:https://www.eldia.com/

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