jueves, 20 de diciembre de 2018

Telón negro: el teatro lamenta la pérdida de Augusto Fernandes

 

LA ESCENA DE LUTO

Nacido en Portugal pero radicado en nuestro país desde pequeño, falleció a los 81 años dejando atrás una enorme trayectoria

20 de Diciembre de 2018

Autor, actor, director y maestro de actores, quien formó a varios artistas platenses, entre ellos, a muchos de los integrantes del recordado grupo local Teatros Asociados en la década del 60, Augusto Fernandes falleció a los 81 años, una pérdida enorme para la escena teatral.

El deceso de Fernandes, por causas que no trascendieron, se desarrolló en la tarde del martes aunque fue anunciada por la Asociación Argentina de Actores cerca de la madrugada de ayer, causando gran conmoción en el circuito teatral.

Nacido en Portugal, pero radicado desde pequeño en nuestro país, su esforzada labor y su particular estilo de dirección marcaron un hito dentro del teatro nacional, destacándose también su trabajo en el exterior.

Afiliado desde 1950 a la Asociación Argentina de Actores , comenzó su trayectoria como actor y luego se dedicó a la dirección y puesta en escena y a la docencia, fundando su propia escuela para la formación de actores y directores.

Debutó como actor en la película “Almafuerte” de 1949, bajo la dirección de Luis César Amadori. Luego filmó “La muerte está mintiendo” con Narciso Ibáñez Menta y María Rosa Gallo, “Dar la cara” de José Martínez Suárez, “Buenos Aires, verano 1912” de Oscar Kantor y “El proyecto” de Juan José Stagnaro. En 2003 dirigió y escribió la película “La mitad negada”.

Formó parte de Nuevo Teatro y luego fundó junto a otros compañeros el Grupo de Teatro Juan Cristóbal, que luego se fusionó con el teatro La Máscara, del que fue su director artístico.

Su debut como director se produjo en 1962, con la obra “Soledad para cuatro”, de Ricardo Halac, en momentos en que ya había iniciado su trabajo como formador de actores.

Fundó el Café Teatral Estudio y el Equipo de Teatro Experimental de Buenos Aires (ETEBA), y recorrió países como Estados Unidos - donde conoce a Lee Strasberg -, Alemania, Portugal, España, Italia y Francia. Fue rector de la Escuela Nacional de Arte Dramático de Buenos Aires. En 1978 fundó el Instituto Europeo del Actor junto a Lew Bogdan, que tiene su sede en Lectoure, Francia.

Siempre tuvo un lugar destacado en las programaciones del Teatro Municipal General San Martín y el Teatro Nacional Cervantes. Entre sus cientos de puestas en escena se encuentran “El campo”, “Negro... azul, negro”, “Del tiempo de los carozos”, “El relámpago”, “El pie”, “La leyenda de Pedro”, “El baño de los pájaros”, “Rigoletto”, “Madera de reyes”, “Ensueño”, “La gaviota”, “Ella y él”.

Entre sus últimos trabajos se encuentra la obra “1938, un asunto criminal”, junto a Hugo Arana y Beatriz Spelzini con producción del Teatro Nacional Cervantes. Ese proyecto, que lo llevó a girar por el país en 2016, marcó un antes y un después en su carrera, puesto que se convirtió en la primera obra escrita, dirigida y protagonizada por él.

En 2002 el Sindicato de la Asociación Argentina de Actores, junto al Senado de la Nación, le entregaron el Premio Podestá a la Trayectoria Honorable. También fue reconocido, en los últimos años, por sus conocimientos de la obra de William Shakespeare y había dictado algunos seminarios al respecto.

En este sentido, el autor, director, productor Mario Segade, conmovido por la noticia, no dudó en declarar: “A los que coleccionamos datos muchas veces irrelevantes no nos es ajeno el dato que con Augusto Fernandes se va la persona con más conocimiento de la obra de Shakespeare. Una posta que no se tomará jamás en este mundo de brutos que vivimos”.

En las redes sociales, sus alumnos recordaron con diversos mensajes su calidad como docente y su “generosidad”.

Jorge Telerman, ex ministro de Cultura porteño, lo definió como un “maravilloso director y maestro de actores”. Y Ricky Pashkus aseguró que “se fue” pero “vive en todo artista”.

Fuente: EL DIA

martes, 18 de diciembre de 2018

El Teatro Argentino sale de paseo en 2018

 

Presentación de la temporada

Por la refacción de su principal sala, varios espectáculos se mostrarán el año que viene en teatros porteños y marplatenses

18 de Diciembre de 2017 
La producción de 2016 de “Don Quijote” / teatro argentino

El Teatro Argentino de La Plata presentó su temporada 2018, en la cual continuarán los trabajos de puesta en valor iniciados en 2016: el año próximo la Sala Alberto Ginastera, la principal por su tamaño, se realizará la renovación y reparación de los artefactos escenotécnicos del escenario, el reemplazo y acondicionamiento de las butacas y de la infraestructura en general de ese ámbito, motivo por el cual los espectáculos de mayores dimensiones se realizarán fuera de sede.

La actividad en el Teatro continuará con normalidad en las salas de ensayo y en las Salas Astor Piazzolla, del TACEC y de la TAE, con el estreno nacional de la opereta “Candide” y la versión de concierto de “West Side Story” de Bernstein –en el año del centenario del nacimiento de este compositor-; una creación coreográfica inédita por parte de Oscar Araiz para “Daphnis et Chloé” de Ravel, en un espectáculo en el que intervendrán la Orquesta, Coro y Ballet Estables; y la visita de artistas como los directores Walter Hilgers (Alemania), Guillermo Becerra (Argentina) y Silvio Viegas (Brasil), como puntos destacados de la temporada.

TEMPORADA LÍRICA
Las representaciones operísticas se iniciarán el 20, 21 y 22 de abril en el Teatro Roma de Avellaneda, con la reposición de “Così fan tutte” de Mozart, con régie de Rubén Szuchmacher que ubica la puesta en los ‘50, y que se vio en las últimas dos temporadas en el Argentino. El cierre será a fines de noviembre, en el Teatro Coliseo de la Capital Federal, se producirá el estreno nacional de la opereta “Candide”, con música de Leonard Bernstein y libreto de Hugh Wheeler.

EL BALLET
En tanto, el Ballet Estable, actualmente bajo la dirección de Viktor Filimonov, entrará en acción el 1, 2 y 3 de marzo, en el Coliseo Podestá de La Plata, con “Don Quijote” (Minkus-Petipa), con reposición coreográfica del citado titular del cuerpo de baile; la misma producción de “Don Quijote” volverá a ofrecerse el 6, 7 y 8 de abril en el Anfiteatro del Parque Centenario de la Capital Federal.

Uno de los puntos altos de la temporada será a fines de octubre, cuando en el Teatro Coliseo de la Capital Federal tenga lugar el estreno absoluto de la versión coreográfica de Oscar Araiz de “Daphnis et Chloé” de Ravel, con vestuario a cargo de Renata Schussheim. El programa se completará con “Cantares” de Ravel-Araiz y “La mer” de Debussy-Araiz. Su presentación como ballet por parte del Teatro Argentino de La Plata implicará un estreno, ya que la obra es muy raramente ofrecida en su versión danzada, aunque sí transitada como pieza de concierto. El cierre de la actividad del Ballet Estable, en tanto, se concretará el 30 de noviembre y el 1 y 2 de diciembre, en el Teatro Tronador de Mar del Plata, con la coreografía sobre el “Bolero” de Maurice Ravel de José Zartmann.

MÚSICA, MAESTRO
Además, continuarán los tradicionales ciclos de conciertos. El primero se realizará el 25 de febrero, en la Usina del Arte de la Capital Federal, e incluirá en su programa la “Obertura trágica” de Brahms, el “Concierto para orquesta” de Bartók y la Sinfonía Nº 6 de Sibelius. Durante la temporada se mostrará en el Teatro, en la Sala Piazzolla, “Cuadros de una exposición” de Mussorgsky y la “Sinfonía para vientos” de Richard Strauss, con dirección del alemán Walter Hilgers, quien interpretará –con sus propios arreglos- (13 de mayo), y se realizarán además varios conciertos en el Coliseo Podestá, la Usina del Arte y el CCK porteño.

El 11 de diciembre se presentará en el Teatro Coliseo de la capital federal la versión de concierto de “West Side Story” de Bernstein, que marcará el cierre del ciclo.

LAS OTRAS SALAS
El TACEC, en tanto, continuará con sus exitosas puestas experimentales desde el 15 de marzo, fecha del estreno de “Las chanchas”, comisionada por el Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino y basada en la novela homónima de Félix Bruzzone. Habrá numerosas propuestas, entre las cuales destacan el Festival Internacional de Música #TACEC-CONTAINER (septiembre), con conciertos y workshops del Trio Catch, Eblis Álvarez & Meridian Brothers, Maja Ratkje, Séverine Ballon y Simon Steen-Andersen. El cierre de temporada será a fines de noviembre, con “Las ideas”, nueva obra de Federico León.

Además, los cantantes que integran el Programa de Perfeccionamiento Ópera Estudio, acompañados musicalmente por la Camerata Académica del Teatro Argentino, ofrecerán en julio la ópera bufa “La finta giardiniera” de Mozart, y en noviembre la ópera “La comedia sobre el puente” de Martinů. Y la Camerata Académica del Teatro Argentino, dirigida por Bernardo Teruggi, tendrá una temporada con cinco conciertos. En tanto, en la Sala Piazzolla tendrá lugar un ciclo extraordinario de cinco conciertos sinfónicos.

Fuente: EL DIA

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Tiempo de celebración: llega la tercera edición del Aúra, festival escénico

 

DESDE MAÑANA Y HASTA EL DOMINGO

5 de Diciembre de 2018 
La Orkesta Babel cerrará el domingo el festival

La tercera edición del Aúra, festival de Artes Escénicas de La Plata, un evento de alto impacto que integra teatro, circo, danza, música y performance, se llevará a cabo entre mañana y el domingo en la Ciudad, entre el Taller de Teatro de la UNLP (10 entre 54 y 55), el C.C. Estación Provincial (17 y 71), el Galpón de La Grieta (18 y 71)- y el Centro de Arte Universitario (48 entre 6 y 7).

La tercera edición del Aúra presentará un programa de 24 actividades que se distribuyen en 4 días y que involucran a más de 120 personas entre artistas, gestores, técnicos y voluntarios. Dos talleres específicos para el sector escénico: un laboratorio de iluminación y uno de experimentación en espacios específicos (Site Specific). También habrá conversatorios sobre creación y producción con referentes y un espacio de encuentro e intercambio entre artistas locales y programadores de festivales de la provincia y del país.

Para toda la familia, habrá espectáculos y actividades al aire libre, y para el público adulto, se programaron obras y compañías de destacada trayectoria.

La apertura oficial, un clásico del festival, que será el día viernes 7 desde las 19 en el playón del C.C. Estación Provincial, este año convocará a una gala de artistas callejeros, en función del reclamo “el arte callejero no es delito”, y luego se realizará un baile de máscaras con la participación del público, grupos de percusión y danza, evocando el tema de esta edición: “La Celebración”.

El cierre será protagonizado por Orkesta Babel, una banda escénica que rescata el espíritu de las fiestas populares, con un repertorio que va desde la música klezmer (judía), gypsy, polka, vals, entre otros.

Ver programación completa en las redes sociales del festival.

Fuente: EL DIA

sábado, 1 de diciembre de 2018

Este sábado se estrena la obra Entre luces y sombras en la Estación Provincial

Escrita y actuada por Cristina Demo y Omar Musa, es una mirada sobre dos personajes históricos y la justicia, la libertad, el amor y el precio de sostener una verdad. Ambos fueron perseguidos por sus ideas y luego condenados.

Por 0221


La Barraca Teatro presenta este sábado 1 de diciembre a las 21 en el Centro Cultural estación Provincial la obra "Entre luces y sombras", escrita y actuada por Cristina Demo y Omar Musa, con escenografía, luces y vestuario de Pierina Luiz, música Nina Rapp  y dirección general de Eleonora Gottlieb. Una mirada sobre la persecución política, la justicia al servicio del poder y la censura.

En el año de 1611 y con 18 años de edad, Artemisia Gentileschi, extraordinaria pintora, la primera mujer que entra a la Academia de Bellas Artes de Florencia, es violada por su tutor, Agostino Tassi.

Pero Artemisia no solo fue violada: tuvo que ver cómo su agresor no cumplía ni un solo día de cárcel y su testimonio sobre la agresión fue puesto abiertamente en duda. También padeció la indiferencia y el rechazo del mundo artístico de su época por el hecho de ser mujer: fue humillada al punto de que sus cuadros eran atribuidos a su padre u otros artistas varones y durante siglos aguantó ser considerada como una mera curiosidad, como una rareza exótica y menor dentro de la historia del arte.

Galileo Galilei, astrónomo, filósofo, matemático y físico Italiano, es un reconocido defensor de las ideas copernicanas. Eso implicaba defender la teoría de que el sol es el centro de nuestro sistema y que la Tierra gira alrededor de él. Eso significaba contradecir la palabra de la Iglesia y las escrituras sagradas. Un 12 de Abril de 1833 y luego de la publicación de su ensayo Diálogo de Mássimi sistemi, Galileo, que había sumado muchos enemigos en la Iglesia y tenía prohibido desde 1616 hablar del sol como centro de nuestro sistema, es obligado a renunciar a sus ideas y condenado a prisión.

Entre Luces y Sombras es una mirada sobre estos dos personajes pero también sobre la justicia, la libertad, el amor y el precio de sostener una verdad. Ambos fueron perseguidos por sus ideas, ambos fueron condenados por la Justicia de su época.

Fuente: https://www.0221.com.ar/

domingo, 25 de noviembre de 2018

Una diva en el agua, sensualidad y un engaño

Infobae

La historia detrás del primer desnudo en el cine argentino con el debut de Isabel Sarli

A seis décadas del estreno de "El trueno entre las hojas", un repaso por las curiosidades de aquella película y por la vida de la gran diva del cine nacional


Por Matías Bauso 
25 Nov, 2018 

Hace sesenta años nacía una estrella. En noviembre de 1958, con más de un año de retraso, los cines argentinos estrenaban El trueno entre las hojas, película que venía precedida del prestigio de su guionista, un joven escritor paraguayo, Augusto Roa Bastos y la experiencia de su director, Armando Bo, que había producido y protagonizado varios éxitos en la última década. La película denunciaba la explotación de los obreros en un aserradero paraguayo.

El trueno entre las hojas se estrenó el 2 de octubre de 1958. Basada en un cuento de Roa Bastos,
 fue el primer desnudo frontal del cine argentino

Un drama, denuncia social, realismo. Pero nada de eso hizo que la película perdurase. A pesar de sus imprecisiones, sus desprolijidades evidentes, sus actuaciones inverosímiles, El trueno entre las hojas superó todo eso por su protagonista femenina. En su debut en el cine Isabel Sarli se convirtió instantáneamente en un ícono, en una diva de la pantalla. Bastó una escena. Su primer baño -de cientos- en celuloide. Esa película cuenta con el primer desnudo completo del cine argentino. La joven Isabel Sarli nada distraídamente en un arroyo. Va y viene. Sin demasiado sentido. Hace la plancha, se regodea con su propia desnudez. Los pechos, sus pechos, pasaron en ese momento a convertirse en la obsesión de varias generaciones de varones.

En noviembre de 1958 llegaba a los cines “El trueno entre las hojas” con Isabel Sarli como protagonista

Isabel Sarli, la Coca, tenía poco más de 20 años cuando le llegó la propuesta de protagonizar la película. Venía de un hogar pobre. Las necesidades y deseos insatisfechos de sus primeros años eran constantes. En 1955 tuvo su primer contacto con la fama. Fue elegida como Miss Argentina. Luego comenzó con campañas publicitarias en medios gráficos. Su figura llamativa y su belleza servían para vender electrodomésticos, productos para la mujer y ropa. En ese punto de su incipiente carrera recibió el llamado de Armando Bo.

El director buscaba un éxito de taquilla. Para asegurarse mezcló tres fórmulas que en los últimos años habían sido exitosas. La denuncia social, la mujer insinuante, como oscuro objeto de deseo y el desnudo femenino. Isabel se mostró halagada por la propuesta, por debutar con un protagónico. Pero no quería saber nada con hacer un desnudo. Armando Bo la citó una tarde en su oficina. En vez de tener una reunión la llevó en auto hasta la calle Lavalle, que todavía no era peatonal pero era el emporio de las salas de cine, una pegada a la otra.

Entraron a ver una película de Ingmar Bergman que contenía algún desnudo femenino. Si el sueco, con todo su prestigio, lo hacía no era algo condenable, parecía ser el mensaje de Armando. La otra obvia inspiración de Bo fue Y Dios creó a la mujer de Roger Vadim con Briggitte Bardot. Él quería crear su propio símbolo sexual. Y, qué duda cabe, lo consiguió. Uno de los personajes de esa primera película, uno de los obreros sojuzgados por el patrón y deslumbrado por su mujer, le dice a otro: "No nos dejemos emborrachar por ella, una mujer como ella es peor que la muerte". A partir de ese momento, durante dos décadas, la Coca Sarli emborrachó multitudes y, también, muchos la vieron como la representación del mal.

Hasta El trueno entre las hojas se consideraba que el primer desnudo del cine argentino era el de Olga Zubarry en El ángel desnudo. Sin embargo, aquella espalda sensual que había erotizado al público en la década del 40 estaba cubierta por una malla color carne. El mismo dispositivo prometió Bo a su actriz. Le explicó que no iba a estar desnuda en el agua, que la intención era insinuar y que tendría una malla color carne. Al momento de rodar la escena, en medio de la selva paraguaya, la malla, como era de prever, no apareció.

Isabel Sarli y Armando Bo vivieron un romance de casi un cuarto de siglo

Cuenta la leyenda, construida y transmitida recurrentemente por la propia Isabel, que ella se negaba de manera terminante a hacer la escena desnuda hasta que Armando le explicó que la cámara iba a estar muy lejos, que apenas se vería algo. Le señaló la cámara en la cima de una elevación, desde allí filmaría. Al repasar la película se puede observar que sólo se trata de una leyenda repetida hasta el cansancio.

Si bien hay planos lejanos y elevados, que toman desde la cima su baño, casi como una subjetiva de la mirada del peón que mira desnuda a la esposa del patrón, también hay otros planos cercanos, con la cámara desde otro ángulo, al nivel del agua, que toman de frente a Isabel y sus jugueteos. Por eso se hace difícil creer cuando la Coca contó en infinidad de entrevistas que cuando vio la escena final, de la indignación rompió el escritorio de vidrio de Armando con un cenicero. Esa escena, de menos de un minuto, cambió la historia para el director y su protagonista.

Se enamoraron y vivieron un romance de casi un cuarto de siglo, hasta la muerte del director, en 1981. Armando Bo siguió casado con Teresa Machinandiarena (con quien tuvo tres hijos) y mantuvo las dos relaciones en paralelo casi a la vista del público. Filmaron juntos 28 películas y se hicieron conocidos en todo el mundo. Difícil determinar el género de sus películas. La primera calificación que surge, la obvia, es la de cine erótico. Pero ninguno de sus primeros largometrajes califica en esa categoría: sólo cuentan con algún desnudo.

Los críticos cinematográficos destrozaban a las películas de Isabel Sarli y Armando Bo

El estilo de Bo era desmañado, descuidado. Buscaba fórmulas exitosas y las adaptaba a su mundo. Paisajes exóticos, música muy presente (varias de las canciones son de Luis Alberto del Paraná), crítica social, violencia, poca producción, doblaje fuera de sincro, guiones endebles, actuaciones escolares e Isabel y su desnudez. Armando Bo atento al mercado fue profundizando la apuesta. A mediados de los 60 ya no alcanzaba con algunos planos de los pechos de Isabel. Ahí incursionó más decididamente en el cine erótico.

Isabel siempre violentada, abusada, vejada por hombres que no requieren su consentimiento, o ninfómana o manteniendo relaciones lésbicas. La trilogía Carne, Fuego y Fiebre los hizo conocidos mundialmente (alguien esbozó una teoría, que la Coca repetía con picardía, para explicar su suceso en Japón: "Un pecho de Isabel es más grande que la cabeza de cualquier japonés"). Luego la fórmula se repetiría pero ya no importaba. Los críticos que demolían sus películas ya aceptaban que se trataba de un género en sí mismo. Y el público llenaba las salas.

La trama de las películas podría resumirse en una frase: buscar excusas, no necesariamente demasiado convincentes, para mostrar a Isabel desnuda la mayor parte del tiempo. Y en el agua. Alguna vez Bo declaró: "Ir a ver una película de Isabel Sarli y que ella no se bañe es como ir a ver una de Palito o de Sandro y que ellos no canten".

El tono y la estética (y su descuido) de esas producciones -en especial a partir de mediados de los sesenta- es una extraña combinación de la afectación del radioteatro, lo estático y sobreactuado de las fotonovelas, gramática de folletín y lo gratuito del cine porno. La propuesta no se fue sofisticando con el tiempo, sólo se radicalizó en busca de más espectadores; el límite se iba corriendo y Bo apostaba por más escándalo y siempre molestaba.

Isabel Sarli, un símbolo sexual para varias generaciones

Isabel y Armando siempre se quejaron de la persecución de los censores. Armando Bo ya había tenido problemas con Pelota de trapo por el lenguaje utilizado por los chicos protagonistas y también con La Tigra de la que fue productor. Pero todo eso fue un pálido anticipo de lo que le esperaba con cada película que hizo con Isabel. Nunca les fue fácil dar a conocer sus películas en el país. Por eso hay varias versiones de sus obras. Para el mercado latino y Estados Unidos se incluían más escenas con desnudos y sexo. Algunas las filmaban dos veces: la versión local en ropa interior y para el extranjero sin ropa alguna. Isabel siempre recordó no sin rencor a sus perseguidores.

A mediados de los 70 Isabel estaba abatida por la muerte de su madre (quien la acompañó gran parte de su trayectoria y a quien la actriz le censuraba -paradójicamente- las escenas más fuertes). Sin embargo, Armando la arrastró a una reunión social ya que mucha gente de la industria y de la política estaría presente. Alguien le sugirió a la actriz que se acercara al sacerdote Daniel Zaffaroni, un cura de cierta notoriedad porque daba misa los domingos por la televisión. Éste, al verla, le dijo que no valía la pena orar por ella, que ya estaba condenada. Isabel le dio vuelta la cara de un cachetazo y lo tiró contra una mesa repleta de sandwiches y canapés. Los periodistas presentes se hicieron eco del incidente.

Existe un malentendido vinculado con la carrera de la gran diva nacional. En el imaginario popular está instalada la frase "¿Qué pretende usted de mí?". Muchos creen que la Coca la dice en Carne mientras es violada serialmente por un grupo de hombres que va entrando a un camión frigorífico. Lo que el personaje de Isabel dice en realidad es "Canalla, se va a arrepentir toda la vida de lo que hace" (en esa película hay otra gran frase; mientras abusa de ella sobre una res congelada, un hombre dice "carne sobre carne"). Es en otra película, Y el demonio creó a los hombres, en blanco y negro de 1960, en la que Isabel pregunta: "¿Por qué me persigue? ¿Qué pretende de mí?".

Cuando los músicos de La Bersuit y Jorge Lanata filmaron el video de la canción La argentinidad al palo buscaron obsesivamente en Carne la frase que todos creen haber escuchado pero que no existía. Decidieron contratar a Isabel y hacer un doblaje para que finalmente pronunciara la frase apócrifa: "¡Canalla! ¿Qué pretende usted de mí?".

Isabel Sarli manejó con inteligencia su carrera y su imagen. Navegó entre la seducción, el descaro y una candidez absoluta en cada entrevista o aparición pública fuera de sus actuaciones. Cultivó esa imagen con dedicación. Luego de la muerte de Armando Bo no se le conocieron romances ni escándalos. Se recluyó en su casona de Martínez con sus dos hijos adoptivos y decenas de animales. Apenas actuó en otras dos películas, hizo teatro de revistas y superó un tumor cerebral. Con sabiduría y cálculo siguió alimentando su leyenda.

Lo que se conoce sobre su vida fue construcción propia, fruto de su discurso público. Nunca dejó que nadie escribiera su historia. Cierta o no, la biografía oficial de Isabel Sarli es una construcción de ella misma. Jamás habló de su primer matrimonio, ni de su relación con la esposa de Bo, ni de su vida posterior a él. Sólo se refirió a las dos estrellas que la guían (su madre y su querido Armando), de sus hijos adoptivos y de sus animales.

Ella contó hasta el cansancio la historia de la filmación de su primera escena sin ropa. Dijo que hacía salir del set a todo el personal técnico ante cada desnudo, que cuando las películas subieron en temperatura debía acudir al whisky para rodar, que se negaba a besar galanes que no fueran Armando y varias situaciones similares.

Isabel y su cuerpo superaron las severas deficiencias técnicas de sus películas, los guiones pueriles, las actuaciones insostenibles. Se convirtió en un ícono, en un símbolo sexual que rigió a generaciones. Ella no necesitó hacer la pregunta que todos le atribuyen. Isabel Sarli siempre supo qué pretendían de ella.

Fuente: https://www.infobae.com/



domingo, 18 de noviembre de 2018

Iñaki Urlezaga: el último baile

 

Se iba a despedir mañana en Plaza Moreno, en el marco de los festejos por el aniversario de la Ciudad, suspendidos por duelo nacional. A los 42 años, y con 28 arriba de los escenarios, cierra una etapa fundamental de su vida como “algo natural”, sin reproches

María Virginia Bruno
18 de noviembre de 2018
Iñaki Urlezaga / fotos: Gonzalo Mainoldi

Iñaki Urlezaga acaba de terminar el último ensayo antes de partir hacia Paraguay y, luego, Uruguay. Son los últimos tramos internacionales de una gira de despedida con la que recorre el país desde julio y que, tras dos funciones en el Colón en septiembre, iba a cerrar mañana en Plaza Moreno, en el marco de los festejos por el aniversario de La Plata (finalmente suspendidos por duelo nacional), su ciudad natal, donde debutó cuando tenía 15 años, y la que eligió para retirarse a los 42. No se lo nota nervioso. Ya está todo dicho. Todo bailado.

-En este tramo final de tu carrera estás más relajado, ¿no?

-Yo me lo estoy tomando más relajado. Si lo hubiera sabido antes... Hubiera sido todo más fácil.

-Siempre lo viviste con mucha exigencia...

-Sí, pero lo agradezco. Porque yo nunca perdí mucho el Norte, ni la brújula. La realidad nunca la perdí. Hubiera sido lindo, quizás, disfrutarlo un poco más. Eso seguro. Pero, te soy sincero, muchas cosas internas, uno las va modificando de a poco. La revolución interior es la que más cuesta. Y la que más tiempo tarda.

-Me imagino que esta decisión de dejar la danza, es decir, como intérprete, la venís procesando desde hace un tiempo...

-Sí, sí. Yo soy Gato, en el horóscopo chino. Y a los gatos les cuesta bastante que los cambios sean de forma abrupta. Nada tomo tan impulsivamente. Los voy tamizando, meditando de a poco. Me he ido despidiendo de a poco, primero de los clásicos, ya hace un tiempo, y ahora me queda la parte interpretativa. Pero a lo mejor a futuro alguna creación, o algo circunstancial, también haga. Pero la etapa como bailarín siento que se está apagando. Se apaga.

-¿Cuál fue la señal que te llevó a decir ‘hasta acá’?

-El físico. El físico no va respondiendo de la misma manera. Va perdiendo primero la exactitud de esa exigencia física que uno le da, y que hace que uno termine siendo casi una máquina, de cómo uno lo obliga a responder. No hay humedad, invierno, primavera. Tenés que estar ahí, al 100 x 100, siempre igual. Cuando sos más joven es más factible que eso te lo puedas autoimponer, también. De grande ya no. Entonces, hay días que te levantás y decís ‘hoy realmente no me puedo mover, ¿si tuviera función qué pasa?’, de hecho, me ha pasado, entonces te das cuenta que el cuerpo te está avisando que ya no puede a ese nivel. Creo que la danza, como yo la manifesté a lo largo de toda mi vida, si no estás a ese nivel, no me satisface tampoco hacerla, honestamente. No me deja contento. Entonces prefiero dar un paso al costado. Ni sufrir yo, ni que el público me sufra tampoco.

-¿Es una decisión que tomaste solo o aceptaste las opiniones de tu entorno, tus colegas?

-La decisión es de uno... Las grandes decisiones de la vida yo creo que uno las toma solo. Te pueden decir, acompañar, por suerte, lo podés compartir, charlar. Pero las decisiones trascendentales se toman con la conciencia de uno. Al menos en mi caso me parece que es uno quien tiene que escucharse. Existe todo el entorno y es bueno, porque encontrás tantas diferencias, y también te ayuda a ver otra perspectiva diferente que termina siendo enriquecedor.

-¿Muchos te quisieron frenar?

-Sí. Están esos y también los que me habían pedido que me retire antes. Las dos cosas. Cada cual se siente en el derecho de opinar, y es respetable también. Yo siempre escucho. Después resuelvo. No soy una persona aislada del mundo. La danza es en equipo.

-¿Cómo se vive internamente el proceso de soltar una disciplina con la que convivís desde hace casi treinta años?

-Como algo natural. Es un hecho pero no algo intempestivo, ni repentino. Yo creo que nada es de repente en la vida. Hay una manifestación inconsciente de que algo permanentemente se está gestando. En todo orden de la vida. En el momento, uno no relee lo que va escribiendo y por eso quizás no es consciente. Pero si vas un año atrás seguramente vas encontrando las pistas. Al comienzo no me habré dado cuenta pero ya hace tiempo que lo estaba manifestando.

-¿Cómo?

-Hace unos cuatro años empecé a ver que no tenía para mucho más, que sentía la necesidad de ir despidiéndome de algunos ballets, que me costaba hacer algún gesto físico. Y eso te empieza a hacer ver que también la danza físicamente es una finitud en el cuerpo, y que tiene su tiempo biológico. El amor por la profesión es cada día más grande, porque eso no se extingue, pero lo físico sí te abandona. Entonces, no me tomó de sorpresa, lo que no quiere decir que no sea una decisión tremenda, pero, bueno, es parte de la vida.

-¿Qué es lo que más vas a extrañar de estar arriba del escenario?

-Cuando te venís grande, te das cuenta de que la danza tiene un estado ciertamente meditativo. La danza también es una terapia. Es un rato largo que vos estás con vos mismo, como bailarín te digo, moviendo el cuerpo, sin que interfiera la mente en tus problemas cotidianos. El bailarín va y hace una clase, el director empieza a trabajar después, y ya esa clase te aísla un poco de la vida diaria: si tuviste una pelea, las cuentas, lo que sea. Te hace entrar en un cierto submundo interior. Y después, a lo largo del día, tenés una cierta plasticidad, armonía, porque hay una energía física que se libera. Sucede algo. No es levantar pesas. Tenés una música hermosa, seguramente hay un texto que te interesa leer, abordar, estás en contacto con algo relativamente superior. Es una profesión muy elevada, que te desarrolla como ser humano también, te da la posibilidad de encontrarle un sentido interesante a la vida. Cuando eso se termina, y ese tiempo que vos tenés para con tu trabajo, que en parte es para con vos mismo también, yo creo que eso es una gran soledad que uno siente.

-Pero vas a poder seguir bailando a pesar de no salir a escena...

-Sí, pero no con esa disciplina, y es esa disciplina lo que te hace avanzar. La disciplina en la vida es lo que te da la posibilidad en la vida de que todos los días encuentres algo nuevo, o lo puedas realizar mejor. La disciplina te genera la experiencia de encontrar herramientas para poder disfrutarlo más pero, sobre todo, para poder hacerlo mejor, para estar más experimentado en el desarrollo de algo. No es lo mismo el primer día, que de grande: de grande uno va encontrando todo lo cultivado.

-¿Creés que tus grandes logros se debieron a tu disciplina?

-Y gran parte, sí. Walt Disney decía “no existe la magia, y si la hay ojalá me encuentre trabajando”, ¡y mirá quién lo dijo! Yo creo que sí. Salvo, bueno, saltos cuánticos, o personas que estén realmente iluminadas, que las hay y que no necesitan tener tanta rigurosidad de práctica. Pero en general yo todo lo que he conocido, la gente más terrenal, es gracias a un profundo trabajo. Sólo así se logra algo superior. Sino es muy poco.

-¿Y la suerte? ¿Tuviste algunos toques?

-Seguro, seguro. Para el éxito, vulgarmente hablando, se necesita también un poco de suerte.

-¿Qué fue lo más importante que te dejó la danza?

-El aprendizaje, la humildad en el trabajo, el compromiso, el trabajo colectivo, el no pensar solamente en vos mismo. En tener ciertas cualidades humanas que te permiten ser mejor persona y, por ende, también mejor artista, porque encontrás otros valores en los cuales poder desarrollar tu trabajo.

-¿Y los golpes?

-Forman parte de la vida. Yo no los veo como negativos hoy en día. Son aprendizajes. Para que haya un acierto tiene que haber habido un error. O se disfruta doblemente el acierto cuando venís de un error, porque entendiste por qué te caíste, por qué te pasó lo que sea, para poder ir por la dirección contraria para encontrar el acierto. Cuando estuviste tan abajo, y de repente estás arriba, es mucho más lindo. Si siempre estás arriba, se sube muy poco. El éxito no te enseña nada, no aprendés nunca.

-¿Recordás algún momento de sufrimiento?

-Accidentes tuve miles, físicos, de la carrera, y después cosas que no se concretan, que están trabadas, y después te das cuenta por qué. Estar un poco obcecado frente a lo que uno quería y la vida te demuestra lo contrario. Yo soy una persona muy afortunada, pero te puedo decir que los errores, los defectos o los fracasos, uno tendría que tener una mirada diferente frente a ellos. Uno debería estar agradecido. La vida es una gran escuela. No nos enseñan eso tampoco. Uno cree que se estudia hasta los 18, cree que cuando te recibiste de Bachiller o saliste de la facultad, ya está. Y es muy poco lo que se aprende ahí: sólo a sumar, dividir, restar. No se aprende a conocerse a uno. Eso lo vas haciendo al andar.

-¿Cuáles son tus referentes, las personas que te ayudaron a transitar por la danza?

-Yo tuve la suerte de vivir en una familia muy próxima al arte, por eso tuve el apoyo enseguida de la parte familiar. También tuve la suerte de nacer en una casa donde mi tía bailaba, entonces, fue mi primer profesora, a una edad en la que no te acepta ninguna escuela pública. Tuve la suerte de congeniar muy bien con mi hermana, Marianela, que me pueda llevar adelante con toda la parte de producción y lo legal. Entonces, sin irme muy lejos ya tenía todo medio armado. Después, los grandes maestros que tuve y la gente que tuve la humildad de ir a buscar y dejarme acompañar, dejarme llevar para ensanchar esa posibilidad que yo tenía de caminar en el mundo del ballet.

-¿Cómo te sentís con respecto a tu ciudad? ¿Te sentís profeta en tu tierra?

-Yo creo que la gente me quiere mucho porque me ha visto poco (risas). Porque no he tenido la posibilidad de bailar muchas veces, tampoco. No es que he bailado tanto. Sólo un año, cuando tenía 15, estuve en el Teatro Argentino. Pasó mucho tiempo. Y después vine como invitado. Pero me ha pasado que la agenda no coincide o que, como en el último tiempo, los teatros están cerrados, tanto el Lago como el Argentino, cosa que me parece dolorosísima. Entonces, con los teatros cerrados, ¿a dónde voy a ir a bailar? He estado algunos 19 de Noviembre, en la Plaza, cosa que me encanta porque es como la festividad más grande que la ciudad tiene. No hay nada más lindo que compartir tu trabajo con la gente que uno quiere.

-Vos que has recorrido el mundo, ¿cómo ves culturalmente a La Plata?

-Yo siento que La Plata fue una ciudad, honestamente, tan importante, de tanta vanguardia cuando fue pensada y concebida, porque fue concretada como se pensó, y fue una ciudad que estaba llena de teatros, y edificios públicos hermosos... Pero hoy yo siento que está resumida a un público estudiantil, y un poquitito más que eso. Y creo que los platenses no somos conscientes de cuánto la descuidamos y de cuánto nos falta reconocer sus posibilidades. En eso me cuesta encontrarme con un movimiento cultural fuerte. Hemos tenido grandes artistas, grandes personalidades, gente muy importante en el mundo, que individualmente se han destacado porque la debacle cultural atravesó mucho la ciudad. Y creo que después de la dictadura en adelante no ha florecido nuevamente un movimiento importante. Desde ese momento La Plata mira con ojos para Buenos Aires. Nos cuesta entender las posibilidades reales que la ciudad tiene. No nos podemos hacer cargo de lo que tenemos como potencial aún. Digo potencial porque habría que volver a poner en valor todo este tipo de instituciones que no están funcionando a la manera que lo han sido, ni tampoco a la manera de un siglo XXI.

-¿Qué falla?

-Fallamos como sociedad en no poner un límite a tantas cosas, y en no realmente ejercer el patrimonio público como propio, sino que lo ponemos en mano de gente que hay que ver qué es lo que van a hacer con eso. Creo que la sociedad es la que debería de pedir respuestas, resultados. Porque todo parte de los impuestos, en todo Estado democrático yo creo que es realmente la sociedad quien realmente tiene el deber cívico de exigir algo mejor. Y no esperar por parte del otro: porque el otro somos nosotros, que entre nosotros mismos nos votamos, y sube alguien al gobierno.

-¿Te imaginás en algún cargo político relacionado con la cultura?

-No (tajante). Soy un bailarín y me puedo mover en mi mundo. Es lo que mejor puedo hacer. No me interesa estar en algo para lo cual no estoy formado. Porque ya de esa gente, está lleno. Hay mucha gente que se mete sin saber, y después pasan los desastres que ocurren. Yo sé que este país da para todo. Pero no es mi caso.

-Te despedís de la danza, oficialmente, en el aniversario de La Plata. ¿Cómo lo vivís?

-No pudo haber sido mejor. Yo lo vivo como un regalo. Después de tantos años, estar frente a todo el mundo, juntos, gente que me vio bailar, familiares, amigos, gente que viene de afuera. Una orquesta en vivo, que dirija Gardelin, que realmente es una persona muy importante en el mundo de la música. Los artistas en vivo que vienen a cantar... Personas que de una manera u otra han sido parte de mi carrera. Creo que es la mejor forma artística y afectiva para juntarla en un mismo lugar y decir gracias.

-Me imagino que será algo muy movilizante. ¿Cómo se manejan las emociones en un día así?

-Está bien que sea emotivo, por el marco, el lugar, la situación. Estoy preparado para emocionarme. No lo vivo incómodo. Si sucede, conviene. Me parece que está bien. Tiene que ser así. Está perfecto que así sea.

-¿Y qué viene después?

-No lo sé. Profundizaré la etapa mía como coreógrafo, seguramente, aquí y en el exterior, y seguiré ligado prácticamente a lo que he hecho hasta ahora pero sin subir a los escenarios.

-¿Y en lo personal? Dijiste hace poco que te gustaría ser padre...

-No es un aborto de la naturaleza ser padre, no lo veo ni como algo incómodo, ni como algo feo. Si el día de mañana, a mí me surge el deseo, seguramente me encantaría. Si tuviera la posibilidad, la pareja adecuada, o no, pero no lo sé. Yo lo planteé como una posibilidad a futuro. Todavía no fantaseo, ni he soñado con eso.

-¿Tiene que ver con el hecho de haber estar tan enfocado en tu carrera?

-No creo que tenga que ver con la carrera. Creo que tiene que ver con los tiempos de cada quien. De cómo vive la vida, y cómo la lleva adelante en el cotidiano. Si eso me llegara a tocar, bienvenido sea. Yo sé hasta hoy, no te puedo hablar de mañana. Creo que es un milagro. Creo que la paternidad es un sentido de pertenencia que uno realmente tiene, o no. Es un deseo íntimo que es como medio irrefrenable. Que cuando eso sucede, cualquiera al que le esté pasando, lo va a entender.

-¿Sentís que dejaste muchas cosas de lado por ser tan disciplinado?

-He tenido una vida intensa artísticamente entonces, seguro, tenés menos tiempo para muchas otras cosas. Pero no creo que haya sido “dejar de lado” porque yo no lo tenía antes como para empezar a soltarlo. Ya fui creciendo así. Y la vida la fui armando siempre igual. Fui construyendo lo que fui buscando. Y bien feliz me hizo. No tengo ningún tipo de cuentas pendientes para atrás.

-¿Hiciste la mejor carrera que pudiste haber hecho?

-Sí. Hice lo que pude como ser humano. Uno hace solamente lo que puede, no hace lo que quiere. Uno lo entiende con los años.

-¿Sin reproches?

-No tengo reproches.

Fuente: EL DIA

jueves, 8 de noviembre de 2018

“Niebla (drama nativo)”: el gran circo criollo del siglo XXI

 

Se estrena hoy en el TACEC la obra escrita y dirigida por Nelson Mallach, basada en los fotomontajes de figuras históricas de Carlos Servat

8 de Noviembre de 2018
“Niebla” / teatro argentino 

Hoy a las 20 en el Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino, 10 y 53, se estrena la obra “Niebla (drama nativo)” con dramaturgia y dirección de Nelson Mallach, y las actuaciones de Rosario Alfaro, Blas Arrese Igor y Julieta Ranno

Con escenografía y vestuario de María Oswald; iluminación de Federico Genoves; composición y dirección musical de Juan Pablo Pettoruti; participación de los instrumentistas Santiago Epele (bajo), Federico Jaureguiberry (saxo), Sebastián Piatti (percusión); fondo Multitud Peronista de Carlos Servat y asistencia de dirección de María Ibarlin, esta propuesta, que tendrá nuevas funciones el viernes, sábado y domingo a la misma hora, fue seleccionada tras la convocatoria a la presentación de trabajos interdisciplinarios por parte de grupos bonaerenses que el TACEC lanzó el año pasado.

El autor se inspiró en los fotomontajes del artista plástico Carlos Servat, que plantean una serie de desnudos de personajes históricos argentinos, específicamente en tres montajes circunscritos al peronismo, un fenómeno que, según aseguró Mallach en diálogo con EL DIA, “me convoca y me transforma”, y que le pareció lo más vigente en este contexto: “Por qué iba a elegir entre las obras de Servat a Dardo Rocha, por ejemplo, que ya es un modelo de mundo acabado. La Plata es prueba clara de lo que digo. La ciudad de bases higienistas ubicada al lado de una petroquímica que es más grande que su casco urbano”.

Según el autor, la idea de esta obra nació a partir de una convocatoria para “pensar la obra de Servat”, a la que definió como “una obra muy impactante porque la historia no ha dado cuenta de los cuerpos sino de los hechos y la iconografía es muy restrictiva en ese punto”. En este sentido, y haciendo hincapié en esos fotomontajes del artista, dijo que “encontrarte a San Martín con una erección es una cosa muy hermosa por fuera de la sexualidad, en función del silencio que viene a alterar. Pocas cosas transgresoras pueden caber en este mundo y la obra de Servat es una de ellas”.

En escena, Mallach y compañía intervienen “los desnudos de Isabelita, el contraalmirante Rojas, Nelly Rivas e Inacayal y el disfraz de Perón”. Una vez hecho el recorte, explicó el director, tomaron también su técnica: el ‘collage digital’. Apelando también a la lectura de la historia no ingenua de Servat, trabajaron bajo un proceso de “relectura, recorte y collage”: “Nos apropiamos de su procedimiento y generamos teatralidad. Y fue ahí en donde el circo criollo asomó. No lo forzamos, sino que llegamos a él porque su estructura era el mejor medio para que el mundo Servat pudiera aparecer. En el circo criollo se empezaron a representar los primeros dramas nativos”, contó.

Drama nativo, precisamente, es el subtítulo de la obra, “un guiño de lectura, la apertura a un diálogo que Niebla entabla con la tradición quizá preguntándose qué puede haber todavía de aquella estructura del circo criollo en el teatro contemporáneo y específicamente con la posibilidad de un teatro popular”. Por otra parte, indicó, “también expresa cierta literalidad en el hecho de que la obra trabaja sobre materiales de la historia argentina, específicamente sobre el periodo de la proscripción del peronismo”.

Mallach, para quien “el teatro es subversión” y no debería entender de limitaciones, avisa que en escena, los que vayan buscando un argumento en la acción, se encontrarán con un portal que invita: “Bienvenidos al gran circo criollo del siglo XXI. Hay hasta gorilas. En realidad, sobran”.

Fuente: EL DIA

Entrevista a Raúl Bongiorno

Charlamos con Raúl Bongiorno, a punto de estrenar «Tute Cabrero», de Tito Cossa, en El Viejo Almacén El Obrero

Por Irene Bianchi


IB: Raúl, ¿qué te llevó a elegir esta pieza?

RB: Me gustó, eso, una cuestión emocional más que racional, que después cuando empezás a analizar es lógico que te pase. Está escrita por Tito Cossa, ¿que más se puede decir? Te sentís identificado en cada palabra, cada modo de articular las frases y las imágenes que genera. Me gustan los desafíos y es una obra que dramáticamente pone en juego el tiempo y el espacio y eso me atrapó. Además, esto lo digo con mucha tristeza, tiene una presencia social actual que es catártica.

¿Pensás que no ha perdido ni un ápice de vigencia? 

Claro que no ha perdido vigencia, hoy menos que nunca en nuestro país. Pero más allá de los motivos puntuales del conflicto, la obra pone en juego las relaciones generacionales, la idiosincrasia humana frente a situaciones extremas y esto perdura en la sociedad y en el tiempo.

¿Te topaste con algunas dificultades al abordar el texto, algunas dudas, algunos cuestionamientos?

Por supuesto que tiene dificultades el texto, si no no sería interesante, por lo menos para mí que como te dije antes me gustan los desafíos. Sobre todo cuando pretendés imaginarte el resultado de lo que vas leyendo a medida que avanzás. En este caso hay que desmenuzar las situaciones para encontrar las coincidencias temporales y las relaciones espaciales. Esto es lo que me disparó la propuesta de puesta en escena. El desafío de despojarla de decorados. Yo que vengo de la escenografía y de la opera para colmo, me pareció que esta obra debía sostenerse visualmente por la propuesta que el texto hacía para la acción de los personajes. Solo cinco elementos hay en juego y su majestad, la luz…

¿Cómo definís a los personajes?

Los personajes son muy simples. No hay sublecturas de ellos, precisamente esta sencillez los hace empatibles. Y esta empatía es la fuerza que sostiene la obra. Las tres generaciones y los referentes familiares de cada uno conforman el marco social que contiene el conflicto.

¿Cuál es el conflicto central? ¿Hay más de uno? ¿Qué se pone en juego?

El conflicto central es la noticia de que la empresa va a echar a uno de los tres dibujantes de esa sección. A partir de esto, cada pareja desarrolla su propio conflicto producto de esta situación. Se ponen en juego los valores éticos que cada uno es capaz de sostener.

¿En tu puesta, se conserva el marco temporal y social de la obra, o está traída al presente?

Yo quisiera decir que está respetada hasta la última coma, pero no sería cierto, ya que la puesta me obligó a cambiar algunas palabras que condicionaban las acciones, pero son absolutamente secundarias intrascendentes. La obra transcurre en la época propuesta por el autor, eso sí, estos datos están dados por el vestuario y los sonidos ambientales.

¿Dirías que “Tute Cabrero” es una obra netamente argentina? Y, en ese caso, ¿qué la hace tan nuestra?

Claro que es una obra netamente argentina, por el lenguaje, por las referencias que se hacen a situaciones que son nuestras, cuando Luis Sosa dice: “todo lo tiran abajo…” refiriéndose a un café que frecuentaba de joven, está haciendo referencia a lo que presenciamos cotidianamente en este país.

¿Qué expectativas tenés en estos días previos al estreno?

Que vaya gente, hoy es la mayor de las expectativas. La otra y que debería ser la fundamental es la respuesta del público a la propuesta escénica. Como sucede en estos casos en que uno toma una obra tan conocida y querida por los amantes del teatro, hay que estar a la altura de las circunstancias.

Por suerte pude conformar un elenco del que estoy muy satisfecho, no había trabajado con todos antes y esto siempre es un desafío. Estoy contento de poder integrar profesionales excelentes y experimentados con novatos ansiosos y responsables.

Tras estas 2 funciones (viernes 9 y 16 de noviembre), ¿qué derrotero tendrá este «Tute Cabrero?

La intención es aprovechar el esfuerzo lo más posible haciendo funciones en distintos municipios de la Provincia de Buenos Aires y en las que se concreten las ofertas conversadas.

¿Quiénes integran el elenco?

El elenco en orden alfabético está integrado por:

Ana María Haramboure Matilde-Rosa
Bruno Mux Sergio Bruni
Claudio “Negro” Cogo Voz en off
Eliana Castorino Gladys
Ernesto Kiare Carlos Parenti
Karina Ruiz Laura
Mario Lombard Luis Sosa

¿Iluminación, sonido, vestuario, make up?

Diseño de Vestuario y Maquillaje: Ana María Haramboure
Diseño de Escenografía e Iluminación: Raúl F.Bongiorno
Musicalización y sonidos: Luciano Fermín Bongiorno
Video y Fotos: Federico Bongiorno
Asistencia Técnica; Celina Novara
Puesta en Escena y Dirección: Raúl F.Bongiorno

Fuente: irenebianchi.com.ar/

sábado, 27 de octubre de 2018

Mauricio Kartun: “El teatro no es otra cosa que cuerpos creando sentido”

 

“Terrenal. Pequeño misterio Ácrata” vuelve a La Plata el próximo fin de semana y con una yapa: una clase magistral gratuita del dramaturgo y director en la que abordará la obra desde sus primeras imágenes hasta su montaje escénico

27 de Octubre de 2018
“Terrenal. Pequeño misterio Ácrata” 

Escrita y dirigida por Mauricio Kartun, “Terrenal. Pequeño misterio Ácrata” se ha convertido en uno de los grandes fenómenos teatrales del último tiempo, algo que el mismo autor no puede explicar con certeza porque sino, asegura, podríamos repetir los sucesos una y otra vez. A más de cuatro años de su debut, la multipremiada y aclamada obra regresará a La Plata el próximo fin de semana en donde, además de su doble función, el dramaturgo ofrecerá una clase magistral gratuita, “una disección poética desde la que observar su evolución, desde las borrosas imágenes iniciales a la versión escénica final”.

Con las actuaciones de Rafael Bruza, Claudio Da Passano y Claudio Martínez Bel, “Terrenal” se ofrecerá el viernes y sábado próximos desde las 21 en el Coliseo Podestá. El mismo sábado, de 18 a 20, Kartun dialogará con el público en la misma sala, cuyas entradas, limitadas, podrán retirarse hasta 2 por persona a partir de este martes 30 de octubre, de 15 a 20, en la boletería del teatro (se recomienda que los participantes hayan visto ya el espectáculo en sus funciones regulares y/o leído su texto).

La obra, que desde su estreno en 2014 ya ha tenido más de 700 funciones, presenta una versión conurbana del mito de Caín y Abel: Caín productor morronero. Abel vagabundo, vendedor de carnada viva en una banquina del asfalto que va al Tigris. Hermanos a los bifes compartiendo ese terreno, su edén berreta, partido al medio, al que nunca podrán volver morada común. La dialéctica imperecedera entre el sedentario y el nómade. Tatita, siempre ausente, que regresa al fin ese domingo melancólico.

En el marco de un contexto adverso para el teatro en general, “Terrenal” se presenta como una excepción con un recorrido que no se detiene, con más de 70 mil espectadores. Y sigue.

-¿Por qué?

-Saberlo sería manyar algo del recetario alquímico. Nunca tenemos demasiada idea del asunto. Por eso y para nuestra desgracia nunca podemos repetir los fenómenos. En mi hipótesis: hay ante todo algo muy eficaz y creativo en el trabajo de los actores que hace que se la disfrute en el minuto a minuto. Como siempre, el teatro no es otra cosa que cuerpos creando sentido desde su inteligencia mimética, esa capacidad tan atractiva de volverse soporte de otra cosa, de una construcción de materia comprensible; y en el caso de Terrenal esas inteligencias físicas crean algo además muy divertido. Se disfruta ante todo el trabajo actoral. Luego, la pieza ofrece algo viejo como el escenario: una idea teatro, una hipótesis que aun en su modestia nos permite pensarnos como comunidad. El combo parece haber armado algo singular que notamos en la platea: buena parte del público es gente que viene por segunda, tercera o cuarta vez. La energía que crea eso en las butacas sube como siempre al escenario y la cosa se arma.

-“Terrenal” plantea una mezcla de estéticas pero, ¿hay un momento en que debe tomar una decisión y decir ‘la obra se tiene que contar de esta manera’?

-Sin duda. Si la mezcla no liga se corta como la mayonesa casera. Y a mí que soy mezclador frenético me pasa demasiado seguido. Terrenal se fue batiendo durante muchos meses de ensayo pero por sobre todo en muchas temporadas de representación. Las propias funciones fueron dejando afuera incluso a objetos de la puesta original que se nos iban revelando como inútiles y llegó a esta síntesis en la que la mezcla se puso tan homogénea. Esa decisión es fundamental. No encontrarla incluso fue desvelo de largo tiempo durante el montaje.

-El mito que plantea la obra, ¿está incrustado en la Argentina?

-Lo bueno de los mitos si lo son es que son siempre universales. Esa es su característica, son eso que llaman inteligencia narrativa, relatos a través de los cuales los humanos venimos entendiéndonos desde hace siglos. Indagando en mitología hebrea descubrimos que la antinomia Caín y Abel es mito pre bíblico y representa la oposición entre dos grandes arquetipos humanos: el sedentario: el que acumula e invierte lo más importante de la vida, que es el tiempo, en hacerlo y conservarlo. Y el nómade: el que vive ligero de equipaje disfrutando por eso del instante. Tanto es así que Caín en hebreo antiguo significa “posesión”, y Abel: “nada”. Dos modelos que pueden reconocerse dondequiera que uno vaya. Tal vez por eso el espectáculo ha sido tan bien recibido en tantos otros lugares del mundo: padecemos todos a la misma dialéctica miserable…

-En esta visita a La Plata vas a tener contacto directo con la gente en el desmontaje de la obra. ¿Cuán necesario es para vos no perder la cercanía con el lector/espectador?

-El rito teatral es una ceremonia de sintonía: un grupo de espectadores afina alrededor de un relato. Normalmente no hace falta para el fenómeno más que el espectáculo, y es a través suyo que la cosa pasa. Pero sucede que una parte de ese público, los artistas, observan no solo el resultado si no sus procedimientos. Abrir esos procedimientos, sacarlos de cualquier misterio canuto me ha parecido siempre el acto de solidaridad básico interno de la tribu. He aprendido cosas porque escuché a algunos artistas explicar cómo hacían lo suyo. Y lo hago también. Ese seminario de desmontaje gratuito es el intento de exponer herramientas para que a cualquiera que le sirvan las pueda adoptar, adaptar, copiarlas. Compartiendo también nuestros estados de incertidumbre, que es la manera de no sentirnos tan solos frente a ella.

-¿Considerás que sentar un posicionamiento político claro es una premisa fundamental en tu obra? ¿Eso puede variar de acuerdo a la coyuntura?

-Escribo siempre sobre lo que me ocupa la cabeza. A veces es político y otras no. Se ve que la política viene obsesionando un poco el bocho porque las últimas tienen todas esa característica. Ojalá el país nos diese una tregua y apareciera la otra multitud de temas posibles.

-A diferencia de muchos directores, seguís yendo a ver funciones completas. ¿Por qué?

-Después de veinte años de ser autor de escritorio me decidí hace ya trece a dirigir mis obras porque comprendí que en el teatro la alegría estaba exclusivamente en los alrededores del escenario. La energía vital de esta forma rara de la literatura que se encarna en un soporte vivo está siempre ahí. Sigo las funciones de mis obras por un par de razones, la primera: por el gusto de vivir esa energía, la otra porque es lo que le puedo ofrecer al actor tras el estreno: sostener el ojo creativo sobre su trabajo para que pueda seguir creciendo. Terrenal es en esto buen ejemplo: el espectáculo ha ido evolucionando de tal manera que quien ve la obra varias veces se sorprende cada vez de esa metamorfosis.

-¿Hay señales en una idea a partir de las cuales considerás que ya está lista para ser una obra de teatro?

-Nunca tengo al comenzar algo semejante a lo que conocemos como una “idea”, es siempre algo más difuso, como una imagen fugaz, eso que deja el relámpago en la retina antes de volver a la oscuridad. Pero tengo para ellas mi propio test de fertilidad: que tenga conflicto teatral, que tenga una fuerte pertinencia a los universos que me gusta transitar y que vislumbre en esas imágenes algo semejante a una metáfora.

-¿Cuántas transformaciones puede tener una obra desde que pusiste el punto final de la escritura hasta el día que se llevó a cabo la última función?

-En porcentaje seguramente no son tantas, pero en poder expresivo, en significado, son muy importantes. Los ensayos revelan cosas, casi en el sentido fotográfico: pasan cosas de negativo a positivo. Siempre termino de entender lo que he escrito cuando lo veo en el cuerpo de los actores. Y los últimos misterios los develan las funciones y por último sus comentarios. Y claro, esos descubrimientos suelen pedir texto y uno se lo da.

Fuente: EL DIA

sábado, 20 de octubre de 2018

“Cosas como si nunca”: una obra atravesada por la historia, la ficción y los formatos llega al Argentino

ESPECTÁCULOS | DESTACADO DE LA CARTELERA

Escrita y dirigida por Beatriz Catani, con producción del Teatro Nacional Cervantes, desembarca en el TACEC desde este jueves

“COSAS COMO SI NUNCA” TRAE SU ENTRAMADO AL TACEC

Tras su exitoso estreno y temporada en el Cervantes, y después de una gira por provincias como San Juan y Córdoba, “Cosas como si nunca”, la obra escrita y dirigida por Beatriz Catani, en la que repasa un fragmento de la historia argentina en clave literaria, desembarcará en el Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino desde la próxima semana.

Con funciones previstas para el jueves 25, viernes 26, sábado 27 y domingo 28 de octubre a las 20, se trata de un estreno especial no sólo por el vínculo afectivo que la dramaturga, directora y docente teatral mantiene con el TACEC sino porque, además, tanto ella como la mayoría del equipo son platenses.

Con las actuaciones de Gabriela Ditisheim, Trinidad Falco y Juan Manuel Unzaga, “Cosas como si nunca” incluye la participación como músico en escena de Ramiro Mansilla Pons, el sonido en vivo corresponde a Agustín Salzano, la realización audiovisual a Nahuel Lahora, el diseño sonoro a Agustín Salzano, la música a Ramiro Mansilla Pons, la iluminación a Leandra Rodríguez, el vestuario a Gonzalo Giacchino y la escenografía a Andrea Desojo Mc Coubrey e Inés Raimondi.

En la obra, que se ofreció en la sala Luisa Vehil del teatro nacional, Catani se propuso explorar los vínculos entre material audiovisual original y escena en vivo, lenguajes que se independizan, dialogan, coinciden o difieren, mediante personajes y situaciones que remiten a distintos pasajes de la literatura nacional.

En este sentido, las presentaciones en nuestra ciudad, que llegan luego de una serie de funciones en el interior del país, revierten casi calidad de debut porque, por las características propias de la pieza, cada sala predispone de manera especial en el público esos textos, esa maquinaria y ese dispositivo que la obra plantea.

“Me llama la atención el diálogo tan diverso del dispositivo con estas salas. Hay una idea de mostrar los espacios. La obra adquiere un cambio y una diferencia. Por esto tomamos cada puesta como si fuera un estreno”, aseguró Catani, en diálogo con EL DIA, y agregó: “Nos hemos encontrado tantas posibilidades de crear la obra, como tantos públicos, por eso me parece enriquecedor mostrarla en distintos ámbitos”.

Entusiasmada con esta temporada en el TACEC, y agradecida al Cervantes por haberla favorecido, Catani celebró este espacio de experimentación del primer coliseo bonaerense. “Si bien ahora está en un momento de crisis, en el marco de todo lo que pasa con la cultura oficial, me parece que tanto desde el punto de vista como público, por las propuestas que aporta a la ciudad, como hacedora de teatro, contar con esa sala siempre es grato. Me parece buenisimo apoyarla y que siga teniendo mucha repercusión y programación”.

Desde su base en la ciudad de La Plata, Beatriz Catani ha desarrollado una producción alejada de todo convencionalismo y tradición con la que se ha presentado, entre otros países, en Argentina, Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, España, Holanda y Portugal. Rara avis aquí y allá, dueña de una poética en constante renovación, sus creaciones son siempre provocadoras, radicales y poseen una materialidad física y escénica conmovedora.

“Para mí es muy importante que aparezca la necesidad. Prefiero bancarme, aunque no la paso bien cuando no estoy enganchada en un proyecto creativo, anímicamente no me viene bien. Necesito sentir la necesidad, el deseo el deseo profundo de involucrarme con algún material, pero no me gusta forzarlo”, contó Catani, sobre cómo inician sus procesos creativos.

“Cosas como si”, según remarcó, fue amasado durante más de dos años y nació a partir de una imagen. “Hace tiempo ya, leyendo a Piglia, quedé fascinada con la mención a una actriz que en el siglo XIX lee Shakespeare en el desierto”. A partir de ahí, Catani creó una maquinaria escénica de textos, referencias y capas, con actuaciones filmadas y en vivo que evidencian lo que dice el mismo autor: “la realidad está tejida de ficciones”.

Fuente: EL DIA

domingo, 14 de octubre de 2018

Sistematizados: quemados por la rutina de un mundo cada vez menos personal

 

El Primer Laboratorio de Investigación y Producción Escénica del Coliseo Podestá presentó su primera obra

María Virginia Bruno
Aimetta y Kobla junto a los actores

Oveja perdida ven sobre mis hombros que hoy no solo soy tu pastor soy sino tu pasto también” es el nombre de la obra creada en el Primer Laboratorio de Investigación y Producción Escénica del Coliseo Podestá que, bajo la dirección del dramaturgo, director y docente Braian Kobla y del actor Federico Aimetta, tuvo un elogiado estreno en el teatro municipal.

Con las actuaciones de un sólido elenco de jóvenes actores surgidos de un proceso de audiciones abiertas, integrado por Mariel Santiago, Francisco Sendra, Sofía Boué y Agustín Recondo, la obra continúa con la tendencia de propuestas anticonvencionales, con una estructura cubista, original y moderna.

Sorprenderá a los habitués de la sala de 10 entre 46 y 47 la puesta que coloca al público arriba del escenario, sin butacas: los espectadores observarán de parados todo lo que suceda alrededor de una caja de madera en la que se desarrolla la trama.

Estamos en presencia de una oficina, podría ser claramente un espacio de coworking de esos que nacieron no hace mucho, en los que extraños comparte espacios laborales por horario. Pero no. A pesar de que estos cuatro también son extraños entre sí, son compañeros de una compañía internacional con sede en algún rincón del planeta, de esas que se preocupan por el bienestar de sus empleados, a los que nunca los han visto ni en la realidad ni en la hiperrealidad, regalándoles vouchers de descuento y colocándoles herramientas de entretenimiento como un ping pong, por ejemplo, para que su estadía en ese reducto laboral, tan despersonalizado como sus vínculos, sea más ameno. Para ir a trabajar con una carita feliz.

La rutina, de una vida moderna que se profundiza y se pierde en la sistematización de todo, y cómo los afecta (cómo los quema), queda de manifiesto en un recurso dramatúrgico celebrado que pone a los actores a repetir situaciones y diálogos en las que sus frustraciones van tomando la luz involuntariamente, como un reflejo. Afloran de una vez esos sentimientos de hartazgo, disconformidad, angustia, crisis.

Se sienten ovejas y buscan rebelarse contra el pastor que los guía desde la virtualidad de un mundo dominado por Christophers y Brendans, aunque en un intento desaforado, que los pondrá a interactuar con la tecnología en vivo, caen en la trampa que el mismo sistema global termina generando: un mundo del sálvese quien pueda, deshumanizado, sin compromisos, de cabezas gachas y aseveración.


La rutina así comienza un día más, entre computadoras, celulares y una pelota de ping pong que va, viene, viene y va. Y va, viene, viene y va.

Kobla, también a cargo de la dramaturgia, y Aimetta vienen de trabajar juntos en “No hay nada más hermoso que acariciar algo quieto” (va los domingos a las 21 en una casa del centro de ciudad), una propuesta similar en tanto a la función del espectador que, valga la redundancia, se presenta como mucho más que un espectador.

Es interesante ver cómo la gente atraviesa todo el proceso de obra, desde la apropiación del lugar (cuando llegan, la “maquinaria” ya está en funcionamiento), sus formas de mirar, las elecciones de qué o a quién seguir. Lejos de la oscuridad de la platea tradicional a la que la gente estaba confinada a estar e inmóvil, en esta propuesta el público se transforma en un elemento, se puede mover con libertad, se puede ver las caras, oler sus perfumes, rozarse. Una decisión que parece no ser casual. Podría pensarse al público, tal vez, como si fueran ovejas, repeticiones de esos cuatro empleados, sujetos despersonalizados que no se involucran, que solo asisten a ver. Podría ser por eso, quizás, que los personajes terminan siendo público, también.

Braian Kobla es dramaturgo, director y docente teatral. Se ha formado teatralmente con Matías Feldman, Santiago Gobernori y Ricardo Bartís. Su obra “The Good” fue publicada por la editorial Sur Surreal en la colección Poéticas Profanas. Como dramaturgo fue seleccionado para integrar el Catálogo Iberoamericano de Joven Dramaturgia de la Biblioteca Nacional de España (Madrid). Actualmente es becario del Fondo Nacional de las Artes por su obra “No hay nada más hermoso que acariciar algo quieto”.

Federico Aimetta es actor con trayectoria de casi 20 años, coordinador de talleres de técnica de la actuación, entrenador actoral y direccionador escénico. Parte integrante y fundadora de la sala cultural “Área chica”. Entre las obras en las que actuó se encuentran “Sodería Espósito”, “Imaginados”, “Mala Madera” y “No hay nada más hermoso que acariciar algo quieto”.

Tras sus primeras dos funciones con entradas agotadas, “Oveja perdida ven sobre mis hombros que hoy no solo soy tu pastor soy sino tu pasto también” tendrá otras dos presentaciones el miércoles y jueves próximos, a las 21. Las entradas son gratuitas y se podrán retirar el martes, entre las 15 y las 20, en la boletería del teatro, hasta agotar el stock (100 por cada fecha debido a la estructura que presenta).

Para agendar
• Qué: “Oveja perdida ven sobre mis hombros que hoy no solo soy tu pastor soy sino tu pasto también”
• De: Primer proyecto del Laboratorio de Investigación y Producción Escénica del Coliseo Podestá
• Por: Con dramaturgia de Braian Kobla, y dirección de Kobla y Federico Aimetta
• Cuándo: Miércoles y jueves, a las 21
• Dónde: Coliseo Podestá
• Entradas: Gratis, se retiran (solo 100 por función el martes 16, desde las 15, en la boletería del teatro)

Fuente: EL DIA

Agenda Teatro La Plata

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