ESPECTÁCULOS
Hombre de teatro, el intérprete formado en nuestra ciudad trabajó con destacadas figuras internacionales
Nacido en La Plata y formado en la Escuela de Teatro, supo llevar el amor por la interpretación a todo tipo de público. Su paso por la televisión y el cine (desde los años setenta hasta la actualidad) si bien fue con personajes menores, lo llevó a trabajar con figuras como Federico Luppi (“El arreglo”, 1983), Gianni Lunadei (“La clínica del Dr. Cureta”, 1987), Sean Connery (“Highlander II”, 1991), Marcello Mastroianni (“Di questo non si parla”, 1993) o Antonio Banderas (“Love and Shadows”, 1994).
El fuerte de su carrera se manifestó en los teatros porteños, interpretando a grandes personajes en alrededor de cien obras. Entre ellas, se destacan: “Coqueluche” con Thelma Biral, “Relojero”, “El Inspector”, “El Vestidor” con Luppi y Julio Chaves, “Los Gemelos”, “La Mosca Blanca”, “El Preceptor”, “Orquesta de señoritas”, “Saverio el Cruel” o “Giacomo”, por mencionar solo una decena. Nominado a los Premios ACE y a la Estrella de Mar en diversas ocasiones, obtuvo el Premio a la trayectoria Honoraria en 2013 y el Premio Trinidad Guevara a la Trayectoria en 2016.
En diálogo con EL DIA, el actor se refirió a su vasta carrera y las satisfacciones que vivió junto a los más grandes.
- ¿Cómo fue tu formación en la Escuela de Teatro de la ciudad?
- Maravillosa. Con profesores de excelencia como Francisco Javier, Oscar Fessler, Juan Ponferrada, Clara Maiztegui, Horacio Pisani, Madam Siroujian, el maestro Otegui y tantos otros que seguramente olvido en este momento, pero que fueron disparadores de técnica, amor y compromiso incondicional por el teatro. Manzanos, Sra de Camilletti, cada uno en lo suyo y a su modo.
Otros me permitieron asistir a sus clases magistrales, aunque ya egresado como Hedy Crilla, también era contemporáneo de esa época el Maestro Juan Francisco Giacove. Un staff de lujo convocados por el olfato de Manzanos.
- ¿Cómo sentís que influyeron tu familia y amigos en tu carrera?
- Mis amigos me apoyaron siempre. Pero vaya un reconocimiento especial a mis padres que cuando se me superpusieron los horarios entre la Universidad y la Escuela de Teatro y les plantee que lo que más amaba era el teatro, me dijeron que era joven y me dieron piedra libre para que continuara con lo que me pareciera mejor.
- ¿Qué encontraste como actor trabajando con Raúl Serrano?
- Trabajar con Serrano fue una experiencia única. Había trabajado con directores de categoría internacional como Robert Sturúa, Villanueva Cosse, Roberto Durán, Jaime Cogan, Pepe Bove, David Amitín, Antonio Mónaco, Roberto Conte, Hedy Crilla y tantos otros, pero la manera de conectarme con él fue especial. Vino a ver una puesta de “A Propósito del tiempo” de Carlos Gorostiza y de allí surgió la idea de hacer “Giacomo” de Armando Discépolo y “Saverio el cruel” de Arlt bajo su dirección. Como corolario de este premio al alma y a la profesión, Serrano declaró a la prensa que mi trabajo en “Giacomo” era el mejor que había presenciado y vivido en los últimos cuarenta años. ¿Se puede pedir más?.
- ¿Cómo fueron tus experiencias en el exterior?
- Trabajar en el exterior siempre aporta un valor agregado. En España pensaba, por ejemplo, ¿captarán nuestro humor, nuestros códigos? En Uruguay o Chile, seguro que sí, pero uno se da cuenta después de transitado el espectáculo que cuando es orgánico y verdadero, la comunión entre los actores y el público se da perfectamente.
- ¿Cuáles considerás tus máximos logros como actor?
- Mi primer trabajo profesional fue en 1964 con “El Pan De La Locura” de Gorostiza, reemplazando a Briski que estaba excelente. El compromiso fue devastador, sin embargo, creo, según las críticas salí airoso. Luego en “El Hombrecito” de Carlos Pais, tuve que hacer el personaje que había hecho maravillosamente Osvaldo Bonet junto a Raúl Riso.
- ¿Tenés pensado volver a la Ciudad con algún espectáculo?
- No por ahora, pero cada vez que he vuelto sentí algo especial por tratarse de mi lugar de pertenencia, de mi casa. Hice la zarzuela “Luisa Fernanda” en el Coliseo Podestá hace unos años y “Orquesta de Señoritas”. Siempre fue gratificante volver.
- ¿Qué le recomendás a los jóvenes actores que comienzan a salir a escena?
- Me resulta difícil recomendar porque cada uno debe transitar su propio camino.
Pienso que sugeriría no embarcarse, como es habitual hoy, en una gran cantidad de espectáculos por año de forma simultánea porque impiden concentrarse en uno a fondo.
Fuente: EL DIA