Martes 15 de junio de 1999
La primera vez podrá tardar, pero llega Natalia Oreiro (Milagros) y Facundo Arana (Ivo) terminaron ayer lo que habían iniciado el viernes.
SILVINA DEMARE
© 1998-1999 derechos reservados a Telefe, Argentina
Finalmente Milagros / Cholito (Natalia Oreiro) e Ivo (Facundo Arana) sellaron su pasión en Muñeca brava (Telefé, a las 13). En una casa abandonada (donde ella pasó su infancia), bajo la luz de las velas y el fuego de la chimenea, los tortolitos hicieron el amor por primera vez después de muchas idas y venidas. La cosa arrancó el viernes, cuando él supo que ella estaba enamorada de él y fue a buscarla. Bastó un "te amo" mutuo para la entrega. Ivo le sacó la gorrita, mientras ella se quitaba la remera, mostrando su espalda. Unos besos en la boca y fin de la escena. Hubo que esperar el fin de semana (astucia del guionista Enrique Torres) para encontrarlos en la cama, desnudos.
Finalmente Milagros / Cholito (Natalia Oreiro) e Ivo (Facundo Arana) sellaron su pasión en Muñeca brava (Telefé, a las 13). En una casa abandonada (donde ella pasó su infancia), bajo la luz de las velas y el fuego de la chimenea, los tortolitos hicieron el amor por primera vez después de muchas idas y venidas. La cosa arrancó el viernes, cuando él supo que ella estaba enamorada de él y fue a buscarla. Bastó un "te amo" mutuo para la entrega. Ivo le sacó la gorrita, mientras ella se quitaba la remera, mostrando su espalda. Unos besos en la boca y fin de la escena. Hubo que esperar el fin de semana (astucia del guionista Enrique Torres) para encontrarlos en la cama, desnudos.
Así fue como continuó, ayer, la "primera vez" de los protagonistas. Sin jadeos ni muestras de pasión desenfrenada, ya que primaron las caricias tiernas. La pareja estaba recostada: él dormido (después del acto sexual) mientras ella (sólo se le veían las piernas y parte del espalda) le cantaba al oído Me muero de amor si no estás (tema del disco de Oreiro). En la primera media hora hubo pequeños flashes: ella arriba de él (tapadita con la sábana blanca); él arriba de ella con el torso descubierto. Lo más osado fue un plano de ellos, enfrentados y en sombras, donde se dibujaba la lola de Oreiro. "Sos lo más maravilloso que me pasó en la vida", dijo Ivo. "Fue la noche más maravillosa", retrucó ella. En el cuarto bloque, el día encontró vestidos a Cholito y a Ivo. Entonces, él aclaró (¿tal vez por si algún televidente no se había dado cuenta?): "¿Sabés que de tanto soñarte y desearte, no puedo creer haber hecho el amor? ¿Qué sentiste?", preguntó. "Miedo... a que se terminara la noche", dijo ella. La noche había terminado, y ellos arropados hasta con camperas! (cuántos se habrán quedado con ganas de más) siguieron charlando: "Sos mío y te amo", disparó la chica, apoyada en una de las paredes.
Preocupados por el qué dirán se pusieron de acuerdo -después de que él sugiriera patear el tablero y contar a todos que se iban a casar- en no decir nada. El diálogo siguió (extrañamente, tenían fuerzas para caminar) por los alrededores de la casa. En el jardín, Cholito reflexionó: "¿Sabés que yo pensé que la felicidad era un sueño?... No pensé que me iba a tocar". "¿Y ahora, qué pensás?", preguntó él. "Ahora no pienso porque soy feliz", respondió. Recordaron cuando se conocieron y él la confundió con un hombre. "¿Viste? -dijo ella-. Un pibe las pelotas". Y ayer quedó clarísimo.
Amores irresistiblemente clásicos
Con la historia y los recursos de la telenovela más tradicional y el encanto de Natalia Oreiro, Muñeca Brava, escrita por Enrique Torres y emitida por Telefé, ya se convirtió en éxito de la temporada.
LUIS MARIA HERMIDA
Suele ser éste un platillo televisivo muy solicitado ya desde los tiempos idos en que la receta giraba en derredor de Andrea del Boca. El cambio por la no menos estelar Natalia Oreiro no ha alterado sustancialmente ni el sabor ni la consistencia del manjar. Por el contrario, el arribo de Oreiro al Olimpo televisivo criollo (cuya escalinata de acceso está plagada de jirones de estrellas que no fueron) no es un componente menor del éxito de Muñeca brava.
No resulta sencillo ponerse una novela diaria al hombro y dispararse en el rating como lo ha hecho esta uruguaya de 20 años que, a fuerza de carisma y simpatía, no sólo se ha ganado la adhesión del público sino que también está modelando para sí una carrera llamativamente sólida.
Revisemos pues la receta. Se toma a la estrella, de clase social baja, y se la hace trabajar, con cualquier excusa, en una casa de ricos. Cuanto más cretinos sean los ricos, mejor. Eso sí, es conveniente que haya una excepción, un alma noble y buena. Lo mejor es una anciana que por propia decisión permanezca sin salir de su habitación desde hace dieciocho años (Lidia Lamaison). Hacer enamorar a la pobre sirvienta del hijo del patrón (Facundo Arana), preferentemente un perfecto tilingo con aires de playboy quien, al tiempo que gusta de la sirvienta, ha de destrozar su corazón comprometiéndose con alguien de su nivel social (Mariana Arias). Hasta aquí el preparado básico. Agregar distintos aderezos para realzar uno u otro sabor. Funcionan muy bien los hijos que no son hijos (Arana de Arturo Maly), un mayordomo que sabe más de lo que debería (Osvaldo Guidi), un chofer gracioso (Marcelo Mazzarello) o un cuñado vividor (Norberto Díaz). Puede ser un golazo incorporar un lisiado que camina (Segundo Cernadas), quien, munido de un desopilante disfraz, abandona a hurtadillas su refugio. Y que, por supuesto, está enamorado de la estrella.
Este nuevo proyecto de la dupla Raúl Lecouna-Enrique Torres (productor y autor) se reconoce como una réplica, narrativa, dramática y estética, de un formato que les ha dado no pocos éxitos y al que no hay por qué andar cambiando. Sólo había que dar con la figura convocante y la hallaron en Oreiro. No por reiterado hay que dejar de reconocer el dominio que ambos tienen de los recursos del género. No por previsible, Muñeca brava deja de sumar voluntades de emocionarse frente al televisor.
Fuemte: http://www.clarin.com.ar/diario/99-06-15/c-00302d.htm
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