Rincón gaucho
A fines del siglo XIX, se había convertido ya en un género con características muy diferentes de las de otros países
Sábado 03 de febrero de 2007 | Publicado en edición impresa
Al recordar la infancia, muchos tendremos presente cuando nuestros padres, tíos o abuelos nos llevaban al circo, disfrutábamos con las notas cómicas de los payasos, vivíamos momentos de suspenso deslumbrados con las pruebas arriesgadas de los trapecistas, acróbatas, domadores de fieras, jinetes que hacían piruetas sobre los lomos de los caballos. Este era y es el clásico espectáculo circense europeo.
El circo criollo se diferencia por constar de dos partes; la primera similar al europeo, en la segunda se representa una obra de autor nacional. Livio Ponce, en su interesante trabajo El Circo Criollo, sostiene: "El circo con escenario, donde las obras teatrales juegan el más importante rol artístico, creación netamente argentina y uruguaya es el verdadero circo criollo.
"En esta forma de espectáculo con primera y segunda parte radica la esencial diferencia entre el circo criollo y el extranjero, sea americano, europeo o asiático." En los comienzos se representaban dramas europeos; Los Brigantes de la Calabria, Los Bandidos de Sierra Morena, etc. A fines del siglo XIX, los hermanos Podestá pioneros fundamentales de este tipo de espectáculos, incluyeron en el teatro móvil circense la pantomima Juan Moreira. Al poco tiempo, en Arrecifes, a Pepe Podestá le sugirieron transformar la pantomima en drama. En 1886, en Chivilcoy se estrena el drama Juan Moreira, el primero representado en los circos; luego siguieron otros: Martín Fierro, Pastor Luna y Hormiga Negra.
En medio de la obra se bailaba un gato y Pepe cantaba un estilo. Esta fue la cuna del teatro argentino. La repercusión fue inmediata, principalmente entre la población rural analfabeta por verse allí representada. En cierta oportunidad, durante la representación de un drama, en el momento en que el protagonista era atacado por la policía, de la platea subió al escenario un espectador, facón en mano, para defender a Juan Moreira.
En otra ocasión faltó el actor que hacía el papel de policía que se batía a duelo con Moreira. Se recurrió al comisario del pueblo, advirtiéndole que se trataba de una obra de teatro. El funcionario aceptó gustoso, previamente hubo varios ensayos.
Llegado el momento de actuar, cuando Moreira llevaba la mejor parte del duelo, el comisario se posesionó de su función específica, olvidándose del papel y la situación, grita: "¡Cómo te vas a resistir a la autoridad maula!", y furioso arremete contra el actor que debió salir corriendo para salvar el pellejo.
Estas situaciones llevaron a varios empresarios a pedir guardia policial durante la representación de los dramas para seguridad de los artistas. El artista de circo, formado en la escuela del picadero, era un profesional integral debía saber de todo, hacer de payaso, actor, acróbata, trapecista, armar el escenario, pintar, armar el decorado, fabricar el barniz para pegar bigotes postizos, cantaba y bailaba las danzas criollas, eran grandes jinetes, montaban caballos corcoveadores, manejaban sables y dagas en pelea con gran naturalidad provocando el aplauso entusiasta de la concurrencia.
Grandes artistas
Los circos fueron verdaderas escuelas de arte, en ella dieron sus primeros pasos grandes figuras; actores, cantores y cancionistas nacionales, payadores: Luis Sandrini, Dringue Farías,José Marrone, Carlos Balá, los cantores Gardel-Razzano, Ignacio Corsini, Virginia Vera, los payadores Arturo de Nava, Gavino Ezeiza, Pablo Vázquez, Higinio Cazón, Pachequito,Luis Acosta García, Nemesio Trejo, Ponce de León, José Bettinotti, entre otros.
Preservó y difundió la payada, resucitó danzas criollas, cuando éstas corrían el riesgo de ser olvidadas por el predominio de los gustos europeos llegados con la inmigración. En esas épocas los artistas de circo fueron maestros incluso fuera de la carpa. En ocasiones, después de la función solían acercarse docentes de escuela para invitarlos a los colegios a enseñarles a ellos y los alumnos nuestras danzas.
Los orígenes del espectáculo circense están indiscutiblemente ligados a la familia Podestá, constituida por los hermanos Antonio, Pablo, Juan, José "Pepe" y Jerónimo, hijos de Pedro Podestá y Teresa Torterolo, genoveses, radicados por motivos políticos en Montevideo, la mayoría de sus vástagos nacieron en la vecina orilla. Pepe fue uno de los que más notoriedad obtuvieron por crear el personaje Pepino el 88, famoso en las primeras décadas del siglo pasado. Otros apellidos destacados de la bohemia circo fueron los Anselmi, Gani, Martín Renault y Frank Brown famoso payaso inglés, con su compañera Rosita de La Plata.
A partir de la década del 30 empezó el ocaso del gran circo criollo debido en parte a la llegada de compañías extranjeras. Los empresarios nacionales para hacer frente a la competencia tuvieron que suprimir esta segunda parte.
Pese a ello, este tipo de circo subsiste humildemente en localidades rurales aisladas del interior, a pedido de los propios pobladores.
Por Héctor García Martínez
Para LA NACION
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/880192-el-viejo-circo-criollo-escuela-de-arte-y-cuna-del-teatro
A fines del siglo XIX, se había convertido ya en un género con características muy diferentes de las de otros países
Sábado 03 de febrero de 2007 | Publicado en edición impresa
Al recordar la infancia, muchos tendremos presente cuando nuestros padres, tíos o abuelos nos llevaban al circo, disfrutábamos con las notas cómicas de los payasos, vivíamos momentos de suspenso deslumbrados con las pruebas arriesgadas de los trapecistas, acróbatas, domadores de fieras, jinetes que hacían piruetas sobre los lomos de los caballos. Este era y es el clásico espectáculo circense europeo.
El circo criollo se diferencia por constar de dos partes; la primera similar al europeo, en la segunda se representa una obra de autor nacional. Livio Ponce, en su interesante trabajo El Circo Criollo, sostiene: "El circo con escenario, donde las obras teatrales juegan el más importante rol artístico, creación netamente argentina y uruguaya es el verdadero circo criollo.
"En esta forma de espectáculo con primera y segunda parte radica la esencial diferencia entre el circo criollo y el extranjero, sea americano, europeo o asiático." En los comienzos se representaban dramas europeos; Los Brigantes de la Calabria, Los Bandidos de Sierra Morena, etc. A fines del siglo XIX, los hermanos Podestá pioneros fundamentales de este tipo de espectáculos, incluyeron en el teatro móvil circense la pantomima Juan Moreira. Al poco tiempo, en Arrecifes, a Pepe Podestá le sugirieron transformar la pantomima en drama. En 1886, en Chivilcoy se estrena el drama Juan Moreira, el primero representado en los circos; luego siguieron otros: Martín Fierro, Pastor Luna y Hormiga Negra.
En medio de la obra se bailaba un gato y Pepe cantaba un estilo. Esta fue la cuna del teatro argentino. La repercusión fue inmediata, principalmente entre la población rural analfabeta por verse allí representada. En cierta oportunidad, durante la representación de un drama, en el momento en que el protagonista era atacado por la policía, de la platea subió al escenario un espectador, facón en mano, para defender a Juan Moreira.
En otra ocasión faltó el actor que hacía el papel de policía que se batía a duelo con Moreira. Se recurrió al comisario del pueblo, advirtiéndole que se trataba de una obra de teatro. El funcionario aceptó gustoso, previamente hubo varios ensayos.
Llegado el momento de actuar, cuando Moreira llevaba la mejor parte del duelo, el comisario se posesionó de su función específica, olvidándose del papel y la situación, grita: "¡Cómo te vas a resistir a la autoridad maula!", y furioso arremete contra el actor que debió salir corriendo para salvar el pellejo.
Estas situaciones llevaron a varios empresarios a pedir guardia policial durante la representación de los dramas para seguridad de los artistas. El artista de circo, formado en la escuela del picadero, era un profesional integral debía saber de todo, hacer de payaso, actor, acróbata, trapecista, armar el escenario, pintar, armar el decorado, fabricar el barniz para pegar bigotes postizos, cantaba y bailaba las danzas criollas, eran grandes jinetes, montaban caballos corcoveadores, manejaban sables y dagas en pelea con gran naturalidad provocando el aplauso entusiasta de la concurrencia.
Grandes artistas
Los circos fueron verdaderas escuelas de arte, en ella dieron sus primeros pasos grandes figuras; actores, cantores y cancionistas nacionales, payadores: Luis Sandrini, Dringue Farías,José Marrone, Carlos Balá, los cantores Gardel-Razzano, Ignacio Corsini, Virginia Vera, los payadores Arturo de Nava, Gavino Ezeiza, Pablo Vázquez, Higinio Cazón, Pachequito,Luis Acosta García, Nemesio Trejo, Ponce de León, José Bettinotti, entre otros.
Preservó y difundió la payada, resucitó danzas criollas, cuando éstas corrían el riesgo de ser olvidadas por el predominio de los gustos europeos llegados con la inmigración. En esas épocas los artistas de circo fueron maestros incluso fuera de la carpa. En ocasiones, después de la función solían acercarse docentes de escuela para invitarlos a los colegios a enseñarles a ellos y los alumnos nuestras danzas.
Los orígenes del espectáculo circense están indiscutiblemente ligados a la familia Podestá, constituida por los hermanos Antonio, Pablo, Juan, José "Pepe" y Jerónimo, hijos de Pedro Podestá y Teresa Torterolo, genoveses, radicados por motivos políticos en Montevideo, la mayoría de sus vástagos nacieron en la vecina orilla. Pepe fue uno de los que más notoriedad obtuvieron por crear el personaje Pepino el 88, famoso en las primeras décadas del siglo pasado. Otros apellidos destacados de la bohemia circo fueron los Anselmi, Gani, Martín Renault y Frank Brown famoso payaso inglés, con su compañera Rosita de La Plata.
A partir de la década del 30 empezó el ocaso del gran circo criollo debido en parte a la llegada de compañías extranjeras. Los empresarios nacionales para hacer frente a la competencia tuvieron que suprimir esta segunda parte.
Pese a ello, este tipo de circo subsiste humildemente en localidades rurales aisladas del interior, a pedido de los propios pobladores.
Por Héctor García Martínez
Para LA NACION
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/880192-el-viejo-circo-criollo-escuela-de-arte-y-cuna-del-teatro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario