Sábado 05 de enero de 2002 | Publicado en edición impresa
La Emperatriz del Tango, de 96 años, vivía en Córdoba
Ada Falcón se retiró a los 37 años y no volvió a aparecer en público.
La prestigiosa cantante de tangos Ada Falcón, que en 1942 dejó las tablas para ingresar en un convento, falleció ayer en un centro geriátrico de la localidad de Molinari (Córdoba), tras un paro cardíaco. Tenía 96 años. Sus restos fueron trasladados ayer a esta capital y serán sepultados hoy en el panteón de la Sociedad de Autores y Compositores (Sadaic), en Chacarita.
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Luego de la irrupción de los tangos cuplés, de comienzos de siglo, con Flora de Gobbi, Lola Candales, Pepita Avellaneda, Linda Thelma y Lola Membrives, llamadas entonces "cancionistas", las mujeres del tango alcanzaron desde los años veinte un protagonismo que perduró por décadas. El modo cupletista, "a la madrileña", había dejado atrás los pocos vestigios de lo afro.
Llegó entonces, tras Contursi-Gardel y el primer tango, "Mi noche triste", el tango-canción con las actrices Iris Marga, María Esther Podestá, Manolita Poli y Olinda Bozán, entre otras. Se daban la mano el teatro y la primera música ciudadana a través de la revista porteña, que alentaron César Amadori, Ivo Pelay, Manuel Romero y Bayón Herrera, con atractivas coristas, con sketches atrevidos y tangos teatrales. En esa instancia surgió una generación de jóvenes mujeres para protagonizar todo un proceso de estilos como actrices de teatro y cine. Estamos a mediados de los años veinte, que fueron los de la irrupción de Agustín Magaldi, "la voz sentimental de Buenos Aires".
Otra vez fueron mujeres las que se constituyeron en voceros de la canción ciudadana: la trágica Azucena Maizani, la lírica Libertad Lamarque, el espíritu humorístico de Sofía Bozán, el desenfado de Tita Merello, la melancolía de Rosita Quiroga, la delicadeza de Mercedes Simone, la sugestiva e intensa voz de Ada Falcón.
Ellas fueron estrenando en teatros como el Maipo y el Sarmiento aquellos tangos a los que imprimirán un sello indeleble por su finura o garra al transmitir ritmos, versos y melodías.
Entre ellas emergieron tangos que atravesaron los tiempos, como "A media luz", "Julián", "Atorrante", "De mi barrio", "Yo soy milonguera", "Mama yo quiero un novio", "Pipistrela", "Arrabalero"... ¿Quién no recuerda aquellos versos que cantaba la Maizani: "Paseás por Corrientes, paseás por Florida/te das una vida mejor que un pashá.../ Pero yo sé que metido vivís penando un querer/que querés hallar olvido, cambiando tanta mujer"?
Era la época de De Caro y los jovencitos Pugliese, Vardaro, Baralis, Troilo, Goñi, Gobbi, donde se entremezclaban músicos, poetas, cantores y bailarines que asoman como la generación de 1925. Muchos apuntaban a renovar la música ciudadana -cada cual a su modo- a partir del modelo del sexteto de Julio de Caro, y tras el protagonismo de músicos como Fresedo, Delfino, Cobián, Ciríaco Ortiz y Pedro Maffia, por lo que se producían desencuentros con los tradicionalistas.
A los 11, en el Apolo
Ada Falcón, que había nacido el 17 de agosto de 1905, había dado muestras, desde pequeña, de condiciones artísticas poco comunes. Tenía apenas 11 años cuando accedió al teatro Apolo para cantar tonadillas.
Pero sería el tango el vehículo de su arte. Con él emprendió una trayectoria de éxitos que debió compartir con las cantantes Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Tita Merello, su hermana Adhelma, Sofía Bozán y Mercedes Simone.
Con su registro de mezzosoprano supo transmitir con devoción y a veces con una dosis de dramatismo los tangos que formaron su repertorio a partir de aquéllos que grabó en el sello Victor en 1925 (acompañada por Osvaldo Fresedo): "Oro y seda" y "Pobre chica". Después registraría otros tangos en la compañía Odeón, acompañada por la orquesta de Francisco Canaro; cantaría a dúo con Ignacio Corsini y compartiría roles con el pianista Enrique Delfino.
Su carrera artística no se detendría en las tablas. En 1919 debutaría en cine en la película muda "El festín de los caranchos". Más tarde, en 1934, participaba en la película "Idolos de radio", dirigida por Eduardo Morera, actuando como coprotagonista junto a Ignacio Corsini, Olinda Bozán, Dora Davis y Tita Merello. Su estilo identificatorio quedó plasmado en temas tales como "Tres esperanzas", "Envidia", "Destellos", "Corazón de oro", "La pulpera de Santa Lucía", "Caminito" y "Cambalache", pero, sobre todo, en "Yo no sé qué me han hecho tus ojos", tema emblemático del que ella misma fue musa inspiradora.
La consagrada Emperatriz del Tango, que había alcanzado la cima de su fama en los años treinta, decidió de pronto abandonar los escenarios, en 1942. Su determinación no hizo sino rubricar el misterio en que se desenvolvió su vida. Una vida junto a su madre, de amistad con Enrique Santos Discépolo y con Carlos Gardel, y de intensas tribulaciones en su relación sentimental con Francisco Canaro, un enamorado que, loco por sus ojos verdes -y seguramente por su atractiva figura-, había compuesto aquel vals perdurable, "Yo no sé qué me han hecho tus ojos".
Ada fue un ser especial. Refinada y pulcra en su palacete de Palermo Chico, tímida y hosca al cantar por radio (no lo hacía frente al público), solía escapar de sus admiradores. Prefería internarse para rezar, como devota cristiana, en la iglesia de Pompeya. Eso mismo explica que en 1942 partiera para Córdoba, acompañada por su madre para hacer una vida recoleta.
La última y fugaz aparición de Ada Falcón fue en la película que lleva el título del vals de Canaro. El crítico de cine y guionista Sergio Wolf y la laureada realizadora Lorenza Muñoz emprendieron el año último la filmación de un documental sobre su vida en el convento de las sierras cordobesas.
La película -no estrenada aún- es un homenaje a la vieja diva olvidada y a aquellas voces sepultadas por la vorágine de fin de siglo XX y comienzos del XXI. Hoy es difícil encontrar en disquerías siquiera un trozo de aquellos doscientos discos grabados en su fugaz pero intensa trayectoria.
René Vargas Vera
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/357056-murio-ayer-ada-falcon