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lunes, 15 de agosto de 2011

Una charla magistral con Mauricio Kartun

En el salón auditorio de osde

Espectáculos / 15.08.2011 | El dramaturgo llega hoy a las 18.30 a la ciudad de La Plata, para participar del Ciclo de charlas impulsado por OSDE Filial La Plata. Bajo la consigna El teatro como deseo imaginario de la sociedad.

“Escribí muchas obras inspiradas en hechos históricos. Me interesa la historia como fábrica de mitos. Un filósofo con el cual tengo una intensa relación de lector, Gastón Bacherlard, dice que todas las metáforas son pequeños mitos. Lo que busco en mis obras es de transformar las metáforas en una especie de mito en miniatura”, comentó en alguna oportunidad el dramaturgo Maurico Kartun, creador de la carrera de Dramaturgia en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático de Buenos Aires.

Kartun, que supo dirigir en tres ediciones el Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires, llegará esta tarde, a las 18.30, a la ciudad de La Plata, para participar del Ciclo de charlas impulsado por OSDE Filial La Plata. Bajo la consigna El teatro como deseo imaginario de la sociedad, el dramaturgo disertará para todos aquellos que se acerquen hasta el Auditorio de la entidad, ubicada en calle 50 Nº925, con entrada libre y gratuita.

El dramaturgo, que es hijo de una español y de un argentino hijo de rusos, escribió desde 1973 hasta la fecha cerca de treinta obras teatrales entre originales y adaptaciones, entre las que Chau Misterix, La casita de los viejos, Pericones, Sacco y Vanzetti, El partener, Desde la lona, y Rápido Nocturno, aire de foxtrot, son sus producciones más representadas, y publicadas, en la Argentina y en el extranjero.

Se sabe, que los períodos de crisis política, social y económica suelen ser fructíferos para el arte en general. Por citar apenas un ejemplo, la crisis del '29 dio paso a la novela policial dura. Consultado por el semanal cultural italiano Il Manifiesto sobre cuánto pesó creativamente en la dramaturgia la crisis del 2001, respondió: “Todavía no se utiliza como tema en sí mismo. El país me parece que aún lo tiene en carne viva. Pero produjo un cambio evidente. El 2001, obligó a todos a mirar su propia historia como una sucesión de fracasos. 

Después de las sombras de la dictadura, el retorno democrático fue una larga serie de tropiezos y caídas. En 2001, la sensación fue de haber tocado fondo. En ese momento, nada era serio. Por supuesto no eran serios los bancos, no eran serios los políticos, ni los economistas. Mientras que la gente asaltaba las puertas de los bancos con martillos, gritando: ‘devuélvanos nuestro dinero’. La historia parece mirarlos con una sonrisa: ‘¿cómo no entendieron que todo eso era sólo una ridícula mentira?’. El 2001 fue revelador. Fue un cambio también de pensamiento para los artistas. Especialmente para los más jóvenes, que habían sido entrenados en una democracia con un despido por el teatro político. Pedían un teatro divertido, no comprometido, ni militante. En el 2001 vuelve de repente un teatro ‘preocupado’, digamos. No necesariamente político en el sentido estricto, pero que mira a la realidad desconcertado y se pregunta: ¿por qué no lo hicimos antes?”.

Kartun que como director realizó el montaje de El clásico Binomio, espectáculo de sostenida presencia en festivales internacionales de la última década; La Madonnita, en el Teatro San Martín de Buenos Aires y en la sala El portón de Sánchez; en la temporada 2006 estrenó El niño Argentino, que estuvo en cartel dos años y que “es un ejemplo de cómo una imagen construye una metáfora y esta se convierte en mito. Realicé la obra a partir de este hecho real. Argentina se consideraba el granero del mundo. Giraba mucho dinero, todo concentrado en manos de unas pocas familias de terratenientes que les encantaba viajar por Europa. El país llegó a gastar el 20% del producto bruto interno en viajes. Esas riquísimas familias invertían una fortuna y construían palacios de estilo europeo, importando todos los materiales, los arquitectos, inclusive los obreros. La vaca era el símbolo del poder. Significaba tener mucho dinero para permitirse el lujo de llevarla como un pasajero más y de pagar también al peón que la cuidaba y que aseguraba a los niños la leche fresca los 23 días del viaje”. Lúcido a la hora de hablar, esta tarde en La Plata hay una oportunidad inmejorable para escucharlo.

Fuente: http://www.elargentino.com/nota-153227-Una-charla-magistral-con-Mauricio-Kartun.html

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