Cientos de actores, autores y directores forjaron un importante movimiento cultural, cuna de destacadas figuras nacionales
POR JUAN J. TERRY
La agenda cultural platense de cada fin de semana plantea un claro panorama sobre la importante actividad teatral independiente que se desarrolla en la Ciudad: entre 50 y 60 espectáculos, en su mayoría con dramaturgia propia, se ofrecen entre viernes, sábado y domingo. Un amplio abanico de opciones que tiene en cuenta a las edades, los géneros y los estilos más disímiles. El teatro independiente está tan arraigado en La Plata que hasta se han creado organismos oficiales tendientes a promoverlo, protegerlo y apoyarlo, reconociéndolo como esencial para el desarrollo integral de la comunidad. Pero este presente tiene su fundamento en una historia igualmente rica, con cientos de actores, directores y dramaturgos que hicieron camino con su andar.
Se entiende por teatro independiente a aquella actividad que, llevada adelante por sólidos grupos vocacionales, busca subsistir con sus propios medios. Esta autogestión les otorga una mayor libertad para contar sobre el escenario la historia que ellos quieran contar reivindicando así el ejercicio del discurso propio y la posibilidad de experimentar con nuevas estéticas y lenguajes alternativos.
A nivel nacional, los comienzos del siglo XX inauguran la época de oro teatral donde brillaron los nombres de Roberto J. Payró, Florencio Sánchez y Gregorio de Laferrere, quienes dieron gran impulso a la actividad escénica, basados en una estética costumbrista de alto impacto en el público.
El gran hito se produjo en 1930 cuando Leónidas Barletta fundó el Teatro del Pueblo, piedra fundamental del movimiento independiente, ubicado en las antípodas de lo comercial. La iniciativa tuvo su período más fructífero entre 1937 y 1943, con un repertorio universal que no descuidaba la producción de autores nacionales como Roberto Arlt, Raúl González Tuñón, Alvaro Yunque y Nicolás Olivari.
Este contexto, en La Plata también comenzaron a aparecer algunos grupos autogestionados, como el "Grupo Renovación" o el "Teatro Universitario" que se animaron a experimentar con nuevas herramientas y tomaron como escenarios lugares poco convencionales como galpones y fábricas de la Región.
La década del cuarenta, y el advenimiento del peronismo, fue fundamental en el inicio de la consolidación del movimiento independiente. El teatro oficial, alejado ya de las vanguardias, ofrecía puestas tendientes a enaltecer la idea de "lo nacional" con el objetivo de que el espectador lograra sentirse identificado con las puestas. En este sentido, y en contra de estas estéticas políticas, los grupos autogestionados comienzan a surgir con discursos alternativos.
TESTIMONIOS PLATENSES
"En La Plata, en esa época, había mucha actividad artística. Música, pintura, literatura, teatro. Era un movimiento muy bohemio. En el año 1957 ingresé al teatro 'La Lechuza`, en 7 y 45, con Lisandro Selva. Era teatro moderno y a nuestra manera éramos el reflejo de lo que pasaba en Buenos Aires. Hacíamos obras de Tennesse Williams y Arthur Miller, entre otros grandes autores", contó el actor y director platense Carlos Moreno, en relación a sus orígenes teatrales en la Ciudad.
Esta experiencia lo llevó a recorrer varios escenarios y fue así cómo, dos años después, y junto a Juan Carlos de Barry crean el grupo "Los Duendes" en la Asociación Mutual La Protectora, 49 entre 8 y 9. "Este proyecto era más ambicioso, teníamos otras pretensiones. Trajimos directores de Buenos Aires y hacíamos obras para grandes y chicos con funciones todas las semanas. Teníamos ciclos de experimentación y de vanguardia y el público los recibía muy bien", agregó Moreno quien, al poco tiempo, fue convocado por la Comedia de la Provincia.
"Me fui de La Plata porque lo que no había, y todavía sigue sin haber, era formación. Y yo quería formarme. Hacíamos mucho teatro, en el Coliseo, en el Argentino viejo, en la Comedia, hacíamos temporada en Mar del Plata, en Necochea. Pero yo tenía la inquietud de seguir desarrollándome. Entonces iba mucho a Buenos Aires, con Lito (Cruz) y con (Federico) Luppi, y vimos ahí el nacimiento de un tipo de trabajo que era con Carlos Gandolfo, Augusto Fernández, Agustín Alezzo y Hedy Crilla. Yo estaba iluminado con eso porque hacían un tipo de teatro distinto", concluyó el artista, advirtiendo que la Ciudad cuenta con muy buenas herramientas para hacer teatro pero advierte sobre la falta de espacios que ayuden a entrenar a los actores: "Eso es fundamental".
OTRO PROTAGONISTA
Siendo adolescente, a mediados de los años 50, Lito Cruz comenzó a hacer teatro en Berisso. A pesar de que sus padres no habían tenido mucha relación con el mundo artístico, él siempre supo que quería actuar. "Estaba permanentemente estimulado. En Berisso convivían setenta y cuatro colectividades y cada una tenía una manera diferente de expresarse. Todo era teatro: las comunidades trataban de mantener su tradición, su música, su lenguaje, sus danzas, sus comidas, sus vestimentas, a través de la expresión teatral. El teatro era algo natural. Sé que esa mezcla me marcó porque, en definitiva, el arte tiene que ver con las expresiones de las impresiones de la infancia y uno, en esos años, jerarquiza. El actor jerarquiza las conductas humanas y esas impresiones de la infancia", contó el artista que actuó, por primera vez, en el Hogar Social de Berisso, donde conoció a Federico Luppi. "Juntos ingresamos en el movimiento teatral independiente y nos fuimos a hacer teatro a La Plata", agregó.
Sobre aquellos años, el actor siempre recuerda que "Luppi era de Ramallo pero trabajaba en el frigorífico de Berisso y siempre venía al bar de mi padre. Por esa época, yo tenía 14 años y era su admirador. Federico ya tenía los ideales del teatro independiente porque había realizado varias obras. Fue en ese mismo tiempo cuando el teatro se transformó en un espacio posible para expresar nuestros ideales y poder transmitir mensajes a la sociedad. Nosotros, con las ideas del comunismo, de la revolución socialista y las de todo el movimiento artístico independiente, soñábamos con cambiar al mundo. La cultura teatral de la Argentina fue generada por ese movimiento que armamos entre muchísimos y que surgía espontáneamente en diferentes ciudades".
ÉPOCAS DIFICILES
La efervescencia teatral de estos años, que dio origen a más de 30 grupos independientes ("La Lechuza", "Los Duendes", "Nuevo Teatro", "Teatro Libertador", "La Antorcha", "Las cuatro tablas", "Teatro Climn", "Electra", "El Nido", "Macabi", "La Esfinge", "Los cuatro vientos", "Alborada", "Almafuerte", "Pequeña compañía", "Fantoche", entre otros) irá menguando hacia la década del 60. Los grupos independientes comienzan a amoldar repertorios y formas acordes a la realidad sociopolítica que se estaba viviendo. "Su férrea organización, su entusiasmo, su tesón para asumir el desafío de intentar siempre empezar de nuevo pese a los diarios embates de la realidad serán las singulares características que le han permitido (a los grupos independiente), desde entonces, erigirse como referentes insoslayables para quienes en las décadas siguientes apostaron por el resurgimiento del teatro en la ciudad", escribió Ana Sánchez Distasio en el apartado platense del libro "Historia del teatro argentino" de Osvaldo Pelletieri.
Una vez que el campo democrático empienza a vislumbrarse, los grupos de teatro que se habían replegado comienzan a resurgir con más fuerza y se produce "un boom" en el que, otra vez, los grupos fueron por todo: nuevas experiencias, vanguardia, renovación de temas, textos y formas de abordarlos.
Del 90 en adelante, se produce lo que historiadores llaman "una suerte de etapa posmoderna" en la que cada grupo comienza a abrirse camino y va tomando su propio perfil estético, logrando un campo más amplio y variado en el que también comienza la proliferación de dramaturgos platenses y la puesta en escena de las obras que ellos escribían.
En este marco, comienzan a surgir los grupos y las salas que hoy en día hacen posible la actividad teatral en la Ciudad. Entre ellos, y por citar sólo algunos, se pueden mencionar a "La Lechuza", "Rambla", , "La Nonna", "Sala 420", "El Altillo del Sur", "Barataria" (El Núcleo), "La Cuarta Pared", "Vuelve en Julio", "La Hermandad del Princesa", "La Gotera", "Cirrosis", "La Rosa de Cobre", "El Galpón de la Comedia", "La Fabriquera", "Compañía Sapucay", "La Vereda", "El Sombrero", "Amadeus", "Buscalunas", "Amanecer", "La Terraza", entre muchos otros.
POR JUAN J. TERRY
La agenda cultural platense de cada fin de semana plantea un claro panorama sobre la importante actividad teatral independiente que se desarrolla en la Ciudad: entre 50 y 60 espectáculos, en su mayoría con dramaturgia propia, se ofrecen entre viernes, sábado y domingo. Un amplio abanico de opciones que tiene en cuenta a las edades, los géneros y los estilos más disímiles. El teatro independiente está tan arraigado en La Plata que hasta se han creado organismos oficiales tendientes a promoverlo, protegerlo y apoyarlo, reconociéndolo como esencial para el desarrollo integral de la comunidad. Pero este presente tiene su fundamento en una historia igualmente rica, con cientos de actores, directores y dramaturgos que hicieron camino con su andar.
Se entiende por teatro independiente a aquella actividad que, llevada adelante por sólidos grupos vocacionales, busca subsistir con sus propios medios. Esta autogestión les otorga una mayor libertad para contar sobre el escenario la historia que ellos quieran contar reivindicando así el ejercicio del discurso propio y la posibilidad de experimentar con nuevas estéticas y lenguajes alternativos.
A nivel nacional, los comienzos del siglo XX inauguran la época de oro teatral donde brillaron los nombres de Roberto J. Payró, Florencio Sánchez y Gregorio de Laferrere, quienes dieron gran impulso a la actividad escénica, basados en una estética costumbrista de alto impacto en el público.
El gran hito se produjo en 1930 cuando Leónidas Barletta fundó el Teatro del Pueblo, piedra fundamental del movimiento independiente, ubicado en las antípodas de lo comercial. La iniciativa tuvo su período más fructífero entre 1937 y 1943, con un repertorio universal que no descuidaba la producción de autores nacionales como Roberto Arlt, Raúl González Tuñón, Alvaro Yunque y Nicolás Olivari.
Este contexto, en La Plata también comenzaron a aparecer algunos grupos autogestionados, como el "Grupo Renovación" o el "Teatro Universitario" que se animaron a experimentar con nuevas herramientas y tomaron como escenarios lugares poco convencionales como galpones y fábricas de la Región.
La década del cuarenta, y el advenimiento del peronismo, fue fundamental en el inicio de la consolidación del movimiento independiente. El teatro oficial, alejado ya de las vanguardias, ofrecía puestas tendientes a enaltecer la idea de "lo nacional" con el objetivo de que el espectador lograra sentirse identificado con las puestas. En este sentido, y en contra de estas estéticas políticas, los grupos autogestionados comienzan a surgir con discursos alternativos.
TESTIMONIOS PLATENSES
"En La Plata, en esa época, había mucha actividad artística. Música, pintura, literatura, teatro. Era un movimiento muy bohemio. En el año 1957 ingresé al teatro 'La Lechuza`, en 7 y 45, con Lisandro Selva. Era teatro moderno y a nuestra manera éramos el reflejo de lo que pasaba en Buenos Aires. Hacíamos obras de Tennesse Williams y Arthur Miller, entre otros grandes autores", contó el actor y director platense Carlos Moreno, en relación a sus orígenes teatrales en la Ciudad.
Esta experiencia lo llevó a recorrer varios escenarios y fue así cómo, dos años después, y junto a Juan Carlos de Barry crean el grupo "Los Duendes" en la Asociación Mutual La Protectora, 49 entre 8 y 9. "Este proyecto era más ambicioso, teníamos otras pretensiones. Trajimos directores de Buenos Aires y hacíamos obras para grandes y chicos con funciones todas las semanas. Teníamos ciclos de experimentación y de vanguardia y el público los recibía muy bien", agregó Moreno quien, al poco tiempo, fue convocado por la Comedia de la Provincia.
"Me fui de La Plata porque lo que no había, y todavía sigue sin haber, era formación. Y yo quería formarme. Hacíamos mucho teatro, en el Coliseo, en el Argentino viejo, en la Comedia, hacíamos temporada en Mar del Plata, en Necochea. Pero yo tenía la inquietud de seguir desarrollándome. Entonces iba mucho a Buenos Aires, con Lito (Cruz) y con (Federico) Luppi, y vimos ahí el nacimiento de un tipo de trabajo que era con Carlos Gandolfo, Augusto Fernández, Agustín Alezzo y Hedy Crilla. Yo estaba iluminado con eso porque hacían un tipo de teatro distinto", concluyó el artista, advirtiendo que la Ciudad cuenta con muy buenas herramientas para hacer teatro pero advierte sobre la falta de espacios que ayuden a entrenar a los actores: "Eso es fundamental".
OTRO PROTAGONISTA
Siendo adolescente, a mediados de los años 50, Lito Cruz comenzó a hacer teatro en Berisso. A pesar de que sus padres no habían tenido mucha relación con el mundo artístico, él siempre supo que quería actuar. "Estaba permanentemente estimulado. En Berisso convivían setenta y cuatro colectividades y cada una tenía una manera diferente de expresarse. Todo era teatro: las comunidades trataban de mantener su tradición, su música, su lenguaje, sus danzas, sus comidas, sus vestimentas, a través de la expresión teatral. El teatro era algo natural. Sé que esa mezcla me marcó porque, en definitiva, el arte tiene que ver con las expresiones de las impresiones de la infancia y uno, en esos años, jerarquiza. El actor jerarquiza las conductas humanas y esas impresiones de la infancia", contó el artista que actuó, por primera vez, en el Hogar Social de Berisso, donde conoció a Federico Luppi. "Juntos ingresamos en el movimiento teatral independiente y nos fuimos a hacer teatro a La Plata", agregó.
Sobre aquellos años, el actor siempre recuerda que "Luppi era de Ramallo pero trabajaba en el frigorífico de Berisso y siempre venía al bar de mi padre. Por esa época, yo tenía 14 años y era su admirador. Federico ya tenía los ideales del teatro independiente porque había realizado varias obras. Fue en ese mismo tiempo cuando el teatro se transformó en un espacio posible para expresar nuestros ideales y poder transmitir mensajes a la sociedad. Nosotros, con las ideas del comunismo, de la revolución socialista y las de todo el movimiento artístico independiente, soñábamos con cambiar al mundo. La cultura teatral de la Argentina fue generada por ese movimiento que armamos entre muchísimos y que surgía espontáneamente en diferentes ciudades".
ÉPOCAS DIFICILES
La efervescencia teatral de estos años, que dio origen a más de 30 grupos independientes ("La Lechuza", "Los Duendes", "Nuevo Teatro", "Teatro Libertador", "La Antorcha", "Las cuatro tablas", "Teatro Climn", "Electra", "El Nido", "Macabi", "La Esfinge", "Los cuatro vientos", "Alborada", "Almafuerte", "Pequeña compañía", "Fantoche", entre otros) irá menguando hacia la década del 60. Los grupos independientes comienzan a amoldar repertorios y formas acordes a la realidad sociopolítica que se estaba viviendo. "Su férrea organización, su entusiasmo, su tesón para asumir el desafío de intentar siempre empezar de nuevo pese a los diarios embates de la realidad serán las singulares características que le han permitido (a los grupos independiente), desde entonces, erigirse como referentes insoslayables para quienes en las décadas siguientes apostaron por el resurgimiento del teatro en la ciudad", escribió Ana Sánchez Distasio en el apartado platense del libro "Historia del teatro argentino" de Osvaldo Pelletieri.
Una vez que el campo democrático empienza a vislumbrarse, los grupos de teatro que se habían replegado comienzan a resurgir con más fuerza y se produce "un boom" en el que, otra vez, los grupos fueron por todo: nuevas experiencias, vanguardia, renovación de temas, textos y formas de abordarlos.
Del 90 en adelante, se produce lo que historiadores llaman "una suerte de etapa posmoderna" en la que cada grupo comienza a abrirse camino y va tomando su propio perfil estético, logrando un campo más amplio y variado en el que también comienza la proliferación de dramaturgos platenses y la puesta en escena de las obras que ellos escribían.
En este marco, comienzan a surgir los grupos y las salas que hoy en día hacen posible la actividad teatral en la Ciudad. Entre ellos, y por citar sólo algunos, se pueden mencionar a "La Lechuza", "Rambla", , "La Nonna", "Sala 420", "El Altillo del Sur", "Barataria" (El Núcleo), "La Cuarta Pared", "Vuelve en Julio", "La Hermandad del Princesa", "La Gotera", "Cirrosis", "La Rosa de Cobre", "El Galpón de la Comedia", "La Fabriquera", "Compañía Sapucay", "La Vereda", "El Sombrero", "Amadeus", "Buscalunas", "Amanecer", "La Terraza", entre muchos otros.
Fuente: http://www.eldia.com.ar/especiales/127aniversario/pasion.htm
Se omitieron entre muchos otros:
"Taller de Investigaciones Dramáticas (TID)", "Teatro Opera", "I'Medici Concert", "El Sótano", "Teatro Lozano", "Viejo Almacén El Obrero", "El Teatro", "Espacio Arte Vivo", "Estudio de las Artes", "Taller de la Universidad", "Compañía Devenir", "La Tila Platense", "Teatro del Bosque", "Las Crines del Chancho", "Staccato", "Sala Roberto Arlt" (Asociación Argentina de Actores), "El Escudo", "Compañía de Teatro Cínico", "Grupo de Teatro Topográfico", "La Tramoya" (Espacio 44), "Colegio de Abogados", "Del Bocadelli Andén", "Hierba Roja", "Aguante Virgilio", "La Zafada", "Altibajo", "Los Dardos de Rocha", "Okupas del Andén", "Maquinaria Creativa", "Match de Improvisación", "Muñocos", "El Teatrino", "Los Rimenver"...
"Taller de Investigaciones Dramáticas (TID)", "Teatro Opera", "I'Medici Concert", "El Sótano", "Teatro Lozano", "Viejo Almacén El Obrero", "El Teatro", "Espacio Arte Vivo", "Estudio de las Artes", "Taller de la Universidad", "Compañía Devenir", "La Tila Platense", "Teatro del Bosque", "Las Crines del Chancho", "Staccato", "Sala Roberto Arlt" (Asociación Argentina de Actores), "El Escudo", "Compañía de Teatro Cínico", "Grupo de Teatro Topográfico", "La Tramoya" (Espacio 44), "Colegio de Abogados", "Del Bocadelli Andén", "Hierba Roja", "Aguante Virgilio", "La Zafada", "Altibajo", "Los Dardos de Rocha", "Okupas del Andén", "Maquinaria Creativa", "Match de Improvisación", "Muñocos", "El Teatrino", "Los Rimenver"...
Haber leido el articulo Sobre la Pasion del Teatro Independiente en La Plata..me lleno de orgullo, satisfaccion y melancolia. Perteneci a esa epoca dorada donde nos reuniamos a canalizar ideas, ser alguien, actores sin compromiso politico.Fui alumno de Lito Cruz, hice teatro en La Lechuza, y coreografo de I Medici Concert, tambien trabaje en la Comedia de la Provincia, hasta que me fui a la Capital.Despues USA. 20 AÑOS, ahora regrese, y mi funcion es llevar el teatro independiente para jovenes adelante bajo el lema Conciencia Social. Ojala las Instituciones presten atencion a mi propuesta, y todos los que amamos la tragedia y el drama nunca mueran en nuestra ciudad. Osvaldo Palacios.
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