martes, 20 de diciembre de 2011

Coppelius, el mago

TEATRO ARGENTINO Y EL CIERRE DE LA TEMPORADA 2011.

“Coppelius, el mago”

En una atractiva versión con prometedoras innovaciones



Termina 2011 y el Teatro Argentino, como sucede en los meses de diciembre, prepara una función que se convierte, como si fuera una ceremonia, en la despedida de su año artístico.

El ballet “Coppelius, el mago”, con estreno el 18 de diciembre, es la obra preparada para la ocasión. Y como su título no es el tradicional “Coppelia” sino que el mismo tiene una variación significativa, “Aquí La Plata” entrevistó a dos figuras importantes que intervienen en este ballet. Se trata de la primera bailarina Julieta Paul y del Maestro Pablo Aharonian, quien está a cargo de la reposición y también de la coreología.


Julieta Paul y su rol de Swanilda

Vimos llegar a Julieta Paul, apurada pero contenta y vistiendo todavía la ropa de ensayo. Era imposible dudar que había terminado una sesión de varias horas de trabajo duro.

-¿Es la primera vez que interpretás a Swanilda?

- Sí, es la primera vez que me toca interpretar este rol.

-¿Cómo encaraste el personaje?

-El personaje, en esta versión, es bastante distinto a la Coppelia original. Por empezar, la versión de Marcia Haydée se llama “Coppelius, el mago” y no “Coppelia”. Acá todo gira alrededor del mago y el personaje de Swanilda es bastante más picaresco que el original. Es más rebelde y activa y se parece a una Julieta o una fierecilla domada y llega a ser divertida.

Yo ya había estudiado el rol de Swanilda en su versión original pero no lo bailé. Ahora, al encarar el rol de esta versión, tuve que darle una vuelta porque es muy distinto. Hay una parte, sobre todo en el segundo acto, que transcurre en la casa de Coppelius en la que hay gnomos y muchos muñecos. Por eso hubo que buscar la parte infantil de esta Swanilda, que la tiene y que no está tanto en el otro personaje, en el original. Hay mucho juego en el segundo acto.

-¿Y esto te permite expresarte, como bailarina, de otra forma que si hubiera sido un papel trágico?

-Sí, porque yo hice más roles dramáticos. Este personaje tiene sus dificultades técnicas, pero mucho menos que una “Bella Durmiente” o un “Lago de los cisnes”. Este estilo es más moderno, técnicamente no exige tanto como sí lo hace a nivel actoral. El desafío, para mí, viene por la parte actoral, sobre todo en el segundo acto.

-¿Es la primera vez que encarás este rol de psicología tan diferente a la de los papeles que estabas acostumbrada?

-Sí, por lo general, como te dije, mis roles fueron dramáticos y algunos hice de mala también. Era algo como blanco o negro y ahora, en cambio, mi papel está situado en algo intermedio. Porque Swanilda es buena pero al mismo tiempo es traviesa. No tiene tanto de “místico” como otros roles. De hecho, la forma que camino es más normal, no es la bailarinita perfecta como una muñequita.

-Entonces, Julieta, el desafío actoral vino por este lado ¿Y por la parte técnica qué nos podés decir?

-Las obras de Marcia Haydée son muy difíciles por el lenguaje que ella maneja, que es clásico pero más modernizado. Los movimientos son siempre los mismos. Lo que sucede a veces depende de la dinámica que el coreógrafo pone en la coreografía. Acá, por ejemplo, hay una dinámica muy ágil y para eso debemos estar muy entrenados físicamente, porque cansa mucho a nivel aeróbico. En “Coppelius, el mago” hay personajes -sobre todo el mío- que están en escena todo el tiempo.

-¿Y con Luis Ortigoza cómo te llevás?

-Bárbaro. Yo bailé con Luis en “Carmen” y después, en 2007 en Chile, en la versión que él puso de “La bayadera”. Luis viene en estos días, por eso yo ahora estoy ensayando con el otro reparto. Ya no conocemos muy bien, así que cuando llegue nos juntamos, nos ponemos de acuerdo en algunas cosas y nada más.

Esto es parte de la conversación que mantuvimos con Julieta Paul. Pero, en el curso de la misma, se deslizaron algunas frases de manera espontánea que, como muchas veces pasa, definen una personalidad más allá de las respuestas precisas sobre un tema. En este caso, rescatamos parte de lo que esta primera bailarina dijo: “Bailo desde la panza”, también “Yo hacía gimnasia deportiva, pero en un punto sentí que algo me faltaba” y algo que el espectador notará: “Depende del rol que estoy ensayando es cómo me visto en la calle. En “Carmen” tenía el pelo rojo con extensiones. Con Swanilda, en cambio, me corté el flequillo. Me mimetizo con el personaje y eso me ayuda a entrar en él”.


El Maestro Pablo Aharonian y la importancia de la coreología

Pablo Aharonian, con una extensa carrera artística desarrollada en el Teatro alla Scala de Milán, el Ballet de Stuttgart -por citar algunos los principales escenarios del mundo que lo conocieron como bailarín- en la actualidad es, desde hace 26 años, coreólogo y Maître del Ballet de Santiago de Chile, con sede en el Teatro Municipal de esa ciudad.

En estos días, el Teatro Argentino de La Plata es el escenario donde desplegará una de sus especialidades: el Maestro Aharonian es el Repositor de “Coppelius, el mago” y respetará con la máxima fidelidad la coreografía de Marcia Haydée.

Sin embargo, nos interesó indagar en esa otra especialidad que posee: la coreología, palabra de introducción bastante reciente en el mundo del ballet, y que es una profesión de alta exigencia. Se la podría resumir como la escritura y análisis de la danza, trasladando ese registro al papel y fijando cada movimiento que el bailarín hace en escena. Así, en los momentos que nos dedicó, tuvimos la oportunidad de escuchar a este profesional de la coreología, uno de los pocos especialistas reconocidos en el medio.

-Maestro Aharonian, ¿cómo armó la coreología para “Coppelius, el mago?

-Comienzo por contarles que yo estudié esta carrera por el método Benesh en Inglaterra, en la Academia Real, creado por el matemático y músico inglés Rudolf Benesh, en 1955. Es un sistema en el que se anota sobre un pentagrama, como el musical pero con los espacios más grandes, cada movimiento, cada pose, todo. Todo se anota con signos, en el espacio que hay entre línea y línea uno escribe la posición en el escenario.

Hay todo un sistema para anotar los movimientos en el escenario, se anota también con referencia a la música, es decir que cada compás musical lleva su referencia en el compás de movimiento de la coreología. Es un sistema que se aprecia mucho porque cuando uno saca un ballet de un DVD o de un video, pudo pasar que ese día en la función el bailarín tardó en la música, que el Director de la orquesta tocó más rápido o más lento o alguien de la compañía hizo algo de otra manera por algún imponderable que apareció. Entonces, con este sistema Benesh, la coreología escribe en forma absolutamente original lo que el coreógrafo quiso plasmar. Y eso queda archivado.

-¿Cuántas veces aplicó este método en el Teatro Argentino?

-Por primera vez fue cuando vine a montar “Carmen”, hace varios años. Después, en una versión mía de “La bella durmiente” y luego también lo apliqué cuando vine a montar “La bayadère”. Siempre que monto un ballet lo aplico, porque cuando me encuentro para trabajar con el coreógrafo, él me va diciendo lo que quiere para los bailarines: que el brazo se abra de cierta manera, quiere tal mirada en tal nota y así todo. Hasta el mínimo detalle, se puede decir, cuando uno guiña un ojo, en qué ángulo mueve la cabeza. Se puede anotar el idioma de los sordomudos, absolutamente todo.

-Es decir, Maestro Aharonian, que con “Coppelius, el mago”, con la coreografía de Marcia Haydée, lo veremos en su doble función: repositor y coreólogo.

-Así es, porque en estos momentos soy el repositor de las obras de Marcia Haydée. Repongo las obras de ella y todo en base a la coreología. Es algo que es muy acucioso y, por ende, lleva mucho tiempo.

-Por lo que estuve leyendo en sus antecedentes, la coreología es una tarea muy exigente, hasta agotadora.

-Es muy exigente, son años de estudio. Uno tiene que saber, no solamente lo que son los pasos, sino saber cuál es el estilo de la época en que se desarrolla la obra, el estilo de los trajes, pelucas, escenografía. Para montar un ballet, uno tiene que estar al tanto de todo: vestuario, música, dirección de orquesta.

El Maestro Pablo Aharonian destaca un detalle de esta versión de “Coppelius, el mago” que difiere, sugestivamente, de la versión original: el mago no será un anciano, sino un gitano joven y buen mozo.

-Esta diferencia marca lo que sería una innovación con respecto a lo tradicional.

-Esta versión es una comedia. Se aplica mucho histrionismo, hay muchos roles. Existen la parte clásica y la parte de demi caractère. Es todo muy simpático.

Finalizamos la entrevista y con el Director de “Aquí La Plata”, presente en la misma, coincidimos en que la simpatía del Maestro Aharonian al relatar algunas anécdotas de la versión chilena de “Coppelius, el mago” en la que encarnó a un gnomo en el segundo acto del ballet -y cuya marcación esperemos sea la misma para el bailarín que veremos en esta reposición- suma interés para los espectadores de este brillante cierre de temporada del Teatro Argentino.

Entrevista: Pampi Curuchaga

Fotos: Guillermo Genitti


Teatro Argentino

Con "Coppelius, el mago"

Culmina la temporada de Ballet del Teatro Argentino

Llega por primera vez a La Plata la versión de la célebre obra de Delibes de Marcia Haydée -repuesta por Pablo Aharonian-, con Carlos Calleja al frente de la Orquesta y la actuación como invitado de Luis Ortigoza, Primer Bailarín Estrella del Ballet de Santiago de Chile.

El domingo 18 de diciembre próximo, a las 18.30, en la Sala “Alberto Ginastera” del Teatro Argentino de La Plata, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, subirá a escena el ballet “Coppelius, el mago”, con música de Leo Delibes y coreografía de Marcia Haydée (repuesta por Pablo Aharonian).

Habrá nuevas funciones el martes 20, miércoles 21 y jueves 22 de diciembre venideros, siempre a las 20.30.

La Orquesta será dirigida por Carlos Calleja y junto al Ballet Estable que dirige Mario Galizzi actuará -como Primer Bailarín Invitado- Luis Ortigoza, actual figura central del Ballet de Santiago de Chile.

La escenografía es de Lucas Borzi, Martina Urruty y Santiago Duarte, el vestuario de Gonzalo Giacchino y la iluminación de Rubén Conde.

Bautista Parada asumirá el rol de Coppelius, Luis Ortigoza (18 y 20) y Benjamín Parada (21 y 22) el de Franz y Julieta Paul el de Swanilda. Los restantes papeles serán desempeñados por distintos integrantes del Ballet Estable.

Habrá entradas desde $ 15, con descuento para jubilados y pensionados, disponibles en las boleterías del Teatro, de martes a domingos, de 10 a 20, o a través de TuEntrada.com, Tel. 5533-5533 (Capital Federal).

Quienes se encuentren en Capital Federal o sus cercanías dispondrán de un servicio de ómnibus que partirán desde la Casa de la Provincia de Buenos Aires, Callao 237, dos horas y media antes del inicio de las funciones.

Los pasajes de ida y vuelta tienen un valor de $ 40 y también pueden ser adquiridos con anticipación por medio de TuEntrada.com


La versión de Marcia Haydée

“Hay numerosísimas versiones surgidas del ballet original Coppelia. La que la coreógrafa Marcia Haydée creó en 1993 incluye algunas innovaciones y reformas, como la aparición de un nuevo personaje (el gnomo Tuschk) y la adición de partes de la música del ballet Silvia del mismo compositor, Leo Delibes, de la que se ha dicho que revela cierta influencia wagneriana. Haydée ha trabajado “fascinada con el mundo de las hadas, los gnomos y los enanos”, lo cual ha determinado que su versión sea “tremendamente significativa”, según declaraciones que ha efectuado oportunamente”.

“¿Y cómo no creer que así ha de ser Coppelius, el mago, cuya autora conoció y laboró con los más destacados creadores del siglo XX? ¿Cómo podría ignorarse su fructífera carrera artística que la convirtió en una de las más amadas del público argentino? Tuvimos la inmensa suerte de conocerla en el pináculo de su trayectoria... ¿Quién podría olvidar la escena de la escritura de la carta destinada a Onegin, en el ballet homónimo de John Cranko, su Fierecilla domada o aquella danza donde representaba a Isadora Duncan? Por todo ello, aguardamos con sumo interés esta muestra de su concepción coreográfica y también la colaboración de algunos integrantes del staff del Ballet de Santiago, que ella conduce eficazmente desde hace algunos años”.

(Fragmento de un comentario del crítico e historiador de ballet Enrique Honorio Destaville).

Fuente: http://www.aquilaplata.com/destacados/4243.html

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