Jueves 01 de septiembre de 2011 | Publicado en edición impresa
Teatro / Complejo teatral de Buenos Aires
Reformulación de objetivos
Por Alejandro Cruz | LA NACION
El nuevo director del Complejo Teatral de Buenos Aires es Alberto Ligaluppi. Quien lo afirma es Hernán Lombardi, ministro de Cultura de la ciudad. Y aunque a su nombramiento le falten algunos pasos administrativos por seguir, de esta forma el rumor que comenzó a tomar forma tras el fallecimiento de Carlos Elia, ex número uno de la institución, ahora se convierte en versión oficial.
¿Qué cambios traería esto en la institución teatral más importante del país? Lo explica Ligaluppi y todo indica que se trata de profundizar una idea planteada a fin del año pasado, cuando se presentó la programación de la actual temporada: "El teatro no tiene proyectos transversales, tenemos que recuperar al público joven, aspecto del cual hablé ya en la conferencia de prensa del año pasado y, agregaría, que el Complejo Teatral debe de dejar de hacer teatro para hacer más arte y más cultura. No todo pasa por levantar un telón".
Parte de esa estrategia fue la que, ayer, Ligaluppi anunció en otro encuentro con la prensa. Allí señaló otras pistas. Por lo pronto, sostuvo que antes del comienzo del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) se sacarán los andamios de la fachada del Teatro San Martín dando así por terminada una obra que contó con varios años de una inexplicable demora y que, ahora, concluye gracias al aporte de la Fundación Banco Ciudad. Para esa fecha, los halles de las tres salas del San Martín estarán pintados y se habrán instalado los dimmer (dispositivos que sirven para regular la luz) de la sala Martín Coronado. Para el resto del año quedará la jerarquización del Hall Central de un edificio que hace pocas semanas fue catalogado como de valor patrimonial.
Justamente en el hall tomará cuerpo un ciclo de actividades artísticas y creativas que debería permitir al San Martín lograr otros vínculos con el ciudadano. El ciclo en cuestión se llama Rituales de Pasaje y su curación está a cargo de la investigadora teatral Halima Tahan. Comienza en dos semanas, concluirá a fin de año y contemplará actividades en distintas franjas horarias que serán siempre de carácter gratuitas. Irán de experiencias instalativas a performances pasando por jornadas de reflexión.
El recorte de propuesta es deliberadamente variado. De hecho, comienza con un unipersonal a cargo de la actriz chilena Verónica Moraga, que trabaja la franja de lo femenino. Por elevación, profundizará el contrapunto de una propuesta sumamente intimista en medio de la inmensidad del Hall del San Martín diseñado por el arquitecto Mario Roberto Alvarez.
Continuará en octubre con el colectivo Articultores que, quizá, logre poner un poco de verde a todo la variedad de cemento que rodea al edificio de la avenida Corrientes. Es más, puede llegar a suceder que en el hall haya olor a pasto o esas bombas de semillas que ya han repartido por el Abasto y en el madrileño barrio de Lavapiés.
Para noviembre, los que coparán el hall serán los representantes de la organización Médicos sin Fronteras. Para ese momento, el que ingrese a ese enorme espacio que durante las tardes luce vacío se toparán, entre otras cosas, con testimonios audiovisuales de gente que habita otras realidades en los que la humanidad vive situaciones límites.
Redefinir los límites del teatro parece ser la consigna. Así lo remarcó ayer Ligaluppi durante el encuentro con algunos medios. De hecho, para noviembre vendrá el director chileno Ramón Griffero para dictar un taller sobre la dramaturgia que tomará como punto de referencia y reflexión el mismo hall.
El ciclo Rituales de Pasaje intentará impulsar formas distintas de ocupar los espacios más allá de lo establecido. Por ahora, el desembarco será en el hall del Teatro San Martín, lugar emblemático de una forma arquitectónica de pensar al teatro público que entra en tiempos de una necesaria reformulación.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1402282-reformulacion-de-objetivos
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