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domingo, 10 de julio de 2011

Pequeños maestros


Próxima a cumplir seis años, la Orquesta Escuela de Berisso hace ejemplo no sólo con un importante objetivo musical y artístico sino también con un rol artístico donde se anidan esperanzas y, en cada concierto, se cumplen nuevos sueños

No se trata de cualquier orquesta: la Orquesta Escuela de Berisso -así, con mayúsculas- es un compromiso donde confluyen más de 200 ejecutantes, casi todos los instrumentos sinfónicos y una trayectoria que, pronta a cumplir los 6 años de existencia, ha llevado a sus pequeños músicos -sólo por la edad- a lugares donde nunca imaginaron estar. Es una orquesta que, como dicen sus hacedores, no aspira sólo a una formación musical, sino a un aprendizaje de vida. Es que en ella la música no es un fin: es simplemente un medio.

La primera de las orquestas escuela de nuestra región, la de Berisso constituye una experiencia de integración como pocas. Nacida en 2005 a la sombra del sistema de la educación pública, con el que trabaja a la par, agrupa a chicos de distintas escuelas, barrios, clases sociales y capacidades. Todos ellos bajo un gran objetivo: compartir el mismo lenguaje, el de la música.

Claro que la meta nunca es una sola. Son varias: lograr que casi 200 pibes sin experiencia musical previa aprendan a ejecutar un instrumento y suenen bien no es menos importante que, por ejemplo, enseñarles a trabajar juntos, compartir ideales, sostener los esfuerzos e imaginarse a sí mismos de una manera mejor.

Los cambios -aseguran los padres y maestros que siguen la experiencia de cerca- son sorprendentes. Pero también lo es escuchar a esa orquesta refugio sin perder de vista que algunos de sus músicos, como Brian Montoya, Angel Molina o Candela Gómez -por citar tan sólo algunos nombres-, hace apenas unos años ni siquiera imaginaban que existieran instrumentos como los que hoy ejecutan con oficio de verdaderos maestros.

MUSICA, MAESTROS

Todo comenzó en setiembre de 2005, cuando un grupo de docentes y unos cuantos alumnos arrancaron una tarea enorme pero apasionante que hoy, casi seis años después, abarca a algo más de 220 chicos de varias escuelas de Berisso y de edades que van de los 7 a los 19 años, que se reunen en seis lugares distintos del distrito para confluir periodicamente todos juntos en un lugar con la idea de preparar un concierto.

"En consonancia con el trabajo realizado por el sistema educativo -dice el director orquestal Juan Carlos Herrero, coordinador de la orquesta y uno de los principales hacedores del proyecto-, la Orquesta Escuela aporta más que un granito de arena a la formación de los chicos que eligen quedarse a contraturno en sus escuelas para aprender a tocar un instrumento".

La oferta, según se explica, es enorme: se enseñan 13 tipos de instrumentos de cuerda, viento y percusión, es decir la totalidad de los que integran una orquesta sinfónica. "Nos abocamos preferentemente a aquellos chicos que se encuentran en vulnerabilidad socio-cultural -explica Herrero-. Las escuelas seleccionadas para trabajar se sitúan mayormente en barrios periféricos, si bien se trata siempre de integrar a todos los sectores sociales posibles".

Pero no todo queda en las clases que se imparten: "en lugar de hacerlo en la calle -asegura Herrero-, los chicos encuentran en la escuela un grupo de amigos que decide reunirse allí. Y entre ensayos, talleres y clases van generando su identidad con otros pares que ansian, aún sin saberlo, un futuro mejor. Y así van creciendo junto a la orquesta: no sólo en su desarrollo técnico, sino especialmente en su desarrollo social y humano".

La solidaridad es un valor siempre presente en la vida de la Orquesta: los que más saben comparten sus saberes con los integrantes más nuevos. "Nosotros les llamamos alumnos `multiplicadores' -apunta el coordinador-. Se acostumbran desde corta edad a enseñar a otros: es decir que son unos verdaderos `maestros', que es como se llama habitualmente a los músicos. Son maestros al mismo tiempo que aprenden".

Seis años después de aquellos primeros conciertos, muchos de los pibes que antes no sabían si quiera que existía un instrumento llamado cello o trombón, ahora son poseedores de una basta experiencia que los ha llevado por múltiples escenarios. Y no sólo eso: también pueden acceder a su primer empleo como docentes de la propia orquesta. "Es parte del accionar estratégico realizado con la Municipalidad de Berisso para que los chicos puedan aspirar a ejercer su vocación -explica Herrero-. Estamos atentos a los próximos concursos a los que los chicos se puedan presentar para la obtención de más puestos de trabajo en el futuro".

Así las cosas, en la Orquesta Escuela de Berisso se cumplen las más diversas aspiraciones: desde el pequeño ingresante que apenas emite unos pocos sonidos, y que sueña con su primer concierto o su primer viaje, hasta los chicos más grandes y experimentados que han tenido ocasión de visitar Francia y Venezuela o de tocar en el mismísimo escenario del Luna Park. Precisamente, hay que decir, hace poco han sido seleccionados cuatro de los chicos de la orquesta de Berisso para integrar una delegación de doce músicos que, representando al país, realizarán un concierto con motivo de la celebración de nuestra independencia en la embajada de Argentina en Caracas.

Tanto el estado provincial como el municipal se sumaron desde el momento constitutivo de la Orquesta a su gestión: brindaron docentes y preceptores; se ocuparon de los traslados permanentes de los chicos entre las distintas escuelas que integran la Orquesta como también a los distintos lugares donde se realizaron conciertos (recientemente en La Matanza; próximamente en General Belgrano, Pehuajó y Bahía Blanca).

"Se trata de una entidad en la que confluyen la contribución estatal con el esfuerzo de la propia comunidad", resume Herrero, quien coordina los sueños de esos pequeños músicos desde el primer día. Y razón no le falta: la orquesta de Berisso cuenta, además de la ayuda del programa de Orquestas Escuela de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia y del municipio a través de su dirección de Cultura, con una asociación civil sin fines de lucro integrada por los propios padres de los chicos, quienes, intentanto generar los recuersos que permitan cubrir la demanda siempre creciente de instrumentos, se comprometen con la causa como si fueran ellos los verdaderos protagonistas de esta apasionada y tenaz aventura instrumental.

Fuente: http://www.eldia.com.ar/edis/20110710/pequenos-maestros-revistadomingo0.htm

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