El ciclo de documentales puede verse en el Coliseo Bonaerense en el marco de la muestra Homenaje al Pensamiento y Compromiso Nacional
En el Teatro Argentino
Sociedad / 07.07.2011 | El Ciclo Hugo del Carril mira deliberadamente el pasado para entender el presente
Es sabido que si se enfoca el árbol es difícil que se vislumbre el bosque. Por eso que prestando sólo atención en lo recurrente de ciertos temas en la programación del ciclo de cine del Homenaje al Pensamiento y Compromiso Nacional es que el sentido parece cerrarse sobre sí mismo. Es cierto, en su mayoría son documentales que de alguna manera abordan el tema de la militancia, los setenta y los derechos humanos.
Pero la recurrencia no funciona como un mecanismo para instalar un único discurso al respecto sino que, por el contrario, en el ciclo reúne las distintas miradas sobre estas temáticas evidenciando las diferencias en el enfoque, en las fuentes utilizadas y hasta en la forma de concebir el formato documental. Porque si bien es necesario ver el bosque, mirando detenidamente el árbol es que se pueden apreciar las ramas que nacen de la misma madera.
Esta es la virtud de la programación partiendo de un encorsetado eje temático, lograr que convivan varias voces. Por eso es que en el mismo se puede encontrar, sólo por tomar un ejemplo, el documental H.I.J.O.S, el alma en dos junto con M de Nicolás Prividera que sin ser opuestos, son distintos. Mientras el primero observa cómo se juega la individualidad en un espacio colectivo de militancia, Prividera construye su observación desde su mirada personal sobre la militancia de los setenta que de alguna manera lo parió a él y a la lucha actual.
Al comienzo de su primer largo, Nicolás asume que “por supuesto que estoy enojado, pero no es un enojo personal, es un enojo que debería ser de todos”. Y con esta premisa bajo el brazo arremete contra todo registrando minuciosamente la investigación para descubrir las circunstancias y los responsables de la desaparición de su madre (el derecho básico a la información y la verdad) pero también interpelando los motivos por los que ella hizo lo que hizo. Él no da por supuesto las razones sino que busca hasta debajo de la alfombra, sometiendo por momentos a verdaderos careos a quienes fueron los compañeros de militancia de su madre intentando entenderlos. Y este reproche que parece dirigido a sólo a ella se constituye como interpelación a toda la generación de los '70 para que se hagan cargo de su propia historia.
Aunque se le critique a la película la omnipresencia del director, es en las digresiones que aparecen nuevos sentidos sobre una historia que no debe darse por contada. Y en ese sentido el ciclo más que morderse su propia cola, alienta a que siempre es posible construir nuevos sentidos incluso sobre los episodios más difíciles de la historia. Más cuando es el pasado el que se vuelve presente una y otra vez. Hasta convertirse en tema recurrente.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-147467-medios-122-Los-otros-sucesos-argentinos.html
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