10.06.2011 | Durante todo el día “llovió” polvo. Complicaciones, limpieza, salubridad y turismo
Los platenses vivieron ayer en carne propia, aunque con mucho menor intensidad, la lluvia de cenizas volcánicas que desde hace días padecen los sureños. El inédito fenómeno, que para algunos comenzó siendo simpático, terminó convirtiéndose en un trastorno para todos. Como cuando nevó, las cenizas fueron ayer tema obligado en la ciudad.
Diagonales intenta reflejar lo sucedido y sus consecuencias: la sorpresa de algunos, la chinche que se agarraron otros; hurgar en el impacto en la salud y en el turismo, plasmar la desavenencia para porteros y para los tacheros, estos fanáticos de la limpieza que lustran el coche hasta gastar la pintura. En síntesis, un pantallazo –sin dudas recortado– de una ciudad a ritmo atípico.
A algunos, como sucedió con el director de este medio, las partículas volcánicas lo sorprendieron. A otros, como al señor PR, lo empujaron al malhumor de quien debe atender lo que no le interesa.
Como fuere, las cenizas lanzadas por el Puyehue viajaron más de 1800 kilómetros y llegaron a La Plata.
Y no queda otra que bancárselas.
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