Entrevista con Mario Galizzi, coreógrafo y flamante director del
Ballet Estable del Teatro Argentino
A días del inicio de temporada de ballet en el magnánimo Teatro Argentino, el nuevo director de la compañía de ballet estable trabaja en tranquilidad. A su juicio, los bailarines están profesionalmente muy bien preparados para asumir Espartaco, la obra de apertura, y el resto de la temporada 2011.
Mario Galizzi, experimentado y reconocido coreógrafo, maestro de muchos de sus ahora dirigidos, sabe bien de lo que habla. Estudió en el Instituto Coreográfico de Rosario y en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, donde hoy es docente; fue maestro y coreógrafo de las compañías de ballet del Teatro Argentino de La Plata, el Estable de la Provincia de Tucumán, del Nashville Ballet, la Ópera Nacional de Finlandia,
la Compañía Nacional de México, el Company Dance Theatre de Jamaica y el SODRE de Montevideo, sólo por nombrar algunos de una interminable lista.
Desde el primero de marzo vuelve a trabajar en el máximo coliseo bonaerense, a cargo del ballet estable, extendiendo un poco más su currículum y prestando sus saberes a la máxima compañía local.
¿Cómo ha encontrado al ballet, al teatro, en su asunción como director?
-“Yo al teatro ya he venido varias veces porque me han invitado muchas veces como coreógrafo, he repuesto cosas del repertorio e incluso la última versión de El lago de los cisnes es mía, se hizo el año pasado y fue un éxito bárbaro, con localidades agotadas totalmente. Es decir que conozco la compañía. La conozco mucho porque he trabajado mucho con ella. Y ahora, como director, me encuentro con ellos y es importante para mí porque en un buen número han sido alumnos míos, han pasado por la escuela del Colón, han pasado por las aulas por las que yo he dictado clases. Por lo tanto conozco a algunos de ellos desde muy chiquitos. Y a otros los conozco de otra época de haber trabajado como compañeros. O sea que es un ámbito natural para mí”.
Al momento de atender a Aquí La Plata, Galizzi se encuentra atendiendo y coordinando los ensayos para Espartaco, la gran obra de de Aram Khachaturian que abrirá la temporada de ballet el 16 de abril.
“Ellos –los bailarines de la compañía- están muy bien. Están muy bien preparados, es gente joven, es un grupo que está en perfecto nivel técnico, ha salido muy preparada de la escuela y están haciendo su carrera profesional. Ahora estoy viendo los ensayos de Espartaco, que es la primera presentación que se hace, que en realidad es una reposición porque ya se hizo el año pasado, abriéndose la temporada con la presentación del 16 de abril. También habrá funciones el 17, el 19 y el 20. Para esto está prácticamente todo el ballet dentro, sobre todo los hombres, porque la obra requiere de muchos de ellos”.
Las funciones de abril, el sábado 16, a las 20.30; el domingo 17, a las 17 y el martes 19 y el miércoles 20, a las 20.30, serán la apertura de una temporada que, si bien no fue planificada por Galizzi, el flamante director respetará. La primera obra será Espartaco, con música de Aram Khachaturian y coreografía de Vilen Galstian (repuesta por José Luis Lozano). En junio, será el turno de La Bella Durmiente del Bosque (Piotr I. Tchaikovsky y versión coreográfica de Mario Galizzi), en octubre El Pájaro de Fuego (Igor Stravinsky) y Estancia (Suite), (Alberto Ginastera), y, en diciembre, se interpretará Coppelius, El Mago, con música de Leo Delibes y coreografía de Marcia Haydée.
“Estamos esperando con gran ansiedad la llegada de Marcia Haydeé –admite Galizzi-, que es una personalidad mundial en la danza. Ella está contenta de venir al teatro y pienso que volveremos a estar todos encantados con ella, ya que ella había trabajado aquí con anterioridad.
Ella es la directora del Ballet de Santiago de Chile y viene a poner en escena a Coppelius, El Mago, que es una versión diferente y muy interesante. Espero que toda La Plata venga a verla”.
Una impronta propia e ideas para el porvenir
Aunque sin desatender los compromisos actuales, en la cabeza de Mario Galizzi ya está rondando la temporada 2012 y los pequeños cambios que, a su criterio, se deben impulsar.
¿Ya está pensado en “su” temporada, la de 2012?
“Sí, estoy pensando mucho pero no le he hablado todavía con los directores. Será bueno que podamos llegar a un arreglo. A mí me gustaría traer algo importante, reponer muchos clásicos y traer algo contemporáneo, pero todo de alto nivel. Estoy en tratativas. Más adelante lo podré contar. Tengo muchas ideas, no de cosas mías, sino de traer coreógrafos extranjeros con quienes nuestros bailarines puedan trabajar, otras escuelas, otras tendencias, otras cosas. No sólo con argentinos, que debemos tener nuestro lugar por supuesto, ya que no es bueno que venga todo de afuera; este es un teatro argentino, además de llamarse Argentino, pero también hay que darles lugar de trabajo a los de afuera. Para que nos nutramos de diferentes cosas, para no encerrarnos tanto”.
Para Galizzi, protagonista de una vastísima carrera y una inestimable experiencia, es crucial que los bailarines de la compañía de ballet estable del teatro tengan más actividad. Para un bailarín, dice, la cantidad actual de funciones por año es insuficiente, pensando en su formación como artista.
“Mi propuesta es que haya más títulos de ballet. Considero que es poco y que es poca la cantidad de funciones. Porque si multiplicás cinco títulos por cuatro funciones por título tenés sólo veinte funciones de ballet por año, lo cual es nada para el desarrollo de un bailarín. Es nada porque si hay dos repartos, ya el segundo tiene menos funciones (…) Eso no sé si es fácil de lograr en La Plata, que no es una ciudad muy grande, por lo que no se renueva el público y resulta innecesario largar trece o quince funciones, como en grandes ciudades. Pero bueno, también hay posibilidades de que las autoridades tomen la decisión de hacer funciones para chicos, para escuelas, para estudiantes primarios y secundarios, para jubilados. Además somos el único cuerpo de baile que estamos haciendo funciones, lo que hace que vengan micros de varios lugares, como Buenos Aires, donde al estar cerrado el Teatro Colón el público viene a ver a la única compañía en actividad. Pero necesita más actividad. No es tan necesaria una mayor cantidad de títulos pero sí más cantidad de funciones. Porque los clásicos, que son los más vistos y llegan a todo tipo de público, pueden tener distintos horarios de funciones para colegios y el desarrollo cultural general. Pero no hay una planificación
Mario Galizzi, experimentado y reconocido coreógrafo, maestro de muchos de sus ahora dirigidos, sabe bien de lo que habla. Estudió en el Instituto Coreográfico de Rosario y en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, donde hoy es docente; fue maestro y coreógrafo de las compañías de ballet del Teatro Argentino de La Plata,
El Estable de la Provincia de Tucumán, del Nashville Ballet, la Ópera Nacional de Finlandia, la Compañía Nacional de México, el Company Dance Theatre de Jamaica y el SODRE de Montevideo, sólo por nombrar algunos de una interminable lista.
Desde el primero de marzo vuelve a trabajar en el máximo coliseo bonaerense, a cargo del ballet estable, extendiendo un poco más su currículum y prestando sus saberes a la máxima compañía local.
¿Cómo ha encontrado al ballet, al teatro, en su asunción como director?
-“Yo al teatro ya he venido varias veces porque me han invitado muchas veces como coreógrafo, he repuesto cosas del repertorio e incluso la última versión de El lago de los cisnes es mía, se hizo el año pasado y fue un éxito bárbaro, con localidades agotadas totalmente. Es decir que conozco la compañía. La conozco mucho porque he trabajado mucho con ella. Y ahora, como director, me encuentro con ellos y es importante para mí porque en un buen número han sido alumnos míos, han pasado por la escuela del Colón, han pasado por las aulas por las que yo he dictado clases. Por lo tanto conozco a algunos de ellos desde muy chiquitos. Y a otros los conozco de otra época de haber trabajado como compañeros. O sea que es un ámbito natural para mí”.
Al momento de atender a Aquí La Plata, Galizzi se encuentra atendiendo y coordinando los ensayos para Espartaco, la gran obra de de Aram Khachaturian que abrirá la temporada de ballet el 16 de abril.
“Ellos –los bailarines de la compañía- están muy bien. Están muy bien preparados, es gente joven, es un grupo que está en perfecto nivel técnico, ha salido muy preparada de la escuela y están haciendo su carrera profesional. Ahora estoy viendo los ensayos de Espartaco, que es la primera presentación que se hace, que en realidad es una reposición porque ya se hizo el año pasado, abriéndose la temporada con la presentación del 16 de abril. También habrá funciones el 17, el 19 y el 20. Para esto está prácticamente todo el ballet dentro, sobre todo los hombres, porque la obra requiere de muchos de ellos”.
Las funciones de abril, el sábado 16, a las 20.30; el domingo 17, a las 17 y el martes 19 y el miércoles 20, a las 20.30, serán la apertura de una temporada que, si bien no fue planificada por Galizzi, el flamante director respetará. La primera obra será Espartaco, con música de Aram Khachaturian y coreografía de Vilen Galstian (repuesta por José Luis Lozano). En junio, será el turno de La Bella Durmiente del Bosque (Piotr I. Tchaikovsky y versión coreográfica de Mario Galizzi), en octubre El Pájaro de Fuego (Igor Stravinsky) y Estancia (Suite), (Alberto Ginastera), y, en diciembre, se interpretará Coppelius, El Mago, con música de Leo Delibes y coreografía de Marcia Haydée.
“Estamos esperando con gran ansiedad la llegada de Marcia Haydeé –admite Galizzi-, que es un personalidad mundial en la danza. Ella está contenta de venir al teatro y pienso que volveremos a estar todos encantados con ella, ya que ella había trabajado aquí con anterioridad.
Ella es la directora del Ballet de Santiago de Chile y viene a poner en escena a Coppelius, El Mago, que es una versión diferente y muy interesante. Espero que toda La Plata venga a verla”.
Una impronta propia e ideas para el porvenir
Aunque sin desatender los compromisos actuales, en la cabeza de Mario Galizzi ya está rondando la temporada 2012 y los pequeños cambios que, a su criterio, se deben impulsar.
¿Ya está pensado en “su” temporada, la de 2012?
“Sí, estoy pensando mucho pero no le he hablado todavía con los directores. Será bueno que podamos llegar a un arreglo. A mí me gustaría traer algo importante, reponer muchos clásicos y traer algo contemporáneo, pero todo de alto nivel. Estoy en tratativas. Más adelante lo podré contar. Tengo muchas ideas, no de cosas mías, sino de traer coreógrafos extranjeros con quienes nuestros bailarines puedan trabajar, otras escuelas, otras tendencias, otras cosas. No sólo con argentinos, que debemos tener nuestro lugar por supuesto, ya que no es bueno que venga todo de afuera; este es un teatro argentino, además de llamarse Argentino, pero también hay que darles lugar de trabajo a los de afuera. Para que nos nutramos de diferentes cosas, para no encerrarnos tanto”.
Para Galizzi, protagonista de una vastísima carrera y una inestimable experiencia, es crucial que los bailarines de la compañía de ballet estable del teatro tengan más actividad. Para un bailarín, dice, la cantidad actual de funciones por año es insuficiente, pensando en su formación como artista.
“Mi propuesta es que haya más títulos de ballet. Considero que es poco y que es poca la cantidad de funciones. Porque si multiplicás cinco títulos por cuatro funciones por título tenés sólo veinte funciones de ballet por año, lo cual es nada para el desarrollo de un bailarín. Es nada porque si hay dos repartos, ya el segundo tiene menos funciones (…) Eso no sé si es fácil de lograr en La Plata, que no es una ciudad muy grande, por lo que no se renueva el público y resulta innecesario largar trece o quince funciones, como en grandes ciudades. Pero bueno, también hay posibilidades de que las autoridades tomen la decisión de hacer funciones para chicos, para escuelas, para estudiantes primarios y secundarios, para jubilados. Además somos el único cuerpo de baile que estamos haciendo funciones, lo que hace que vengan micros de varios lugares, como Buenos Aires, donde al estar cerrado el Teatro Colón el público viene a ver a la única compañía en actividad. Pero necesita más actividad. No es tan necesaria una mayor cantidad de títulos pero sí más cantidad de funciones. Porque los clásicos, que son los más vistos y llegan a todo tipo de público, pueden tener distintos horarios de funciones para colegios y el desarrollo cultural general.
Pero no hay una planificación sobre eso, todavía no he hablado sobre esto, pero me gustaría, realmente, hablar para que la gente joven se interese por el ballet específicamente”.
“Lo que se hace en Europa, por ejemplo, cuando uno quiere promover a nuevas figuras y no está tan seguro de cómo va a reaccionar ante el público o una gran noche, -agrega el coreógrafo- se prueba con lo que se llama una matineé. Se pone a una pareja joven, sin mucha experiencia, en una matineé para un público no tan entendido en ballet como para que tengan su fogueo. Todo es un fogueo: el ensayo es una cosa, pero cuando el telón se abre es otra. Entonces son necesarias este tipo de funciones, sobre todo para la gente muy joven y talentosa”.
Eso es lo que se intentará cambiar, promoviendo más funciones, anuncia Galizzi, en pos de seguir desarrollando y fogueando a un cuerpo de bailarines que ya cuenta con una formación técnica “muy buena”.
“Técnicamente están muy bien y son muy profesionales –asegura el director-. Pero yo hablo, específicamente, de los primerísimos roles. Por supuesto que hay gente capacitada para esto y otros roles, pero el nerviosismo siempre existe, siempre hay una adrenalina que te puede traicionar. Por eso la práctica escénica es fundamental. No puede, un bailarín, pasar cuatro meses sin bailar en escena, por más que baile todos los días. Esto es lo que hay que tratar cambiar un poquito, lucharemos por eso”.
Un lugar distinto
Mario Galizzi fue alumno de las más célebres escuelas de ballet del país, teniendo a maestros de la talla de Teresa Baltzer, Vasil Tupin, Amalia Lozano y Ekaterina de Galantha. Es docente del ilustre Teatro Colón, cuyo ballet estable integró como bailarín. Fue primer solista de los cuerpos de baile de las óperas de Hannover y Frankfurt y solista en la Deutsche Opera Rhein. Realizó giras por el exterior, fue asistente de distintos cuerpos de ballet y fue jurado en festivales internacionales. Una vida dedicada a la danza y una experiencia como profesional capaz de poner en análisis la actualidad del ballet estable del Teatro Argentino.
“En las generaciones nuevas, los bailarines han cambiado mucho, hay una manera más relajada; no existe tanto aquello de que el director está sentado allá, en un estrado más alto. La juventud es diferente, se ha distendido la cuestión de la distancia entre la dirección y los bailarines. Pero no es malo eso. Hace que todo sea más laxo en la relación. Eso del miedo al director ha cambiado. Es muy interesante lo que pasa con la juventud actualmente y eso me gusta. Yo trato de renovarme a través de ellos, no quedarme en eso de que antes era mejor. Antes no se discutía con el director, y quizás era bueno en muchos aspectos, y hoy a veces es malo que esto se pase para el otro lado. Pero sí tiene que existir el hecho de escucharlos, de discutir, realmente discutir, es muy interesante. Uno aprende mucho diariamente con ellos. Yo tengo hijos jóvenes y estoy acostumbrado a discutir, en el buen sentido, con ellos. Y con los miembros del ballet pasa algo parecido, ya que al haberlos tenido en la escuela de ballet desde tan jóvenes, es como que son un poco hijos de uno también. Los he visto crecer, madurar. Yo estoy muy conforme porque hay una buena relación con ellos, con el poco tiempo que llevamos, pero confío en que va a ir bien en el año”.
Entrevista Luciano Laitehau
Fotos Guillermo Genitti - Teatro Argentino
Temporada 2011
Entre los títulos que ofrece la temporada 2011, Mario Galizzi remarca la visita de Ludmila Pagliero, primera bailarina del Ópera Ballet de París, única argentina que trabaja en esa compañía, “la mejor compañía del mundo en este momento”, a criterio del director. A la visita de Pagliero, que ha sido alumna de la escuela del Teatro Colón, se sumará la de Luis Ortigoza, que trabaja en Chile y también es egresado del Colón, que viene a hacer el primer rol en Coppeelius, el mago. “Es un bailarín excepcional”, asegura Galizzi. Y algo muy importante para el director y toda la compañía será el viaje programado a la ciudad de Rosario, el 5 y 6 de agosto, con la producción de El lago de los cisnes completa. La cita movilizará a todo el Ballet Estable, algo importante y difícil a la vez. “Eso es fantástico para la compañía –sostiene Galizzi-: moverse en otros ámbitos, con otro público. Y para La Plata en sí, porque se puede mostrar qué se hace en La Plata culturalmente, qué promueve la provincia en materia cultural y la gente de este país tan grande pueda ver qué se hace en esta ciudad”.
La Dirección Artística del Teatro Argentino de La Plata anunció que la temporada de ballet de este año ha quedado conformada del siguiente modo:
En abril, el sábado 16, a las 20.30; el domingo 17, a las 17 y el martes 19 y el miércoles 20, a las 20.30, se ofrecerá nuevamente “Espartaco”, con música de Aram Khachaturian, coreografía de Vilen Galstian (repuesta por José Luis Lozano), dirección musical de Darío Domínguez Xodo, escenografía de María José Besozzi y vestuario de Mariano Toffi.
Espartaco narra la trágica historia de ese recordado líder de los gladiadores esclavos que encabezó la rebelión más severa que tuvo que enfrentar el antiguo imperio romano. En medio de una lucha tan dispar contra la opresión y la injusticia, Espartaco también intentará llevar adelante su amor por Frigia. Por eso la obra incluye desde secuencias de gran aliento épico, que evocan los duros combates, hasta escenas de íntimo lirismo, como el pas de deux que baila la pareja protagónica, definitivamente transformados en algunos de los momentos musical y coreográficamente más logrados de la historia de la danza.
En junio, el jueves 16, viernes 17 y sábado 18, a las 20.30, y el domingo 19, a las 17, se presentará “La Bella Durmiente del Bosque”, con música de Piotr I. Tchaikovsky y versión coreográfica de Mario Galizzi (basada en la original de Marius Petipa).
En octubre, el domingo 16, a las 17 y el jueves 20, viernes 21 y sábado 22, a las 20.30, subirá a escena un programa mixto integrado por “El Pájaro de Fuego”, con música de Igor Stravinsky, coreografía de Jorge Amarante y escenografía de Tito Egurza y por la reposición de “Estancia (Suite)”, con música de Alberto Ginastera, coreografía de Carlos Trunsky, escenografía y vestuario de Marta Albertinazzi e iluminación de Juan Carlos Greco. La dirección musical estará a cargo de José Areán.
Por último, en diciembre, el domingo 18, a las 18.30 y el martes 20, miércoles 21 y jueves 22, a las 20.30, se interpretará “Coppelius, El Mago”, con música de Leo Delibes y coreografía de Marcia Haydée.
Fuente: http://www.aquilaplata.com.ar/destacados/32.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario