por Leila Vicentini
La cultura rock surge demarcando lo juvenil como una expresión artística de la cultura platense. La Plata, al igual que Villa Gesell y El Bolsón, fue uno de los primeros bastiones de la cultura hippie y de la contracultura.
Aquí emergieron las más variadas manifestaciones musicales y estéticas del rock: los hippies de La Cofradía de la Flor Solar y la Primera Flor que brotó después de la Nevada (oriunda de Ensenada), los impulsores de la dinastía estética del underground y las primeras performances con Patricio Rey y Los Redondos de Ricota, la primera banda punk platense: Los Baraja; los primeros modernos: Virus; los primeros sónicos de la música local: Las Canoplas; el primer grupo trance: Audioperú; los que hicieron resurgir el rock barrial de los noventa en la ciudad: los Guasones. La lista es extensa si consideramos la producción musical de la ciudad en los últimos 40 años.
En la Plata de fines de la década de los ‘60 transcurrían ya las primeras horas del hippismo. La Cofradía de la Flor Solar fue una comunidad independiente que surgió en esta ciudad, como una alternativa de vida diferente y enfrentada a la establecida por los patrones culturales de Occidente. Estaba integrada por estudiantes platenses con un manifiesto estético y planes de cafés nocturnos, por grupos de teatro alternativo, periodistas, músicos de rock, otros músicos y amigos, que compartían experiencias existenciales vinculadas a las tradiciones y prácticas. Esta comunidad se convirtió en la banda pionera del rock en la ciudad.
La escena platense de los setenta alojaba, además de a La Cofradía de la Flor Solar, a otras bandas como Diplodocum, Red and Brown, Dulcemenbriyo, Mezcladora de Cemento, Ice Cream Trío, Mares de Frío, Adan Quieto, Odisea, Alegres Sepultureros, Niebla, Ave Fénix, La Última Flor que brotó después de la nevada, Pascual Toro el Pacifista, Iea, Paso Fuerte, Jugo de Paraguas, Skorpión.
En estos años sale a escena la banda emblemática de la ciudad y del rock del país, banda atípica dentro del rock nacional por ser vanguardia del underground local, protagonistas e ideólogos del pensamiento musical inde- pendiente: Los Redonditos de Ricota.
Iniciada la década de los ‘80, nos encontramos con bandas de rock que promueven músicas y estéticas que intentarán romper la subjetividad reprimida heredada de la dictadura militar. Virus y Los Redondos quedarán inscriptas en la historia del rock nacional como bandas de culto.
Los noventa fueron los años en los que el rock se masificó y se hizo popular en la Argentina. Mientras en las productoras discográficas se hablaba del negocio de la música, de productos y no de obras, de cantidad y no de calidad, en La Plata se forjaba una verdadera escena donde las bandas de rock parecieron compartir un mismo “espíritu de época” que marcaron la identidad del rock platense.
En las bandas de los ‘90, los cantantes que se precien de ser avant garde impostarán la voz, como Gustavo Astarita y su teatralidad; Sergio Pángaro jugará al crooner ácido y romántico; Manuel Moretti sellará su impronta con aires del arrabal tanguero y la influencia de Federico Moura; Luciano Angeleri (DLSO) se va a valer de los monstruos rioplatenses; Alfredo Calvelo (Víctimas del Baile) le rinde tributo a Sandro; Guasones batirá en la misma coctelera Joaquín Sabina, Dylan, Lou Reed y Mick Jagger; Traviatabosnialafortina tomará prestada la voz a Frank Zappa; La Secta extremará el histrionismo y evocará la esquizofrenia empeñada en mostrar todo lo que hay de feo e insoportable en la sociedad contemporánea.
Bandas como Peligrosos Gorriones, Víctimas del Baile, Mister América, Las Canoplas, Estelares, Siempre Lucrecia, Sergio Pángaro, se destacaron especialmente. Otras bandas del escenario platense de esa época eran Elefante Violeta, Los Peregrinos, Falso Primer Ministro, Ned Flanders, Ojo Shangai, Wendy Slide, Plupart, Aneurisma, Contento con poco, La saga de Sayhueque, Los increíbles ciudadanos vivientes, Traviatabosnilafortina, Smith&Wesson, Planeta Mongo, Venenoso, Cabezas Visibles, Ver Nápoles, Murciélagos, Neuronantes, Sueralma, Var des Var, Brillo, Repoman, Res.Ca.Te., Perfil Venus, La Muda Rock, 5 sentidos, Imagen espiral, Pensar o Morir, Parabólicos, Pechito Gambeta, La Parroquia de Jesús Adolescente, Audioperú, Diseño, 40 Escalones, Psicovendeta, Perrodiablo, Paladines, Flores Subterráneas, Loco Mosquito, Topografía Difusa, Corpus Christi, Viejos Sucios y Feos, La Pelada, Guasones, Don Lunfardo y el Señor Otario, La Secta. Algunas de estas formaciones siguen vigentes en la actualidad,
otras modificaron sus integrantes, y muchísimas otras se crearon en estos últimos cinco años.
En la actualidad, la cultura rock platense asiste a un despliegue explosivo de bandas, solistas, productoras y sellos discográficos independientes. Emerge también una nueva escena, que según ciertos periodistas especializados, han calificado como la cuna del indie del 2000. Esta nueva escuela platense se hace visible en bandas como: Él mató a un Policía Motorizado, 107 Faunos, Indiana, Chico Ninguno, Atmosferia, Sebastián Lino, The Falcons, Mariquitas, Ñam Ñam, Reimon, Actor Fetiche, Maricas malas programadas para el mal.
Otras bandas de rock que se pueden escuchar en diferentes escenarios platenses son: Hermanitos Kaiser, La ira del manso, Cajale Cazazo, Korso Gómez, Narvales, Moden, La patrulla espacial, Crema del cielo, Norma, Monstruo, Villa Elisa, Valentín y Los Volcanes, Naturama, Telephone, The Siniestros; también: Lumilagro, Tranquilo Enano, Varsovia, Militantes del Surco, La Abasto Reggae, Nona Marta, La Valvular, Cabeza de Navaja, Ciudad de Angeles TomCat, Embajada Boliviana, The Mono's Giornos, Popi & Lukey, Koyi Kabutto, Pol Stank, Todoterreno, Aviones del Futuro, Good Time Fo, The Fallen Angels Proyect, The Hojas Secas, Torque, Los Perla Negra, Jardín Bizarro, Blues Devil, Aceitunas Atemporales, Dynacom, Se va el Camello, Pamela Jones, Narvelia, Chiquitos, Monoaural, Mutandina, Changos, Ruloman, La perra que los parió, La vieja bis y los solistas Javier Maldonado, Javi Punga, Sebastián Lino, Billordo, Shaman Herrera y Diego Martínez.
Atmósferas de la cultura rock: el under Podemos asumir que rock como expresión musical y modo de vida en la cultura platense tiene historia under. Hablar del under es huir a la nominación hegemónica de lo que representan el rock y su cultura para las industrias culturales de la música y el entretenimiento.
El under es más subterráneo, se escurre a los intentos de apresamiento de la cultura oficial. Nosotros vivimos la cultura rock desde el primer momento, y para los Redondos, el rock no empezó después de Malvinas. En el principio fue la voz alternativa de un artista; era underground. En los años oscuros, la tarea era crear un ámbito por fuera de la pugna política. Era necesario aplicar al máximo la posibilidad de proteger el estado de ánimo por encima de la muerte y la canallada (Fuentes, 1993:16).
El Indio Solari es uno de los pioneros de la expresión del under y de la producción independiente en el campo artístico musical, quien supo captar y transmitir la crisis urbana del siglo veinte. El otro gran exponente fue Luca Prodan, líder de Sumo.
Los Redonditos de Ricota es la banda que ha marcado a fuego las trayectorias artísticas de las generaciones de músicos posteriores en esta ciudad. Sus canciones fueron los nuevos himnos del underground. La espontaneidad de sus imprevistas apariciones en la escena artística local se efectuaba sin muchos anuncios ni anticipaciones. “Los amigos– espectadores, terminaban siendo muchas veces figuras fundamentales del espectáculo.
Sobre el escenario, los músicos terminaban confundidos con el público. No bajan de una docena los que subían a tocar y otros tantos se convirtieron en regulares monologuistas de sus shows posteriores. Todo esto terminó promediando la década del setenta”(Fuentes, 1993).
En su libro Fuera de Control, el periodista Claudio Fuentes realiza una interpretación del sentido del nombre y la performance de la banda. “Todos podían formar parte en la escena. Y así es la ricota; una deliciosa materia blanda, casi elástica que se podría moldear hasta el cansancio sin que se rompa. Después ellos mismos -los integrantes de la banda- empezaron a cocinar redonditos de ricota para repartir entre el público que acudía a sus primeros banquetes”.
En aquellos años la dictadura había arrasado, silenciado y sometido al olvido a la cultura. La movida platense no permaneció ajena y se fue desvaneciendo. Con la reciente democracia, la propuesta artística de la cultura de la noche porteña vino de la mano del artista Omar Chabán, “un culpable” de los templos de la diversión: el Einstein, Cemento y República Cromañón. Chabán fue gestor del under, de la revolución cultural de las ideas, la palabra, el arte, el cuerpo y la vida cotidiana: el tránsito de identidad de una nueva cultura de la noche en la cual distintas generaciones van buscándose a tientas. En una entrevista inédita9 explica que por aquellos años “había una desesperación social por salir a la calle, porque existan lugares donde encontrarse, hablar, ver cosas nuevas, gente distinta. Yo estaba seguro que la gente quería empezar a divertirse”.
Al respecto es interesante lo que cuenta Chabán sobre cómo se fue generando la cultura de la noche: “la idea de generar cosas con autonomía era revolucionaria; tenía un sentido político profundo: hacer algo diferente e independiente sin chuparle el culo al Estado. Después el menemismo le restó sentido y se convirtió en moneda corriente. Pero en aquella época no era fácil y tuvimos que entender primero que nada se iba a fabricar por sí mismo y tuvimos que luchar contra esa mediocridad y la burocracia para ganar los espacios”.
Si bien el rock muestra su centralidad en los mecanismos comerciales de la industria cultural, también lo hace a través de la supervivencia de los circuitos undergrounds que esterilizan las utopías manipulatorias. Y La Plata puede dar cuenta de ello. Aquí, el under se presenta como un territorio que no se realiza exclusivamente en el mercado, sino en la producción social de la cultura, en la trama de los sentidos que producen y reproducen los jóvenes en la cultura rock como espacio de subjetividad y experiencia, como interpretación de la realidad y de la vida social, como lectura del mundo y modos de intervención.
En palabras del Indio Solari “el estado de ánimo es el único que puede avisarle a la gente que le han escatimado la razón de estar vivo” (Fuentes, 1993: 17). El underground es esa energía indomable que crece bien de abajo, es rebelde y por siempre mitológico. Ser under se vuelve una circunstancia, jamás una meta.
Ingenierías de la cultura rock platense
La Plata se muestra hoy como usina de producción cultural de música rock. En estos últimos años han proliferado numerosas agrupaciones musicales en la ciudad -más de quinientas bandas- junto a modos propios de producción de la cultura rock platense. Al no existir en la ciudad un mercado de rock que contrate artistas y edite sus discos, las bandas tuvieron que sacar sus discos por cuenta propia, crearon sellos discográficos, productoras que a través de la organización de ciclos consiguen fechas para tocar en factorías, bares, clubes barriales y espacios públicos recuperados.
Se pueden citar entre otros, Ciudad Vieja (17 y 71), Feo Club (19 entre 55 y 56), Centro Cultural Favero (40 y 117), Bobi’s (1 entre 49 y 50), El Ayuntamiento (1 entre 48 y 49), Centro Cultural Islas Malvinas (19 entre 50 y 51), Casa Zaragoza (53 entre 3 y 4), Club Unión Ferroviaria (17 entre 68 y 69), La Mulata (55 entre 13 y 14), Bar Imperio (17 entre 70 y 71), Stand Bar (5 y 49), Club El Fortín (68 entre 24 y 25), Pizza Rock (15 y 40).
Es así que en la cultura rock platense la autogestión es más una forma de sobrevivir que una decisión artística. En cuanto a la apuesta artística musical, se puede afirmar que el rock en La Plata es siempre under, nunca uper. Esto significa que el rock y las bandas que se forman, circulan y se difunden, no agotan su sentido en la lógica mercantil.
Los jóvenes que hacen música ensayan durante la semana en determinadas salas, concurren a estudios de grabación para dejar testimoniada su música dentro de un soporte, pegan afiches en las facultades, distribuyen volantes en las casas de ropa donde se visten, alquilan equipos de sonidos y luces, entre otras actividades, promocionan sus fechas en facebook, bloggs, emisoras radiales y suplementos de rock.
Muchas de estas bandas promueven la posición independiente de no alimentar el negocio o la política con arte, se autogestionan, organizan fechas propias con bandas invitadas, tocan en plazas y festivales solidarios, centros culturales y clubes. Otras agrupaciones musicales buscan fechas y pagan para tocar en factorías donde habite un clima apto para el rock, el riesgo y el placer.
Se advierte también la aparición de sellos independientes locales -El primer sello discográfico para artistas locales se llamó Uno Dos Discos y fue promovido, a mediados de los ‘90, por el Consejo del rock de la Municipalidad de La Plata- que agrupan bandas de rock y dan a conocer sus producciones musicales a través de páginas de Internet. Entre ellos se pueden mencionar: Cala Discos (Desbaratanbanda, King Lion & The Marrones, Norma, Monstruo, Los Hermanitos Kaiser y su Increíble Organito que toca solo, Villa Elisa, Camión, Pájaros, San Martan, Stella Cinderella, Wav); Mandarinas Record (La Patrulla Espacial, Sr. Tomate, Tío Pastafrola, Fútbol, Crema del Cielo); Laptra (Él mató a un policía motorizado, 107 faunos, Ático, Aviones del Futuro, Blancanieves de Ojos Láser, Go-Neko?, Huracán, Los Japón, Koyi Kabutto, Niño Elefante, Prietto viaja al Cosmos con Mariano, Reno, Reno y los Castores Cósmicos, Shaman y los Hombres en Llamas, Campeón Mundial, Dios Salve, El Destro y Grupo Mazinger); Estamos Felices Records (Banda de Turistas, Bicicletas, Calendar, Coiffeur, Javi Punga, Nairobi, Guebe, Siro Bercetche, Juan Stewart, El Robot bajo el agua, Humo del Cairo, Elephant Pixels, Holly, Sebastián Kramer, Jackson Souvenirs, Jaime sin Tierra); Caracol Rojo Discos (Astrocity, Rauko, Milica, Gran Cuervo, Frank Boston, Hongo, Huecocielo, Cadáver Exquisito, San Maldito, Face Cream, Trio Vilardebó, Dr. Setto and The Maconia Staff, Motociclistas Suicidas en el Círculo de la Muerte y amigos); Under My Records (Impermeables, Good Time For Dynacom, Kuaker Doll); Cloe Discos y Área Sur Records.
En la infraestructura del rock platense no podemos dejar de señalar el enorme papel que cumple el periodismo local para alentar a las bandas que se inician. De hecho, en buena medida son los periodistas de rock quienes construyen la idea de “escena platense” (vinculada a un sonido y a un modo de producción), y así como incluyen en el canon a muchos grupos, también dejan afuera a otros. Muchas veces las bandas que quedan afuera del canon se ofuscan, reniegan de la idea misma de rock platense, o luchan por ser aceptados dentro del canon. Pero para la prensa, siempre es más atractivo englobar a un grupo en el marco de una escena cultural local, que hablar de una banda aislada.
En este sentido hay que mencionar el lugar central que tiene Radio Universidad como difusora oficial del rock platense, como así también el Suplemento Joven del Diario El Día de La Plata, que cada viernes, desde hace años, presenta la agenda de bandas del fin de semana.
También se destacan los programas radiales: Bandas platenses, La Logia del Ruido, Infierno Grande, Atenea y Tómalo con calma. Por último, queda mencionar la aparición, en el año 2005, de The Garage, el único diario de rock de publicación mensual gratuita que tiene la ciudad.
De esta manera, la cultura rock se afinca en las actividades cotidianas y las producciones de jóvenes que reinventan esta cultura musical bajo condiciones por ellos mismos creadas, muchas veces en posiciones de subalternidad, formando sellos comunitarios y productoras propias, autogestionando sus presentaciones artísticas, buscando medios alternativos de difusión, editando discos independientes, recreando modos de socializar el encuentro a través de la música. Estas condiciones son también sostenidas por los medios de comunicación locales y las políticas culturales municipales destinadas a la juventud.
Finalmente, se puede afirmar que la cultura rock platense se presenta como una estrategia social de inclusión de las culturas juveniles que habitan la ciudad, que alcanza el éxito allí donde la política fracasa y se torna eficaz cuando escapa de los artilugios de mercantilización de la vida y la cultura.
CAPÍTULO I - Estudios de caso Cultura, rock y jóvenes en La Plata por Leila Vicentini
Rock del país
[ Estudios Culturales de Rock en Argentina ]
[ Edgardo Gutiérrez ]Editor
Universidad Nacional de Jujuy 2010
Fuente: http://www.rollingstone.com.ar/libros/pdf/pais.pdf
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