En toda la provincia de Buenos Aires17-08-2010 / El coordinador Juan Carlos Herrero habló con Diagonales y brindó detalles del proyecto
Enumerar los objetivos del Programa de Orquestas-Escuela, que promovió la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, implicaría varios ítems, ya que este proyecto comenzó en el 2005 –tomando como ejemplo a Chascomús, que arrancó en 1998– y hasta el día de la fecha lleva un total de 21 Orquestas en toda la región.
Según la información oficial, el Programa está dirigido a niños y adolescentes y en particular a "aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad socioeducativo", ya que "ofrece el acceso al conocimiento y la producción musical a través de una propuesta metodológica innovadora basada en la práctica orquestal". El objetivo primordial de esta actividad es "aportar al quehacer cotidiano de los alumnos, el desarrollo de la socialización, la articulación de sus saberes y capacidades propias con la producción de conocimiento" para promover "la continuidad de los estudios, la contención socio-educativa de los niños y jóvenes participantes y al mismo tiempo, la inserción laboral".
Diagonales habló con Juan Carlos Herrero, que es el coordinador de la Orquesta-Escuela de Berisso, para que cuente cómo es el funcionamiento interno. “Nuestra orquesta comenzó en el mismo momento del programa, en septiembre de 2005, y fuimos uno de los primeros cinco proyectos en comenzar la actividad, teniendo en cuenta que venía funcionando el precedente de Chascomús. Ahora vamos a cumplir los primeros cinco años y es una actividad donde hay montones de ejes y participación del Estado provincial, del municipio local y en la mayoría de los casos la comunidad se pone a trabajar, pone manos a la obra y su contribución es muy importante", explicó.
–¿Cómo detallaría la metodología de trabajo?
–La idea es tomar a la música como un medio para llegar a lo más profundo, al interior del chico. El programa se aplica en alumnos de alrededor de los 9 años, lo que no implica que no se pueda implementar en otras edades, pero tratamos de hacerlo en esa franja etaria. Creemos que la música es la vía de ingreso al chico, mediante el entusiasmo, como jugando. Y nos sirve para conocer su personalidad, porque se trabajan pautas de conducta, naturalmente sin pautas directas, porque el chico respeta con el silencio, con el orden, a medida que otros compañeros van actuando, entonces eso da un montón de aprendizajes, pero que no son necesarios decirlos directamente, la orquesta lo implica por sí sola.
El principio. La Orquesta-Escuela de Chascomús nació en 1998, gracias a un proyecto que se desarrolló en el ámbito educativo, social y cultural, y que tuvo en cuenta a la educación como "herramienta para la transformación". Los destinatarios de esta formación musical-instrumental fueron niños y adolescentes de escuelas de esa ciudad sin conocimientos musicales previos, a quienes se les ofreció una alternativa que impulsaba "la formación en el campo musical y el desarrollo integral como ciudadano crítico, activo, solidario y cooperativo", tal cual indican los datos suministrados por la Dirección General de Cultura y Educación.
Este antecedente de Chascomús se tomó como modelo y, en 2005, se puso en funcionamiento el Programa con cinco nuevas Orquestas, a las cuales se sumaron 15 durante el año pasado, hasta llegar a las 21 que en la actualidad funcionan en toda la provincia de Buenos Aires. Estas agrupaciones que están coordinadas pedagógicamente por la Licenciada María Valeria Atela, se dividen a su vez en cuatro regiones para una mayor organización.
El director Juan Carlos Herrero contó su vivencia en Berisso, con los grupos que iniciaron la actividad: "aquellos chicos que recibimos al principio con 10 u 11 años ahora tienen 16 o 17, y aquella música que eligieron como un juego hoy se está transformando en una vocación y en un trabajo". Además, dijo que durante el tiempo transcurrido "han pasado una enormidad de cosas y universos culturales: ellos han compartido cosas con otra gente que quizás no hubiesen conocido, porque la orquesta amplía el universo cultural del chico y eso trae aparejado cambios, tanto para él como para nosotros que lo compartimos con ellos", y especificó que "tenemos muchas horas de ensayo, un chico cuando entra pasa en la orquesta, como mínimo cuatro días a la semana. Aunque al principio las clases son más cortas, después se va agrandando el compromiso, que no es sólo como alumno sino que comparten sus saberes con los que empezaron después. Nace en ellos una vocación docente, que en algunos se consolida".
Tiempo. Las actividades que están sistematizadas tienen un "aporte metodológico innovador", que permiten que el niño y el adolescente se mantengan ocupados a través de las clases con los profesores, y "con el estudio diario del instrumento, el tiempo dedicado a prácticas individuales y grupales, más todas aquellas acciones que devienen de las actividades propias del conjunto", dice la información institucional, que agrega que "la proyección cultural se ve reflejada en el aprendizaje y en la ampliación de horizontes, a partir del acceso al conocimiento a través de la experiencia que otorga la práctica orquestal como acercamiento a la cultura musical local, nacional, latinoamericana y universal".
–¿El programa tiene una fecha límite o un cierre?
–Este es un proyecto sin fin. Lo ideal es pensar en crear una segunda generación y que la primera sea la que continúe con ese trabajo. La idea es trazarles un puente para que accedan a un mercado laboral, pero al mismo tiempo que tengan la posibilidad de volver al programa. Ahora, cinco años después, ocho chicos van a viajar a Francia, esos son puentes con otras geografías, pero con esa necesaria vuelta del chico a su pago, a su barrio, a aquel lugar donde comenzó su vocación. Estos chicos también integran centros de estudiantes y otras agrupaciones, porque van actuando no sólo como receptores de saberes, sino en calidades de dadores de saberes, dando horas de su tiempo para hacer actividades que van desde arreglar atriles hasta sacar fotocopias. El objetivo es crear la conciencia de que no son simples receptores, son sujetos que pueden compartir las riquezas que ellos tienen.
Tal cual indicó Herrero, ocho chicos que integran el Programa viajarán a Francia en la segunda quincena de noviembre para intercambiar saberes, eso les brinda la posibilidad de "aprender a interactuar con adultos y con gente de otros lugares, con otras culturas y produce un cambio notable en ellos". Además, explicó que en Berisso han compartido jornadas con orquestas de Budapest y con el embajador de Taiwán, entre otros.
División. En la actualidad, la Orquesta-Escuela de Berisso tiene 3 núcleos: el histórico situado en Escuela Nº 25, ubicada en la zona de la franja; más tarde se comenzó a implementar el programa con los chicos de capacidades diferentes de la Escuela Nº 502 de la misma región, y el último núcleo –según el coordinador, "el más histórico"– es el de la Escuela Nº 6, es el más alejado de La Plata, en la localidad de Berisso, que fue habitada por la inmigración europea.
–¿Cuántos chicos integran las orquestas?
–Hay una tremenda demanda, pero hay que tener un equilibrio con el número para que no se desvíe el objetivo de una educación personalizada. Tenemos arriba de 200 chicos, pero podrían ser muchos más, no queremos que lo cuantitativo sea el único factor que se mida, sino que lo cualitativo sea lo importante. Que los chicos sean conocidos, que estemos con ellos en su desempeño en la Escuela, eso es muy importante para nosotros, la calidad de la gestión, aunque el número que manejamos también es importante. Además en la práctica incluimos unos 25 profesores, el programa es muy cuidadoso con el trato, lo que permite realmente hacer una práctica superadora.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario