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frustración: ella es frígida y él, estéril. Pero la carga más pesada es la serie de asesinatos que han cometido en un loco anhelo de restituir en el mundo una moral que sólo ellos comprenden. En su permanente recorrido por habitaciones en alquiler, llegan esta vez a la casa de un homosexual libertino (Néstor), a quien desean vanamente adoptar como hijo.
El espacio escénico representa el interior de un departamento. Las cinco puertas, que dan a la calle, a los dos dormitorios y a la cocina, permiten una visión parcial de lo que sucede en los diferentes ámbitos y posibilitan al espectador varias lecturas. El hall central es el espacio elegido para el desarrollo de las escenas fundamentales en el abordaje del conflicto de los tres personajes.
Esta escenografía tan bien lograda se complementa con un vestuario realista y una iluminación adecuada. Los sonidos que llegan del exterior refuerzan el clima de opresión y enfrentamiento entre estos seres. Los actores cumplen una actuación pareja en la quesobresale Mónica Calcagno en su composición de Amalia. Encuentra el tono justo de un complejo personaje que se debate entre sus ansias frustradas de maternidad y que añoran un lugar de residencia fijo, y la asesina que no vacila en envolver los miembros descuartizados para arrojarlos al agua.
Fuente: http://pdf.diariohoy.net/2001/08/11/pdf/26.pdf
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