martes, 28 de mayo de 2024

Después de 25 años, vuelve “1999, pequeño testamento apócrifo”

 Premiada en 2000 como la mejor obra de teatro independiente local, la creación de Ruben Monreal regresa a Sala 420 

María Virgina Bruno

DANA CARLOTTO, GUSTAVO RUFFO Y JUAN FRANZESE PROTAGONIZAN “1999, PEQUEÑO TESTAMENTO APÓCRIFO” / SALA 420


Estrenada en diciembre de 1999, y con una única temporada de funciones en 2000, año en el que resultó ganadora del premio a la mejor obra de teatro independiente local, la pieza escrita y dirigida por Ruben Monreal, “1999, pequeño testamento apócrifo”, vuelve a la cartelera después de 25 años, con dos personajes atrapados en un ciclo interminable de espera. 

Contemporánea a su “Bolero Criollo” (2001), y atravesada por sus mismos lineamientos, Monreal aseguró que se trata de “una temática que a mí me sigue a muerte, que es la de Beckett, ‘Esperando a Godot’: seres humanos que están ahí esperando que alguien venga a salvarlos, o que algo pase para que puedan cumplir con no se sabe muy bien qué, pero que no aparece nunca o que llega tarde”. 

De eso se trata este espectáculo protagonizado ahora por Gustavo Ruffo, Juan Franzese y Dana Carlotto que se ubica a fines del siglo XX en Taparió, en donde la espera del nuevo milenio motiva a Grosso y a Cámara a realizar el mejor programa de televisión. Sin embargo, las cosas no salen tan bien como ellos lo esperan y parece que es más difícil ver la luz que los lleve al éxito. 

Y aunque la trama está muy ligada a los cuatro marginales que, hasta el cansancio, bailan su propia versión del clásico de Ravel, “nadie se come a nadie”, avisó entre risas Monreal, sobre una historia que también se teje entre el absurdo y que, en el fondo, “es un poco triste”. 

Estrenada en la original Sala 420, sobre calle 6 Nº 420, con las actuaciones de Jorge Guillén, Fernando Pazos y Adela Schwab, Monreal reveló que se reestrena “tal cual” el texto original, un texto que “quedó incólume” desde su última función, a fines de 2000. Un material que, a pesar del paso de los años, no ha perdido la vigencia. 

El autor aseguró que no solo resuena con la historia cíclica y pantanosa de este país sino “con algo más universal”. “Es más Vladimir y Estragón, dos que buscan no se sabe qué pero lo siguen intentando”, repasó Monreal, sobre cómo los protagonistas de su obra se asemajan a los de “Esperando a Godot”: dos seres decididos a crear el mejor programa de televisión a pesar de las adversidades. 

Y en esas adversidades está el humor corrosivo, negro y seco del autor, un estilo “que no se me despega del bolsillo del vaquero” -se rió director de su propio término que después cambió por “jean”-, porque sabe que “todo contado con humor es mucho más digerible” y así lo aplica en sus producciones. 

Con una puesta semicircular, el director decidió recrear un estudio de televisión de los noventa donde Grosso y Cámara hacen lo que pueden con elementos “muy precarios”, como cámaras viejas y “un montón de porquerías” que para Monreal tienen mucho significado. 

Porque cuando él y su grupo teatral salió “eyectado de la original Sala 420 de calle 6, por un problema que tuvimos con el dueño”, se convirtieron en un “grupo errante” y pensaron en un nuevo proyecto para hacer: así nació “El Ascensor”, el “único programa platense que tiene un Martín Fierro”, en relación al recordado ciclo que mantuvieron durante tres años (del 94 al 96) “y con el que hasta le ganamos en la terna al programa de Landriscina y Doña Jovita”, según recordó con orgullo. En ese equipo de trabajo estaba Gustavo Ruffo, actual protagonista de “1999, pequeño testamento apócrifo”, que ahora se mueve en la escena entre viejas cámaras y equipos que, hace 30 años, hicieron posible que “El Ascensor” saliera por la tevé. 

Con la intención de que el público “experimente lo mismo que los griegos, que se iban pensando fuerte acerca de las vicisitudes de la vida y qué era lo que hacían mal para que los dioses los castigara” o que, simplemente, “se diviertan un poquito con lo que le pasa a estos dos tipos”, la obra que creó y dirige Monreal volverá a la cartelera este sábado a las 21 en Sala 420. Las entradas se pueden reservar por Alternativa Teatral. 

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