sábado, 18 de marzo de 2023

"La imagen grande”: el hipódromo, un escenario a cielo abierto y a gran escala

 

Desde mañana, el predio de 44 y 115 recibe en sus 74 hectáreas una obra site specific sobre cómo crear en la inmensidad


Inmensidad abarcadora, omnisciente, el cielo fue el punto de partida de “La imagen grande”, una obra site specific que, este domingo a las 17 se estrenará en el Hipódromo, 44 y 115, en donde continuará ofreciendo funciones hasta fines de abril.

Es que Micaela Tapia, joven dramaturga y directora de esta experiencia escénica, quería “hacer teatro en el cielo”, según cuenta, en diálogo con EL DIA. “Quería construir un evento escénico en un marco que, de alguna manera, no le perteneciera a las personas”, dice sobre cómo la inconquistable esfera azul y diáfana que rodea a la Tierra sembró en ella sus deseos creativos.

Con ese germen, realizó la residencia escénica Plantel que, coordinada por la productora platense Mula Cultura, abordaría el concepto de creaciones para sitios específicos. A partir de ahí, su idea fue tomando distintas formas y frente a la dificultad de hacer “teatro en el cielo”, su concepto mutó a “teatro a cielo abierto”.

Así, el Hipódromo apareció como un posible escenario natural y “La imagen grande” fue apareciendo de a poco.

No fue fácil y demandó otro proceso que, básicamente, tenía que ver con investigar las particularidades de ese espacio pero que, de alguna manera, dentro de esa novedad y diferencia, tenía algo de ese primer impulso que animó a Micaela: “¿cómo realizar un acontecimiento escénico que lograra no enaltecer al humano? ¿Cómo imaginar narrativas que, desde su procedimiento formal, ya comprendieran al humano en un tejido mucho más grande que sí mismo?”, cuestiona.

Lo más difícil, admite Tapia, fue “aprender cómo ensayar” esta experiencia en un espacio poco habitual en el campo del arte. “Todo llevó mucho más tiempo, tuvimos que inventarnos dinámicas propias para dirigir: usando megáfono, teléfono y otras herramientas” que, muchas veces, en el intento por pasar una escena, los hizo sentir como si estuvieran rodando una película. Y es que algo cinematográfico tiene esta experiencia, de “mucha prueba y error”, con “escenas que se construyen mucho más allá de sí mismas”.

En este sentido, admite que “el problema que suponía hacer una obra en el hipódromo terminó construyendo la particularidad de la obra: cómo construir algo en medio de algo tan inmenso”. Así, Tapia se encontraba otra vez frente a frente con un interrogante constante en el acto creativo, en tanto, “todo el tiempo estamos intentando construir sentido en el medio de una masa infinita o un espacio infinitamente grande como lo es, en primer lugar el mundo, y si nos queremos poner más allá, el universo”. De alguna manera, “la obra fue jugar a comprender la vida dentro de esta dimensión macro que, a fin de cuenta, es lo que nos ocupa todo el tiempo: cómo existir en un espacio tan grande como es el mundo, una pregunta tan grande que se vuelve infantil”.

“La imagen grande” toma las sesenta y cuatro hectáreas del hipódromo para construir escenas vistas a la distancia, y se presenta como una invitación a correr la percepción de nuestra propia escala, a comprender la escala que verdaderamente ocupamos con respecto a todo lo demás. El resultado, dice en la sinopsis, “es un efecto parecido al que sucede al viajar en avión: a medida que se aleja y asciende, el mundo conocido va perdiendo forma hasta volverse pequeños puntos y dibujos que uno divisa a la distancia”.

A través de la memoria de una narradora anónima, accedemos a tres relatos que alguna vez ¿sucedieron? en el hipódromo. Sus protagonistas son tres amigos, un estudiante de historia, un director de cine amateur y una actriz en formación.

Desde la perspectiva de los espectadores, cada episodio se ofrece simultáneamente en dos planos: un primer plano, y uno general. A la vez que accedemos a la particularidad de cada historia, es posible comprender lo obsoletos que resultan ante la experiencia de lo inmenso. 

MÁS ALLÁ DE LA HISTORIA 

Pero más allá de la historia en sí, lo interesante de este tipo de propuestas, advierte Tapia, está en descubrir cómo “las estrategias narrativas influencian en la imaginación colectiva, algo que invita a correrse de las tiranías temáticas y a meternos en otro tipo de problemas formales en relación a cómo contar algo”.

En un momento en el que el entendimiento en las artes escénicas está sobrevalorado, y en el que experiencias como estas abrazan, valga la redundancia, la experiencia de percibir algo, cualquier cosa sea, “La imagen grande” se ofrece como “un primer acercamiento para volver a preguntarse sobre las potencialidades del lenguaje escénico, algo que nos invita a dejar ciertos límites por fuera, como lo es sencillamente una caja negra, y complejizarnos”, cierra Tapia.

Con codirección de Irene Polimeni Sosa; asistencia de dirección de Valentino Lucas Mancini; dramaturgia de Lucrecia Varela, Matías Marshall, Ulises D’Atri, Franco Manterola, Tadeo Macri, Micaela Nardone, Daniela Brunfman, Irene Polimeni Sosa y Micaela Tapia; interpretación de Lucrecia Varela, Matías Marshall, Ulises D’Atri, Franco Manterola, Tadeo Macri, Micaela Nardone y Daniela Brunfman; asesoramiento en imagen de Florencia Cárdenas; confección de vestuario de Marcela Monterrey; edición, mezcla y masterización de Blas Bizzio; operación de sonido de Fran Labaqui; fotografía y póster de Iara Chemes; producción de Mula Cultura; y asistencia de producción de Iñaki Martí; las funciones de “La patria grande” continuarán el sábado 25 y domingo 26 de marzo, y los sábados de abril, siempre a las 17. Las entradas se pueden reservar por Alternativa Teatral.

Fuente: El Día

viernes, 10 de marzo de 2023

“Fraterno”: el regreso de un descarnado drama familiar

 

Con el elenco original que la estrenó en 2005, volvió la cruda obra escrita y dirigida por Gastón Marioni, en una versión más profunda

LUCAS UNANÚA, JAVIER CARDINI Y NAZARENO IÑIGUEZ

“Fraterno”, una obra escrita y dirigida por Gastón Marioni, regresó a la cartelera después de 18 años y con su elenco original, integrado por Lucas Unanúa, Javier Cardini y Nazareno Iñiguez. De la mano de una versión más “profunda”, este descarnado drama sobre los vínculos familiares, se ofrece los sábados a las 21 en Teatro Estudio, 3 entre 39 y 40.

Estrenada en 2005, la obra hizo un año y medio de funciones, con muy buena convocatoria de público, y después, “por cosas de la vida”, el equipo no pudo volver a coincidir aunque el deseo de reponerla siempre había quedado pendiente.

Un pendiente que se tachó la semana pasada con la excusa perfecta: la pieza acaba de inaugurar la temporada número 20 de la sala que dirige Marioni y que tuvo a “Fraterno” como una de sus primeras grandes producciones aunque en su anterior casa, 43 entre 4 y 5.

Se trata de una obra especial para Marioni por la complejidad con la que fue creada, de madrugada (porque era el único momento en el que los cuatro podían coincidir) y a través de un sistema que define como “de rompecabezas”.

“El punto de partida no fue un libro terminado sino que yo iba llevando pedacitos de escenas que iba escribiendo y en base a cómo funcionaba lo que probábamos, se escribía la escena siguiente”, cuenta el autor y director en diálogo con EL DIA.

Los “vínculos familiares, que muchas veces son más disfuncionales que funcionales”, fueron el punto de partida para su dramaturgia; vínculos que abordó desde el universo de la hermandad.

En la historia, tres hermanos, luego de mucho tiempo, se ven obligados a reencontrarse en la empresa familiar heredada para decidir su futuro. La vieja oficina del padre, en el presente, los convoca a un encuentro inesperado que los pone de frente al pasado para poder comprender un futuro.

Antecesora de otras producciones similares, desde “El loco y la camisa” hasta “La omisión de la familia Coleman”, “Fraterno” presenta una historia inexorable al paso del tiempo. A pesar de haberse escrito hace casi veinte años, ofrece una multiplicidad de lecturas a partir de los nuevos paradigmas sociales en torno a los modelos de familia.

“Creo que ‘Fraterno’ grafica, de alguna manera, lo que ha sido el patriarcado de tantas generaciones. Estas ideas de que los hombres no lloran, que en la vida hay que ser macho, que tenés que ser fuerte, resistente. La imagen del padre como patriarca y dador de sentido. Esas madres sumisas, acalladas, que hacían como que oían llover”, repasa el dramaturgo platense algunas de las situaciones entre las que se criaron los varones de su época y que habitan en su obra.

“En tiempos en los que, por suerte, son de aperturas inclusivas y necesarias, me parece que la obra ofrece un discurso sobre las masculinidades que hoy estamos vivas y que fuimos educadas bajo ese patriarcado y que hoy estamos en esa bisagra de la famosa deconstrucción”, analiza Marioni. Una deconstrucción que, dice, “no es tan amable cuando hay un chip que fue tan fuertemente metido a fuego en la cabeza y en los cuerpos de los varones”.

Del mismo modo, “Fraterno” permite reflexionar también sobre una problemática que, aún a pesar de los cambios alcanzados en el último tiempo, persiste en algunos senos familiares.

“Lo interesante, tal vez, es que hoy lo mal visto de eso está más a la orden del día y entonces eso es denunciable, cuestionable. Pero en mi época, no era cuestionable, ni denunciable, estaba bajo el rótulo de lo normal”, asegura.

La homosexualidad, la discapacidad y el deber ser atraviesan el crudo relato de “Fraterno”, que pone sobre la mesa “todos los fantasmas que siempre acuciaron a todas las familias blancas, hegemónicas, de clase media, bien vistas”.

Y tratando de esquivar esos látigos sobreviven tres hermanos que, sin poder ponerle voz a tanto padecimiento, en un entorno completamente opresor, buscan sobrevivir a escondidas. “El juego es lo único que puede visibilizar la posibilidad de poner palabras a tanto dolor”, agrega el autor.

Con muy pocos cambios, tanto en el texto como en la puesta en escena, que incluye mobiliario en su mayoría original, se trata sin embargo de una versión diferente, más honda en su interpretación.

El hecho de que sea el mismo trío actoral el que, 18 años después, vuelve a encarnar a estos sufrientes personajes, con toda la experiencia interpretativa ganada en sus espaldas, “vino con viento a favor y tenemos una mirada mucho más humana sobre ese universo familiar. Creo que la vida nos permite mirar con mayor profundidad y ajustar la lente con la que uno analiza a los personajes para interpretarlos”, cierra Marioni.

“Fraterno” continuará en la cartelera local hasta mayo con la opción de hacer una segunda temporada, en el segundo semestre, del otro lado de la autopista. Las entradas pueden reservarse a través de Alternativa Teatral.

Fuente: EL DIA

martes, 7 de marzo de 2023

“Coolture”: la grieta del puntocom

 

Jazmín García Saticq aborda en su nueva obra el choque generacional entre jóvenes tecnologizados y adultos analógicos

“Coolture”

“Coolture, el lugar de lo irrepetible”, con dramaturgia y dirección de Jazmín García Sathicq, una historia que aborda el choque generacional entre jóvenes digitales y adultos analógicos, se estrena este jueves a las 20.30 en Dynamo.

Protagonizada por Franco Pilatti, Facundo Gaggiotti, Juan Morelli y Estanislao Pedernera, la obra busca “problematizar sobre las tensiones instaladas socialmente a partir de la incomprensión de las generaciones adultas hacia lxs nativxs digitales y su forma de ‘jugar’ la vida, permitiendo desestigmatizar a la generación millennial, proponiéndonos acercarnos a su forma de pensar, ver y vivir el mundo”, según destacó la autora.

El material, que está inspirado en los conceptos del libro “The game” de Alessandro Baricco (2019), en el cual “el autor ofrece una explicación de la Revolución digital como producto de una insurrección contra la cultura que llevó a los horrores del siglo XX y a la amenaza de desaparición de la humanidad”, pretende convertirse en “un resorte que dispare la reflexión y el debate sobre nuestra sociedad, el mundo que queremos y la forma de ver y concebir a lxs jóvenes de las generaciones actuales, que sea una motivación que propicie el encuentro intergeneracional, interpelándonos sensiblemente”, agregó Sathicq.

En la historia, Agustín y Tomás son hermanos mellizos adolescentes que son subestimados por su padre por pasar jugando todo el día a la PlayStation, hacer videos en vivo por streaming y estar todo el tiempo conectados, en apariencia ‘aislados’ de la realidad e inmersos en la realidad virtual. Sin embargo, a través de sus avatares, hacen mucho más que entretenerse: están llevando adelante una revolución.

Del otro lado de la grieta digital, los adultos. Por un lado, Franco, el padre de los hermanos, un hombre de unos 40 años que representa el diálogo y la comprensión: subestima primero pero entiende la necesidad del cambio después. Y, del otro, un Militar, de la misma edad, que representa a la parte “dura, inflexible y conservadora de la sociedad”: ve en los jóvenes una amenaza concreta de destrucción del sistema de poder dominante y, por eso, tiene como misión matarlos.

“Coolture”, un término que refiere “a la cultura común del siglo XXI, la del entretenimiento mundializado que establece como criterio de gusto a lo cool” según Sathicq, presenta una puesta minimalista que concentra, paradójicamente, una multiplicidad de capas de sentido.

Con “atmósferas de ridiculización de ciertos preconceptos instalados socialmente en torno a lxs jóvenes y la tecnología, así como mostrando aspectos absurdos de estructuras de poder, violencia y control social”, la obra “apela a la ironía y al humor como vía de denuncia y exposición, así como a ciertos mecanismos de fantasía y realismo mágico que nos permiten ahondar poéticamente sobre la realidad”.

Como en sus anteriores producciones, con esta obra la dramaturga y directora busca “interpelar como sociedad, ahondar en la existencia, la sensibilidad humana y en los modos vinculares de construir el mundo que habitamos”.

Con diseño de espacio, iluminación y ambiente sonoro de Jazmín García Sathicq, realización sonora de Vladimir Zegarra Toledo, realización escenográfica de Milagros Lucero, asistencia de dirección de Maxi Saad y asistencia de producción de Franco Etchart, “Coolture, el lugar de lo irrepetible” continuará ofreciéndose los jueves de marzo a las 20.30 en la sala de 17 y 68.

Fuente: EL DIA

Magnicidio

  Por María del Rosario Goñi Calígula. Dramaturgia de Albert Camus. Dirección de Gastón Marioni. Con Nicolás Montenegro, Carolina Cremonte, ...