sábado, 24 de diciembre de 2022

Teatro 2022: un balance más que positivo en CABA

Con el regreso del público, se reactivó la escena local

El circuito comercial tuvo títulos que lideraron la taquilla y las salas oficiales también repuntaron con clásicos de Lorca, Ibsen y Shakespeare. El teatro independiente, sin embargo, sufrió la falta de inversiones y subsidios que no se actualizaron al ritmo de la inflación. 

Por Candela Gomes Diez

Elena Roger en "Piaf", uno de los éxitos de la temporada.

Un año de reactivación definitiva. Para las artes escénicas, el balance anual de rigor señala que la actividad repuntó con creces luego de dos años de pérdidas y contramarchas. A pesar de la crisis económica, el teatro mostró una estabilidad y una convocatoria que sorprenden al propio sector. Y aunque todavía el panorama no es el más deseable, lo que deja el 2022 deja un piso auspicioso de cara a lo que viene.

“No podemos no estar felices, porque hace menos de un año estábamos con limitaciones de aforo. Entonces, desde esa perspectiva, el 2022 fue un muy buen año donde volvimos a trabajar con normalidad y se volvió a activar el sistema de producción”, señala Sebastián Blutrach, productor y dueño de El Picadero, en diálogo con Página/12. “A nivel de público, recuperamos los números de un 2019 que no fue bueno, pero aun así lo evaluamos como algo positivo porque en los años posteriores casi no hubo actividad”, agrega.

El impacto de la inflación en el bolsillo no evitó que el público volviera a las salas. Distintas variables explican ese fenómeno, según Blutrach. “Hay una necesidad por parte de la gente de satisfacción inmediata y eso se encuentra en el espectáculo en vivo. La pandemia nos conectó con la finitud, y por eso hoy necesitamos disfrutar acá y ahora. Por ese motivo, la música tuvo también un año récord con entradas mucho más caras que las nuestras. No obstante, el consumo se paró un poco a partir de agosto. Y como siempre ocurre en tiempos de crisis, se dio una gran polarización donde pocos espectáculos concentraron la mayoría de los espectadores. Ese es el caso de Inmaduros, Drácula o Piaf”, analiza el productor.

En la misma línea, se expresa Carlos Rottemberg, empresario teatral y presidente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET): “Durante el 2022 quedó demostrado que el público nos dio un crédito porque la actividad teatral y musical en vivo hizo bien los deberes. En el caso del teatro, desde abril se recuperó la audiencia prepandémica, y lo más sorprendente es lo que pasó con la música, que ha superado niveles históricos. En este sentido, el año termina de forma muy positiva, con mejor pronóstico para el 2023”.

El circuito comercial tuvo algunos títulos que lideraron la taquilla. Fue el caso de Inmaduros, la comedia que encabezó el ranking de las obras más vistas a nivel nacional. Con la dirección de Mauricio Dayub y los protagónicos de Adrián Suar y Diego Peretti, fue de lo más convocante en una propuesta que puso el foco en la amistad. Con ese tenor, pero para hablar de la complicidad entre mujeres, tuvo lugar el estreno de Las irresponsables, pieza escrita y dirigida por Javier Daulte y protagonizada por Julieta Díaz, Gloria Carrá y Paola Krum. Y siguiendo con esa temática, Dayub volvió a poner en cartel, en El Chacarerean, El amateur, segunda vuelta, obra de su autoría y donde se lució junto con Gustavo Luppi y con la dirección de Luis Romero, para hablar de sueños individuales y colectivos.

Entre las novedades, se destacó el estreno de Inferno, de Rafael Spregelburd, en el renovado Teatro Astros. El Bosco fue el disparador de esta pieza en la que el autor, actor y director tomó temas teologales para traerlos a la experiencia argentina. Junto al mismo autor, subieron a escena Andrea Garrote, Violeta Urtizberea y Guido Losantos para interpretar 16 personajes. Y, por otro lado, en formato de reposición, pisó fuerte El método Grönholm, comedia ácida acerca de las miserias del mundo laboral con una nueva versión bajo la dirección de Ciro Zorzoli, y las actuaciones de Benjamín Vicuña, Laurita Fernández, Rafael Ferro y Julián Cabrera.

Como todos los años, los clásicos comerciales volvieron a mostrar su eficacia. La calle Corrientes apostó fuerte a dos tanques teatrales como Brujas, dirigida por Luis Agustoni, con Thelma Biral, Nora Cárpena, Moria Casán, María Leal y Sandra Mihanovich, y Art, con puesta dirigida por Ricardo Darín y Germán Palacios e interpretada por Pablo Echarri, Fernán Mirás y Mike Amigorena-.

El Picadero celebró sus diez años con una programación variada. Con dirección de Nelson Valente, se estrenaron dos comedias con eje en los conflictos familiares: Los perros, con Claudio Rissi, María Fiorentino, Patricio Aramburu y Melina Petriella, y Laponia, con Jorge Suárez, Laura Oliva, Héctor Díaz y Paula Ransenberg.

Un año de reactivación definitiva. Para las artes escénicas, el balance anual de rigor señala que la actividad repuntó con creces luego de dos años de pérdidas y contramarchas. A pesar de la crisis económica, el teatro mostró una estabilidad y una convocatoria que sorprenden al propio sector. Y aunque todavía el panorama no es el más deseable, lo que deja el 2022 deja un piso auspicioso de cara a lo que viene.

“No podemos no estar felices, porque hace menos de un año estábamos con limitaciones de aforo. Entonces, desde esa perspectiva, el 2022 fue un muy buen año donde volvimos a trabajar con normalidad y se volvió a activar el sistema de producción”, señala Sebastián Blutrach, productor y dueño de El Picadero, en diálogo con Página/12. “A nivel de público, recuperamos los números de un 2019 que no fue bueno, pero aun así lo evaluamos como algo positivo porque en los años posteriores casi no hubo actividad”, agrega.


El impacto de la inflación en el bolsillo no evitó que el público volviera a las salas. Distintas variables explican ese fenómeno, según Blutrach. “Hay una necesidad por parte de la gente de satisfacción inmediata y eso se encuentra en el espectáculo en vivo. La pandemia nos conectó con la finitud, y por eso hoy necesitamos disfrutar acá y ahora. Por ese motivo, la música tuvo también un año récord con entradas mucho más caras que las nuestras. No obstante, el consumo se paró un poco a partir de agosto. Y como siempre ocurre en tiempos de crisis, se dio una gran polarización donde pocos espectáculos concentraron la mayoría de los espectadores. Ese es el caso de Inmaduros, Drácula o Piaf”, analiza el productor.

En la misma línea, se expresa Carlos Rottemberg, empresario teatral y presidente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET): “Durante el 2022 quedó demostrado que el público nos dio un crédito porque la actividad teatral y musical en vivo hizo bien los deberes. En el caso del teatro, desde abril se recuperó la audiencia prepandémica, y lo más sorprendente es lo que pasó con la música, que ha superado niveles históricos. En este sentido, el año termina de forma muy positiva, con mejor pronóstico para el 2023”.

El circuito comercial tuvo algunos títulos que lideraron la taquilla. Fue el caso de Inmaduros, la comedia que encabezó el ranking de las obras más vistas a nivel nacional. Con la dirección de Mauricio Dayub y los protagónicos de Adrián Suar y Diego Peretti, fue de lo más convocante en una propuesta que puso el foco en la amistad. Con ese tenor, pero para hablar de la complicidad entre mujeres, tuvo lugar el estreno de Las irresponsables, pieza escrita y dirigida por Javier Daulte y protagonizada por Julieta Díaz, Gloria Carrá y Paola Krum. Y siguiendo con esa temática, Dayub volvió a poner en cartel, en El Chacarerean, El amateur, segunda vuelta, obra de su autoría y donde se lució junto con Gustavo Luppi y con la dirección de Luis Romero, para hablar de sueños individuales y colectivos.

Entre las novedades, se destacó el estreno de Inferno, de Rafael Spregelburd, en el renovado Teatro Astros. El Bosco fue el disparador de esta pieza en la que el autor, actor y director tomó temas teologales para traerlos a la experiencia argentina. Junto al mismo autor, subieron a escena Andrea Garrote, Violeta Urtizberea y Guido Losantos para interpretar 16 personajes. Y, por otro lado, en formato de reposición, pisó fuerte El método Grönholm, comedia ácida acerca de las miserias del mundo laboral con una nueva versión bajo la dirección de Ciro Zorzoli, y las actuaciones de Benjamín Vicuña, Laurita Fernández, Rafael Ferro y Julián Cabrera.

Como todos los años, los clásicos comerciales volvieron a mostrar su eficacia. La calle Corrientes apostó fuerte a dos tanques teatrales como Brujas, dirigida por Luis Agustoni, con Thelma Biral, Nora Cárpena, Moria Casán, María Leal y Sandra Mihanovich, y Art, con puesta dirigida por Ricardo Darín y Germán Palacios e interpretada por Pablo Echarri, Fernán Mirás y Mike Amigorena-.

El Picadero celebró sus diez años con una programación variada. Con dirección de Nelson Valente, se estrenaron dos comedias con eje en los conflictos familiares: Los perros, con Claudio Rissi, María Fiorentino, Patricio Aramburu y Melina Petriella, y Laponia, con Jorge Suárez, Laura Oliva, Héctor Díaz y Paula Ransenberg.

Por su parte, Emilio García Wehbi montó su versión del mito de Medea, con Medea meditativa, y sumó así una propuesta con perspectiva feminista, y Cristian Drut dirigió Las manos de Eduviges al momento de nacer, puesta basada en el libro del autor líbano-canadiense Wajdi Mouawad y que en Argentina tuvo sus propias resonancias dado que la historia giraba en torno a un ataúd vacío y a un funeral sin cuerpo.

“Buscamos la excelencia teatral y la multiplicidad de poéticas, la inclusión de las mujeres, las infancias y las disidencias, y favorecer la accesibilidad. Pensamos que el TNC debe construir un público lo más amplio posible, entre tradición e innovación, de las infancias a las/los adultos mayores, para estimular en todas y todos el goce estético, la emoción, la reflexión social y los trabajos de la memoria”, sintetizan Dubatti y Contreras.

El Complejo Teatral de Buenos Aires, a su vez, tuvo importantes estrenos. Bodas de sangre, de Federico García Lorca, contó con la dirección de Vivi Tellas y el rol protagónico a cargo de María Onetto, y Julio César, de William Shakespeare, tuvo su propia versión con el sello de José María Muscari y la interpretación de Moria Casán.

Las hermanas María y Paula Marull presentaron Lo que el río hace en el triple rol de dramaturgas, directoras y actrices. Con momentos de humor, pero también de ternura, las teatristas, que ya se ganaron un lugar reconocido en la escena local, ofrecieron una historia que invitó a pensar acerca de la valorización del tiempo. Y el director, dramaturgo y actor Lisandro Fiks estrenó La gran renuncia, una relectura de La Fiaca, de Ricardo Talesnik, protagonizada por Gastón Cocchiarale, quien encarnó a un hombre que se rebela contra el sistema que lo obliga a estar disponible todo el día para la empresa en la que trabaja.

En El Cultural San Martín también hubo piezas innovadoras que buscaron interpelar. ¿Una y mil?, escrita por Sebastián Suñé y Jimena del Pozo Peñalva, puso en escena a mujeres cis y trans, de distintas edades, orientaciones sexuales y clases sociales, para abrir el debate acerca de la violencia machista. Y La Pathétique, obra creada por el trío creativo de Diego Vila, Fabián Luca y Alejandra Radano, se propuso explorar el vínculo entre teatro y política en la era de las fake news.

En el teatro independiente, el panorama también fue positivo aunque con una cartelera en la que las reposiciones superaron a los nuevos materiales. “El público quiso volver a las salas, así que eso no fue un problema esta temporada. Pero lo que sí vimos como algo grave es lo que tiene que ver con las producciones de las obras, porque notamos que hubo pocos estrenos en el circuito, y parece que esa tendencia va a seguir en 2023, por lo cual esto es bastante desalentador y preocupante”, evalúa Alejandra Carpineti, presidenta de la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI), que nuclea a 110 salas de la Ciudad de Buenos Aires, y una de las productoras de La Carpintería. “No hay capital para invertir, y los subsidios quedan cada vez más chicos. Creo que hay una necesidad de pensar nuevas formas de producción, donde el vínculo entre las salas, los elencos y las cooperativas tiene que empezar a cambiar”, agrega.

La perspectiva de género fue una temática en la que, precisamente, se destacó lo nuevo del off. Uno de los títulos más convocantes fue el de Rota, unipersonal que abordó la violencia patriarcal desde la óptica de la madre de un femicida. Con texto de Natalia Villamil, dirección de Mariano Stolkiner y la actuación de Raquel Ameri, la obra se vio en El Extranjero.

Con distintas miradas, pero siempre apuntando a deconstruir la maternidad entendida como mandato, se presentaron No tengo tiempo, basada en la novela homónima de María Pia López -dirigida por Cintia Miraglia, con Leticia Torres y Carolina Guevara-; La débil mental, basada en la novela de Ariana Harwicz -con dirección de Carmen Baliero, y la actuación de Ingrid Pelicori y Claudia Cantero- y Cartón pintado, de Victoria Hladilo -con Julieta Petruchi, Mercedes Quinteros y Hladilo-. Y en una línea similar de repensar el mundo femenino, el público pudo reencontrarse con un clásico del circuito: La mujer puerca, que celebró sus 10 años en el Estudio Los Vidrios. Con autoría de Santiago Loza, dirección de Lisandro Rodríguez y la actuación de Valeria Lois, el unipersonal está protagonizado por una mujer que siempre soñó con ser santa, un proyecto que no logra porque tiene “naturaleza puerca”.

El universo shakesperiano volvió a demostrar que es inagotable y sumó más versiones de sus clásicos. En el Centro Cultural de la Cooperación, pudo verse Habitación Macbeth, donde Pompeyo Audivert se lució con la interpretación de múltiples personajes, y en Espacio Callejón se presentó Los finales felices son para otros, reescritura de Ricardo III en clave contemporánea, a cargo del dramaturgo Mariano Saba, en una puesta que contó con la dirección de Ignacio Gómez Bustamante y Nelson Valente, y las actuaciones de Martín Gallo, Augusto Ghirardelli, Mariana Mayoraz, Sofía Nemirovsky, Matías Pellegrini Sánchez y Julián Ponce Campos.

En La Carpintería, se impuso el estreno de Gaspet, de Marcelo Katz, en la cual el actor dio vida a un artesano constructor de máscaras, un oficio que heredó por tradición familiar. Y en un homenaje conmovedor, apelando también al artificio de la máscara, se lo pudo ver a Daniel Casablanca, quien subió a escena en el Espacio Experimental Leónidas Barletta para ponerse en la piel de Enrique Santos Discépolo en Discepolín, fanático arlequín, espectáculo dirigido por Guadalupe Bervih.

Caras y caretas

Durante 2022, la sala Caras y Caretas 2037 (Sarmiento 2037) renovó el contrato con su público y repuso platos fuertes de su programación. Así, pudo verse Othelo (termina mal), la tragedia de William Shakespeare adaptada y dirigida por Gabriel Chamé Buendía, y Terrenal, pequeño misterio ácrata, la obra de Mauricio Kartun que estrenó su novena temporada y celebró sus mil funciones.

Interpretada por Claudio Da Passano, Tony Lestingi y Claudio Martínez Bel, la pieza (joya imbatible de las tablas) reconstruye, bajo el imaginario del campo argentino y la gauchesca, el destino entre Abel, Caín y Dios, en una lectura político-teatral del "Génesis" bíblico y que su autor define como un "conflicto patronal de origen". Del mismo Kartun, Caras y Caretas sumó La vis cómica, una historia hilarante que analiza el vínculo entre los artistas y el poder en el marco de la Buenos Ayres virreinal, con Luis Campos, Cutuli, Stella Galazzi y Horacio Roca.

“Este 2022 significó, de alguna manera, la salida de la pandemia, y por eso a la programación que veníamos sosteniendo le incorporamos más días con más obras realizadas por hacedores de reconocimiento en el circuito teatral”, comenta Marcelo Melingo, actor y director artístico de la sala. 

Precisamente, esa iniciativa motivó la creación del ciclo “Teatro de miércoles”, que tuvo como objetivo presentar, una vez por semana, una obra diferente de alta calidad y a precios accesibles. El tentador menú incluyó títulos consagrados en el circuito alternativo como El mar de noche, de Santiago Loza, con Luis Machín; Encuentros breves con hombres repulsivos, de David Foster Wallace, con Luis Ziembrowski y Marcelo Subiotto; Turba, de Laura Sbdar, con Iride Mockert; La casa oscura, escrita e interpretada por Maruja Bustamante y Mariela Asensio, y Algo de Ricardo, escrita por Gabriel Calderón e interpretada por Osmar Núñez. “El ciclo resultó ser una muy buena opción para que a mitad de semana se pueda asistir a más y mejor teatro. Por eso en 2023, seguiremos con la propuesta. Además, se vienen más sorpresas", anticipa Melingo.  

jueves, 17 de noviembre de 2022

Lamentamos profundamente el fallecimiento de Alicia Durán

 


Lamentamos profundamente el fallecimiento de la actriz, docente, directora y abogada Alicia Durán. 

Nuestras condolencias a su compañero, el actor Víctor Galestok, a sus hijos, familiares y seres queridos, abrazándolos en este momento de gran dolor.

Nació en Punta Alta, provincia de Buenos Aires. Se formó como actriz y profesora de actuación en la Escuela de Teatro de La Plata y como profesora de Danza y Expresión Corporal en la Escuela de Danzas Clásicas de La Plata. Desarrolló una amplia labor docente, trabajando en numerosas instituciones, como la Universidad Nacional de las Artes, la Escuela de Teatro de La Plata, Escuelas de Estética de La Plata. 

Como actriz, trabajó en las obras El arte de la fuga; The good; Yerro Capital; El éxito; Marta Riquelme; Charada; Maluco. Como directora presentó las obras Una cajita dentro de un cuaderno; El cautivito; El niño perdido; Triste golondrina macho; Ubu encadenado; entre otras. 

Se desempeñó como abogada en la Dirección de Educación Artística y como capacitadora en el Ministerio de Educación de la Nación. Además, en 2007 fue la autora del diseño curricular para teatro en la Educación Primaria para la Dirección General de Escuelas y Educación de la Provincia de Buenos Aires.

Fuente: Asociación Argentina de Actores y Actrices

miércoles, 3 de agosto de 2022

Teatro Sala Ópera de La Plata

Teatro Sala Opera

La Sala Opera, es un edificio construido en la década del 50, un teatro histórico cuyo valor cultural y social es parte del significativo patrimonio de la ciudad, fue conservado su diseño original de clásico cine teatro de la época, posee una rica historia pues han pasado por su escenario artistas muy importantes antes de que cerrara sus puertas. La re-apertura del Teatro Opera, obedece al proyecto de recuperacion de salas propuesto por EL TEATRO CIUDAD DE LA PLATA, en el año 2006 cuando se impulso la recuperacion de la Sala EL TEATRO de calle 43 e/ 7 y 8.

El objetivo permanente es impulsar actividades que se encuadren en los parámetros naturales de un centro cultural, el mismo tiene actividades como danzas, talleres, cursos, ciclos de teatro para toda la familia, hemos generado un espacio abierto a todas las expresiones artísticas y culturales en nuestra region.

La sala fue adaptada con todos los recaudos para proponer una programacion variada de recitales como actividad principal, El Teatro Opera, se convierte en el lugar referente a la hora de proyectar un recital en la ciudad de la plata. Se desarrollan en promedio aproximadamente unos 120 espectaculos por año.

Capacidad total 850 espectadores, formato platea baja generales de pie y gradas en platea alta.. Servicios: Atención gastronomica, dos puestos de atención en planta baja y otro en planta alta, sistema de venta de entradas, sitio oficial, newsletter, facebook, twitter, prensa local, producción de espectaculos, El equipamiento técnico instalado en la sala garantiza una puesta en escena de gran calidad técnica. Permisos, habilitaciones, sistemas de seguridad, estudios sonometricos y documentacion en general en condiciones y vigentes.

Ubicación: 58 Nº 770 e/ 10 y 11 Ciudad de La Plata.

martes, 14 de junio de 2022

Triste noticia: el teatro argentino llora la muerte prematura de Julieta Vallina

Desarrolló una nutrida y elogiada trayectoria en teatro y en pantalla se la pudo ver en diversas ficciones como Loco por vos y Según Roxy, en TV y La flor y Vaquero, en cine

Carlos Pacheco
PARA LA NACION

La actriz Julieta Vallina murió este lunes a los 50 años - Ignacio Sánchez - LA NACION

Julieta Vallina fue una actriz intensa, sensible, que transitaba por el teatro alternativo, comercial u oficial con una reconocida capacidad interpretativa. Solía, además, participar de algunos procesos de investigación con diferentes creadores. Murió este lunes por la noche en Buenos Aires, víctima de una enfermedad terminal.

La noticia resulta sumamente sorpresiva. Hasta hace pocas semanas podía vérsela en Lo escucho, bajo la dirección de Carlos Olivieri, en el teatro Metropolitan Sura, donde compartía cartel con Jorge Suárez y Gabriel ‘Puma’ Goity. Como en todos los espectáculos de los que formaba parte, lo hacía con un destacado histrionismo.

Julieta había nacido en La Plata y, desde muy joven, se sintió atraída por la actividad artística. Sin duda la influencia de su padre, Carlos Vallina, reconocido cineasta, crítico y docente de la Universidad Nacional de la Plata, influyó en su vocación. Y sobre todo un universo teatral platense que, en los años 80, renació con fuerza después de atravesar la dictadura militar. Por entonces la ciudad fue muy castigada y no sólo a nivel artístico. Años después ella reconoció que algo del teatro la atraía, le gustaba hacer imitaciones y sentía una profunda admiración por las creaciones de Niní Marshall.

Julieta hizo sus primeras experiencias junto a un director que, entonces, fue muy destacado por sus trabajos de investigación, no solo sólo a nivel actoral sino también espacial: Quico García. Con él se desempeñó en un espectáculo emblemático, Maluco, en el viejo teatro Princesa.

Sus primeros pasos en el arte se dieron dentro del campo del dibujo y la pintura. Cursó la carrera de artes visuales en la Universidad Nacional de La Plata y a la par en la Escuela de Teatro de su ciudad natal donde egresó de la carrera de Formación Actoral y Magisterio Teatral.

Vallina llegó a Buenos Aires y se instaló en la localidad de Tigre para trabajar como titiritera, actriz y, a veces, bailarina en el Parque de la Costa, una tarea que al comienzo no le gustaba mucho citar pero de la cual, después, se sintió orgullosa. En ese espacio tomó un mayor contacto con la actividad artística y eso le posibilitó afianzarse como actriz y animarse a ingresar al campo profesional de Buenos Aires.

Su primera experiencia porteña fue junto al grupo El Periférico de Objetos, en Monteverdi, método bélico. Ese trabajo no solo le posibilitó ingresar a una de las compañías más destacas en su momento en la Argentina sino, a la vez, realizar giras participando de diversos festivales internacionales.

Desde entonces su carrera tuvo un ascenso notable. Trabajó bajo las órdenes de directores como Daniel Veronese (Mujeres soñaron caballos, Un hombre que se ahoga, Espía a una mujer que se mata, El comité de Dios), José María Muscari (Electra Shok, Fetiche, Belleza cruda), Luciano Suardi (Raíces, Tres hermanas, El pan de la locura, El reñidero), Javier Daulte (4D Óptico, Macbeth, Los vecinos de arriba), Mariano Pensotti (Cuando vuelva a casa voy a ser otro, El pasado es un animal grotesco), Mariana Obersztern (Inspiratio), Ana Alvarado (Bálsamo) y Manuel González Gil (Como el culo).

En televisión se la pudo ver en proyectos como Vidas robadas, El donante, Loco por vos (Telefe), Tiempos compulsivos, La fragilidad de los cuerpos, Quiero vivir a tu lado y Tu parte del trato (eltrece). Participó también de la serie web Según Roxi, una creación de una compañera teatral platense, Azul Lombardía. También fue parte del elenco de Santa Evita, que pronto se emitirá por Star+.

En cine, Julieta Vallina debutó en 2006 en El custodio, película de Rodrigo Moreno y a ella le siguieron, entre otras, Vaquero de Juan Minujín; El muerto cuenta su historia, de Fabián Forte; Aterrados, de Demián Rugna; La flor, de Mariano Llinás y El Potro, lo mejor del amor, de Lorena Muñoz, entre otras.

La pandemia no resultó un impedimento para que Vallina siguiera produciendo. Continuó dando clases de actuación, una labor que si bien en un comienzo no estaba dispuesta a realizar, poco a poco fue desarrollando con profundo interés. Además dirigió por streaming experiencias como Indagaciones sobre el amor y participó de Manual de supervivencia, una serie protagonizada por Esteban Bigliardi y Dolores Fonzi que pudo verse por Movistar Play. La filmación la realizaba cada actor en su propia casa.

En diversas oportunidades fue nominada a los premios ACE, Florencio Sánchez, Teatro del Mundo y Clarín.

Julieta Vallina mantuvo siempre un perfil muy bajo. En los escenarios demostraba su arte y siempre con una entrega que provocaba una profunda admiración entre los espectadores y los críticos. Una referente importante de su generación que extrañaremos mucho. Una mujer que, en tanto actriz, supo ponerle el cuerpo a cada personaje que recreaba y siempre lo hizo con mucha sabiduría.

Por Carlos Pacheco

Las tablas le hicieron fuerza a la motosierra

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